La Palabra llegó a ser carnen y vivió entre nosotros, y vimos su gloria, una gloria como la que le corresponde a un hijo unigénitoo de parte de su padre. Y estaba lleno de favor divino y verdad.p
(Juan dio testimonio acerca de él. Exclamó: “¡Este es aquel del que dije ‘El que viene detrás de mí se me ha adelantado, porque existía antes que yo’!”).q
Ni siquiera yo lo conocía, pero el que me envión a bautizar en agua me dijo: ‘Sabrás quién es el que bautiza en espíritu santoo cuando veas que el espíritu baja y se queda sobre él’.
Entonces Jesús se volvió y al ver que lo seguían les preguntó: “¿Qué buscan?”. Ellos le contestaron: “Rabí —que traducido significa ‘maestro’—, ¿dónde te estás hospedando?”.
Y Felipe encontró a Natanaell y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés, en la Ley,m y también los profetas:n a Jesús hijo de José,o de Nazaret”.
Resulta que había seis vasijas de piedra para el agua, puestas allí para cumplir con las normas de purificacióni de los judíos. En cada una cabían dos o tres medidas de líquido.
Cuando el director del banquete probó el agua que había sido convertida en vino,j como no sabía de dónde venía (aunque los sirvientes que habían sacado el agua sí lo sabían), llamó al novio
y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el buen vinok y luego, cuando la gente ya está borracha, sirve el de peor calidad. Pero tú has tenido guardado el vino bueno hasta ahora”.
Así que, después de hacerse un látigo de cuerdas, los echó a todos ellos del templo, junto con las ovejas y las reses vacunas, y desparramó las monedas de los que cambiaban dinero y volcó sus mesas.d
Cuando fue levantado de entre los muertos, sus discípulos recordaronk que él solía decir eso, y creyeron lo que decían las Escrituras y lo que Jesús había dicho.
Este vino a él de nocher y le dijo: “Rabí,s sabemos que eres un maestrot enviado por Dios,u porque nadie puede hacer los milagrosv que tú haces si Dios no está con él”.a
”Dios amóu tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénitoa para que todos los que demuestren feb en él no sean destruidos,c sino que tengan vida eterna.d
El que ejerce fe en él no ha de ser juzgado.g El que no ejerce fe ya ha sido juzgado, porque no ha ejercido fe en el nombre del Hijo unigénito de Dios.h
Esta es la base del juicio: que la luzi [que es Jesús, con su vida y sus enseñanzas] vino al mundoj y, en vez de amar la luz, las personas amaron la oscuridad,k porque las cosas que hacían eran malas.
De modo que vinieron a Juan y le dijeron: “Rabí, el hombre que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio,u fíjate, este está bautizando, y todos están yendo a él”.v
El que tiene a la novia es el novio.z Pero el amigo del novio, cuando está junto al novio y escucha su voz, siente una gran alegría. Por eso ahora mi gozo es completo.a
El que viene de arriba está por encima de todos los demás.b El que es de la tierra, de la tierra es y habla de las cosas de la tierra.c El que viene del cielo está sobre todos los demás.d
★
De hecho, allí estaba la fuente de Jacob.s Ahora Jesús, cansado del viaje, estaba sentado junto a la fuente tal como estaba. La hora era a eso de la sexta.
Por lo tanto, la mujer, la samaritana, le dijo: “¿Cómo es que tú, que eres judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?”. (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)a
En respuesta, Jesús le dijo: “Si supieras del regalob de Dios y supieras quiénc es el que te está diciendo ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido agua a él, y él te habría dado agua viva”.d
El que beba del agua que yo le daré nuncaf más tendrá sed. Más bien, el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantialg que brotará para dar vida eterna”.h
Nuestros antepasados [los samaritanos] adoraban a Dios en esta montañaj [llamada Guerizim, que no está lejos de allí], pero ustedes [los judíos] dicen que hay que adorarlok en Jerusalén”.
