“Estas son las palabras (cosas).” Heb.: ’Él·leh had·deva·rím. En heb. este quinto libro de Moisés deriva su nombre de estas palabras de apertura. LXXVg llaman a este libro: “Deuteronomio” (Gr.: Deu·te·ro·nó·mi·on, que significa: “Segunda Ley”, es decir, una explicación de la Ley [véase Dt 1:5]; lat.: Deu·te·ro·nó·mi·um).
Lit.: “una copia de esta ley de delante de los sacerdotes, los levitas”, M; LXX: “esta deu·te·ro·nó·mi·on (segunda ley) por medio de (procedente de) los sacerdotes, los levitas”; Vg: “una deu·te·ro·nó·mi·um de esta ley, tomando (aceptando) un modelo de los sacerdotes de la tribu levítica”.
Tener una persona interés o apetencia por conseguir la posesión o la realización de una cosa. 2. Querer determinada cosa, generalmente buena, para alguien.
★“Desear con vehemencia”: [Heb.: thaj·módh] [...] egoístamente, desear con vehemencia [Heb.: thith·’aw·wéh].” En este décimo mandamiento se usan dos verbos heb. diferentes, pero en Éx 20:17 solo se usa el primero. Agustín se basó en estos verbos diferentes para hacer dos mandamientos de uno solo, y así compensó por haber combinado en uno los primeros dos mandamientos. Una nota al pie de Deuteronomio 5:21 en la edición de letras grandes de la New World Translationde 1971 muestra sobre qué base el erudito católico romano San Agustín dividió el Décimo Mandamiento en dos mandamientos. Fue para compensar por contar el mandato en contra de adorar a otros dioses y el mandato en contra de hacer imágenes y adorarlas como un solo mandamiento. El pretexto aparente para hacer esto fue el hecho de que se usan dos diferentes verbos hebreos. A los judíos se les prohibía codiciar la esposa del prójimo, pero se les mandaba no ‘apetecer su casa,’ y así por el estilo. Pero la diferencia de verbos en hebreo solo aparece en Deuteronomio 5:21; no aparece en Éxodo 20:17, que contiene las palabras que Jehová Dios mismo escribió. Este mismísimo hecho, de que el Décimo Mandamiento no dice exactamente lo mismo en los dos registros (uno pone la casa del prójimo primero y separadamente y el otro pone a la esposa del prójimo primero y separadamente), ciertamente parece indicar que no se debe hacer ninguna distinción entre lo que no se debe codiciar. (g76 8/6 28)
El verbo inculcar significa “repetir muchas veces una cosa a uno. Fijar en la mente una idea [o] concepto [...] a fuerza de repetirlo con ahínco”. El Diccionario de la (Real Academia Española) define el verbo “inculcar” como: “repetir con empeño muchas veces una cosa a uno” y también como “infundir con ahínco en la mente una idea, un concepto, etc., a fuerza de repetirlo con ahínco” (w98 1/6 20 párr. 5) Como es obvio, eso no se consigue de la noche a la mañana.
