Lamentaciones es una colección de cinco poemas líricos. Los cuatro primeros son lamentos, o endechas; el quinto es una plegaria. Los cuatro primeros poemas están escritos en acróstico, con versículos que empiezan sucesivamente con las veintidós letras del alfabeto hebreo. El quinto no sigue el orden alfabético, aunque el número de versículos es el mismo que el de las letras del alfabeto: veintidós (Lamentaciones 5:1, nota).
“¡Oh, cómo ha llegado a sentarse solitaria, la ciudad que abundaba en gente! ¡Cómo ha quedado como viuda, la que era populosa entre las naciones! Aquella que era princesa entre los distritos jurisdiccionales, ¡cómo ha llegado a ser para trabajo forzado!” Estas palabras dan inicio a las lamentaciones de Jeremías por la ruina de Jerusalén. Explicando el motivo de esta calamidad, el profeta dice: “Jehová mismo le ha traído desconsuelo a causa de la abundancia de sus transgresiones” (Lamentaciones 1:1, 5).Representada como una mujer que ha perdido a su marido y a sus hijos, Jerusalén pregunta: “¿Existe algún dolor como mi dolor[?]”. Luego clama a Dios con respecto a sus enemigos: “Venga delante de ti toda su maldad, y trátalos severamente, así como me has tratado severamente a mí por causa de todas mis transgresiones. Porque son muchos mis suspiros, y mi corazón está enfermo” (Lamentaciones 1:12, 22).
Jeremías dice angustiado: “En el ardor de la cólera [Jehová] ha cortado todo cuerno de Israel. Ha vuelto atrás su diestra de delante del enemigo; y en Jacob sigue ardiendo como un fuego llameante que ha devorado todo en derredor”. El profeta describe su aflicción con estas palabras: “Se me han acabado los ojos en puras lágrimas. Mis intestinos se hallan en agitación. Mi hígado ha sido derramado a la misma tierra”. Hasta los que pasan por allí preguntan asombrados: “¿Es esta la ciudad de la cual solían decir: ‘Es la perfección de belleza, un alborozo para toda la tierra’?” (Lamentaciones 2:3, 11, 15).
Respuestas a preguntas bíblicas:
1:15.
¿En qué sentido “ha pisado [Jehová] el mismísimo lagar que pertenece a la virgen hija de Judá”?.
Al arrasar la ciudad —asemejada a una virgen—, los babilonios hicieron correr tanta sangre que parecía como si se estuviera pisando uvas en un lagar. Puesto que fue el mismo Jehová el que predijo y permitió esta aniquilación, podía decirse que él había ‘pisado el lagar’.
2:1.
¿De qué manera fue ‘arrojada del cielo a la tierra la hermosura de Israel’?.
En vista de que “los cielos son más altos que la tierra”, a veces se representa la humillación de las cosas encumbradas diciendo que son ‘arrojadas del cielo a la tierra’. “La hermosura de Israel” —el esplendor y poder de que gozaba cuando tenía la bendición de Jehová— fue ‘arrojada’ al quedar destruida Jerusalén y desolada la tierra de Judá (Isaías 55:9).
2:1, 6.
¿Qué son el “escabel” y la “cabaña” de Jehová?.
El salmista cantó: “Entremos en su magnífico tabernáculo; inclinémonos ante el escabel de sus pies” (Salmo 132:7). Por lo tanto, el “escabel” de Lamentaciones 2:1 es el templo, o casa de adoración, de Jehová. Los babilonios “quemar[on] la casa de Jehová” como si fuera una cabaña, o una simple choza, en medio de un jardín (Jeremías 52:12, 13).
2:16, 17.
Siguiendo el orden del alfabeto hebreo, ¿no debería comenzar el versículo 16 con la letra `á·yin y el 17 con la letra pe’?.
Al componer poemas de este estilo, los escritores inspirados solían seguir el orden alfabético, pero no a costa de sacrificar la naturalidad. El significado del contenido era más importante que ceñirse a una técnica literaria cuyo único objetivo era facilitar la memorización. La inversión del orden de estos dos caracteres se da también en los cantos tercero y cuarto (Lamentaciones 3:46, 49; 4:16, 17).
2:17.
¿Qué “dicho” en particular tocante a Jerusalén realizó Jehová?.
Al parecer, aquí se hace referencia a Levítico 26:17, donde dice: “Fijaré mi rostro contra ustedes, y ciertamente serán derrotados delante de sus enemigos; y simplemente los pisotearán aquellos que los odian, y ustedes realmente huirán cuando nadie los esté persiguiendo”.
1:1-9. Jerusalén da rienda suelta al llanto durante la noche, y las lágrimas corren por sus mejillas. Sus puertas están desoladas, gimen sus sacerdotes, sus vírgenes están afligidas y ella misma está llena de amargura. ¿Cuál es la causa de tanto sufrimiento? Su infame pecado. Su inmundicia está en sus faldas. El fruto del pecado no es felicidad, sino lágrimas, suspiros, aflicción y amargura.
1:18. Jehová es siempre justo al castigar a los transgresores.
2:20. A los israelitas se les advirtió que si no escuchaban la voz de Jehová, les sobrevendrían maldiciones, entre ellas la de tener que comerse ‘la carne de sus hijos e hijas’ (Deuteronomio 28:15, 45, 53). ¡Qué gran insensatez es desobedecer a Dios!
Jeremías desahoga su dolor por los terribles efectos del sitio de Jerusalén, que duró dieciocho meses. Dice en lamento: “El castigo por el error de la hija de mi pueblo también llega a ser mayor que el castigo por el pecado de Sodoma, la cual fue derribada como en un momento, y a la cual ninguna mano se dirigió con ayuda”. Y añade: “Mejores han resultado ser los muertos a espada que los muertos por el hambre, porque estos languidecen, traspasados por falta del producto del campo abierto” (Lamentaciones 4:6, 9).
El quinto poema pone las siguientes palabras en boca de los habitantes de Jerusalén: “Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido. De veras mira y ve nuestro oprobio”. A la vez que cuentan su tragedia, imploran: “Oh Jehová, hasta tiempo indefinido te sentarás. Tu trono es para generación tras generación. Tráenos de vuelta, oh Jehová, a ti mismo, y prontamente volveremos. Trae días nuevos para nosotros como en la antigüedad” (Lamentaciones 5:1, 19, 21).
Respuestas a preguntas bíblicas:
3:16.
¿Qué quiere decir la expresión: “Con grava hace que se me quiebren los dientes”?.
Según una obra de consulta, “en el camino al destierro, los judíos se vieron obligados a cocer su pan en huecos abiertos en la tierra, lo que hacía que se mezclara con grava”. Al comerlo, podían rompérseles los dientes.
3:19.
¿Cuál fue una de las maneras en que Jehová Dios demostró su gran humildad?.
En Lamentaciones 3:19, 20, el profeta Jeremías expresa confianza en que con el tiempo el Altísimo recordaría a los arrepentidos de la nación de Israel, que había sido derribada en derrota. Él ‘se inclinaría’ o se agacharía para darles atención favorable.
3:26.
Esperar el buen fruto de la disciplina.
El profeta Jeremías señaló lo siguiente: “Bueno es que uno espere, aun callado, la salvación de Jehová”. Lo que quiso decir es que el pueblo de Dios no debería quejarse de la forma en que Jehová lo había disciplinado al permitir que Jerusalén fuera destruida. Debería, más bien, aprovechar la situación para reflexionar en su proceder de desobediencia y en la necesidad de cambiar de actitud (Lamentaciones 3:40, 42).
Note que durante dicho tiempo de aflicción uno debería continuar esperando en Dios con optimismo por alivio, y acercarse más a él. La persona querrá ser paciente y esperar callada o sin quejarse hasta que el Todopoderoso haya traído la liberación o salvación. Por lo tanto, es muy beneficioso el que uno aprenda a llevar un yugo de sufrimiento durante su juventud. ¿Por qué? Porque esto hará que sea mucho más fácil para uno aguantar una experiencia similar más tarde en la vida sin perder la esperanza. El saber que se ha enfrentado a grandes dificultades anteriormente le dará una base para tener la esperanza de que podrá hacerlo de nuevo.
Ahora bien, cuando se le ha impuesto un yugo de aflicción a una persona, esta no debería estar corriendo por todas partes expresando sus quejas. No, más bien, debería sentarse solitaria, como alguien en duelo, y permanecer callada. Debería postrarse con su boca en el mismísimo polvo. Esto significa que debería someterse humildemente a las pruebas que Dios ha permitido que experimente, y debería esperar con optimismo la liberación venidera. No debería alzarse en rebelión contra sus perseguidores, sino aguantar con paciencia el abuso físico y verbal. Esto nos hace recordar la manera como Jesucristo se comportó. El registro bíblico dice: “Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia”. (1 Pedro 2:23.)
4:3, 10.
¿Por qué compara Jeremías “la hija de [su] pueblo” a “avestruces en el desierto”?.
Job 39:16 dice que el avestruz “trata a sus hijos bruscamente, como si no fueran suyos”. Por ejemplo, cuando los polluelos salen del huevo, la madre se marcha con otras hembras y el macho se queda a cargo. ¿Y cómo proceden ambos padres cuando se encuentran frente a un peligro? Huyen del nido, abandonando a sus pequeñuelos. Durante el sitio babilónico, el hambre en Jerusalén fue tan grave que las madres, que por naturaleza son compasivas, se volvieron crueles con sus propios hijos, como los avestruces en el desierto. Hasta los chacales mostraban mejores sentimientos maternales.
Había dos clases de nazareos: los que se ofrecían voluntariamente y aquellos a los que Dios nombraba. Los reglamentos que regían a los nazareos voluntarios se encuentran en el capítulo 6 del libro de Números. Tanto los hombres como las mujeres podían hacer un voto especial a Jehová para vivir como nazareos durante un período de tiempo. Sin embargo, si un padre o un esposo se enteraba del voto de su hija o de su esposa, podía anularlo en el caso de que lo desaprobara. (Nú 30:1-8.)
Los que hacían el voto de nazareato tenían tres restricciones principales:
1) No debían tomar ninguna bebida embriagante; tampoco debían comer ningún producto de la vid, tanto si estaba verde como maduro o seco, ni beber nada de su jugo, independientemente de que fuese mosto, estuviese ya fermentado o fuera vinagre.
2) No debían cortarse el cabello de su cabeza.
3) No debían tocar ningún cadáver, ni siquiera el de los parientes más cercanos, como padre, madre, hermano o hermana. (Nú 6:1-7; Jue 13:5.)
Votos especiales. La persona que hacía este voto especial tenía que “vivir como nazareo [“dedicado; separado”] para Jehová”, no para que los hombres le aplaudieran debido a una exhibición ostentosa de ascetismo fanático. La Ley decía: “Todos los días de su nazareato él es santo a Jehová”. (Nú 6:2, 8; compárese con Gé 49:26, nota.)
Por lo tanto, los requisitos impuestos a los nazareos tenían significado e importancia especial en la adoración de Jehová. Al igual que ocurría en el caso del sumo sacerdote —que debido a su cargo santo no se le permitía tocar ningún cadáver, ni siquiera el de sus parientes más cercanos—, así sucedía en el del nazareo. Al sumo sacerdote y a los sacerdotes también se les prohibía beber vino o licor embriagante cuando desempeñaban sus deberes sagrados delante de Jehová, debido a la seria responsabilidad de sus cargos. (Le 10:8-11; 21:10, 11.)
Además, el nazareo (heb. na·zír) ‘debía resultar santo y dejar que le crecieran los mechones del pelo de la cabeza’, lo que servía de señal distintiva para que todos pudieran reconocer rápidamente su nazareato santo. (Nú 6:5.) La misma palabra hebrea, na·zír, se usó con respecto a las vides “no podadas” durante el sábado sagrado y los años de jubileo. (Le 25:5, 11.) También es interesante el que a la lámina de oro que estaba en la parte frontal del turbante del sumo sacerdote y que tenía grabada la frase “La santidad pertenece a Jehová”, se le denominara “la santa señal de dedicación [heb. né·zer, derivada de la misma raíz que na·zír]”. (Éx 39:30, 31.) Igualmente, a la corona oficial o diadema que llevaban los reyes ungidos de Israel también se la llamaba né·zer. (2Sa 1:10; 2Re 11:12; véanse CORONA; DEDICACIÓN.) El apóstol explica que dentro de la congregación cristiana a la mujer se le da el cabello largo en lugar de una cobertura para la cabeza, lo que para ella constituye un recordatorio natural de que su posición es distinta de la del hombre y de que ha de tener presente su sumisión dispuesta por Dios. Por ello, tales requisitos —el cabello sin cortar, algo no natural en el hombre, junto con una abstinencia total de vino y la necesidad de ser limpio e incontaminado— inculcaban en el nazareo dedicado la importancia de la abnegación y sumisión completa a la voluntad de Jehová. (1Co 11:2-16; véanse COBERTURA PARA LA CABEZA; NATURALEZA.)
