Ciudad de Judá situada en la región fértil de la Sefelá, aproximadamente a medio camino entre Belén y Lakís. (Jos 15:35.) Se la relaciona con Tell esh-Sheikh Madhkur (Horvat `Adullam), situado a unos 26 Km. al OSO. de Jerusalén. El nombre original parece haberse conservado en el de las ruinas cercanas de `Id el-Ma (Miyeh). Adulam estaba en una ubicación estratégica, ya que dominaba tanto Wadi es-Sur como el acceso desde esa parte de la Sefelá al interior de Judá. Se la conoce principalmente por la “cueva de Adulam”, lugar donde David se refugió cuando huía del rey Saúl. En estos parajes hay muchas cuevas de piedra caliza. (2Sa 23:13.)
Para aquel entonces, Adulam ya era una ciudad antigua, pues la primera mención que se hace de ella en el registro bíblico es en relación con Hirá “el adulamita”, quien llegó a ser compañero de Judá antes de que la familia de Jacob se trasladara a Egipto. (Gé 38:1, 2, 12, 20.) Unos tres siglos más tarde, Adulam fue uno de los treinta y un pequeños reinos conquistados por Josué (Jos 11:1-15; 12:15), y después fue asignada a Judá junto con otras ciudades de la Sefelá. (Jos 15:33-35.)
Cuando Saúl estuvo persiguiendo a David, este escapó de Akís, el rey filisteo de Gat, y fue a Adulam, a una cueva donde finalmente se le unieron unos 400 hombres. (1Sa 22:1-5.) Como esta zona estaba a unos 19 Km. al OSO. de Belén, es posible que David la conociese muy bien de cuando era pastor. Parece ser que David la hizo su fortaleza por su relativa inaccesibilidad. Una vez rey, usó este lugar como base de operaciones en sus guerras contra los filisteos. Fue desde aquí desde donde salieron tres de sus guerreros para sacar agua de la cisterna de Belén, agua que después David rehusó beber por considerar que representaba la sangre de aquellos que se habían arriesgado para obtenerla. (1Cr 11:15-19; 12:16; 2Sa 5:17, 18.)
Adulam era una de las quince ciudades fortificadas que reforzó Rehoboam de Judá. (2Cr 11:5-12.) Las tropas de Senaquerib tomaron estas ciudades, cuya función era defender los flancos S. y O., durante el reinado de Ezequías, en 732 a. E.C. (2Re 18:13.) En los días de Nehemías, Adulam aparece entre las ciudades repobladas por los judíos que habían regresado del exilio babilonio. (Ne 11:30.)
Ciudad reconstruida por Herodes el Grande en el año 9 a. E.C. y llamada así en honor de su padre Antípater II. Se la identifica con Ras el-`Ain (Tel Afeq), situada en una zona bien regada y fértil de la llanura de Sarón. Se cree que fue en Antípatris donde estuvo ubicada la anterior ciudad de Afeq, mencionada en 1 Samuel 4:1. Las excavaciones realizadas allí en 1946, 1961 y 1974 parecen confirmarlo.
Fue a esta ciudad adonde el cuerpo principal de la escolta del ejército romano condujo a Pablo, después de viajar de noche unos 50 Km. desde Jerusalén. (Hch 23:31.) Antípatris estaba en la intersección de los caminos militares romanos que conducían a la capital romana de Cesarea desde Jerusalén y Lida, respectivamente. Desde allí, setenta jinetes cruzaron la llanura y acompañaron a Pablo los 40 Km. restantes hasta Cesarea.
Lugar desde donde un hombre llevó veinte panes de cebada de los primeros frutos maduros de su cosecha y un poco de grano nuevo para presentarlo al profeta Eliseo. (2Re 4:42-44.) Era un tiempo de hambre, y Eliseo estaba en Guilgal. El humilde suministro fue más que suficiente para los cien “hijos de los profetas” que allí había. (2Re 4:38, 43; compárese con Mt 14:20; Mr 8:8.)
Se cree que Baal-salisá estaba cerca de Guilgal, probablemente en “la tierra de Salisá”, por la que pasó Saúl cuando buscaba las asnas de su padre. (1Sa 9:4.) Hay una referencia a Baal-salisá en el Talmud Babilonio, en la que se dice que era un lugar donde los frutos maduraban especialmente pronto. (Sanedrín, cap. I, 12a.) Se ha señalado como posible ubicación Kafr Thulth, en las estribaciones de Efraín. El nombre “Thulth” es el equivalente árabe del término hebreo “Salisá”. Kafr Thulth se encuentra a unos 46 Km. al NNO. de Jerusalén.