Aquellos padres israelitas probablemente explicaban primero las leyes a sus hijos; a continuación, repetían la información, y luego les hacían preguntas sobre lo que habían aprendido. (w93 15/8 14 párr. 10) Los padres que dedican tiempo a advertir a sus hijos de los peligros de las drogas y las relaciones sexuales ilícitas tienen más posibilidades de conseguir que sus hijos eviten aquellas prácticas que los pudieran llevar a contraer el VIH y otras enfermedades. (g04 22/11 11)
El verbo hebreo traducido “inculcar” transmite la idea de amolar un instrumento, como con una piedra de afilar. El amolado no se consigue con unas cuantas pasadas, sino que debe hacerse con esmero, una y otra vez. La Versión Reina Valera traduce el verbo hebreo por “repetirás”. Obviamente, “inculcar” implica causar una impresión duradera. (Compárese con Proverbios 27:17.) (g97 8/3 27)
La palabra hebrea que se traduce “inculcar”, una forma intensiva de shanán, significa “repetir”, “decir una y otra vez”, “impresionar profundamente”, significa enseñar a base de repetir. De modo que aquí Dios está, de hecho, animando a los padres a instituir un programa planeado de instrucción bíblica que tiene el propósito explícito de impresionar en la mente de sus hijos asuntos espirituales. De modo que Jehová nos indica que la mejor manera de ayudar a los hijos a desarrollar una personalidad piadosa es hablándoles de él con asiduidad. Esto implica tener un estudio bíblico regular con ellos. (w74 80 párr. 10; w96 1/12 11 párr 6; fy 58 párr. 6)
Así que los padres tendrán que insistir en diversas ocasiones sobre el mismo asunto para que sus hijos aprendan a aplicar las leyes divinas. Y es preciso que recalquen de igual modo otras lecciones de la vida. Era algo que había de hacerse durante todo el día, es decir, desde el amanecer hasta el atardecer, “en [la] casa” y “por el camino”. Es obvio que enseñar a los hijos y moldear sus actitudes y conducta para que sean del agrado de Dios requiere tiempo y esfuerzo. (w07 15/5 16; w07 1/9 22 párr. 5)
Deuteronomio 11:10 Hacer el riego con tu pie, o: “tenías que regarla con tu pie”, es decir, usando los pies de alguna forma, fuera para hacer funcionar una rueda o para formar y abrir canales para el agua.
Deuteronomio 28:68
★ En el año 70 E.C.
Los muertos ascienden a 1.100.000 y 97.000 son vendidos como esclavos en el año 70 E.C. Según un cálculo, murió la septima parte de todos los judíos del Imperio romano.
En Jn 10:16 se usa el verbo griego ágo, que puede significar “traer”, “meter” o “guiar”, dependiendo del contexto. En un antiguo manuscrito griego de alrededor del año 200 se usa una palabra griega relacionada (synágo) que a menudo se traduce “reunir”. Jesús, el Pastor Excelente, reúne, guía, protege y alimenta a las ovejas de este redil (o “rebaño pequeño”, según Lu 12:32) y a sus otras ovejas. Todas ellas llegan a ser un solo rebaño con un solo pastor. Esta gráfica descripción destaca la unidad que caracterizaría a los seguidores de Jesús.
★“Dirección diestra”: Los que prestan atención a su consejo adquieren “dirección diestra”, o según el significado de la palabra hebrea original, el “arte de gobernar o dirigir” un barco. (Proverbios 1:4, 5.) ¡Sin duda tú deseas poder dirigir tu vida al evitar cualquier peligro sutil que pudiera hacer “naufragar” tu felicidad! (g85 8/12 10)
★“Llevan la delantera”: O: “son gobernadores de ustedes”. Gr.: he·gou·mé·non hy·món. Véase Mt 2:6, n: “Gobernadores”.
La palabra española “gobernar” proviene, a través del latín, de la palabra griega ky·ber·ná·o, que significa “timonear un barco, dirigir, gobernar”. Los ancianos cristianos gobiernan al emplear sus “capacidades directivas” (griego: ky·ber·né·seis) para suministrar dirección y guía en las congregaciones locales. (1 Corintios 12:28.) (w89 15/12 21 párrs. 3, 4) O, traduciendo más literalmente la palabra griega que usó el apóstol, debían estar obedeciendo a los que los “gobiernan.” (Vea la Kingdom Interlinear Translation.) (w73 124) O, como lo expresan otras traducciones, acuérdense de y obedezcan a ‘los que los guían a ustedes.’ (Authorized Version, margen; Syriac de Murdock; Rotherham) La Kingdom Interlinear dice: “Acuérdense de los que los gobiernan [griego: hegoumenon] a ustedes.”—Heb. 13:7, 17, 24. Formas de esta misma palabra griega se encuentran en Mateo 2:6; Lucas 22:26; Hechos 7:10; 15:22, donde el significado es similar, a saber, el de gobernar, actuar como jefe o llevar la delantera. La Versión de los Setentausa una forma de esta palabra al verter Malaquías 1:8: “Acércalo, por favor, a tu gobernador [griego: hegoumenoi].” Así, notamos que en español la definición de “timonear” es “gobernar el timón.” Por supuesto en este caso “gobernar” quiere decir “guiar y dirigir.” (w73 192 13:7)