Requisitos si un nazareo se contaminaba. El estar en contacto con algún alma muerta, incluso si ocurría un accidente e inadvertidamente tocaba a alguien que muriese junto a él, hacía al nazareo inmundo durante siete días. El séptimo día tenía que afeitarse la cabeza y purificarse, y al día siguiente debía llevar a los sacerdotes dos tórtolas o dos palomos: uno servía de ofrenda por el pecado y el otro de sacrificio quemado. También tenía que presentar un carnero joven como ofrenda por la culpa. Además, el que había hecho el voto de nazareato tenía que empezar a contar de nuevo los días del voto estipulados al principio. (Nú 6:8-12.)
Requisitos al concluir el voto. La duración del nazareato era una decisión personal. No obstante, la tradición judía establecía que el período mínimo del voto debía ser de treinta días, ya que hacerlo más corto le restaría valor. Una vez concluido el voto, el nazareo se presentaba ante los sacerdotes delante de la tienda de reunión llevando consigo los sacrificios prescritos, consistentes en un carnero joven para el holocausto, una cordera como ofrenda por el pecado y un carnero para sacrificio de comunión. También tenía que llevar una cesta de tortas no fermentadas (sin levadura) y galletitas delgadas que habían sido bien untadas con aceite, junto con las ofrendas apropiadas de grano y la libación. Además de esos sacrificios necesarios, el nazareo llevaba otras ofrendas al santuario, según sus recursos. (Nú 6:13-17, 21.) A continuación el nazareo tenía que cortarse su cabello largo y ponerlo sobre el fuego debajo del sacrificio de comunión. El sacerdote que oficiaba a continuación colocaba porciones de las ofrendas en las manos de aquel y luego las mecía como ofrenda mecida delante de Jehová. (Nú 6:18-20.)
Parece que con el tiempo los judíos permitieron que algunas personas acaudaladas proveyeran, como un acto de caridad, los sacrificios necesarios para aquellos de escasos recursos que deseaban hacer el voto de nazareato.
Al parecer esta era la costumbre que aprovechó el apóstol Pablo cuando llegó a Jerusalén al final de su tercera gira misional. Para silenciar los falsos rumores de que había estado “enseñando a todos los judíos entre las naciones [...] [a que no anduviesen] en las costumbres solemnes” de la nación judía, los hermanos cristianos de Pablo le recomendaron el siguiente plan: “Tenemos cuatro varones que tienen sobre sí un voto. Toma a estos contigo y límpiate ceremonialmente con ellos y hazte cargo de sus gastos, para que se les rape la cabeza”. (Hch 21:20-26.)
El tiempo de nazareato quedaba a la opción del que hacía el voto. La tradición judía, no la Biblia, decía que no podía ser menos de treinta días, puesto que se creía que menos tiempo rebajaba la solemnidad del voto y lo convertía en algo trivial.
Nazareos de por vida. Los nazareos que Jehová nombraba para toda la vida y que apartaba para servicio especial, no hacían votos ni estaban restringidos por un período limitado de tiempo (los demás nazareos tenían que volver a calcular los días de su voto si lo rompían antes de haberlo acabado). Por ese motivo, los mandamientos de Jehová para ellos diferían algo de los requisitos para los nazareos voluntarios. Sansón fue un nazareo nombrado por Dios, ya desde antes de su concepción, para toda la vida. Ni siquiera para su madre fue un asunto de elección, pues como su hijo habría de ser nazareo, el ángel le ordenó que observase reglamentos especiales: no beber vino o licor embriagante ni comer cualquier cosa inmunda durante su embarazo. (Jue 13:2-14; 16:17.)
La reglamentación concerniente a Sansón era: “No debe venir navaja sobre su cabeza”. (Jue 13:5.) Sin embargo, no se puso ninguna prohibición acerca de que tocase cuerpos muertos. De ahí que Sansón matase un león o diera muerte a 30 filisteos y luego despojase a los cadáveres de sus vestiduras sin profanar su nazareato. En otra ocasión, con la aprobación de Dios mató a 1.000 enemigos “¡con la quijada de un asno... un montón, dos montones!”. (Jue 14:6, 19; 15:14-16.)
En el caso de Samuel, su madre, Ana, hizo un voto de nazareato y apartó a su hijo, todavía no concebido, para el servicio de Jehová. Dijo a Dios en oración: “Si [...] sin falta [...] das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida [“y no beberá vino ni bebida embriagadora” (1Re 1:11, Versión de los Setenta)] y no vendrá navaja sobre su cabeza”. (1Sa 1:9-11, 22, 28.) De Juan el Bautista se dijo que no tenía que “beber en absoluto vino ni bebida alcohólica”. Pocos más detalles se dan sobre su nazareato, excepto que él también, por nombramiento divino, tenía que serlo desde el día de su nacimiento. (Lu 1:11-15; compárese con Mt 3:4; 11:18.)
Juan el Bautista estuvo entre aquellos nazareos a quienes Jehová mismo levantó, como dice por boca de su profeta Amós: “Seguí levantando a algunos de los hijos de ustedes como profetas y a algunos de sus jóvenes como nazareos”. Sin embargo, no siempre se les aceptó o respetó, y el Israel rebelde incluso trató de quebrantar su integridad a Jehová. (Am 2:11, 12.) Cuando los pecados de Israel llegaron al colmo, Jehová puso fin al Israel típico en el año 607 a. E.C., y los nazareos infieles que había dentro de Jerusalén tampoco escaparon. Jeremías dice que el aspecto de los nazareos, en un tiempo saludable y fuerte, se hizo oscuro a medida que su piel se arrugaba sobre sus huesos debido a la terrible hambre. (Lam 4:7-9.)
Ave de rapiña de gran envergadura. Algunos sostienen que el nombre hebreo se deriva de una raíz que significa “romper en pedazos; lacerar”, mientras que otros lo consideran onomatopéyico (es decir, un nombre cuyo sonido imita a aquello que designa), y creen que né·scher representa un “sonido de viento” o “destello reluciente”, esto es, un pájaro que se lanza en picado hacia su presa, cayendo en vertical con un sonido de viento, como un rayo fulgurante a través del aire. En cualquier caso, el término hebreo describe bien al águila, cuya caída desde grandes alturas, cual rayo, provoca un silbido al atravesar el aire con toda rapidez sus extendidas plumas remeras. El águila, ave de rapiña y bebedora de sangre (Job 39:27, 30), estaba incluida entre las aves que la ley mosaica consideraba “inmundas”. (Le 11:13; Dt 14:12.)
Variedades de Palestina. Entre las águilas que se hallan en la actualidad en Israel se cuentan: el águila imperial (Aquila heliaca), el águila real (Aquila chrysaëtos) y el águila culebrera (Circaëtus gallicus). El águila real, conocida también como águila dorada debido a los brillantes reflejos dorados de su cabeza y nuca, es un ave impresionante de color marrón oscuro que mide aproximadamente un metro de largo y tiene una envergadura de unos dos metros. Las águilas se distinguen por tener una cabeza bastante ancha, con un saliente que se proyecta por encima de los ojos, un pico ganchudo corto y fuerte, patas robustas y garras potentes y aguzadas.
‘Llevados sobre alas de águila’: ¿qué base hay para esta figura retórica? En la región del Sinaí, llamada “zona de águilas”, estas aves se remontan y planean con sus alas fuertes y amplias. Por eso, los israelitas liberados que estaban reunidos en el monte Sinaí podían apreciar bien lo apropiado del cuadro que comunicaban las palabras de Dios de que se les había sacado de Egipto “sobre alas de águilas”. (Éx 19:4; compárese con Apo 12:14.) Casi cuarenta años después, Moisés comparó la manera de conducir Jehová a Israel a través del desierto a la de un águila que “revuelve su nido, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas remeras”. (Dt 32:9-12.) Cuando llega el tiempo para que los aguiluchos empiecen a volar, el padre o la madre aletea para incitarlos a que lo imiten y después los hace salir del nido para que prueben sus alas.
Aunque algunos han puesto en duda que alguna vez el águila lleve a su prole sobre el dorso, sir W. B. Thomas presenta el testimonio de un guía de Escocia que dice, hablando del águila real, que “los padres, después de instar y a veces empujar al aguilucho al vacío, descienden en picado hasta quedar debajo de él y dejan que el neófito se pose por un instante sobre su dorso y sus alas”. (The Yeoman’s England, Londres, 1934, pág. 135.) En el Bulletin de la Smithsonian Institution (1937, núm. 167, pág. 302) se cita a un observador de Estados Unidos que dijo: “La madre comenzaba en el nido, que estaba situado en lo alto de los peñascos. Prendía bruscamente al aguilucho, lo dejaba caer —yo diría que por unos noventa pies [30 m.]— y luego descendía en picado hasta colocarse debajo de él, con las alas extendidas, para que se posara en su dorso. El águila entonces se remontaba hasta la cima de la cordillera con el aguilucho y repetía el proceso. [...] Mi padre y yo lo observamos, fascinados, durante más de una hora”. G. R. Driver dice lo siguiente sobre estas declaraciones al comentar: “El cuadro [de Deuteronomio 32:11] no es pues un simple vuelo fantástico, sino que se basa en la realidad”. (Palestine Exploration Quarterly, Londres, 1958, págs. 56, 57.) ★Las “alas de águilas”, símbolo idóneo de la protección divina - (cl-Cap.7-Pg.67-§2,3)
Nidificación en las alturas y agudeza visual. En las preguntas que Dios formula a Job en Job 39:27-30, se destacan los hábitos del águila al construir su nido. El nido puede estar en un árbol alto o sobre el risco de un acantilado o de un cañón rocoso. Con el paso de los años, puede llegar a tener 2 m. de alto y, en algunos casos, pesar hasta 900 Kg. Los profetas, en sus mensajes contra el encumbrado reino de Edom, en las escarpadas montañas del Arabá (Jer 49:16; Abd 3, 4), también usaron de manera figurada la aparente seguridad e inaccesibilidad del nido del águila.
Rutherford Platt, en su libro The River of Life (1956, págs. 215, 216), confirma la vista de largo alcance del águila, mencionada en Job 39:29. También muestra el diseño poco común del ojo del águila, testimonio de la sabiduría del Creador. El libro dice:
“Encontramos los ojos campeones de todo el reino animal [...] [en] los ojos del águila, el buitre y el halcón. Son tan penetrantes, que pueden mirar hacia abajo desde mil pies [300 m.] en el aire y localizar un conejo o una perdiz medio escondidos en la hierba.
”La aguda visión del ojo cazador se debe a la proyección del reflejo del objeto sobre un denso grupo de células puntiagudas de forma cónica. Esta minúscula agrupación en el fondo del globo ocular absorbe los rayos de luz del objeto por medio de miles de puntos, y transmite al cerebro una imagen clara. Para casi todos los cazadores, como la mofeta, el puma y nosotros mismos, es suficiente un único punto de conos, pues al mirar adelante nos acercamos en línea recta al objeto de nuestra mirada. Pero no es así en el caso del águila o del halcón; estos pueden lanzarse en picado desde lejos al divisar al conejo entre la hierba gracias al nítido enfoque de los conos de sus ojos. Esta caída causa que la imagen del blanco se desplace en el fondo del globo ocular según una línea curva. Este desplazamiento de la imagen se ha planeado precisamente para el ojo del águila, de modo que posee los conos en línea curva en vez de agrupados en un punto. Por esta razón, cuando se lanza en picado, el águila mantiene constantemente enfocado al conejo que está en la hierba.” (Compárese con Jer 49:22.)
El vuelo del águila. La rapidez del águila se pone de relieve en muchos textos. (2Sa 1:23; Jer 4:13; Lam 4:19; Hab 1:8.) Hay registro de águilas que han sobrepasado la velocidad de 130 Km. por hora. Salomón advirtió que la riqueza “[hace] para sí alas” como las de un águila que vuela hacia el cielo (Pr 23:4, 5), mientras que Job se lamentaba por la rapidez con que transcurre la vida, comparándola a la velocidad de un águila en busca de presa. (Job 9:25, 26.) Sin embargo, los que confían en Jehová reciben poder para seguir adelante, como si se elevasen en las alas aparentemente incansables de un águila que se remonta. (Isa 40:31.)