Lugar cercano a Guibeah donde los hombres de guerra de Israel se ordenaron para el combate contra la tribu de Benjamín, en una costosa batalla provocada por un repugnante crimen sexual. Parte de las fuerzas de Israel se reunieron en Baal-tamar y otras se colocaron en emboscada contra los benjamitas. (Jue 19:25-28; 20:33.) Su ubicación es incierta.
Fuente ubicada en Lehí. (Jue 15:19.) Recibió ese nombre cuando Sansón, sediento tras haber derribado a mil hombres, “se puso a invocar a Jehová” para que le diese agua, y en respuesta el manantial brotó de forma milagrosa. (Jue 15:14-18.)
1. Etam, Poblado simeonita que estaba en el interior del territorio de Judá.
1. Etam, Poblado simeonita que estaba en el interior del territorio de Judá. (1Cr 4:24, 32.) No es posible ubicarlo con seguridad, aunque algunos lo relacionan con Tell `Eitum (Tel `Aitun), situado en el centro del territorio de Judá, a unos 44 Km. al O. de En-guedí y a la misma distancia al SO. de Jerusalén.
2. Etam, El peñasco Etam, donde Sansón vivió tras incendiar los campos de los filisteos. Allí lo ataron con su consentimiento, y 3.000 hombres de Judá lo llevaron a los filisteos. (Jue 15:8-13.) Aunque no es posible identificar con certeza el peñasco Etam, no debe pasarse por alto su posible relación con la localidad del mismo nombre (núm. 3). No obstante, a solo 4 Km. al ESE. de donde se cree que estuvo Zorá, el pueblo de Sansón (Jue 13:2), se halla `Araq Isma-in, un peñasco solitario con una caverna en lo alto desde la que se domina la Sefelá. En consonancia con el significado del nombre, quizás este haya sido el peñasco Etam.
3. Etam, Población de Judá, ubicada probablemente en Khirbet el-Khokh, sobre una loma que está a unos 2,5 Km. al SO. de Belén. Al parecer, Etam y Belén fueron fundadas por parientes cercanos. (1Cr 4:3, 4; véase Atrot-Bet-Joab.) Josefo cuenta que muchas mañanas el rey Salomón recorría en carreta los 13 Km. que separaban Jerusalén de Etam, en donde había jardines y riachuelos. (Antigüedades Judías, libro VIII, cap. VII, sec. 3.) El sucesor de Salomón, Rehoboam, reedificó la ciudad y la fortificó. (2Cr 11:5, 6.) Según el Talmud, un acueducto llevaba agua a Jerusalén de un manantial situado al O. de Etam. (Talmud Babilonio, Iomá 31a; Talmud Palestiniense [de Jerusalén], Iomá 41a.)
Enclave simeonita en el territorio de Judá. (Jos 15:21,29; 19:1, 3; 1Cr 4:24, 28, 29.) Algunos eruditos la relacionan con Umm el-`Azem, situada a unos 25 Km. al SSE. de Beer-seba.
El nombre aplicaba a los habitantes de una zona donde Jesucristo expulsó demonios de dos hombres. Según los mejores manuscritos, Mateo utilizó originalmente la expresión “país de los gadarenos”, mientras que Marcos y Lucas cuando relataron este acontecimiento, emplearon “país de los gerasenos”. (Mt 8:28; Mr 5:1; Lu 8:26.)
De ambos países se dice que estaban situados “al otro lado”, es decir, en la parte oriental del mar de Galilea. La designación “país de los gadarenos” posiblemente aplicaba al distrito que tenía como centro la ciudad de Gadara (moderna Um Qeis), situada a unos 10 Km. al SE. del mar de Galilea. Las monedas de Gadara solían tener la representación de un barco, lo que da a entender que este territorio se debió extender hasta el mar de Galilea y por lo tanto pudo haber incluido al menos una parte del “país de los gerasenos”, al E. de aquel mar interior. Los eruditos que favorecen este punto de vista relacionan el “país de los gerasenos” con la región que estaba alrededor de Kursi, ciudad situada cerca de la costa E. del mar de Galilea, a unos 19 Km. al N. de Gadara; sin embargo, otros creen que la expresión “el país de los gerasenos” puede referirse al gran distrito cuyo centro se encontraba en la ciudad de Gerasa (Jarash), a unos 55 Km. al SSE. del mar de Galilea, y piensan que se extendía al E. de aquel lago abarcando el “país de los gadarenos”. En cualquier caso, el relato de Mateo no estaría en absoluto en conflicto con el de Marcos y Lucas.