“Viene la hora —de hecho, ha llegado ya— en que los auténticos adoradores del Padre lo adorarán con espíritup y con verdad.q Porque el Padre sin duda está buscando a personas así para que lo adoren.a
En esto, pues, llegaron sus discípulos, y se admiraban de que hablara con una mujer. Por supuesto, nadie dijo: “¿Qué buscas?”, o: “¿Por qué hablas con ella?”.
★
¿No dicen ustedes que todavía hay cuatro meses antes que venga la siega? ¡Miren! Les digo: Levanten la vista y miren, los campos están blancos, listos para la cosecha.l Ya
Ahora bien, muchos de los samaritanos de aquella ciudad pusieron feq en él a causa de la palabra de la mujer que había dicho en testimonio: “Me dijo todo lo que yo he hecho”.r
y empezaron a decir a la mujer: “Ya no creemos solo por lo que tú nos contaste. Lo hemos oído nosotros mismosc y sabemos que de verdad es el salvadord del mundo”.
Por lo tanto, cuando llegó a Galilea, lo recibieron los galileos, porque habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén en la fiesta,g porque ellos también habían ido a la fiesta.h
Así que fue otra vez a Canái de Galilea, donde había convertido el agua en vino.j Ahora bien, había cierto servidor del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum.k
Cuando este hombre oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, se fue a donde él y se puso a pedirle que bajara y sanara a su hijo, porque este estaba a punto de morir.
De modo que él se puso a inquirir de ellos la hora en que mejoró de salud. Por consiguiente, le dijeron: “La fiebreq se le fue ayer a la hora séptima”.
Y el hombre le responde: “Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua se agita. Cada vez que voy a entrar, alguien se me adelanta y baja antes que yo”.
A causa de esto, realmente, los judíos procuraban con más empeño matarlo,c porque no solo quebraba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre,d haciéndose igual e a Dios.
Por eso, en respuesta, Jesús pasó a decirles: “Muy verdaderamente les digo: El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre.f Porque cualesquiera cosas que Aquel hace, estas cosas también las hace el Hijo de igual manera.
Muy verdaderamente les digo: El que oye mis palabras y cree al que me envió tiene vida eterna,n y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.o
No puedo hacer ni una sola cosa por mi cuenta; así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto es justo,c porque no busco hacer mi voluntad, sino la voluntadd del que me envió.
Pero yo tengo el testimonio mayor que el de Juan, porque las obras mismas que mi Padre me asignó realizar, estas obras que yo hago,k confirman que el Padre me envió.
”Ustedes escudriñan las Escrituras,n porque piensan que por medio de ellas tendrán la vida eterna; y estas son las mismas que dan testimonio acerca de mí.o
Por lo tanto, cuando Jesús alzó los ojos y observó que una gran muchedumbre venía a él, dijo a Felipe: “¿Dónde compraremos panes para que estos coman?”.j
★
Jesús dijo: “Hagan que los varones se reclinen como en una comida”.n Bueno, había mucha hierba en el lugar. Entonces los hombres se reclinaron, en número de unos cinco mil.o
★
De modo que Jesús tomó los panes y, después de dar gracias, los distribuyó a los que estaban reclinados; igualmente también todo lo que querían de los pescaditos.p
Por consiguiente, cuando los hombres vieron las señales que él ejecutó, empezaron a decir: “Con certeza este es el profetab que había de venir al mundo”.
Sin embargo, cuando hubieron remado unos cinco o seis kilómetros, contemplaron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y se sobrecogieron de temor.f
Al día siguiente, la muchedumbre que estaba de pie al otro lado del mar vio que no había allí otra barca sino una pequeña, y que Jesús no había entrado en la barca con sus discípulos, sino que solo sus discípulos habían partido;
Por lo tanto, cuando la muchedumbre vio que ni Jesús estaba allí, ni sus discípulos, subieron en sus barquillas y vinieron a Capernaum para buscari a Jesús.
Jesús les contestó y dijo: “Muy verdaderamente les digo: Ustedes me buscan, no porque vieron señales, sino porque comieron de los panes y quedaron satisfechos.a
Trabajen, no por el alimento que se echa a perder,b sino por el alimento que dura y lleva a vida eterna,c que el Hijo del hombre les dará; porque sobre este el Padre, sí, Dios, ha puesto su sello [de aprobación]”.d
Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que reconozca al Hijo y demuestre fe en él tenga vida eterna,r y yo lo resucitaré en el último día”.s
y empezaron a decir:b “¿Este no es Jesús hijo de José?c ¿Acaso no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: ‘Yo he bajado del cielo’?”.
Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguien come de este pan, vivirá para siempre. De hecho, el pan que yo voy a entregar para que el mundon viva es mi carne”.m
Entonces Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: Si no comen la carneo del Hijo del Hombre y no beben su sangre,p no tienen vidaq en ustedes mismos.
Este es el pan que bajó del cielo. No es como cuando sus antepasados comieron y sin embargo murieron. El que se alimenta de este pan vivirá para siempre”.b
Y había mucha habla restringida acerca de él entre las muchedumbres.i Algunos decían: “Es hombre bueno”. Otros decían: “No lo es, sino que extravía a la muchedumbre”.
Si circuncidan a un varón en sábado para no desobedecer la Ley de Moisés, ¿cómo es que se ponen tan furiosos conmigo por curar totalmente a un hombre en sábado?h
Por lo tanto, Jesús clamó mientras enseñaba en el templo, y dijo: “Ustedes me conocen y saben de dónde soy.o Pero yo no vine por mi propia cuenta.p El que me envió es muy real,q y ustedes no lo conocen.r
Aun así, muchos de la muchedumbre pusieron fe en él;w y empezaron a decir: “Cuando venga el Cristo, él no va a hacer más milagrosx de los que ya ha hecho este hombre, ¿verdad?”.
Los fariseos oyeron a la muchedumbre que murmuraba estas cosas acerca de él, y los sacerdotes principales y los fariseos despacharon oficiales para que se apoderaran de él.a
Por consiguiente, los judíos dijeron entre sí: “¿Adónde piensa ir este para que no podamos encontrarlo? ¿No pensará irse con los judíos esparcidose entre los griegos y enseñarles a los griegos?
Sin embargo, dijo esto respecto al espíritu que estaban para recibir los que ponían fe en él; porque aún no había espíritu,j por cuanto Jesús todavía no había sido glorificado.k
Por supuesto, decían esto para ponerlo a prueba, a fin de tener algo de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en la tierrañ con el dedo.
Por lo tanto Jesús les habló otra vez, diciendo: “Yo soyñ la luzf del mundo. El que me siga nunca andará en la oscuridad,g sino que tendrá la luz de la vida”.
En respuesta, Jesús les dijo: “Aunque doy testimonio a favor de mí mismo, mi testimonioh es verdadero, porque yo sé de dónde vine y adónde voy.i Pero ustedes no saben de dónde vine ni adónde voy”.
Por lo tanto procedieron a decirle: “¿Dónde está tu Padre?”. Jesús contestó: “Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre.e Si me conocieran, conocerían a mi Padre también”.f
Así que él pasó a decirles: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba.m Ustedes son de este mundo;n yo no soy de este mundo”.o
Muchas cosas tengo que hablar respecto de ustedes y sobre las cuales pronunciar juicio. El que me envió es fiel a la verdad, y yo digo en el mundoc las mismas cosas que le escuché a él”.
Por lo tanto, dijo Jesús: “Una vez que ustedes hayan alzadod al Hijo del hombre,e entonces sabrán que yo soy quien digo serf y que no hago nada por mi cuenta,g sino que digo lo que el Padre me enseñó.h
Jesús les dijo: “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían,d porque fue Dios quien me envió y por eso estoy aquí.eNo vine por mi propia cuenta, sino que él me envió.f
Ustedes proceden de su padre el Diablo,h y quieren hacer los deseos de su padre.i Él en sus comienzosj fue un asesino. No se mantuvo fiel a la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de [la mentira].k
Los judíos le dijeron: “Ahora nos queda claro que tienes un demonio.v Abrahán murió,w y los profetas también,x pero tú dices: ‘Si alguien obedece mis palabras, nunca probaráy la muerte’.
Jesús contestó: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no serviría de nada. El que me glorifica es mi Padre,c el que ustedes dicen que es su Dios.