A los científicos modernos, al igual que al escritor de Proverbios 30:19, les ha maravillado “el camino del águila en los cielos”. Clarence D. Cone, Jr., explica que la observación de las águilas, halcones y buitres, que se remontan con majestuosidad y casi sin esfuerzo, “ha ayudado a señalar el camino hacia el descubrimiento de un mecanismo fundamental de la meteorología”. Describe cómo estas grandes aves aprovechan al máximo la fuerza dinámica de las grandes “burbujas” de aire caliente que se elevan desde la tierra debido al calor del Sol y cómo las puntas “acanaladas” de las alas del águila están diseñadas de forma aerodinámica para eliminar la resistencia del aire sobre el ala. (Scientific American, abril 1962, págs. 131, 138.)
¿Qué tiene de maravilloso el águila? “El camino del águila en los cielos” es asombroso tanto por su velocidad como por su aparente carencia de esfuerzo: no sigue ninguna trayectoria prescrita ni deja ningún rastro. (Proverbios 30:19.) Se alude a la velocidad del águila en Lamentaciones 4:19, donde se dice lo siguiente sobre los soldados babilonios: “Más veloces que las águilas de los cielos han resultado ser nuestros perseguidores. Sobre las montañas han seguido acaloradamente en pos de nosotros”. Cuando un águila que describe círculos en el cielo divisa su presa, inclina las alas y se lanza en picado a una velocidad que puede alcanzar los 130 kilómetros por hora, según algunos informes. No sorprende que en las Escrituras el águila sea sinónimo de velocidad, especialmente con referencia a fuerzas militares. (2 Samuel 1:23; Jeremías 4:13; 49:22.)
Uso figurado. Esta poderosa ave de rapiña era un símbolo que los profetas usaban con frecuencia para representar las fuerzas guerreras de las naciones enemigas en sus ataques repentinos y a menudo inesperados. (Dt 28:49-51; Jer 48:40; 49:22; Os 8:1.) A los gobernantes babilonios y egipcios se les representó como águilas. (Eze 17:3, 7.) Es notable que en muchas naciones antiguas, como Asiria, Persia y Roma, se usó con frecuencia la figura del águila en los cetros reales, los estandartes y las estelas, como en tiempos modernos también la han usado Alemania, Estados Unidos y otras naciones.
Algunos han puesto en duda el uso de la palabra “águilas” en Mateo 24:28 y Lucas 17:37, y piensan que estos textos deben referirse más bien a buitres que se reúnen alrededor de un cadáver. Sin embargo, si bien el águila no se alimenta principalmente de carroña, como el buitre, a veces sí come cadáveres. (Palestine Exploration Quarterly, 1955, pág. 9.) También se sabe que aunque el águila suele cazar en solitario, a diferencia del buitre, que es gregario, de vez en cuando caza en parejas. El libro The Animal Kingdom (edición de F. Drimmer, 1954, vol. 2, pág. 965) informa de una ocasión en la que “varias se lanzaron conjuntamente sobre un berrendo [antílope americano]”. La profecía de Jesús supracitada se dio en relación con su prometida “presencia”, de modo que no aplicó solo a la desolación en el año 70 E.C. de la nación judía por los ejércitos romanos, con sus estandartes blasonados con figuras de águila.
En Apocalipsis se usan las águilas para representar a las criaturas que atienden el trono de Dios y anuncian mensajes de juicio divino para los habitantes de la Tierra. Se las representa como águilas probablemente para resaltar su rapidez y clarividencia. (Apo 4:7; 8:13; compárese con Eze 1:10; 10:14.)
Otro texto que para muchos eruditos aplica al buitre más bien que al águila es Miqueas 1:16, donde dice, de manera figurada, que Israel ‘ensancha su calvicie como la del águila’. La cabeza del águila está bien cubierta de plumas, incluso la del “águila de cabeza blanca” o “águila calva” de Norteamérica, que debido a las plumas blancas de su cabeza, desde lejos da la impresión de ser calva. El buitre leonado (Gyps fulvus), que aún se ve en Israel, solo tiene un poco de plumón blanco suave en su cabeza y el pescuezo está escasamente cubierto de plumas. Si el texto mencionado aplica al buitre, indicaría que la palabra hebrea né·scher tiene una aplicación más amplia. Puede observarse que, aunque los ornitólogos no clasifican al buitre leonado dentro del mismo “género” que el águila, sí le cuentan como de la misma “familia” (Accipitridae). Sin embargo, algunos opinan que Miqueas 1:16 se refiere a la muda que experimenta el águila, aunque se dice que este es un proceso bastante gradual y casi imperceptible. Por otra parte, este proceso de muda, que reduce algo la actividad y la fuerza, y que es seguido por una vuelta a la vida normal, puede ser a lo que hiciera referencia el salmista cuando habló de la juventud de uno “renovándose tal como la de un águila”. (Sl 103:5.) Otros ven en estas palabras una alusión a la vida relativamente larga del águila, pues se sabe de algunas que han alcanzado los ochenta años.
El nombre latino Áquila (Hch 18:2) significa “águila”.
¿Cuál es el secreto del vuelo ingrávido de esta rapaz? Isaías, hace referencia al vuelo sin esfuerzo del águila. “Los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán.” (Isaías 40:29, 31.) El águila se remonta sin mucho esfuerzo, pues se vale de las corrientes térmicas, es decir, columnas ascendentes de aire caliente. Aunque estas corrientes son invisibles, el águila es experta en su localización. Una vez descubre una de ellas, extiende las alas y la cola y describe círculos dentro de la columna de aire caliente, lo cual le permite ascender progresivamente. Cuando consigue suficiente altitud, planea hasta la siguiente corriente térmica, donde repite el proceso. De este modo puede mantenerse en el aire durante horas con un consumo mínimo de energía.
El vuelo sin esfuerzo del águila ilustra adecuadamente cómo la fuerza de Jehová puede elevarnos tanto espiritual como emocionalmente para que sigamos adelante. Tal como el águila no puede elevarse a tales alturas por su propia fuerza, nosotros tampoco lo logramos confiando en nuestras propias aptitudes. “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder”, explicó el apóstol Pablo. (Filipenses 4:13.) Al igual que el águila busca constantemente las corrientes térmicas invisibles, ‘seguimos pidiendo’ la fuerza activa invisible de Jehová mediante nuestras oraciones fervorosas. (Lucas 11:9, 13.)
Como un águila
Las águilas usan su fuerza solamente para iniciar el vuelo. Baten sus alas y se esfuerzan hasta ganar cierta altura. Una vez alcanzada, aprovechan la fuerza de los vientos y se dejan llevar por ellos como un velero. Poseen un instinto muy fino para captar corrientes de aire, y saben aprovecharlas. Si sólo hay brisa leve, planean suavemente. Si irrumpen vientos fuertes, usan la fuerza de esos vientos para volar bien alto y desplazarse silenciosamente a gran velocidad, sin apenas mover las alas, cuya envergadura es de más de dos metros. Durante las tormentas, las águilas vuelan por encima de las nubes. Cuanto más fuertes son los vientos, mayor es el poder que eleva al águila. Cuanto más alto vuela, mayor es su visión. Se coloca en un nivel al que ningún otro animal llega. Aprovecha las corrientes de aire para volar más rápido y durar más tiempo en el aire. En contraste las gallinas. Cuando están nerviosas agitan mucho las alas, con gran alboroto, pero apenas vuelan unos metros. Así mismo, los tiempos difíciles siempre deben verse como una oportunidad de elevarnos como las águilas, de ser levantados emocional y espiritualmente no por confiar en nuestras propias fuerzas, sino por el poder que Jehová nos proporciona por medio de su espíritu (viento o fuerza activa) y así llevarnos más cerca de Dios. (Sl 103:5; Isa 40:31; Flp 4:13) |
La renovación del águila: ¿Mito o verdad?
La historia de la renovación del águila:
El águila, es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, a los 40 años de vida tiene que tomar una seria decisión.
Su pico alargado y puntiagudo, también se curva.
Entonces el águila, tiene sólo dos alternativas: Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared, donde no necesite volar.
Entonces, apenas encuentra ese lugar, el águila comienza a golpear con su pico la pared, hasta conseguir arrancárselo.
Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue arrancando sus viejas plumas.
A veces nos preguntamos: Si bien es una historia realmente alentadora, que inspira en muchos aspectos, este mito ha sido tomado como cierto por muchos cristianos, pues piensan que eso es lo que dice la Biblia en (Sl 103:5 y Isa 40:31) Pero, ¿Es eso lo que la Biblia quiere decir? ¿Es la renovación del águila un mito o verdad? Un águila vive, según fuentes confiables, un máximo de 22 años, aunque hay registros de águilas que han vivido hasta los 30, pero son casos raros. Entonces la primera parte de la historia es falsa. La regeneración del pico es imposible debido a su propia naturaleza, sin embargo lo de las garras podría ser real pero que el águila se desplume totalmente es menos que improbable a menos que tenga una enfermedad de la piel. Un águila no podría vivir 150 días sin comer, su tipo de alimentación que se basa en carne de animales, le imposibilita tal proeza. Regenerar el pico esta tan fuera de lugar como si nos arrancáramos los dientes para que vuelvan a crecer. Un águila sin pico ciertamente está en desventaja. Entonces, científicamente la renovación del águila no es posible, sin embargo el mensaje que trae la historia consigo si es válido ( Tit1:14.) |
El búho, la lechuza y el mochuelo son rapaces nocturnas que el relato bíblico menciona varias veces. En un tiempo se creía que estaban emparentadas con la familia de los halcones, pero en la actualidad se las suele relacionar con otras aves nocturnas, como el chotacabras.
El pico de estas aves es corto y ganchudo y tienen potentes garras parecidas a las del halcón, pero se distinguen de este por su cabeza ancha y sus grandes ojos y “orejas” (grupos de plumas o copetes auriculares), así como por tener un dedo externo reversible en cada pie, de modo que mientras los otros dedos están vueltos hacia el frente, este pueden volverlo a un lado o incluso hacia atrás, lo que les permite agarrarse con firmeza de una diversidad de objetos. Sus grandes ojos tienen el iris dilatable, y por eso aprovechan al máximo la pálida luz nocturna; además, como están dispuestos frontalmente, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las demás aves, pueden mirar las cosas con ambos ojos a la vez. Su suave plumaje está sombreado de tonos pardos, grises, negros y blancos, y suele dar la impresión de que el ave tiene un cuerpo muy abultado. Según un artículo de la revista Scientific American (abril de 1962, pág. 78), las alas de las rapaces nocturnas son ultrasónicamente silenciosas; al parecer, sus bordes plumosos y el suave plumón que tienen en la superficie superior sirven para reducir la turbulencia del aire. De modo que se abalanzan silenciosamente en la oscuridad sobre su confiada presa, sobre todo roedores, aunque algunas también se alimentan de pájaros e insectos. La gama de sonidos que emiten va del chillido agudo al resonante ululato.
El término hebreo taj·más está incluido en la lista de aves ‘inmundas’. (Le 11:13, 16; Dt 14:15.) Se ha relacionado esta palabra hebrea con un verbo que significa “hacer violencia”, lo que encaja con la lechuza, que se alimenta de pequeños roedores y pájaros. La mayoría de las traducciones españolas han optado por esta identificación, aunque también se ha identificado con el autillo de bruce (Otus brucei).
Entre las aves ‘inmundas’ también se incluye la voz kohs, que se ha traducido “mochuelo” (Athene noctua). (Dt 14:16, MK, NM; Lexicon in Veteris Testamenti Libros, de L. Koehler y W. Baumgartner, Leiden, 1958, pág. 428.) El mochuelo es una de las aves rapaces nocturnas más difundidas en Palestina. Tiene unos 25 cm. de longitud y se le puede encontrar en matorrales, olivares y ruinas desoladas. La solitaria aflicción del salmista hizo que se sintiera como “un mochuelo de lugares desolados”. (Sl 102:6.) Es significativo el nombre árabe de esta rapaz nocturna: “Madre de ruinas”.
En la ley mosaica también figura como ‘inmunda’ el ave llamada en hebreo yan·schúf, nombre que según ciertas opiniones indica un sonido como de “bufido” o “resoplido” (la palabra hebrea para “soplar” es na·scháf). Otras lo relacionan con el “crepúsculo” (heb. né·schef), debido a ser esta un ave nocturna. (Le 11:17; Dt 14:16.) El Lexicon in Veteris Testamenti Libros (pág. 386) lo traduce “búho chico” (Asio otus). Esta es un ave de unos 38 cm. de longitud que se caracteriza por los largos copetes auriculares a los lados de su ancha cabeza. Frecuenta los bosques y las zonas desoladas, y se dice que sería una de las criaturas que habitarían en las ruinas de Edom. (Isa 34:11.)