Cerca de una ciudad del país de los gadarenos de la que no se da nombre, Jesucristo se encontró con dos endemoniados excepcionalmente violentos. Estos hombres vivían entre las tumbas, ya fueran excavadas en la roca o bien cuevas naturales usadas con ese propósito. Después que Jesús expulsó a los demonios, les permitió entrar en una gran piara de cerdos, que acto seguido se precipitó por un despeñadero al mar de Galilea. Este acontecimiento perturbó tanto a los habitantes del lugar que instaron a Jesús a salir de sus distritos. (Mt 8:28-34.)
Con relación al milagro antes mencionado, Mateo habla de dos hombres, mientras que Marcos (5:2) y Lucas (8:27) centran la atención solo en uno, probablemente debido a que su caso fue más notable. Es probable que fuera más violento y hubiera sufrido durante más tiempo el control demoniaco que el otro hombre. Sin embargo, quizás solo él quiso más tarde acompañar al Hijo de Dios. Jesús no se lo permitió, pero a cambio le animó a proclamar todo lo que Dios había hecho por él.
Esta instrucción de Jesús difirió de las que normalmente daba: que no se anunciasen sus milagros. Más bien que buscar publicidad ostentosa y permitir que la gente basara sus conclusiones en informes sensacionalistas, al parecer lo que Jesús quería era que las personas determinasen con el debido fundamento que él en realidad era el Cristo. Esto también cumplió las palabras proféticas habladas por medio de Isaías: “No reñirá, ni levantará la voz, ni oirá nadie su voz en los caminos anchos”. (Mt 12:15-21; Isa 42:1-4.) No obstante, la excepción que Jesús hizo en el caso del endemoniado fue apropiada. Podía dar testimonio a las personas con las que el Hijo de Dios solo había tenido un contacto limitado, en particular en vista de que se le pidió que se marchase. La presencia de este hombre daría testimonio acerca del poder de Jesús para hacer el bien, y contrarrestaría cualquier informe desfavorable que pudiera circular por la pérdida de la piara de cerdos. (Mr 5:1-20; Lu 8:26-39; Véase Gerasa, Gerasenos; Cerdo.)
Los cristianos estaban fuera de peligro cuando el emperador Nerón nombró al general Vespasiano para aplastar la revuelta judía en el año 70 E.C. Hábilmente auxiliado por su hijo Tito, Vespasiano procedió con una fuerza de 60.000 soldados. Dirigió sus legiones contra ciudades de Galilea, encontrando feroz resistencia. Cuando finalmente fueron tomadas las ciudades, la matanza atroz infligida sobre los judíos realmente fue grande.
En Gamala, cuando la situación se hizo desesperada para los judíos, muchos hombres arrojaron a sus esposas e hijos así como a sí mismos desde los muros de la ciudad. Más de 5.000 perecieron así en la profunda barranca artificial que estaba abajo. Otros 4.000 fueron muertos atrozmente por los romanos.
Esa región está al este del Jordán, entre el mar Salado (Muerto) y el mar de Galilea. Como en medio de esa meseta fértil, el río Jaboq desciende al Jordán. La fotografía de arriba muestra algunas de las ruinas impresionantes de Gerasa, llamada ahora Jerash, que estaba cerca del alto Jaboq.
Una antigua ruta comercial que se extendía de norte a sur, llamada “el camino del rey”, atravesaba Galaad. Al partir de Harán, parece que Jacob y su familia bajaron por este camino hacia el Jaboq. Él luchó con un ángel y se encontró con Esaú cerca de donde se edificaría Gerasa. (Génesis 31:17-25, 45-47; 32:22-30; 33:1-17.) En un tiempo posterior, los israelitas subieron desde el sur por el camino del rey cuando se dirigían a la Tierra Prometida. Dos tribus y media se establecieron al norte y al sur del Jaboq, junto al camino comercial. (Números 20:17; Deuteronomio 2:26, 27.)
¿Ejercieron alguna influencia en esa zona los griegos? Sí, influyeron cuando Alejandro Magno conquistó la región. Según la tradición, él fundó Gerasa para los veteranos de su ejército. Poco a poco la influencia griega se estableció bien. Diez de las colonias-ciudades al este del Jordán y el mar de Galilea formaron una confederación conocida como la Decápolis. Puede que usted haya visto ese nombre en la Biblia, donde se informa que “grandes muchedumbres [...] siguieron [a Jesús] de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea y del otro lado del Jordán”. Gerasa era una de las ciudades de la Decápolis. (Mateo 4:25.)