Pero ustedes no lo conocen;d en cambio yo lo conozco.e Y, si dijera que no lo conozco, sería un mentiroso como ustedes. Pero sí lo conozco, y observo su palabra.f
Esta vez, pues, los fariseos también se pusieron a preguntarle cómo había recibido la vista.f Él les dijo: “Me puso barro en los ojos, yo me lavé y ahora puedo ver”.
Entonces algunos de los fariseos se pusieron a decir: “Ese hombre no es de Dios, porque no respeta el sábado”.g Otros decían: “¿Cómo puede un pecador hacer milagrosh así?”. De modo que hubo una divisióni entre ellos.
Sin embargo, los judíos no creían, respecto de él, que hubiera sido ciego y hubiera recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del hombre que había recibido la vista.
Pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; y quién le abrió los ojos, tampoco lo sabemos. Pregúntenle. Es mayor de edad. Él tiene que hablar por sí mismo”.
Sus padres dijeron estas cosas porque temíank a los judíos, porque los judíos ya habían quedado de acuerdo en que, si alguno lo confesaba como Cristo, fuera expulsado de la sinagoga.a
Él les contestó: “Ya se lo dije, pero ustedes no me hicieron caso. ¿Por qué quieren oírlo otra vez? No querrán hacerse discípulos de él también, ¿verdad?”.
El trabajador,y que ni es pastor ni es el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona a las ovejas y huye. El lobo entonces las arrebata y las dispersa.z—
”Y tengo otras ovejas,c que no son de este redil;d a esas también las tengo que traer, y ellas escucharán mi voz.e Formarán un solo rebaño con un solo pastor.f
Nadie me la quita, sino que la entrego voluntariamente. Tengo autoridad para entregarla y tengo autoridad para recibirla de nuevo.i Ese es el mandamientoj que recibí de mi Padre”.
Los judíos le contestaron: “No te vamos a apedrear por ninguna buena obra, sino por blasfemar;d porque tú, aunque eres un hombre, te haces a ti mismo un dios”.e
Pero, si las hago, aunque no me crean a mí, crean por las obrasl que hago. Así sabrán y nunca dejarán de saber que el Padre está en unión conmigo y yo estoy en unión con el Padre”.m
Pero, cuando Jesús oyó esto, dijo: “Esta enfermedad no tiene como finalidad la muerte, sino que servirá para la gloria de Diosd y para que el Hijo de Dios sea glorificado mediante ella”.
Cuando los judíos que estaban consolando a María en la casam la vieron levantarse de repente y salir, la siguieron porque pensaban que se iba a llorar a la tumba.n
El que había estado muerto salió. Tenía los pies y las manos atados con vendasn y la cara envuelta con una tela. Jesús les dijo: “Quítenle las vendas y dejen que se vaya”.
Por eso Jesús dejó de andar en públicof entre los judíosg y se fue a la región que está cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín,h y se quedó allí con los discípulos.
Pero los sacerdotes principales y los fariseos habían ordenado que, si alguien se enteraba de dónde estaba Jesús, lo informara para que pudieran arrestarlo.
Entonces María tomó una libra de un aceite perfumado muy caro, de nardo puro, y lo derramó sobre los pies de Jesús. Luego se los secó con su cabello. Y la casa se llenó del aroma del aceite perfumado.
En realidad, no lo dijo porque le importaran los pobres, sino porque era un ladrón; como tenía a su cargo la caja del dinero, robaba del dinero que se ponía en ella.
Mientras tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba en Betania y vinieron a verlo, pero no solo a él, sino también a Lázaro, a quien él había levantado de entre los muertos.f
Así que tomaron hojas de palmerai y salieron a su encuentro, y se pusieron a gritar:j “¡Salva, te rogamos!k ¡Bendito el que viene en el nombre de Jehová,l el Reym de Israel!”.
Al principio sus discípulos no comprendieron estas cosas. Pero, cuando Jesús fue glorificado, recordaron que estas cosas estaban escritas acerca de él y que esas eran las cosas que le habían hecho.
Ahora bien, la multitud que había estado presente cuando Jesús le dijo a Lázaro que saliera de la tumba y lo levantó de entre los muertos iba dando testimonio de lo que había ocurrido.