Se predijo que las casas abandonadas de las ruinas de Babilonia estarían “llenas de búhos reales [plural de `ó·aj]”. (Isa 13:21.) Tanto este hecho como su nombre hebreo —que según parece denota a una criatura que “aúlla” con un grito lastimero— encajan bien con el búho real. Algunos identifican a `ó·aj con el Bubo bubo aharonii, una subespecie del búho real que habita en las regiones desérticas de Palestina. Sin embargo, el Bubo bubo ascalaphus, que se encuentra desde Marruecos hasta Irak, encaja mejor con el contexto geográfico de la profecía de Isaías 13. El búho real es la mayor y más fuerte de las rapaces nocturnas de estas regiones. Emite un silbido fuerte, prolongado e intenso. Al igual que otros búhos, por la noche sus ojos reflejan la luz con un brillo luminiscente amarillo-rojizo, lo que, junto con su también característico grito lastimero, contribuyó a que los pueblos paganos supersticiosos lo consideraran símbolo de mal agüero.
Algunos entendidos opinan que el término li·líth, que aparece en Isaías 34:14 como una de las criaturas que habitarían en las ruinas de Edom, aplica a alguna especie de ave nocturna. Esta palabra se usa en la actualidad con referencia “al Strix, el cárabo común”. (The Interpreter’s Dictionary of the Bible, edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 2, pág. 252.) No obstante, véase el artículo CHOTACABRAS.
Criatura mencionada en la descripción de la desolación de Edom y de los animales que luego habitarían en sus ruinas. (Isaías 34:14.) La palabra hebrea se ha traducido de varias maneras: “lechuza” (MK), “monstruo nocturno” (BAS; Val, nota), “chotacabras” (NM) y “fantasma que espanta de noche” (VP). La Biblia de Jerusalén y otras versiones leen “Lilit”, que es la transcripción del nombre hebreo.
Muchos eruditos dicen que el hebreo tomó prestado el término del antiguo sumerio y acadio, y que dicho término se deriva del nombre de un demonio mitológico femenino del aire (Lilitu). No obstante, el profesor G. R. Driver opina que la palabra hebrea (li·líth) se deriva de una raíz que denota “toda clase de movimiento de torsión u objeto retorcido”, tal como la palabra relacionada lái·lah (o lá·yil), que significa “noche”, da a entender un “envolver o rodear la tierra”. Esta derivación de li·líth —indica él— encaja con el “chotacabras”, pues esta es un ave que se alimenta por la noche y que se destaca por su vuelo rápido y de gran maniobrabilidad cuando persigue a las polillas, escarabajos u otros insectos voladores nocturnos. Según Driver, el naturalista Tristram dijo que el chotacabras era “muy activo hacia el crepúsculo, cuando se lanza al vuelo tras su alimento a gran velocidad y con giros intrincados”. (Palestine Exploration Quarterly, Londres, 1959, págs. 55, 56.)
La longitud del chotacabras es de unos 30 cm., y su envergadura, de 50 cm; su plumaje, parecido al del búho, es suave y está moteado delicadamente de gris y pardo. La suavidad de las plumas de las alas le permiten un vuelo silencioso. Se le debió llamar “chotacabras” por su gran boca, ya que una antigua leyenda afirmaba que el ave “chotaba” (mamaba) la leche de las cabras.
En cuanto a la probabilidad de que esta ave viviera en la árida región de Edom, hay que decir que ciertas variedades del chotacabras habitan en lugares baldíos. El chotacabras egipcio (Caprimulgus aegyptius) vive casi exclusivamente en el desierto, en zonas de acacias y tamariscos, y busca su alimento en el crepúsculo. El chotacabras núbico (Caprimulgus nubicus) se encuentra en los bordes del desierto que separa Jericó del mar Rojo, por lo tanto, en regiones parecidas a Edom.
¿Fue Lilit la primera esposa de Adán?
El origen de la leyenda que presenta a Lilit o Lilith como primera mujer se encuentra en una interpretación rabínica de Génesis 1:27 en la mitología hebrea. Antes de explicar que Yahveh dio a Adán una esposa llamada Eva, formada a partir de su costilla, el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó». Si bien hoy suele interpretarse esto como un mismo hecho explicado dos veces, otra interpretación posible es que Dios creó en primer lugar una mujer a imagen suya, formada al mismo tiempo que Adán, y solo más tarde creó de la costilla de Adán a Eva. La primera mujer a la que alude Génesis 1:27 sería la bella pelirroja Lilit, la cual abandonó a su marido y el jardín del Edén. La leyenda está vinculada a una tradición mágico-religiosa judía: la costumbre de poner un amuleto alrededor del cuello de los niños recién nacidos, con el nombre de tres ángeles (Snvi, Snsvi, Smnglof). El Génesis Rabba, midrás sobre el libro del Génesis, recopilado en el siglo xv en Israel, señala que Eva no existía todavía en el sexto día de la Creación. Entonces Yahvéh había dispuesto que Adán diese nombre a todas las bestias, aves y otros seres vivientes. Cuando desfilaron ante él en parejas, macho y hembra, Adán —que ya era un hombre de veinte años— sintió celos de su amor, y aunque copuló con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. Por ello exclamó: «¡Todas las criaturas tienen la pareja apropiada, menos yo!», y rogó al Dios que remediara esa injusticia (Génesis 2:20-24). |
La primera ave que se nombra en la Biblia. (Gé 8:7.) El cuervo es el mayor de los paseriformes (aves que se posan), mide unos 60 cm. de longitud y tiene una envergadura de más o menos 1 m. Su plumaje brillante se destaca por su color negro azabache (Can 5:11) con visos iridiscentes de color azul acerado y púrpura, y a veces un matiz verde en la parte inferior. Su dieta es muy variada, ya que come cualquier cosa, desde nueces, bayas y granos hasta roedores, reptiles, peces y pajarillos. Aunque puede atacar tanto a las crías de animales pequeños como a los que están débiles, es sobre todo un ave carroñera. Cuando come carroña, tiene el hábito de empezar por los ojos y otras partes blandas de la víctima antes de rasgar el abdomen con su robusto pico. (Pr 30:17.) Vuela muy bien, batiendo las alas a un ritmo fuerte y constante o planeando sin esfuerzo en amplios círculos mientras otea en busca de alimento. Su continua búsqueda de alimento le hace abarcar una zona muy extensa.
Los naturalistas consideran al astuto cuervo como una de las aves más inteligentes, adaptables e ingeniosas. Por esta razón, y también por tener un vuelo resistente y una dieta amplia, que incluye carroña, el cuervo era un buen candidato para ser la primera criatura que Noé enviara fuera del arca cuando las aguas del Diluvio empezaran a retirarse. El texto indica que después el cuervo permaneció fuera del arca, que solo usó como un lugar donde posarse. (Gé 8:5-7.)
El pacto de la Ley clasificó al cuervo como animal inmundo (Le 11:13, 15; Dt 14:12, 14), y se entiende que la frase “según su género” abarca a otras aves que al parecer están relacionadas con él, tales como la corneja, la chova, la graja y la grajilla, todas las cuales se pueden hallar en Palestina.
A diferencia de la corneja, el cuervo por lo general es un ave de zonas despobladas que a menudo habita en regiones montañosas e incluso desérticas. Era una de las criaturas que habitaban el “vacío y las piedras de lo desierto” de las ruinas de la ciudad de Edom, tal como vio Isaías en visión. (Isa 34:11.) El cuervo también tiene la costumbre de almacenar sobrantes de alimento en las grietas de las rocas o de enterrarlos debajo de hojas. Por lo tanto, fue muy apropiado que Dios escogiese estas aves para que de manera milagrosa llevaran dos veces al día pan y carne a Elías mientras estaba escondido en el valle torrencial de Kerit. (1Re 17:2-6.)
Los cuervos anidan en los peñascos o promontorios rocosos, así como en árboles altos; el macho se apega a la misma hembra durante toda su vida y ambos atienden concienzudamente a su cría. Jehová Dios, el verdadero Proveedor de todas sus criaturas, dirigió la atención de Job a Sí mismo por medio de la pregunta: “¿Quién le prepara al cuervo su alimento cuando sus propios polluelos claman a Dios por ayuda, cuando siguen errantes porque no hay nada de comer?”. (Job 38:41.) El salmista también mostró que el alimento que llevan los cuervos padres para satisfacer los gritos roncos de sus polluelos hambrientos se debe a las provisiones bondadosas del Creador. (Sl 147:7-9.) Jesús aludió a los cuervos de una manera similar para asegurar a sus seguidores que Aquel que cuida de esas aves del cielo, incluso a los cuervos, que son impuros, podemos estar seguros de que nunca se olvidará de quienes confían en él. (Lu 12:24; compárese con Sl 104:27, 28; Mt 6:26.)
Seguramente eran su tamaño impresionante, sus colores sombríos y su reclamo lastimero, los que hacían que los pueblos paganos de la antigüedad vieran al cuervo como un ave de mal agüero que presagiaba la muerte. Esta ave atrevida, y a veces un tanto descarada, tenía connotaciones proféticas para los griegos, quizás debido a la astucia y sagacidad que la caracterizan. Se decía que estaba consagrada al dios Apolo y era sagrada para una oscura orden de sacerdotes, algunos de los cuales vestían de negro.
Un príncipe de Madián contemporáneo del juez Gedeón se llamaba Oreb, que significa “Cuervo”. (Jue 7:25.)
¿Por qué uso Jehová un pájaro inmundo para alimentar a Elías? El hecho de que Jehová alimentara a Elías a través de aves inmundas como el cuervo, era una forma de proteger al profeta de sus enemigos, pues estos no sospecharían que un animal inmundo para los judíos llevaba ese alimento al profeta de Jehová. |
Ave palmípeda de gran tamaño que se zambulle para atrapar los peces. Solo aparece en la lista de criaturas voladoras inmundas según la ley mosaica y que, por lo tanto, no estaba permitido comer. La mayor parte de ellas son, básicamente, aves de presa y carroñeras. (Le 11:17; Dt 14:17.) Los traductores de la Versión de los Setenta griega entendieron que esta ave era el ka·tar·rá·ktës, nombre griego del cuervo marino, mientras que la Vulgata latina emplea el término mergulus (buceador) para referirse a ella. El cuervo marino (Phalacrocorax) es bastante común en Palestina, sobre todo a lo largo de la costa mediterránea y también en algunos mares interiores, como el mar de Galilea.
Pertenece al mismo orden que los pelícanos. Suele ser de cuerpo largo y de color oscuro, es veloz y ágil en el agua, y bucea con facilidad, utilizando sobre todo sus patas palmeadas. Su pico es ganchudo y con la punta afilada, lo que hace de él un magnífico pescador. Desde tiempos antiguos, los pescadores del Oriente y de ciertas zonas de la India han entrenado a los cuervos marinos para que pesquen para ellos, y con el fin de que solo puedan engullir peces muy pequeños, les colocan una cinta alrededor del cuello.
Macho de la gallina. Dado que estaba bastante extendida la domesticación del pollo (Gallus domesticus), la figura vivaz del gallo llegó a ser una escena común. Se caracteriza por su plumaje de vivos colores, una larga cola de plumas arqueada sobre el lomo y una cresta carnosa y ondulante sobre la cabeza, con dos apéndices similares colgando debajo del pico y el cuello.
En las Escrituras Hebreas no se hace ninguna referencia directa al gallo, y en las Escrituras Griegas Cristianas solo se menciona su canto. (Véase CANTO DEL GALLO.) Las alusiones más frecuentes tienen que ver con la profecía de Jesús de que Pedro le negaría tres veces, y que se cumplió la noche anterior a su muerte, hecho que registran los cuatro evangelios. (Mt 26:34, 74, 75; Mr 14:30, 72; Lu 22:34, 60, 61; Jn 13:38; 18:27.)
Aunque la Misná judía (Baba qamma 7:7) prohibía a los judíos criar aves de corral debido a la probabilidad de quedar inmundos ceremonialmente, ciertas fuentes rabínicas indican que tanto los judíos como los romanos las criaban. Cerca de Mizpá se encontró un sello de ónice con la figura de un gallo y la siguiente inscripción: “Perteneciente a Jaazanías, siervo del rey”. Si, como algunos dicen, este Jaazanías (Jezanías) es el que se menciona en 2 Reyes 25:23 y Jeremías 40:8, sería un indicio de que en el siglo VII a. E.C. se criaban gallos en Palestina. También se ha encontrado la figura de un gallo en un fragmento de una olla desenterrada en la antigua Gabaón.