‘Parte del plan de Alejandro fue introducir a los griegos en todas partes del imperio. La Baja Siria [incluso la Decápolis], en particular, como uno de los centros estratégicos, recibió una gran población helénica. Hasta hoy, en ninguna parte del mundo oriental hay tantas y tan llamativas ruinas griegas como en el país al este del Jordán. Las ciudades griegas ostentaron, superficialmente, un establecimiento completo de instituciones y costumbres griegas: espléndidos templos dedicados a los dioses y diosas griegos, gimnasios, baños públicos, celebraciones anuales de juegos, y en muchos casos, escuelas y academias filosóficas’ (Hellenism [Helenismo], por Norman Bentwich).
Si usted visita las ruinas de Gerasa, hallará prueba abundante de eso. Cerca de la entrada meridional hay un foro o mercado público circular, que se ve en la fotografía. Es probable que le asombren los baños, templos, teatros y edificios públicos, muchos de los cuales están conectados por calles pavimentadas, bordeadas de columnas. Fuera de la ciudad se pueden ver hitos o señales a lo largo del antiguo camino que unía a Gerasa con otras ciudades de la Decápolis y con puertos del Mediterráneo.
Aun después que Roma se apoderó de Gerasa en 63 E.C., subsistió el carácter helénico. Usted puede imaginarse cómo podía tal carácter influir en los judíos que vivían en Gerasa y toda esa región. El libro Hellenism comenta: “Gradual pero definitivamente, los judíos empezaron a asimilar las ideas religiosas de la gente a su alrededor, y a considerar las Escrituras bajo la influencia de tales ideas”.
Aunque Jesús quizás no haya predicado en la ciudad, entró en el distrito de Gerasa, que tal vez se haya extendido hasta el mar de Galilea. Expulsó a demonios que poseían a un hombre de ese distrito y permitió que entraran en cerdos. (Marcos 5:1-17.) Es probable que sus primeros discípulos hayan predicado a judíos de las ciudades de la Decápolis, y después de 36 E.C. las buenas nuevas podían compartirse con los griegos de Gerasa. Prescindiendo de si la persona que aceptaba el cristianismo había sido un practicante estricto del judaísmo, un judío helenizado o un griego, el Dios verdadero lo aceptaba como parte de la descendencia espiritual de Abrahán.
“Gerasenos”
P75BDItVg; א: “gergesenos”; ASyp,s: “gadarenos”. (De [Pertenecientes a] Gerasa).
El nombre aplicaba a los habitantes de una zona donde Jesucristo expulsó demonios de dos hombres. Según los mejores manuscritos, Mateo utilizó originalmente la expresión “país de los gadarenos”, mientras que Marcos y Lucas cuando relataron este acontecimiento, emplearon “país de los gerasenos”. (Mt 8:28; Mr 5:1.)
De ambos países se dice que estaban situados “al otro lado”, es decir, en la parte oriental del mar de Galilea. La designación “país de los gadarenos” posiblemente aplicaba al distrito que tenía como centro la ciudad de Gadara (moderna Um Qeis), situada a unos 10 Km. al SE. del mar de Galilea.
Jesucristo curó a dos posesos en “el país de los gerasenos”, del que al menos una parte estaba al E. del mar de Galilea. (Mr 5:1-20; Lu 8:26-39; compárese con Mt 8:28-34.) No se conocen los límites exactos de esta región, ni tampoco su emplazamiento. No obstante, algunos eruditos identifican “el país de los gerasenos” con los alrededores de Kursi, en la costa oriental del mar de Galilea. Otros piensan que la designación aplicaría al gran distrito que se extiende alrededor de la ciudad de Gerasa (Jarash). (Véase GADARENOS.)
Lugar mencionado en Jueces 20:45. Hasta aquí persiguieron a los benjamitas las demás tribus israelitas con motivo del grave delito sexual que aquellos cometieron. Se desconoce su ubicación exacta.
Último lugar donde acampó Israel antes de adentrarse en el desierto de Parán. (Nú 11:35; 12:16; 33:17, 18; Dt 1:1.) En este lugar fue herida de lepra Míriam después de que ella y Aarón cuestionaron la autoridad de Moisés y el que se hubiese casado con una cusita. (Nú 11:35; 12:1-16.) La mayoría de los eruditos relacionan la Hazerot bíblica con el oasis `Ain Khadra, situado a unos 60 Km. al NE. de la ubicación tradicional del monte Sinaí.