Entonces la multitud le contestó: “Sabemos por la Ley que el Cristo existirá para siempre.a ¿Cómo es que tú dices que el Hijo del Hombre tiene que ser alzado?b ¿Quién es ese Hijo del Hombre?”.c
Así que Jesús les dijo: “La luz estará entre ustedes un poco más. Caminen mientras tengan la luz para que la oscuridadd no los venza; el que camina en la oscuridad no sabe adónde va.e
Mientras tengan la luz, demuestren fe en la luz, para que lleguen a ser hijos de la luz”.f Después de decir estas cosas, Jesús se fue y se escondió de ellos.
para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías, que dijo: “Jehová, ¿quién ha puesto su fe en nuestro mensaje?g ¿Y a quién le ha sido reveladoh el brazo de Jehová?”.
De todas formas, hasta muchos gobernantes de los judíos pusieron su fe en él;l pero no lo reconocían abiertamente por miedo a los fariseos, para no ser expulsados de la sinagoga,m
Ahora bien, puesto que antes de la fiesta de la pascua sabía que había llegado su horae para irse de este mundo al Padre,f Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,g los amó hasta el fin.
Ahora bien, cuando les hubo lavado los pies y se hubo puesto sus prendas de vestir exteriores y recostado de nuevo a la mesa, les dijo: “¿Saben lo que les he hecho?
No hablo de todos ustedes; yo conozco a los que he escogido. Mas es para que se cumpla la Escritura: ‘El que comía de mi pan ha alzado contra mí su talón’.
Muy verdaderamente les digo: El que recibe a cualquiera a quien yo envío me recibe a mí [también]. A su vez, el que me recibe a mí recibe [también] al que me envió”.
Por tanto Jesús contestó: “Es aquel a quien daré el bocado que mojo”. Y así que, habiendo mojado el bocado, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.
Algunos, de hecho, se imaginaban que, como Judas tenía la caja del dinero, Jesús le decía: “Compra las cosas que necesitamos para la fiesta”, o que diera algo a los pobres.
Hijitos, estoy con ustedes un poco de tiempo más. Me buscarán ustedes; y así como dije a los judíos: ‘A donde yo voy ustedes no pueden venir’, también se lo digo a ustedes ahora.
Jesús contestó: “¿Entregarás tu alma a favor de mí? Muy verdaderamente te digo: No cantará el gallo de ninguna manera hasta que me hayas repudiado tres veces”.
También, si prosigo mi camino y les preparo un lugar, vengo otra veza y los recibiré en casa a mí mismo,b para que donde yo estoy también estén ustedes.c
Jesús le dijo: “¿He estado con ustedes tanto tiempo, y aun así, Felipe, no has llegado a conocerme? El que me ha visto a mí ha visto al Padrek [también]. ¿Cómo es que dices: ‘Muéstranos al Padre’?l
¿No crees que yo estoy en unión con el Padre y el Padre está en unión conmigo?m Las cosas que les digo a ustedes no las hablo por mí mismo; sino que el Padre que permanece en unión conmigo está haciendo sus obras.n
Muy verdaderamente les digo: El que ejerce fe en mí, ese también hará las obras que yo hago; y hará obras mayoresp que estas, porque yo estoy siguiendo mi camino al Padre.q
el espíritu de la verdad,u que el mundo no puede recibir,a porque ni lo contempla ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes y está en ustedes.b
El que tiene mis mandamientos y los observa, ese es el que me ama.h A su vez, el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me mostraré a él claramente”.
Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho.n
Oyeron que les dije: Me voy y vengo [otra vez] a ustedes. Si me amaran, se regocijarían de que sigo mi camino al Padre, porque el Padre es mayorp que yo.
Permanezcan en unión conmigo, y yo en unión con ustedes. Así como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo a menos que permanezca en la vid, así mismo tampoco pueden ustedes, a menos que permanezcan en unión conmigo.
Yo soyñ la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes no pueden hacer nada.
Si alguien no permanece en unión conmigo, es echado fuera como un sarmiento, y se seca; y a esos sarmientos los recogen y los arrojan al fuego, y se queman.