Jesucristo utilizó en sus ilustraciones tanto a la gallina con sus polluelos como el huevo, lo que muestra que su auditorio estaba familiarizado con las aves de corral. (Mt 23:37; Lu 11:12; 13:34.)
El “Canto del gallo” Este era el nombre que se daba al tercer período de vigilia de la noche, según la división griega y romana del día (Mr 13:35); abarcaba desde cerca de la medianoche hasta cerca de las tres de la madrugada.
Ha habido diversas opiniones sobre el significado del canto del gallo (gr. a·le·kto·ro·fö·ní·a) debido a que Jesús lo mencionó cuando predijo que Pedro lo negaría tres veces. (Mt 26:34, 74, 75; Mr 14:30, 72; Lu 22:34; Jn 13:38.) Ciertas declaraciones de la Misná judía (Baba qamma 7:7) han llevado a algunos a pensar que no se criaban gallos en Jerusalén, ya que su costumbre de escarbar la tierra ocasionaba inmundicia ceremonial. Dicen que el canto del gallo al que se refirió Jesús era en realidad el gallicinium romano, una señal horaria que emitían con una especie de clarines al final de la tercera vigilia de la noche los guardas romanos estacionados en las escalinatas de la Fortaleza Antonia de Jerusalén.
Sin embargo, las referencias del Talmud judío indican que sí se criaban gallos en Jerusalén en aquellos tiempos. (Como ejemplo, véase la Misná, Eduyot 6:1.) Otra prueba es que Jesús escogió el símil de una ‘gallina que reúne a sus pollitos debajo de sus alas’ cuando se lamentó por la ciudad de Jerusalén (Mt 23:37), y sabido es que el Gran Maestro escogía las ilustraciones que sus oyentes podían entender con facilidad. Por lo tanto, parece ser que no hay buena razón para creer que las palabras que Jesús dirigió a Pedro se referían a algo distinto del canto del gallo literal.
Otros señalan una aparente contradicción en los cuatro relatos, pues Mateo, Lucas y Juan solo mencionan un canto del gallo, mientras que Marcos pone en boca de Jesús las palabras: “En verdad te digo: Hoy tú, sí, esta noche, antes que un gallo cante dos veces, hasta tú me repudiarás tres veces”, y luego las repite al relatar lo que sucedió. (Mr 14:30, 72.)
¿Qué significa el que “Un gallo cante dos veces”?: algunos comentaristas sostienen que la frase “dos veces” se refiere a puntos específicos de tiempo —la medianoche y el alba respectivamente—, A Dictionary of Christ and the Gospels, edición preparada por James Hastings, indica que “en realidad en el Oriente, como en otros lugares, los gallos cantan a horas irregulares durante la noche desde la medianoche en adelante”. Al parecer Jesús no estaba refiriéndose específicamente a la hora en que Pedro lo negaría. Más bien, estaba dando una señal para recalcar sus palabras a Pedro, que se cumplieron con exactitud aquella misma noche. (w91 1/8 22)
Es obvio que más bien que una contradicción, se trata de un caso en el que un escritor ofrece un relato más detallado que los demás. El incidente tiene que ver con Pedro, y como Marcos pasó mucho tiempo con él y también escribió su evangelio con su ayuda o basándose en su testimonio, es razonable que su relato sea el más detallado. (En otras ocasiones Mateo ofrece más detalles, como se puede ver cuando se compara Mt 8:28 con Mr 5:2 y Lu 8:27, y Mt 20:30 con Mr 10:46 y Lu 18:35.) De modo que Marcos especifica que Jesús habló de dos cantos del gallo, mientras que los otros tres escritores solo mencionan el segundo y último, el que hizo que Pedro cediera a las lágrimas, lo que no significa que no hubiera habido otro antes.
En los países del Mediterráneo oriental el canto del gallo ha sido durante mucho tiempo, y todavía lo sigue siendo, una señal horaria: hay un primer canto del gallo alrededor de medianoche y uno después, hacia el amanecer; también se habla de otro entre estos dos. Respecto a Juan 13:38, la obra Commentary on the Bible, de A. Clarke, dice: “Los judíos, y algunas otras naciones, dividían el canto del gallo en primera, segunda y tercera vez”. Aunque en la actualidad no es posible asignar horas específicas a estos cantos periódicos del gallo, es suficiente con saber que existían y que las tres negaciones de Pedro tuvieron lugar antes de dos de esos cantos. ★Escuchar el canto del gallo.
La “Gallina” (gr. ór·nis). En las Escrituras Hebreas no se hace ninguna referencia directa a la gallina doméstica (Gallus domesticus), pero en las Escrituras Griegas Cristianas Jesucristo usó la gallina que reunía a sus pollitos bajo sus alas protectoras como símil de su deseo de reunir a los indiferentes habitantes de Jerusalén. (Mt 23:37; Lu 13:34.) Aunque la palabra griega que se usó aquí (ór·nis) es genérica, de modo que puede referirse a cualquier ave, salvaje o doméstica, en el griego ático generalmente aplicaba a una gallina, puesto que esta era la más común y útil de las aves domésticas. Jesús habla de un hijo que le pide a su padre un huevo (Lu 11:11, 12), lo que indica que en ese tiempo la gallina doméstica era común en Palestina. (Véase GALLO.) Del griego ór·nis (genitivo, ór·ni·thos) procede la palabra española “ornitología”, rama de la zoología que estudia las aves.
Ciertas leyes rabínicas prohibían comer los huevos puestos en sábado, pues se consideraba que la gallina realizaba un trabajo. Sin embargo, hay quienes permitían que se comieran los huevos, siempre y cuando no fueran de una gallina ponedora, sino destinada para alimento. (Talmud Babilonio, Betsá 2a, b.) En cualquier caso, estas normas no eran bíblicas.
“El Reloj del Corral”
El canto del gallo fue por mucho tiempo el reloj de la casa para pueblos enteros de la antigüedad, aunque el gallo canta durante todo el día, tiene momentos en los que es seguro que lo hará, como son el mediodía y la media tarde, aunque es al amanecer cuando dan el do de pecho, entre las tres y las cinco de la madrugada. Los gallos no necesitan la luz del sol para despertarse, pues tienen un reloj interno que les alerta de la hora del amanecer, incluso en los cambios de estación. Así es como sin saberlo, estas aves constituyen una especie de despertador natural para las personas, de ahí la expresión “se me durmió el gallo” para cuando llegamos tarde porque nos hemos dormido. Jesús estaba familiarizado con el canto del gallo y uso la puntualidad de su canto al advertir a su apóstol Pedro de su error al negarlo (Mr 14:72) Los gallos son aves territoriales que muestran su poderío y dominancia mediante los desafiantes cantos, que amedrentan a otros machos y atraen a las hembras. Si después de arrancarse con un potente cocoricó no hay respuesta, quedará claro quién es el amo. Sin embargo, como otro individuo del mismo corral conteste el reto vocal mostrando su candidatura al trono del harén, habrá pelea musical y, luego, física. Los gallos castrados no suelen cantar. Con su canto, el gallo también indica a las gallinas su ubicación, que tiene comida para ofrecerles y, naturalmente, que está activo sexualmente. El cacareo emitido por el gallo es del agrado de las gallinas, tanto que estimula su ovulación y las atrae hacia el. Aparte de los cantos también emite otro sonido: el cacareo, muy parecido al de la hembra. Este sonido lo emite sobre todo cuando va a fecundar a una gallina, o cuando ha encontrado comida, para avisar al resto de su familia. Es un sonido generalmente tranquilo. Cabe añadir que este comportamiento es mucho más común en aves libres que en aves de corral encerradas. Por cierto los gallos dado que no tienen cuerdas vocales cantan con la siringe, el órgano vocal de las aves. Está situada en la base de la tráquea y es capaz de producir sonidos complejos. |
La importancia de una madre
Observando hoy a mi gallina con sus seis pollitos me quede sorprendido, como los llamaba donde había comida y agua, como les advertía cuando se acercaba peligro, como los defendía de este, también les enseñaba a buscar y distinguir lo comestible de lo que no era comestible, después los llevaba a un lugar seco y seguro y los acorrucaba debajo de sus alas, tranquilizándolos con un cloqueo suave. También he tenido pollos comprados de incubadora, al compararlos ves una diferencia tremenda, los pollos de incubadora son torpes y no saben valerse por si mismos buscando y escarbando el suelo para encontrar comida, no demuestran emociones y son pasivos, sin la capacidad de distinguir el peligro ni reaccionar a el. Conociendo mejor a ésta práctica ave, se entiende mejor la importancia de una madre, también en el mundo animal, y el peso de las palabras que dirigió Jesús a los judíos, que ignoraron sus enseñanzas en (Mt 23:37; Lu 13:34.) Se aprecia mejor la gran sabiduría de la palabra de Jehová cuando aconseja a los hijos de no abandonar la ley de su madre. (Pr 1:8; 31:26.) |
¿Debemos intervenir?
En ocasiones, los pollitos tienen dificultades para eclosionar, situación que es debida a diversas razones. Si nos aseguramos de que la humedad, ventilación y temperatura son las correctas, la causa que queda fuera de nuestro control es que los pollitos no tengan fuerza para abrir la cáscara del huevo. Los pollitos utilizan la punta del pico para romper la cáscara, siendo una lucha titánica que deben hacer ellos solos. No cabe duda de que nos pone en aprietos a los observadores que vemos como el pollito no consigue salir solito del cascaron, pero la experiencia muestra que es la única manera en la que se puede asegurar que el pollito llegue a ser un ave adulta y saludable. Toda fuerza exterior al cascarón por ayudar al pollo puede alargar un poquito más su agonía y corta vida, pues es importantísimo que el mismo haga ese esfuerzo solito, la única ayuda externa se la puede suplir la madre con su suave cloqueo y el piar de otros pollitos recién nacidos que le animarán a luchar para romper la membrana y cascarón que lo mantienen en ese escalón de desarrollo. Lo mismo sucede al tratar de sacar una mariposa del capullo o al forzar una flor para que se abra, ninguna de estas acciones son posibles sin hacerle daño al objeto de la ayuda.
Así mismo en nuestra dedicación a Jehová, Él nos llama, pero nadie puede hacer los cambios y esfuerzos necesarios que deben emanar desde nuestro corazón para dejar la vieja personalidad y salir a la luz de la verdad impulsados por nuestro propio corazón, de dentro para afuera, sin la presión de nadie por muy allegado que sea. |
La palabra hebrea deróhr es idéntica a la palabra hebrea que se traduce “libertad” (Le 25:10; Isa 61:1), y algunos comentaristas opinan que con ese nombre se hace referencia a la elegante golondrina, que planea y vuela con gran libertad de movimiento.
Las golondrinas suelen construir sus nidos en forma de taza con bolitas de fango. Los hacen en las casas u otros edificios, generalmente debajo de los aleros. En un tiempo, solían anidar en el templo de Jerusalén, tal como hoy suelen hacer en edificios similares por todo Israel. Pero más tarde se instalaron púas de oro muy agudas en la parte superior del templo de Herodes, para que las aves no pudieran posarse. (La Guerra de los Judíos, de F. Josefo, libro V, cap. V, sec. 6.)
Cuando el salmista habló de su anhelo por los patios de la casa de Jehová, se refirió a la golondrina que halla en el templo un nido donde poner a sus polluelos, seguramente cerca del “magnífico altar” de Jehová. (Sl 84:1-3.) Como levita que no pertenecía a la clase sacerdotal, el salmista solo servía en el templo una semana cada seis meses, pero sabía que la golondrina permanecía allí durante más tiempo. Por eso expresó su anhelo de permanecer en los patios del tabernáculo de Jehová tanto tiempo como fuera posible.
La otra referencia a la golondrina aparece en Proverbios 26:2, donde se dice que “tal como el pájaro tiene motivo para huir, y tal como la golondrina para volar, así una invocación de mal misma no viene sin verdadero motivo” (NM). Sin embargo, muchas versiones traducen de otro modo las últimas palabras de este texto hebreo: “La maldición sin motivo jamás llegará a su destino”, o algo semejante (VP, Val, CI y otras), y por lo tanto consideran que significa que tal maldición sin motivo no llega a cumplirse o “jamás llegará a su destino”, sino que es, más bien, como el vuelo continuo y casi incansable de la golondrina a la caza de su presa: los insectos. No obstante, en los versículos del contexto el escritor habla del estúpido y sus caminos, y por lo tanto el sentido de la traducción que se ha citado primero (NM) puede ser que tal como el vuelo de las aves cuando huyen del peligro o buscan alimento tiene una verdadera causa, la maldición que le sobreviene al estúpido también la tiene, en este caso, su proceder insensato. (Compárese con Pr 26:3; también con 1:22-32.)