En tiempos de los macabeos y los romanos, los límites geográficos de Idumea no incluían la zona más importante de la antigua Edom, al E. del Arabá, pero abarcaba parte de lo que había sido originalmente territorio de Simeón y de Judá. Como se indica en el libro apócrifo de 1 Macabeos (4:29, 61; 5:65, BJ), Idumea englobaba la región que estaba alrededor de Hebrón, y, en dirección N., llegaba hasta Bet-zur, aproximadamente a 26 Km. al SSO. de Jerusalén. Se dice que los idumeos sufrieron una derrota aplastante a manos de Judas Macabeo. (1 Macabeos 5:3.) Según Josefo, luego Juan Hircano subyugó a todos los idumeos, permitiéndoles permanecer en el país a condición de que se sometiesen a la circuncisión y se adhiriesen a la ley judía. En lugar de abandonar el país, los idumeos cumplieron estas condiciones. (Antigüedades Judías, libro XIII, cap. IX, sec. 1.) Los habitantes de Idumea estuvieron entre aquellos que fueron personalmente a Jesús “al oír cuántas cosas hacía”. (Mr 3:8).
Ciudad antigua situada al E. del Jordán, en el territorio de la tribu de Gad. Su ubicación exacta no es segura, aunque la mayoría de los eruditos concuerdan en que estaba al E. del Jordán, en las inmediaciones de Wadi Yabis (Jabés), a unos 35 Km. al S. del mar de Galilea.
Se menciona por primera vez a Jabés-galaad en relación con el castigo impuesto a la tribu de Benjamín en los días de los jueces, debido a tolerar un acto inadmisible de inmoralidad. (Jue 21:8.) Los israelitas casi exterminaron a toda la tribu de Benjamín (solo escaparon 600 varones), pero ni un solo hombre de Jabés-galaad participó en la ejecución de este castigo justificado. Por lo tanto, se determinó que debería darse muerte a todo hombre, mujer y niño de Jabés-galaad, con la excepción de las vírgenes. Las 400 vírgenes que no fueron ejecutadas se las dieron por esposas a los benjamitas fugitivos para evitar la extinción de la tribu. (Jue 20:1–21:14.)
Unos tres siglos después, cuando la nación de Israel pidió tener un rey visible como las demás naciones, los ammonitas amenazaron con sacar el ojo derecho de todo habitante varón de Jabés-galaad, pero Saúl reunió una fuerza militar de 330.000 hombres y puso en fuga a los ammonitas. (1Sa 11:1-15.) Cuarenta años después, los filisteos derrotaron a los israelitas y colgaron los cuerpos decapitados de Saúl y sus tres hijos en el muro de la plaza pública de Bet-san. Al enterarse de esta ignominia, los hombres valientes de Jabés-galaad hicieron una atrevida incursión nocturna y se llevaron los cadáveres a Jabés-galaad; allí quemaron los cuerpos y enterraron los huesos de manera respetuosa. Después ayunaron por siete días. (1Sa 31:8-13; 1Cr 10:8-12.)
Poco después de ser ungido por rey de Judá, David felicitó y bendijo a los ciudadanos de Jabés-galaad por su gesto de bondad hacia el difunto ungido de Israel. (2Sa 2:4-7.) Más tarde, David hizo traer los huesos de Saúl y Jonatán de Jabés-galaad y los enterró en la sepultura familiar de Saúl, en territorio benjamita. (2Sa 21:12-14.)
Ciudad amorrea con pueblos dependientes situada al E. del Jordán que conquistaron los israelitas en tiempos de Moisés. (Nú 21:25, 32.) Aunque en un principio la ciudad se asignó a Gad y los gaditas la fortificaron, después pasó a pertenecer a los levitas. (Nú 32:1, 3-5, 34, 35; Jos 13:24, 25; 21:34, 38, 39; 1Cr 6:77, 81.) Jazer fue uno de los lugares que se mencionan en la ruta que siguieron Joab y los jefes de las fuerzas militares para tomar el censo que David mandó hacer sin contar con la autorización divina. (2Sa 24:4, 5.) En las postrimerías del reinado de David, a algunos hebronitas poderosos que residían en Jazer se les designó para desempeñar funciones administrativas en el territorio de Israel que estaba al E. del Jordán. (1Cr 26:31, 32.)
En el siglo VIII a E.C., Jazer estaba bajo dominio moabita. Parece que entonces, si no antes, esa región era famosa por sus vinos. Se predijo que tanto a Jazer como a otras ciudades moabitas les sobrevendría calamidad en el futuro. (Isa 16:8-10; Jer 48:32, 33.)
Aunque se han propuesto varios posibles emplazamientos para Jazer, su ubicación exacta continúa sin conocerse.
Lugar mencionado como punto de referencia para localizar Siló. (Jue 21:19.) Se le ha identificado tentativamente con el-Lubban (Lubban Sharqiya), situado a unos 5 Km. al ONO. del lugar propuesto para Siló. No obstante, el que la Biblia diga que Siló se encontraba “hacia el sur de Leboná” puede indicar que en un principio esta población se encontraba bastante más al E. del lugar propuesto.
Escenario de una o, quizás, dos victorias israelitas sobre los filisteos. En la actualidad se desconoce su ubicación exacta. Hay quienes lo identifican con Khirbet es-Siyyaj, cuyo nombre quizás provenga de la palabra griega si-a-gön (quijada), situado a menos de 3 Km. al E. de Bet-semes.
Sansón derribó en Lehí a 1.000 filisteos con la quijada húmeda de un asno. Por eso llamó al lugar Ramat-lehí (que significa “Lugar Encumbrado de la Quijada”), probablemente en conmemoración de la victoria que Jehová le brindó en ese lugar. (Jue 15:9-19.) No obstante, el nombre Lehí quizás se debió en un principio a la forma de sus riscos.
Más tarde, según la lectura de muchas traducciones, Samah derribó a gran cantidad de filisteos reunidos en Lehí. (2Sa 23:11, 12; NM; Str; Val; VP.) No obstante, el término hebreo la-jai-yáh significa literalmente “en una aldea de tiendas”, pero debido a un ligero cambio en la puntuación vocálica, se ha traducido “en Lehí”.
“HABIENDO determinado mucho tiempo ha, varones muy esforzados, no sujetarme a servidumbre, ni de romanos, ni de cualquiera otra gente, sino servir a Dios solamente [...] Ahora, pues, entretanto que tienen su libertad, y tienen las espadas en las manos [...] ¡Muramos libres, y partamos de esta vida con nuestros hijos y mujeres!”
Según los informes, esta desesperada exhortación la dio Eleazar, el hijo de Jairo (o Ben Ya’ir), a los defensores de Masada. Josefo, historiador del primer siglo, dejó el registro de esto en su obra Las guerras de los judíos. ¿Por qué instó aquel líder judío a sus compañeros a cometer asesinato en masa y suicidio, en oposición a la ley de Dios? (Éxodo 20:13.) Más importante aún, ¿de qué manera puede serle útil a usted para sobrevivir en el mundo violento de hoy el conocer las circunstancias de este hecho?
Varones de puñal en Masada Antes de que estallara la rebelión judía de 66 E.C., los romanos habían establecido una guarnición en Masada, un peñasco fortificado cerca del mar Muerto. Aunque Masada estaba en un lugar aislado, Herodes el Grande había construido allí un hermoso palacio invernal. Construyó un sistema de transportación de agua que permitía hasta disfrutar de baños termales. Sin embargo, un punto más importante es que bajo la ocupación romana se almacenó una gran cantidad de armas en aquella fortaleza. Durante el auge de la oposición a los romanos como fuerza de ocupación en Palestina, las armas estuvieron en peligro de caer en manos de revolucionarios judíos. Entre los revolucionarios estaba el grupo de los sicarios, un nombre que significa “varones de puñal”, de quienes la Biblia dice que participaron en una rebelión. (Hechos 21:38.)
En 66 E.C. los varones de puñal capturaron Masada. Con las armas que obtuvieron, marcharon a Jerusalén para apoyar la revuelta contra la gobernación romana. La matanza de las guarniciones romanas de Masada y Jerusalén por los revolucionarios judíos despertó la ira del Imperio Romano contra los demás judíos. Antes de que terminara el año 66 E.C. la Legión Duodécima romana bajo Cestio Galo penetró en Judea y acampó fuera de Jerusalén. Los romanos atacaron la ciudad por todas partes y hasta socavaron los fundamentos norteños del templo. De repente, Galo se retiró de Judea con sus soldados sin que hubiera razón clara para ello. “Si poco más quisiera perseverar en el cerco, tomara luego la ciudad”, escribió el testigo ocular Josefo.
Pero los romanos no habían acabado su obra. Cuatro años después el general romano Tito marchó hacia Jerusalén con cuatro legiones.* Esta vez la ciudad entera fue destruida, y Judea fue puesta de nuevo bajo la gobernación férrea de Roma. Toda Judea excepto Masada.
Los romanos, resueltos a aplastar esta última resistencia, rodearon la fortaleza con un grueso muro de piedra y ocho campamentos con murallas de piedra. Con el tiempo construyeron una rampa de tierra que llegaba hasta la cumbre... ¡una cuesta de hechura humana que se extendía por 197 metros (645 pies) y tenía 55 metros (180 pies) de altura! Sobre esto construyeron una torre y colocaron un ariete para abrir brecha en el muro de Masada. ¡Nada podría impedir que con el tiempo el ejército romano irrumpiera en esta última fortaleza judía y la capturara!
Hoy día, las indicaciones claras de las posiciones de los campamentos romanos, el muro del asedio y la enorme rampa dan testimonio de cómo terminó la revuelta judía. En 1965 se terminó una extensa excavación arqueológica en Masada. The New Encyclopædia Britannica (1987) dice lo siguiente en cuanto a los hallazgos: “Se descubrió que las descripciones del historiador romano judío Josefo, que hasta entonces eran la única fuente detallada de la historia de Masada, eran muy exactas”.
Pero cuando los romanos estaban a punto de irrumpir en el lugar, ¿cómo reaccionaron los varones de puñal a la exhortación al suicidio por Eleazar, hijo de Jairo? Josefo registra lo siguiente: “Mataron todos los más allegados y más amigos [...] y escogiendo luego diez hombres de entre todos [...] para matar todos los otros, ordenándose encima de los cuerpos de sus mismas mujeres e hijos, y abrazándolos a todos, se ofrecían muy aparejados todos para ser muertos por aquellos que habían de ejecutar tan desdichado servicio.º Ellos entonces, pues, todos eran ya sin algún temor, antes muy atrevidamente, muertos; pusieron la misma ley para ser todos muertos [...] Estuvo una mujer muy vieja escondida, y otra [...] por las minas que tenían hechas [...] Eran [los muertos] hasta número de novecientos sesenta entre mujeres y muchachos”.
Ciudad de Galilea donde Jesucristo resucitó al único hijo de una viuda. (Lu 7:11-17.) Se la identifica con la aldea de Nein (Na`im), en la parte noroccidental de Jebel Dahi (Giv`at Ha-More; la colina de Moré[?]), situada a unos 10 Km. al SSE. de Nazaret. Se encuentra en la zona donde Jerónimo y Eusebio ubican la antigua ciudad, un atractivo paraje natural de la llanura de Jezreel (Esdrelón). Hay allí un manantial cuyas aguas riegan esta región de excelentes olivares y muchas higueras. Aunque hoy en día la aldea es bastante pequeña, las ruinas muestran que en los primeros siglos fue mucho mayor. (GRABADO, vol. 2, pág. 738.)
En el año 31 E.C., durante la primera gira de predicación por Galilea, Cristo Jesús llegó a Naín procedente de las inmediaciones de Capernaum, que quedaba a más de 30 Km. de distancia. (Lu 7:1-11.) Es posible que la “puerta” mencionada simplemente fuese una separación entre las casas por la que entraba a Naín un camino, puesto que no hay prueba de que alguna vez la ciudad haya estado amurallada. Probablemente fue en la entrada oriental de Naín donde Jesús y sus discípulos se encontraron con el cortejo fúnebre que quizás se dirigía a las tumbas de la ladera de la colina que queda al SE. de la moderna Nein. Compadecido de la viuda que había perdido a su hijo, Jesús se acercó al féretro y resucitó al muchacho. Las noticias de este milagro se esparcieron por toda la región y llegaron incluso a Judea. Puede que las palabras: “Los muertos son levantados” —que formaron parte de la respuesta que Jesús dio a los mensajeros que Juan el Bautista envió después desde la prisión—, hagan alusión también a este suceso. (Lu 7:11-22.)
“Tierra” por la que pasó Saúl cuando iba en busca de las asnas de su padre Quis. (1Sa 9:3, 4.) Debido a que es muy difícil determinar la ruta que siguió Saúl, en la actualidad no se conoce con certeza la ubicación de Saalim. En opinión de algunos doctos, la “tierra de Saalim” bien pudiera ser la “tierra de Sual” mencionada en 1 Samuel 13:17. En cualquier caso, la ubicación que mejor encaja con el contexto corresponde al territorio de Efraín.
“Tierra”, o distrito, por la que pasó Saúl mientras buscaba las asnas de su padre (1Sa 9:3, 4); probablemente era la zona donde se encontraba Baal-salisá. (2Re 4:42.) A este último lugar se le identifica con Kafr Thulth, a unos 20 Km. al NO. de Guilgal.
A TAN solo seis kilómetros y medio [4 millas] al noroeste de Nazaret —donde creció Jesús— existió una ciudad que no se menciona en los Evangelios. No obstante, Flavio Josefo, destacado historiador judío del siglo primero, la llamó el “adorno de la Galilea”. Se trata de Séforis. ¿Qué sabemos de ella?
Tras la muerte de Herodes el Grande, posiblemente en el año 1 antes de nuestra era, sus habitantes se rebelaron contra Roma y, como consecuencia, la ciudad fue destruida. Cuando Antipas, hijo de Herodes, heredó Galilea y Perea, decidió edificar su nueva capital sobre las ruinas de Séforis. Aunque de población mayormente judía, la ciudad fue reconstruida siguiendo el estilo arquitectónico grecorromano. Según el profesor Richard A. Batey, Séforis fue “el centro neurálgico del sistema gubernamental de Galilea y Perea”, hasta que en el año 21 de nuestra era Antipas construyó Tiberíades, que se convirtió en la capital. Para aquel entonces, Jesús vivía en las cercanías de Séforis.
Según el profesor James Strange, quien ha llevado a cabo excavaciones en Séforis, la ciudad contaba con archivos, una tesorería, un arsenal, bancos, edificios públicos y mercados donde se vendían desde alimentos variados hasta objetos de cerámica, cristal y metal, e incluso joyas. Había tejedores, vendedores de ropa y tiendas donde comprar cestas, muebles, perfumes y cosas por el estilo. Se cree que en aquel tiempo tenía entre 8.000 y 12.000 habitantes.
¿Visitó Jesús alguna vez esta bulliciosa metrópolis, situada a una hora a pie desde Nazaret? Los Evangelios no dicen nada al respecto. Sin embargo, The Anchor Bible Dictionary comenta que “una ruta lógica entre Nazaret y Caná de Galilea pasaba por Séforis” (Juan 2:1; 4:46). Desde Nazaret se ve la colina en la que se fundó la ciudad, a casi 120 metros [400 pies] por encima del nivel del valle. Algunos creen que cuando Jesús puso la comparación de la ciudad que no puede esconderse “cuando está situada sobre una montaña”, quizás tenía en mente esta población (Mateo 5:14).
Después de la caída de Jerusalén en el año 70, Séforis llegó a ser la principal ciudad judía de Galilea y, más tarde, sede del Sanedrín, el tribunal supremo judío. Durante un tiempo floreció como centro intelectual judío.
Lugar donde estaba el hogar de Dalila y donde esta engañó a Sansón para que revelara el secreto de su fuerza, lo que llevó a que los filisteos lo capturaran, lo cegaran y lo pusieran en prisión. (Jue 16:4-21.) Se le ha identificado con Wadi es-Sarar (Nahal Soreq), que atraviesa la Sefelá hacia el O. en dirección al mar Mediterráneo. Parece que el nombre Soreq, que significa “Vino Tinto Selecto”, se mantiene en el de Khirbet Suriq, a unos 25 Km. al O. de Jerusalén, en el lado N. de Wadi es-Sarar y en el lado opuesto de Bet-semes. En aquel entonces, al igual que en la actualidad, gran parte de esta región probablemente era adecuada para el cultivo de viñas (es posible que de ahí se derive su nombre). Puede que el carro filisteo que devolvió el arca del pacto a los israelitas siguiera el valle torrencial de Soreq desde Eqrón por el camino de Bet-semes. (1Sa 5:10; 6:10-12.)
Valle torrencial en el que acamparon los israelitas cuando bordearon la frontera de Moab, después de haber vagado durante treinta y ocho años desde la rebelión de Qadés-barnea. (Nú 21:12; Dt 2:13, 14.) Por lo general se le identifica con Wadi el-Hesa, el afluente más meridional del mar Muerto. Este valle, que era el límite entre Moab y Edom, desciende unos 1.190 m. en un tramo de unos 56 Km., y desemboca en el extremo SE. del mar Muerto. La parte superior del valle tiene entre 5 y 6 Km. de ancho. En esa zona hay restos de una serie de fortalezas edomitas que protegían los accesos naturales a la parte S. de Wadi el-Hesa.