Ya no los llamo esclavos, porque el esclavo no sabe lo que hace su amo. Pero los he llamado amigos,d porque todas las cosas que he oído de mi Padre se las he dado a conocer a ustedes.e
Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los escogí a ustedes, y los nombré para que vayan adelante y sigan llevando frutof y que su fruto permanezca; a fin de que sin importar qué le pidan al Padre en mi nombre, él se lo dé a ustedes.g
Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo.j Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo,k sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.l
Tengan presente la palabra que les dije: El esclavo no es mayor que su amo. Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán;m si ellos han observado mi palabra, también observarán la de ustedes.
Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho,r no tendrían pecado;s pero ahora han visto y también han odiado tanto a mí como a mi Padre.t
Sin embargo, les he hablado estas cosas a ustedes para que, cuando llegue la hora para ellas, se acuerden de que se las dije.”Estas cosas, sin embargo, no se las dije al principio, porque estaba con ustedes.
No obstante, les digo la verdad: Es para provecho de ustedes por lo que me voy. Porque si no me voy, el ayudante de ninguna manera vendrá a ustedes; pero si sigo mi camino, lo enviaré a ustedes.
Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad,b él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye, y les declarará las cosas que vienen.c
Por eso, algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros: “¿Qué significa esto que nos dice: ‘Dentro de poco tiempo no me contemplarán, y, otra vez, dentro de poco tiempo me verán’, y, ‘porque voy al Padre’?”.
Jesús supo que querían interrogarlo, de modo que les dijo: “¿Andan inquiriendo entre ustedes sobre esto, porque dije: Dentro de poco no me contemplarán, y, otra vez, dentro de poco me verán?
Muy verdaderamente les digo: Ustedes llorarán y plañirán, pero el mundo se regocijará; ustedes estarán desconsolados, pero su desconsuelo será cambiado a gozo.
La mujer, cuando está dando a luz, siente desconsuelo, porque ha llegado su hora; mas cuando ha dado a luz al niñito, ya no se acuerda de la tribulación, por el gozo de que un hombre haya nacido en el mundo.
”Les he hablado estas cosas en comparaciones. Viene la hora en que ya no les hablaré en comparaciones, sino que les informaré con claridad acerca del Padre.
¡Miren! Viene la hora, en realidad, ha llegado, en que serán esparcidos cada uno a su propia casa, y me dejarán solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Les he dicho estas cosas para que por medio de mí tengan paz. En el mundo están experimentando tribulación, pero ¡cobren ánimo!, yo he vencido al mundo”.
porque los dichos que me diste se los he dado,b y ellos los han recibido y ciertamente han llegado a conocer que yo salí como representante tuyo,c y han creído que tú me enviaste.d
”Además, yo ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundog y yo voy a ti. Padre santo, vigílalosh por causa de tu propio nombre que me has dado, para que sean uno así como lo somos nosotros.i
Cuando estaba con ellos yo los vigilaba por causa de tu propio nombre que me has dado; y los he guardado, y ninguno de ellos es destruido sino el hijo de destrucción, para que la escritura se cumpla.
para que todos ellos sean uno,c así como tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy en unión contigo,d que ellos también estén en unión con nosotros,e para que el mundo crea que tú me enviaste.f
Yo en unión con ellos y tú en unión conmigo, para que ellos sean perfeccionados en uno, para que el mundo tenga el conocimiento de que tú me enviaste y de que tú los amaste a ellos así como me amaste a mí.
Padre, en cuanto a lo que me has dado, deseo que, donde yo esté, ellos también estén conmigo, para que contemplen mi gloria que me has dado, porque me amaste antes de la fundación del mundo.
★
Habiendo dicho estas cosas, Jesús salió con sus discípulos al otro lado del torrente invernal de Cedrónq a donde había un huerto, y él y sus discípulos entraron en él.r
★Por lo tanto, Judas tomó a la banda de soldados y a los oficiales de los sacerdotes principales y de los fariseos y llegó allí con antorchas y lámparas y armas.t
Entonces Simón Pedro, dado que tenía una espada, la desenvainó e hirió al esclavo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El nombre del esclavo era Malco.