La golondrina común (Hirundo rustica) abunda en Palestina. Una de sus variedades reside allí todo el año, mientras que otras llegan en marzo procedentes del África meridional y parten al acercarse el invierno. Otras muchas pasan por Palestina durante su migración en primavera y otoño. La golondrina se caracteriza por ser un ave pequeña, tener grandes y potentes alas, y una cola generalmente ahorquillada. Su vuelo es rápido y muy elegante, y cuando emigra puede cubrir grandes distancias. Su plumaje tiene a menudo un color iridiscente, y su canto es una agradable combinación de trinos y gorgeos.
Volverán las oscuras golondrinas
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar,
Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar,
Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar,
Pero aquellas, cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar;
Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar,
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La palabra griega strou·thí·on es un diminutivo que significa cualquier avecilla, y se aplicaba en especial a los gorriones, el ave comestible más barata del mercado. En Israel abunda una variedad del gorrión común (Passer domesticus biblicus). Los gorriones suelen ser de color marrón y gris, ruidosos y sociables. Se caracterizan por su canto o gorgeo y les gusta aletear desde la casa, árbol o rama donde están hasta el suelo y regresar de nuevo. Su alimentación consta mayormente de semillas, insectos y gusanos. El gorrión moruno (Passer hispaniolensis) también abunda en el norte y centro de Israel.
Las únicas referencias directas a los gorriones en la Biblia se encuentran en las palabras que dijo Jesús durante su tercera gira por Galilea y que repitió aproximadamente un año después durante su ministerio posterior en Judea. Una vez que menciona que “se venden dos gorriones por una moneda de poco valor [literalmente, un asarion, de valor inferior a un centavo (E.U.A.)]”, o que podían comprarse cinco “por dos monedas de poco valor”, Jesús dijo que aunque a estos pequeños pájaros se les daba tan poco valor, “sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin el conocimiento de su Padre”, “ni uno de ellos está olvidado delante de Dios”. Luego animó a sus discípulos a que no tuvieran temor, pues les aseguró: “Ustedes valen más que muchos gorriones”. (Mt 10:29-31; Lu 12:6, 7.)
Antiguamente se vendían gorriones en los mercados de Oriente Medio, y aún se siguen vendiendo en la actualidad. Para comerlos se desplumaban, se atravesaban con pinchos de madera y se asaban (como brochetas de carne). En una antigua inscripción sobre la ley de tarifas del emperador Diocleciano (301 E.C.), se muestra que los gorriones eran los más baratos de todos los pájaros que usaban como alimento. (Light From the Ancient East, de A. Deissmann, 1965, págs. 273, 274.)
Si bien hay versiones que emplean la palabra “gorrión” en las Escrituras Hebreas (Sl 84:3; 102:7; Mod [84:4; 102:8; DK, MK y otras]), parece que el término del que se traduce (tsip·póhr) se refiere a pequeñas aves en general y no en concreto al gorrión.
Cuando el hombre interviene en la naturaleza
★Entre los muchos destrozos que causo el infame Gran Salto Adelante de Mao Tse Tung quizá el más estrambótico fue el intento de exterminar a los gorriones de China. Los pobres pájaros fueron catalogados como una de las cuatro plagas de China, junto con los más justificables mosquitos, moscas y ratas. En 1960 el Partido Comunista urgió a los campesinos para que aniquilaran los gorriones, glotones devoradores de las semillas del campo y, por tanto, responsables subsidiarios del hambre en China. La técnica de eliminación de pájaros iba desde el envenenamiento hasta el desgaste por palmeo: los ciudadanos gritaban y daban palmas para asustar a los gorriones y evitar que se posaran en el suelo, por lo que acaban agotados y morían por agotamiento: caían como pajaritos. El único problema es que los gorriones además de comerse las semillas se comían también las langostas, por lo que al quedar eliminados de la cadena trófica empezaron a proliferar las plagas de estos ortópteros devorando, ahora sí, las cosechas y provocando hambrunas bíblicas: se calcula que pudieron morir 30 millones de chinos. Como resultado, Mao tuvo que pedir a la Unión Soviética el envío de 200.000 gorriones desde el extremo oriental del país, para reponer algunos de los más de 2 Billones que habían sido aniquilados por los obedientes campesinos chinos. La solicitud fue declarada de “alto secreto” por el evidente ridículo que hubiera supuesto reconocer el criminal error. Los dictadores son poco dados a rectificar. Hoy en dia los gorriones en China estan fuertemente protegidos, pero sus poblaciones están en constante retroceso. |
Una de las dos primeras aves que se mencionan específicamente en la Biblia, en la ocasión en que Noé la envió tres veces después del Diluvio para determinar la altura de las aguas. (Gé 8:8-12.) Se cree que el sustantivo hebreo yoh·náh se deriva de `a·náh, “lamentar”, una palabra que parece imitar el triste zurear de la paloma. (Isa 38:14; 59:11, 12; Eze 7:16; Na 2:7.)
La paloma pertenece a la familia de las colúmbidas. Las variedades más comunes que se hallan en Palestina son la paloma brava (Columba livia), la paloma torcaz o de collar (Columba palumbus) y la paloma zurita (Columba oenas). La paloma torcaz se puede encontrar sobre todo en los bosques de Galaad y Carmelo. La paloma zurita vive principalmente alrededor de Jericó y en el lado oriental del Jordán, mientras que la paloma brava se cría en los litorales, junto a los desfiladeros del valle del Jordán y en las tierras altas occidentales. Las palomas se caracterizan por su cuerpo rechoncho, pechuga rolliza, cuello grácil, cabeza pequeña y redondeada, pico bastante fino y patas cortas. Las plumas son muy compactas, lo que da al ave una apariencia lisa y lustrosa. Suelen tener un color gris azulado y algunas, un brillo iridiscente en partes de su plumaje, lo que les da una apariencia metálica bajo la dorada luz del Sol. Puede que el Salmo 68:13 se refiera a este hecho, aunque hay quien opina que la mención que allí se hace de “las alas de una paloma cubiertas de plata, y sus plumas remeras de oro verde amarillento”, se refiere a alguna pieza de arte lujosamente labrada que se tomó como despojo.
La paloma tiene una apariencia y una disposición apacible y mansa, por lo que se ha ganado el calificativo de “la oveja del mundo de las aves”. Debido a eso, el nombre Jonás (Yoh·náh) era, y sigue siendo, un nombre corriente entre los muchachos judíos. (Jon 1:1.) Estas aves se destacan por la devoción y afecto que se tienen el macho y la hembra; durante el cortejo juntan sus cabezas y cada una toma el pico de la otra con el suyo de manera muy parecida a un beso de amor. Por lo tanto, “paloma mía” fue una apropiada expresión de cariño con la que el enamorado pastor se refirió a la sulamita. (Can 5:2; 6:9.) Él asemejó los ojos de la doncella a los ojos apacibles y tiernos de una paloma (Can 1:15; 4:1), mientras que ella comparó los del pastor a las palomas de color gris azulado que se bañaban en estanques de leche. Con este hermoso símil probablemente se refería al oscuro iris rodeado por el blanco brillante del ojo. (Can 5:12.) A las palomas les gusta bañarse, por lo que prefieren anidar cerca de donde hay agua.
La paloma es un ave tímida, que tiembla cuando se le asusta. (Os 11:11.) En su estado silvestre suele anidar en los valles (Eze 7:16), aunque la paloma brava anida en los salientes y en los agujeros de los acantilados y los desfiladeros rocosos. (Can 2:14; Jer 48:28.) Si se las domestica, vuelan de regreso a sus palomares, y cuando lo hacen, la parte inferior blanca de las alas de una gran bandada de palomas semeja una nube en movimiento. (Isa 60:8.) En Israel se han descubierto algunos palomares de tamaño considerable.
La paloma tiene alas fuertes, puede volar largas distancias en busca de alimento y es lo bastante rápida como para eludir a la mayoría de sus enemigos. (Sl 55:6-8.) Sin embargo, suele ser bastante confiada ante el hombre, por lo que es posible entramparla o cazarla fácilmente con una red. Por eso, a la tribu apóstata de Efraín, que confió tontamente primero en Egipto y después en Asiria, se la asemejó a una “paloma simple”, porque la iban a entrampar en una red. (Os 7:11, 12.) Jesús aconsejó a sus discípulos que fueran “inocentes como palomas”, pero también “cautelosos como serpientes” a causa de los opositores lobunos. (Mt 10:16.)
En el bautismo de Jesús y su posterior unción con el espíritu santo de Dios, se hizo que este apareciera “en forma corporal como una paloma”, lo que quizás quiera decir que su descenso visible sobre Jesús fue similar al revoloteo de la paloma que se acerca al lugar donde se va a posar. (Lu 3:22; Mt 3:16; Mr 1:10; Jn 1:32-34.) Fue un símbolo apropiado, en vista de su ‘inocencia’ característica. (Mt 10:16.)
Las palomas se usaban en algunos sacrificios, como lo indica el que se vendieran en el templo de Jerusalén, si bien el término “palomas [gr. pe·ri·ste·rás]” puede que aquí designe las “tórtolas” o los “pichones” que se mencionan en la ley mosaica. (Mr 11:15; Jn 2:14-16.)
El significado literal de la expresión hebrea para “pichones” es “hijos de la paloma”. La Ley aceptaba las palomas y las tórtolas (heb. to·rím) para las ofrendas quemadas. (Le 1:14.) Los que eran demasiado pobres para costear una cordera o una cabrita para una ofrenda por la culpa podían presentar un par de tórtolas o dos pichones. (Le 5:5-7.) En la ceremonia de purificación que debía hacer una mujer después de dar a luz, tenía que ofrecer un pichón (o una tórtola) como ofrenda por el pecado, además de la ofrenda de un carnero joven o, si no podía presentar el carnero, de “dos pichones” (Le 12:6-8) (como en el caso de la purificación de María después de dar a luz a Jesús; Lu 2:22-24). Entre las ofrendas de purificación de una persona que se había recuperado de un flujo tenían que incluirse un par de pichones o de tórtolas. (Le 15:13, 14, 28, 29.) También eran aceptables en la ceremonia de limpieza de un nazareo que se hubiera contaminado. (Nú 6:10.)
Aunque muchas familias judías debían tener sus propias palomas, el que se diga: “Ahora bien, si carece de medios para dos tórtolas o dos pichones”, indica que probablemente la costumbre era comprar las palomas cuando se trataba de sacrificios. (Le 5:11.)
En el relato sobre la ocasión en que Abrahán hizo una ofrenda y “Jehová celebró un pacto” con él, se cree que el término hebreo que se utiliza (goh·zál) alude a un “pichón”. (Gé 15:9, 18.) La razón es que en los sacrificios prescritos en la Ley que después se dio a Israel, la paloma aparecía siempre junto con la tórtola. En Deuteronomio 32:11 la misma palabra se traduce “polluelo”. Es posible que la paloma formara parte del sacrificio de Noé, puesto que entre otras cosas incluía “algunas [...] de todas las criaturas voladoras limpias”. (Gé 8:20.)
El que la Ley permitiera optar entre pichones y tórtolas ayudaba a los judíos de Palestina, pues la mayoría de las tórtolas migraban de aquella tierra durante los meses de invierno, mientras que los pichones, que no migraban, estaban disponibles todo el año.
El vuelo de la paloma es rápido y vigoroso, llegando a alcanzar velocidades de más de 80 Km/h. Debido a que su instinto le permite regresar a su hogar, desde tiempos antiguos se le ha utilizado para llevar mensajes. Mientras que los marinos necesitan cronómetros y sextantes para determinar su posición, la paloma mensajera sabe casi al instante —por el campo magnético de la Tierra y la posición del Sol— en qué dirección volar aunque se la haya soltado en territorio desconocido a cientos de kilómetros de su hogar. Asimismo, toma en cuenta el movimiento del Sol en el cielo para que no cambie su ángulo de vuelo.
Si bien en muchos lugares son tan comunes como las aves de corral, difieren de estas no solo en su habilidad para volar, sino también en su complexión y monogamia. A diferencia del gallo, el palomo ayuda fielmente a la hembra a construir el nido y empollar los huevos. También se diferencian de otras aves por la forma peculiar de alimentar a sus crías, con “leche de paloma”, secreción láctea producida en el buche de los padres. En muchos países, los pichones —palomas de pocas semanas— se emplean como alimento.
Ave gallinácea grande, aproximadamente del tamaño de un pavo común, que pertenece a la familia de los fasiánidos. El macho se distingue por sus colores brillantísimos, en particular por su magnífica cola de plumas de un color verde iridiscente y dorado, caracterizadas por grandes manchas oceladas de color azul conocidas como “ojos de pavo”. Puede desplegar su cola en abanico para formar una impresionante pantalla semicircular que toca el suelo por ambos extremos. Cuando sacude la cola desplegada, produce un sonido susurrante y hace que reluzcan las iridiscencias de sus plumas. El cuello y el pecho también son de un hermoso color azul verdoso metálico. El pavo real (Pavo muticus y Pavo cristatus) ha sido muy apreciado desde tiempos antiguos debido a su majestuosa belleza.
En el tiempo del rey Salomón, su flota de naves de Tarsis llevaba cargamentos de “oro y plata, marfil, y monos y pavos reales” en sus viajes trienales. (1Re 10:22.) Aunque algunas de las naves de Salomón viajaban a Ofir (posiblemente, en la zona del mar Rojo; 1Re 9:26-28), en 2 Crónicas 9:21 se relaciona el transporte del mencionado cargamento —incluidos los pavos reales— con las naves que “iban a Tarsis” (probablemente en España). Por lo tanto, no se sabe con seguridad de qué lugar se importaban los pavos reales. Se sostiene que estas hermosas aves son originarias del SE. de Asia, y abundan en la India y Sri Lanka. Hay quien cree que el nombre hebreo (tuk·ki·yím) está relacionado con el nombre tokei, “pavo real” en tamil antiguo. La flota de Salomón pudo haber adquirido los pavos reales cuando hacía su ruta habitual y paraba en algún centro de tráfico comercial que tuviese contactos con la India. También es de interés lo que dice la obra The Animal Kingdom: “Durante siglos los científicos han supuesto que no había pavos reales en África; su hábitat conocido era Insulindia y el sudeste de Asia. La creencia de los naturalistas se vino abajo en 1936, cuando se descubrió el pavo real del Congo [Afropavo congensis] en el Congo Belga” (de Frederick Drimmer, 1954, vol. 2, pág. 988).
Hay quien prefiere relacionar la palabra hebrea tuk·ki·yím con la palabra egipcia ky, una especie de simio.
5:7.
¿Pide cuentas Jehová a la gente por los errores de sus antepasados?.
No, Jehová no castiga directamente a la gente por los pecados de sus antepasados. “Cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios”, sostiene la Biblia (Romanos 14:12). No obstante, las consecuencias de tales errores pueden perdurar y afectar a las nuevas generaciones. Por ejemplo, la idolatría de los israelitas hizo difícil que hasta los fieles de tiempos posteriores siguieran la senda de la rectitud (Éxodo 20:5).
3:8, 43, 44. Durante las calamidades que padecieron los habitantes de Jerusalén, Jehová se negó a escuchar sus gritos de auxilio. ¿Por qué razón? Por su desobediencia y falta de arrepentimiento. De manera que si queremos que Jehová conteste nuestras oraciones, tenemos que obedecerle (Proverbios 28:9).
3:20. Jehová, “el Altísimo sobre toda la tierra”, es tan excelso que tiene que condescender para “tender la vista sobre cielo y tierra” (Salmo 83:18; 113:6). Pero Jeremías sabía muy bien que el Todopoderoso está dispuesto a inclinarse hacia la gente, es decir, a descender a su nivel para animarla. ¡Qué felices podemos estar de que el Dios verdadero no solo sea omnipotente y omnisciente, sino también humilde!
3:21-26, 28-33. ¿Cómo podemos aguantar hasta el sufrimiento más intenso? Jeremías nos da la respuesta. No debemos olvidar que los actos de bondad amorosa de Jehová son abundantes y que sus misericordias son muchas. Hay que recordar asimismo que el solo hecho de estar vivos es motivo suficiente para no perder la esperanza, y que es preciso ser pacientes y esperar la salvación de Jehová en silencio, sin quejarnos. Además, debemos ‘poner la boca en el mismísimo polvo’, es decir, someternos humildemente a las pruebas reconociendo que si Dios las permite, es por una buena razón.
3:27. Las pruebas de fe que sobrevienen en la juventud quizás impliquen aguantar penalidades y burlas; pero “bueno le es al hombre [...] llevar el yugo durante su juventud”. ¿Por qué? Porque aprender a llevar el yugo del sufrimiento en la juventud lo prepara para afrontar los problemas que surjan más adelante en la vida.
3:39-42. No conviene “entregarse a quejas” cuando se está sufriendo debido a los propios pecados. En lugar de quejarnos por las consecuencias de las malas acciones, “escudriñemos nuestros caminos y explorémoslos, y volvámonos [...] hasta Jehová”. Lo más sabio es arrepentirse y rectificar nuestra conducta.
La evaluación que hizo Jehová de la situación en Jerusalén, expresada en Lamentaciones, nos enseña dos lecciones fundamentales. En primer lugar, la destrucción de Jerusalén y la desolación de Judá constituyen una advertencia para que obedezcamos a Jehová y no pasemos por alto su voluntad (1 Corintios 10:11). La segunda lección la extraemos del ejemplo de Jeremías (Romanos 15:4). Aun en medio de una situación aparentemente desesperanzada, el afligido profeta acudió a Jehová como fuente de salvación. ¡Qué importante es, pues, que cifremos toda nuestra confianza en Jehová y en su Palabra! (Hebreos 4:12.)
[Ilustración de la página 9]
El profeta Jeremías fue testigo de cómo se cumplió su mensaje condenatorio
[Ilustración de la página 10]
La fe de estos Testigos coreanos fue puesta a prueba debido a su postura neutral
CIERTAMENTE el título de este libro de las Escrituras inspiradas es apropiado. El libro es una lamentación que refleja profundo dolor por aquella calamidad en la historia del pueblo escogido de Dios: la destrucción de Jerusalén en 607 a. E.C. por Nabucodonosor, rey de Babilonia. En hebreo se llama a este libro por su primera palabra: `Eh·kjáh!, que significa “¡Cómo!”. Los traductores de la Septuaginta griega llamaron al libro Thré·noi, que significa “Endechas; Lamentos”. El Talmud babilónico usa el término Qi·nóhth, que significa “Endechas; Elegías”. Fue Jerónimo quien, al escribir en latín, lo llamó Lamentationes, y de ahí viene el título en español.
2 En las versiones de la Biblia en español se coloca a Lamentaciones después de Jeremías, pero en el canon hebreo se halla generalmente en los Hagiógrafos, o Escritos, junto con El Cantar de los Cantares, Rut, Eclesiastés y Ester... un grupito conocido colectivamente como los cinco Meghil·lóhth (Rollos). En algunas Biblias hebreas modernas está entre Rut o Ester y Eclesiastés, pero se dice que en los ejemplares antiguos seguía a Jeremías, tal como lo hace en nuestra Biblia hoy.
3 El libro no menciona al escritor. No obstante, pocas dudas hay de que fuera Jeremías. En la Septuaginta griega, el libro lleva este prefacio: “Y sucedió que, después que Israel había sido tomado cautivo y Jerusalén había sido desolada, Jeremías se sentó, llorando, y se lamentó con esta lamentación en cuanto a Jerusalén, y dijo”. Jerónimo consideró espurias estas palabras y las omitió de su versión. Sin embargo, el atribuir Lamentaciones a Jeremías es la tradición aceptada de los judíos, y esto lo confirman la versión siríaca, la Vulgata latina, el Targum de Jonatán y el Talmud babilónico, entre otros.
4 Algunos críticos han tratado de probar que Jeremías no escribió Lamentaciones. No obstante, A Commentary on the Holy Bible cita como prueba de que fue Jeremías quien lo escribió “las descripciones vívidas de Jerusalén en los capítulos 2 y 4, que son evidentemente los cuadros a pluma de un testigo ocular; también la profunda condolencia que se manifiesta y el espíritu profético de los poemas en toda su extensión, así como su estilo, fraseología y pensamiento, que son todos tan característicos de Jeremías”. Hay muchas expresiones paralelas en Lamentaciones y Jeremías, como la del dolor extremo de ‘ojos que dejan rodar aguas (lágrimas)’ (Lam. 1:16; 2:11; 3:48, 49; Jer. 9:1; 13:17; 14:17) y las del disgusto que causan los profetas y sacerdotes corruptos. (Lam. 2:14; 4:13, 14; Jer. 2:34; 5:30, 31; 14:13, 14.) Los pasajes de Jeremías 8:18-22 y 14:17, 18 muestran que Jeremías era muy capaz del estilo doliente de Lamentaciones.
5 En cuanto a cuándo se escribió, el consenso general es que fue poco después de la caída de Jerusalén en 607 a. E.C. El horror del sitio y el incendio de la ciudad todavía estaba fresco en la mente de Jeremías, y su angustia se expresa vívidamente. Un comentarista declara que en ningún lugar determinado se da consideración plena a una sola faceta del dolor; más bien, cada faceta vuelve vez tras vez en los diversos poemas. Entonces el comentarista dice: “Este tumulto de pensamientos es una de las más sólidas pruebas de lo cercano del libro a los sucesos y emociones que quiere comunicar”.*
6 La construcción de Lamentaciones interesa mucho al escriturario. Hay cinco capítulos; es decir, cinco poemas líricos. Los primeros cuatro son alfabéticos, pues cada versículo en sucesión empieza con una de las 22 letras del alfabeto hebreo. Por otra parte, el capítulo tercero tiene 66 versículos, de modo que 3 versículos sucesivos empiezan con la misma letra antes de pasar a la letra siguiente. El quinto poema no es alfabético, aunque tiene 22 versículos.
7 Lamentaciones expresa desconsuelo abrumador por el sitio, la toma y la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor, y es insuperable en la literatura por su viveza y sentido trágico. El escritor expresa profundo dolor por la desolación, miseria y confusión que observa. Hambre, espada y otros horrores han traído sufrimiento espantoso a la ciudad... todo como pena directa de Dios, a causa de los pecados del pueblo, los profetas y los sacerdotes. Con todo, la esperanza y la fe en Jehová permanecen, y a él van las oraciones por restauración.
8 “¡Oh, cómo ha llegado a sentarse solitaria, la ciudad que abundaba en gente!” Así empieza su lamento el primer poema. La hija de Sión era una princesa, pero sus amantes la abandonaron y su pueblo se ha ido al destierro. Sus puertas están desoladas. Jehová la ha castigado por la abundancia de sus transgresiones. Ella ha perdido su esplendor. Sus adversarios se han reído de su desplome. Ha bajado de manera asombrosa y no tiene consolador, y su pueblo remanente está hambriento. Ella (Jerusalén personificada) pregunta: “¿Existe algún dolor como mi dolor?”. Extiende las manos y dice: “Jehová es justo, porque es contra su boca contra lo que me he rebelado” (1:1, 12, 18). Pide a Jehová que traiga calamidad sobre sus enemigos alborozados, tal como ha hecho con ella.
9 “¡Oh, cómo oscurece Jehová en su cólera a la hija de Sión!” (2:1). El segundo poema muestra que es Jehová mismo quien ha arrojado a tierra la hermosura de Israel. Él ha hecho que se olviden fiesta y sábado, y ha desechado su altar y santuario. ¡Oh, las cosas patéticas que se ven en Jerusalén! Jeremías exclama: “Se me han acabado los ojos en puras lágrimas. Mis intestinos se hallan en agitación. Mi hígado ha sido derramado a la misma tierra, a causa del estallido de la hija de mi pueblo” (2:11). ¿A qué asemejará Jehová a la hija de Jerusalén? ¿Cómo consolará a la hija de Sión? Sus propios profetas resultaron inútiles e insatisfactorios. Ahora los que pasan por el lugar escarnecen y se ríen de ella: “¿Es esta la ciudad de la cual solían decir: ‘Es la perfección de belleza, un alborozo para toda la tierra’?” (2:15). Sus enemigos han abierto la boca y silbado y hecho crujir sus dientes, diciendo: ‘Este es el día que hemos aguardado para tragárnosla’. Sus niños se desmayan de hambre y las mujeres se comen su propia prole. Los cadáveres cubren las calles. “En el día de la ira de Jehová no resultó haber escapado ni sobreviviente” (2:16, 22).
10 El tercer poema, de 66 versículos, recalca que Sión espera en la misericordia de Dios. Con muchas metáforas el profeta muestra que es Jehová quien ha traído el cautiverio y la desolación. En la amargura de la situación, el escritor pide a Dios que recuerde su aflicción, y expresa fe en la bondad amorosa y las misericordias de Jehová. Tres versículos sucesivos comienzan con “Bueno”, y muestran lo apropiado de esperar que de Jehová venga la salvación (3:25-27). Jehová ha causado desconsuelo, pero también mostrará misericordia. Pero por ahora, a pesar de que se confiesa la rebelión, Jehová no ha perdonado; ha obstruido las oraciones de su pueblo y los ha hecho “simple basura y desecho” (3:45). Con lágrimas amargas el profeta recuerda que sus enemigos le dieron caza como a un pájaro. No obstante, Jehová se le acercó en el hoyo y le dijo: “No tengas miedo”. Él pide a Jehová que responda al vituperio del enemigo: “Seguirás tras ellos con cólera y los aniquilarás de debajo de los cielos de Jehová” (3:57, 66).
11 “¡Oh, cómo disminuye en resplandor el oro que brilla, el buen oro!” (4:1). El cuarto poema lamenta la gloria desvanecida del templo de Jehová, cuyas piedras están derramadas por las calles. Los preciosos hijos de Sión han llegado a ser de poco valor, como jarros de barro. No hay agua ni pan, y los que se criaron en el lujo “han tenido que abrazar montones de ceniza” (4:5). El castigo hasta sobrepasa al del pecado de Sodoma. Los nazareos, en un tiempo ‘más puros que la nieve y más blancos que la leche’, se han hecho ‘más oscuros que la negrura misma’, y todos están resecos (4:7, 8). ¡Mejor hubiera sido haber muerto por la espada que morir por el hambre, en un tiempo en que las mujeres han hervido a sus propios hijos! Jehová ha derramado su cólera ardiente. Lo increíble ha ocurrido... ¡el adversario ha entrado por las puertas de Jerusalén! ¿Y por qué? “A causa de los pecados de sus profetas, los errores de sus sacerdotes”, que derramaron sangre justa (4:13). El rostro de Jehová no está hacia ellos. Sin embargo, el error de la hija de Sión ha quedado terminado, y ella no volverá a ser llevada al destierro. ¡Ahora llega tu turno, oh hija de Edom, para que bebas la copa amarga de Jehová!
12 El quinto poema abre con una solicitud a Jehová de que recuerde a su pueblo huérfano. Se representa a los habitantes de Jerusalén hablando. Son sus antepasados quienes han pecado, y es el error de ellos lo que el pueblo tiene que cargar ahora. Los gobiernan simples siervos, y los torturan los dolores del hambre. Ha cesado el alborozo de su corazón, y su danza ha sido cambiada en duelo. Tienen el corazón enfermo. Con humildad reconocen a Jehová: “En cuanto a ti, oh Jehová, hasta tiempo indefinido te sentarás. Tu trono es para generación tras generación”. Claman: “Tráenos de vuelta, oh Jehová, a ti mismo, y prontamente volveremos. Trae días nuevos para nosotros como en la antigüedad. Sin embargo, tú verdaderamente nos has rechazado. Te has indignado con nosotros en sumo grado” (5:19-22).
13 El libro de Lamentaciones expresa la confianza completa de Jeremías en Dios. En lo más profundo de la tristeza y la derrota aplastante, sin esperanza alguna de consuelo que venga de alguna fuente humana, el profeta espera salvación por la mano del gran Dios del universo, Jehová. Lamentaciones debe inspirar obediencia e integridad en todos los adoradores verdaderos, y al mismo tiempo suministrar terrible advertencia acerca de los que no toman en cuenta el nombre más grandioso y lo que este representa. En la historia no hay otra ciudad arruinada que sea lamentada en lenguaje tan patético y conmovedor. Lamentaciones ciertamente es de provecho al describir la severidad de Dios para con los que continúan siendo rebeldes, duros de cerviz e impenitentes.
14 Lamentaciones también es provechoso al mostrar el cumplimiento de varias advertencias y profecías divinas. (Lam. 1:2—Jer. 30:14; Lam. 2:15—Jer. 18:16; Lam. 2:17—Lev. 26:17; Lam. 2:20—Deu. 28:53.) Note también que Lamentaciones da claro testimonio del cumplimiento de Deuteronomio 28:63-65. Además, el libro contiene varias referencias a otras partes de las Escrituras sagradas. (Lam. 2:15—Sal. 48:2; Lam. 3:24—Sal. 119:57.) Daniel 9:5-14 corrobora Lamentaciones 1:5 y 3:42 al mostrar que la calamidad vino a causa de las propias transgresiones del pueblo.
15 ¡Realmente destroza el corazón el aprieto trágico de Jerusalén! En medio de todo esto, Lamentaciones expresa confianza en que Jehová mostrará bondad amorosa y misericordia, y en que él recordará a Sión y la traerá de vuelta. (Lam. 3:31, 32; 4:22.) Expresa esperanza en “días nuevos” como los días de tiempo atrás, cuando los reyes David y Salomón reinaban en Jerusalén. ¡Aún queda el pacto de Jehová con David para un reino eterno! “Sus misericordias ciertamente no terminan. Son nuevas cada mañana.” Y continuarán para con los que aman a Jehová hasta que, bajo el gobierno justo de su Reino, toda criatura que viva exclame en gratitud: “Jehová es la parte que me corresponde” (5:21; 3:22-24).
En tiempos bíblicos se componían y entonaban lamentaciones o endechas en recuerdo de amigos difuntos (2Sa 1:17-27), naciones devastadas (Am 5:1, 2) y ciudades que habían sido reducidas a ruinas. (Eze 27:2, 32-36.) El libro de Lamentaciones es un ejemplo inspirado de este tipo de composición melancólica. Consta de cinco poemas líricos (en cinco capítulos) en los que se lamenta la destrucción de Jerusalén a manos de Babilonia en 607 a. E.C.
El libro reconoce que Jehová había castigado justamente a Jerusalén y Judá debido al error de su pueblo. (Lam 1:5, 18.) Además, resalta la bondad y misericordia de Dios y muestra que Jehová es bueno con quien espera en Él. (Lam 3:22, 25.)
Título. En hebreo este libro recibe el nombre de la palabra de apertura, ’Eh·kjáh, que significa “¡Cómo!”. Los traductores de la Septuaginta llamaron al libro Thré·noi, que significa “Trenos; Endechas; Lamentos”. En el Talmud de Babilonia (Baba Batrá 14b) se le denomina Qi·nóhth, término que significa “Endechas; Elegías”, y Jerónimo le dio el nombre de Lamentationes (en latín), del que proviene el título español.
Su lugar en el canon bíblico. En el canon hebreo al libro de Lamentaciones por lo general se le cuenta entre los cinco Meghil·lóhth (rollos), que constan de El Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester. Sin embargo, parece ser que en copias antiguas de las Escrituras Hebreas el libro de Lamentaciones iba después del libro de Jeremías, como ocurre en muchas Biblias españolas de hoy día.
Escritor. En la Septuaginta se introduce el libro con las palabras: “Y sucedió que después que Israel había sido tomado cautivo y Jerusalén había sido desolada, Jeremías se sentó, llorando, y se lamentó con esta lamentación en cuanto a Jerusalén, y dijo [...]”. Los targumes también identifican a Jeremías como el escritor, al introducir el libro de la siguiente manera: “Jeremías, el profeta y el gran sacerdote, dijo [...]”. En la introducción de este libro, la recensión clementina de la Vulgata latina (traducción al español de Scío de San Miguel) dice: “Y aconteció que después que Israel fue reducido a cautiverio, y Jerusalén quedó desierta, se sentó el profeta Jeremías llorando, y endechó sobre Jerusalén con esta lamentación, y suspirando con amargura de ánimo, y dando alaridos, dijo: [...]” (ortografía actualizada).
Estilo. Los cinco capítulos del libro de Lamentaciones constan de cinco poemas, de los que los cuatro primeros son acrósticos. El alfabeto hebreo tiene 22 letras (consonantes), y en los primeros cuatro capítulos de Lamentaciones los versículos empiezan sucesivamente con cada una de las 22 letras del alfabeto hebreo. Los capítulos 1, 2 y 4 tienen 22 versículos cada uno, ordenados alfabéticamente. El versículo 1 empieza con la primera letra hebrea, ’á·lef; el versículo 2, con la segunda, behth, y así sucesivamente. El capítulo 3 tiene 66 versículos, y en este caso son tres los versículos sucesivos que empiezan con la misma letra.
En los capítulos 2, 3 y 4 hay una inversión de las letras `á·yin y pe’ (no están en el mismo orden que en el capítulo 1 de Lamentaciones y en el Salmo 119). No obstante, esta circunstancia no significa que el escritor inspirado de Lamentaciones cometiera un error. En una consideración sobre este asunto, se hace la siguiente observación: “Mucho menos podemos atribuir la irregularidad en cuestión a un descuido del escritor [...], pues la irregularidad se repite en tres poemas. Más bien, está relacionada con otro factor. También hallamos en otros poemas alfabéticos, especialmente los más antiguos, muchas desviaciones de la regla, que prueban innegablemente que los escritores se limitaron rigurosamente al orden del alfabeto solo si este encajaba con la línea de pensamiento sin forzar el sentido”. (Commentary on the Old Testament, de C. F. Keil y F. Delitzsch, 1973, vol. 8, “The Lamentations of Jeremiah”, pág. 338.) Entre los ejemplos citados están el Salmo 34, donde no aparece ningún versículo que corresponda a la letra waw, y el Salmo 145, donde ocurre lo mismo con la letra nun. En realidad, no debería preocupar el que no haya una adherencia estricta al orden alfabético de las letras hebreas en estos escritos inspirados. No hay duda de que los escritos acrósticos suponían una ayuda para la memoria, pero lo más importante era el mensaje en sí, de más valor que cualquier artificio literario.
El capítulo 5 de Lamentaciones no es un poema acróstico, aunque contiene 22 versículos, es decir, el mismo número que el de las letras del alfabeto hebreo.
Cuándo se compuso. El carácter vívido del libro de Lamentaciones muestra que se escribió poco después de la caída de Jerusalén en 607 a. E.C., mientras los sucesos del sitio babilonio y la quema de Jerusalén todavía estaban frescos en el recuerdo de Jeremías. La opinión generalizada es que el libro se escribió por ese tiempo. Por lo tanto, parece razonable pensar que su escritura se terminó el mismo año 607 a. E.C.
Cumplimiento de profecía. Las palabras de Deuteronomio 28:63-65 tuvieron su cumplimiento en Jerusalén, como se indica de manera muy vívida en el libro de Lamentaciones. Asimismo, en este libro se recoge el cumplimiento de otras profecías y advertencias; por ejemplo: compárese Lamentaciones 1:2 con Jeremías 30:14; Lamentaciones 2:17 con Levítico 26:17 y Lamentaciones 2:20 con Deuteronomio 28:53.
Contenido. A partir del versículo 12 del capítulo 1, Jeremías personifica a Jerusalén o Sión, la “mujer” que estaba en relación de pacto con Dios. (Isa 62:1-6.) Está desolada, como una viuda privada de sus hijos o como una mujer cautiva a la que se obliga, como si fuera una esclava, a hacer trabajos forzados. En el capítulo 2, quien habla es el mismo Jeremías. En el capítulo 3, Jeremías expresa sus sentimientos, transfiriéndolos a la nación representada por un “hombre físicamente capacitado”. En el capítulo 4, Jeremías continúa su lamento. En el capítulo 5 se representa a los habitantes de Jerusalén hablando. Las expresiones de reconocimiento de su pecado, las manifestaciones de esperanza y confianza en Jehová, así como el deseo de volver al camino correcto, tal como se registran a lo largo del capítulo, no eran los verdaderos sentimientos de la mayor parte del pueblo. Sin embargo, había un resto como Jeremías. En consecuencia, el punto de vista que se expresa en el libro de Lamentaciones es una evaluación justa de la situación de Jerusalén tal y como la veía Dios. El libro de Lamentaciones es, por lo tanto, un registro verdadero y valioso, inspirado por Dios.
Cinco poemas que lamentan la tragedia que les sobrevino a Jerusalén y sus habitantes a manos de los babilonios en 607 a. E.C. |
Jerusalén es como una viuda privada de sus hijos y sin nadie que la consuele - (1:1-22)
★Ella reconoce que su pecado contra Jehová es la causa de su desgracia.
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Jehová ha obrado en su furia contra Jerusalén - (2:1-22)
★Ha arrojado a Jerusalén “del cielo a la tierra” |
Hombre físicamente capacitado, representa a la nación - (3:1-66)
★Describe su condición desesperada
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El efecto devastador del sitio contra Jerusalén - (4:1-22)
★Era mejor haber muerto por la espada que por el hambre; hubo mujeres que hasta se comieron a sus hijos
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Se ruega a Jehová que repare en el sufrimiento de su pueblo y lo restablezca - (5:1-22)
★La posesión hereditaria de su pueblo ha sido dada a extraños
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