Ahora bien, Simón Pedro —y lo mismo otro discípulo— iba siguiendo a Jesús. Aquel discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró junto con Jesús en el patio del sumo sacerdote,
pero Pedro se quedó de pie, fuera, a la puerta. Por lo tanto salió el otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera y trajo dentro a Pedro.
Pues bien, los esclavos y los oficiales estaban allí de pie, y habían hecho un fuego de carbón, porque hacía frío, y se calentaban. Pedro también estaba de pie con ellos y se calentaba.
Jesús le contestó: “Yo he hablado públicamente al mundo. Siempre enseñé en una sinagoga y en el templo, donde concurren todos los judíos; y no hablé nada en secreto.
Después que hubo dicho estas cosas, uno de los oficiales que estaba de pie allí cerca le dio a Jesús una bofetada y dijo: “¿Así contestas al sacerdote principal?”.
Pues bien, Simón Pedro estaba de pie calentándose. Entonces le dijeron: “Tú no eres también uno de sus discípulos, ¿verdad?”. Lo negó, y dijo: “No lo soy”.
Uno de los esclavos del sumo sacerdote, porque era pariente del hombre a quien Pedro había cortado la oreja, dijo: “Yo te vi en el huerto con él, ¿no es verdad?”.
Entonces condujeron a Jesús desde Caifás al palacio del gobernador. Era temprano en el día ahora. Pero ellos mismos no entraron en el palacio del gobernador, para no contaminarse, sino poder comer la pascua.
Jesús contestó: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente”.
Por lo tanto le dijo Pilato: “Bueno, pues, ¿eres tú rey?”. Jesús contestó: “Tú mismo dices que yo soy rey.g Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la verdad.h Todo el que está de parte de la verdadi escucha mi voz”.j
Además, ustedes tienen por costumbre que les ponga en libertad a un hombre en la pascua. ¿Desean, pues, que les ponga en libertad al rey de los judíos?”.
Por consiguiente, Jesús salió fuera, llevando la corona espinosa y la prenda de vestir exterior de púrpura. Y [Pilato] les dijo: “¡Miren! ¡El hombre!”.ñ
Sin embargo, cuando los sacerdotes principales y los oficiales lo vieron, gritaron, y dijeron:“¡Al madero [con él]! ¡Al madero [con él]!”. Pilato les dijo: “Tómenlo ustedes mismos y fíjenlo en el madero, porque yo no hallo en él falta alguna”.
Jesús le contestó: “No tendrías autoridad alguna contra mí a menos que te hubiera sido concedida de arriba. Por eso, el hombre que me entregó a ti tiene mayor pecado”.
Por esta razón Pilato siguió buscando cómo ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaron, diciendo: “Si pones en libertad a este, no eres amigo de César. Todo el que se hace rey habla contra César”.
Por eso Pilato, después de oír estas palabras, sacó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en un lugar llamado El Empedrado, pero, en hebreo, Gáb·ba·tha.
Sin embargo, ellos gritaron: “¡Quíta[lo]! ¡Quíta[lo]! ¡Al madero con él!”. Pilato les dijo: “¿A su rey fijo en un madero?”. Los sacerdotes principales contestaron: “No tenemos más rey que César”.
Muchos de los judíos, pues, leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue fijado en el madero estaba cerca de la ciudad;i y estaba escrito en hebreo, en latín, en griego.j
Pero los sacerdotes principales de los judíos empezaron a decir a Pilato: “No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino que él dijo: ‘Soy rey de los judíos’”.
Entonces, cuando los soldados hubieron fijado a Jesús en el madero, tomaron sus prendas de vestir exteriores e hicieron cuatro partes, para cada soldado una parte, y la prenda de vestir interior. Pero la prenda de vestir interior era sin costura, pues era tejida desde arriba toda ella.j
Por eso se dijeron unos a otros: “No la rasguemos, sino que por suertes sobre ella decidamos de quién será”. Esto fue para que se cumpliera la escritura: “Repartieron entre sí mis prendas de vestir exteriores, y sobre mi vestidura echaron suertes”.k Y así los soldados realmente hicieron estas cosas.
Entonces los judíos, puesto que era la Preparación, a fin de que los cuerpos no permanecieran en los maderos de tormento en el sábado (porque era grande el día de aquel sábado), solicitaron de Pilato que se les quebraran las piernas y fueran quitados los [cuerpos].
Entonces, después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secreto por [su] temor a los judíos, solicitó de Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato le dio permiso. Por lo tanto vino y se llevó el cuerpo.
De modo que ellos tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con las vendas con especias, así como tienen costumbre los judíos de preparar para el entierro.
A propósito, había un huerto en el lugar donde él había sido fijado en el madero, y en el huerto una tumba conmemorativa nueva, en la cual nadie todavía había sido puesto.
El primer día de la semana, María Magdalena vino a la tumba conmemorativa temprano, mientras todavía había oscuridad, y contempló la piedra ya quitada de la tumba conmemorativa.
De modo que corrió y vino a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien le tenía cariñoh Jesús, y les dijo: “Han quitado al Señor de la tumba conmemorativa,i y no sabemos dónde lo han puesto”.
María, sin embargo, se quedó de pie fuera, junto a la tumba conmemorativa, llorando. Entonces, mientras lloraba, se agachó para mirar dentro de la tumba conmemorativa
Jesús le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, imaginándose que era el hortelano, le dijo: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo quitaré”.
Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanosf y diles: ‘Asciendo a mi Padreg y Padre de ustedes y a mi Diosh y Dios de ustedes’”.i
Entonces, cuando se hizo tarde aquel día, el primero de la semana, y, aunque las puertas donde estaban los discípulos estaban aseguradas con cerradura por temor a los judíos, Jesús vino y estuvo de pie en medio de ellos, y les dijo: “Tengan paz”.
Por consiguiente, los otros discípulos le decían: “¡Hemos visto al Señor!”. Pero él les dijo: “A menos que vea en sus manos la impresión de los clavos y meta mi dedo en la impresión de los clavos y meta mi mano en su costado, de ninguna manera creeré”.
Ahora bien, ocho días después, sus discípulos estaban dentro otra vez, y Tomás con ellos. Jesús vino, aunque las puertas estaban aseguradas con cerradura, y estuvo de pie en medio de ellos y dijo: “Tengan paz”.
Pero estas han sido escritasj para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y que, a causa de creer,k tengan vida por medio de su nombre.
Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le dijeron: “Vamos también nosotros contigo”. Salieron y subieron a la barca, mas durante aquella noche no pescaron nada.o
Por lo tanto, aquel discípulo a quien Jesús amabad dijo a Pedro:e “¡Es el Señor!”. Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar.
Pero los otros discípulos vinieron en la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces.
Simón Pedro, por lo tanto, subió a bordo, y sacó a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres. Pero aunque había tantos, la red no se reventó.
Pues bien, cuando se hubieron desayunado, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?”.j Él le dijo: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño”.k Le dijo: “Apacienta mis corderos”.l
De nuevo le dijo, por segunda vez: “Simón hijo de Juan, ¿me amas?”.a Él le dijo: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño”. Le dijo: “Pastorea mis ovejitas”.b
Le dijo por tercera vez: “Simón hijo de Juan, ¿me tienes cariño?”. Pedro se contristó de que por tercera vez le dijera: “¿Me tienes cariño?”. De modo que le dijo: “Señor, tú sabes todas las cosas;c tú bien sabes que te tengo cariño”. Le dijo Jesús: “Apacienta mis ovejitas.d
Muy verdaderamente te digo: Cuando eras más joven, tú mismo te ceñías y andabas por donde querías. Pero cuando envejezcas extenderás las manos y otro te ceñiráe y te cargará a donde no desees”.f
Volviéndose, Pedro vio al discípulo a quien Jesús amaba,j que venía siguiendo, el que en la cena también se había recostado sobre su pecho y dicho: “Señor, ¿quién es el que te traiciona?”.
Por consiguiente, entre los hermanos salió este dicho: que aquel discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso?”.
Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran.