Compuesto por el gobernador Nehemías, el libro es un relato emocionante de cómo se exalta la adoración verdadera cuando se juntan la determinación y la confianza absoluta en Jehová Dios. Muestra claramente que Jehová interviene en los asuntos para llevar a cabo su voluntad. Es asimismo la historia de un líder fuerte y valeroso. Su mensaje contiene valiosas lecciones para todos los verdaderos adoradores de Dios hoy día, “porque la palabra de Dios es viva, y ejerce poder” (Hebreos 4:12).
Estando Nehemías en el castillo de Susa, donde sirve al rey Artajerjes Longimano en un puesto de confianza, se entera de que su pueblo está “en una situación muy mala, y en oprobio; y [de que] el muro de Jerusalén está derribado, y sus mismísimas puertas han sido quemadas con fuego”. Profundamente abatido, implora a Dios que lo dirija (Nehemías 1:3, 4). Con el tiempo, el rey observa su tristeza, lo que abre el camino para que Nehemías viaje a Jerusalén.Al llegar, Nehemías inspecciona el muro al amparo de la noche y revela a los judíos sus planes de reconstruirlo. Se inician las obras, y también la oposición; sin embargo, bajo el valiente liderazgo de Nehemías, “por fin el muro qued[a] completo”, la obra de construcción se completó en solo 52 días (Nehemías 6:15).
Respuestas a preguntas bíblicas:
1:1; 2:1.
¿Se cuenta el “año veinte” al que hacen referencia estos dos versículos desde el mismo punto de referencia?
Sí, se trata del año vigésimo del reinado de Artajerjes, aunque el sistema de cálculo utilizado en estos versículos varía. Las pruebas históricas señalan el 475 antes de nuestra era como el año en que Artajerjes ascendió al trono. Puesto que los escribas babilonios contaban los años de los reyes persas de Nisán (marzo-abril) a nisán, el primer año de aquel monarca comenzó en Nisán de 474; por lo tanto, el año veinte del que habla Nehemías 2:1 empezó en Nisán de 455. El mes de kislev (noviembre-diciembre) mencionado en Nehemías 1:1 es, lógicamente, el del año anterior, el 456. Según Nehemías, ese mes también correspondió al año veinte del reinado de Artajerjes. Es probable que en este caso comenzara a contar desde la fecha en que el monarca heredó el trono, o que utilizara lo que los judíos llaman hoy el año civil, que comienza en el mes de tisri (septiembre-octubre). De cualquier modo, el año en que se emitió la orden de restaurar Jerusalén fue el 455 antes de nuestra era.
2:4.
¿Fue esta una oración repentina debido a su desesperación?
No, pues la condición devastada de Jerusalén había sido tema de las oraciones de Nehemías “día y noche” por algún tiempo (1:4, 6). Cuando se le dio la oportunidad de hablar con el rey Artajerjes acerca de su deseo de reedificar los muros de Jerusalén, Nehemías volvió a orar, como tantas veces lo había hecho antes. La respuesta favorable de Jehová resultó en que recibiera la comisión de reedificar los muros de la ciudad (Romanos 12:12.)
4:14.
¿Cuales eran las circunstancias cuando Nehemías expresó éstas palabras?
Cuando los enemigos de la adoración verdadera en los tiempos de Nehemías se enteraron de que “la reparación de los muros de Jerusalén había adelantado”, tomaron sus espadas para “pelear contra Jerusalén”. El panorama que tenían ante sí los judíos no era nada alentador: al norte estaban los samaritanos; al este, los ammonitas; al sur, los árabes, y al oeste, los asdoditas. Jerusalén estaba rodeada; no parecía haber escapatoria.
4:17, 18.
¿Cómo podía un hombre trabajar en la reconstrucción con una sola mano?
Para los que cargaban materiales, esto no representaría ningún problema. Una vez puesta la carga sobre la cabeza o los hombros, podrían sujetarla fácilmente con una mano “mientras la otra mano tenía asido el proyectil”. Los constructores, que necesitaban ambas manos para trabajar, “estaban ceñidos, cada cual con su espada sobre la cadera, mientras edificaban”. Todos estaban listos para repeler en cualquier momento un ataque del enemigo (Génesis 24:15, 45.)
5:7.
¿En qué sentido empezó Nehemías “a señalar faltas a los nobles y a los gobernantes diputados”?
Era una violación directa de la ley de Jehová. Estos hombres estaban prestando con usura a sus hermanos judíos en contra de lo dispuesto en la Ley mosaica (Levítico 25:36; Deuteronomio 23:19). El interés que exigían era muy alto. Si se pagaba mensualmente, “la centésima” equivaldría al 12% anual (Ne 5:11). Era una crueldad imponer semejante carga al pueblo, que ya de por sí estaba agobiado por los impuestos y la escasez de alimentos y a la elevada tributación persa (Ne 5:3, 4). Nehemías les ‘señaló sus faltas’ a los ricos al emplear la Ley de Dios para reprenderlos con severidad y denunciar su mal proceder.
6:5.
Puesto que las cartas confidenciales solían ir en bolsas selladas, ¿por qué envió Sanbalat “una carta abierta” a Nehemías?
Quizás la intención de Sanbalat era divulgar las acusaciones falsas que esta contenía a modo de insulto. Tal vez esperaba que Nehemías se enojara tanto que interrumpiera la construcción para ir a defenderse personalmente. O puede que haya pensado que su contenido alarmaría tanto a los judíos que estos detendrían las obras por completo. Pero Nehemías no se intimidó y prosiguió con calma la obra encomendada por Dios.
No debemos pensar que el trabajo duro es indigno para nosotros y retraernos como lo hicieron los teqoítas “majestuosos”. Más bien, deberíamos imitar a los demás teqoítas que efectuaron una tarea doble. (Ne 3:5, 27.)
1:4; 2:4; 4:4, 5. encararnos a situaciones difíciles o decisiones importantes, debemos “persever[ar] en la oración” y seguir la dirección teocrática (Romanos 12:12).
1:11-2:8; 4:4, 5, 15, 16; 6:16. Jehová responde las oraciones sinceras de sus siervos (Salmo 86:6, 7).
1:4; 4:19, 20; 6:3, 15. La ternura que caracterizó a Nehemías no le impidió ser un hombre de acción que luchó firmemente por la justicia.
1:11 - 2:3. Lo que más gozo le produjo a Nehemías no fue su prestigioso cargo como copero del rey, sino fomentar la adoración pura. ¿No deberían ser la adoración de Jehová y todo cuanto la promueva nuestro principal objeto de interés y motivo de gozo?
2:4-8. Jehová hizo que Artajerjes le concediera autorización a Nehemías para ir a Jerusalén y reconstruir la muralla. “El corazón de un rey es como corrientes de agua en la mano de Jehová —dice Proverbios 21:1—. Adondequiera que él se deleita en hacerlo, lo vuelve.”
3:5, 27. No debemos considerar degradante el trabajo manual que se realiza en favor de la adoración verdadera, como hicieron los “majestuosos” de los teqoítas; más bien, debemos imitar a los teqoítas comunes que trabajaron con gusto.
3:10, 23, 28-30. Aunque algunos pueden mudarse a donde hay mayor necesidad de proclamadores del Reino, muchos apoyamos la adoración verdadera desde nuestra localidad. Lo hacemos tomando parte en la construcción de Salones del Reino y en las labores de socorro cuando ocurren desastres, pero, sobre todo, predicando el Reino.
4:14. Cuando nos enfrentemos a la oposición, nosotros también podremos vencer el miedo teniendo presente a Aquel que es “el Grande y el Inspirador de temor”.
5:14-19. El gobernador Nehemías es un magnífico ejemplo de humildad, altruismo y discreción para los superintendentes cristianos. Aun cuando aplicaba la Ley de Dios con mucho celo, no se aprovechó de su posición para lucrarse, sino que se interesó por los oprimidos y los pobres. Su generosidad constituye un modelo sobresaliente para todos los siervos de Dios.
Acto seguido tiene lugar otra reunión. En ella, “la descendencia de Israel” confiesa los pecados nacionales, los levitas repasan los actos de Dios con Israel, y el pueblo se obliga con juramento a “andar en la ley del Dios verdadero” (Nehemías 9:1, 2; 10:29). Como Jerusalén sigue despoblada, se echan suertes con el fin de que 1 de cada 10 judíos que viven fuera de la ciudad se mude a ella. Luego, se inaugura la muralla con tal alborozo que “el regocijo de Jerusalén [puede] oírse desde lejos” (Nehemías 12:43). Doce años después de haber llegado, Nehemías parte de Jerusalén y regresa a la corte para cumplir sus deberes para con Artajerjes. Sin embargo, la impiedad no tarda en infiltrarse de nuevo entre los judíos, así que, a su regreso, Nehemías actúa decididamente para corregir la situación, tras lo cual eleva en su favor esta humilde súplica: “Acuérdate de mí, sí, oh Dios mío, para bien” (Nehemías 13:31).
Respuestas a preguntas bíblicas:
7:6-67.
¿Por qué difieren las listas de Nehemías y Esdras en la cantidad de miembros de las familias que volvieron a Jerusalén con Zorobabel?
A veces estas aparentes discrepancias no pueden resolverse tan fácilmente. Esto es especialmente cierto en el caso de los números indicados en los libros de Esdras 2:1-67 y Nehemías 7:6-69. Ambos libros alistan el número de personas de varias familias o casas que regresaron del exilio en Babilonia con Zorobabel. Los registros armonizan en cuanto a dar 42.360 como el número total de los exilados que regresaron, aparte de esclavos y cantores. (Esd 2:64; Neh 7:66) No obstante, hay variación en los números que se dan para las familias individuales o casas. En ambas listas las cifras individuales suman un total de mucho menos de 42.360. Muchos doctos se sienten inclinados a atribuir estas diferencias a error de los escribas. Si bien es verdad que no puede descartarse del todo esta posibilidad, hay otras explicaciones posibles para las variaciones.
La diferencia pudiera obedecer a que Esdras y Nehemías hayan hecho sus listas basándose en diferentes fuentes. Por ejemplo, Esdras pudo haber usado un documento que alistaba a todos los que se habían inscrito para regresar a su tierra natal, mientras que Nehemías pudo haber copiado de un registro que indicara solamente los nombres de los que verdaderamente regresaron. Además, también había sacerdotes a quienes les era imposible establecer su genealogía (Esdras 2:61-63; Nehemías 7:63-65), y posiblemente otros israelitas se habían enfrentado al mismo problema. Tal vez a éstos no se les alistó en los grupos de familia pero quizás se incluyeron en el total. De manera que las 42.360 personas podrían representar el total combinado del número de cada familia además de otros que no podían establecer su linaje. Más tarde, es posible que algunos hayan podido establecer su genealogía correcta. Sea como fuere, ambos relatos coinciden en un punto: la cifra de los que regresaron inicialmente fue de 42.360, sin contar a los esclavos ni a los cantores.
8:8.
¿Qué métodos podemos emplear para dar el énfasis adecuado a nuestras palabras y expresiones?
1) Modulación. Las variaciones de la voz logran que las palabras clave se destaquen del resto de la frase.
2) Pausas. Las pausas adecuadas antes de leer las palabras clave de un texto crean expectación, y las que se hacen después acentúan el efecto de la lectura.
3) Repetición. Repetir las palabras o expresiones clave después de leer un texto es un método eficaz de dar énfasis a un punto en particular.
4) Gestos. Los movimientos corporales y las expresiones faciales suelen infundir sentimiento a un vocablo o una frase.
9:1.
¿Por qué se vistieron de saco y tierra los israelitas?
El que se vistieran de saco —una prenda de vestir de color oscuro hecha de tejidos de pelo de cabra— era una señal de tristeza. De manera similar, el poner tierra o ceniza sobre su cabeza o cuerpo significaba gran lamento o humillación. (1 Samuel 4:12; 2 Samuel 13:19.) Los judíos lo hicieron para demostrar el reconocimiento doloroso y humilde de sus pecados. Después de esto hicieron un ‘contrato’ de confesión, “un arreglo fidedigno” (Ne 9:38). Del mismo modo, humildemente debemos reconocer y confesar nuestros pecados para poder conservar nuestra relación con Dios. (1 Juan 1:6-9.)
9:1a.
¿Por qué benefició a toda la humanidad la acción drástica de despedir a las esposas extranjeras?
Esta acción no solo benefició a Israel, sino también a toda la humanidad. Si no se hubiera hecho nada para corregir la situación, es posible que las naciones vecinas hubieran asimilado a los israelitas. En ese caso, se habría contaminado la línea de la Descendencia Prometida para la bendición de toda la humanidad (Génesis 3:15; 22:18). Hubiera sido difícil identificar a la Descendencia Prometida como procedente del linaje del rey David, de la tribu de Judá. Unos doce años más tarde, se dio atención de nuevo a esta cuestión fundamental cuando “la descendencia de Israel procedió a separarse de todos los extranjeros” (Nehemías 9:1, 2; 10:29, 30).
¿Qué pueden aprender de este relato los siervos de Jehová de la actualidad? Pues bien, los cristianos no están bajo el pacto de la Ley, sino que obedecen “la ley del Cristo” (2 Corintios 3:14; Gálatas 6:2). De modo que el cristiano cuyo cónyuge no es creyente debe seguir el consejo de Pablo: “Si algún hermano tiene esposa incrédula, y sin embargo ella está de acuerdo en morar con él, no la deje” (1 Corintios 7:12). Es más, los cristianos que están casados con incrédulos tienen la obligación bíblica de luchar por el éxito de su matrimonio (1 Pedro 3:1, 2). La aplicación de este excelente consejo ha logrado en muchas ocasiones que el cónyuge incrédulo cambie su actitud con respecto a la adoración verdadera. Algunos incluso se han convertido en fieles cristianos bautizados (1 Corintios 7:16).
9:1, 2.
¿Qué “obras,” o “fruto,” son própios de arrepentimiento?
El apóstol Pablo exhortó a las personas a ‘arrepentirse y volverse a Dios, haciendo obras propias del arrepentimiento.’ (Hech. 26:20) En los días de Nehemías, cuando los judíos se arrepintieron de haber tomado esposas extranjeras, tomaron acción definitiva que reflejaba el arrepentimiento. (Neh. 9:1, 2; compare con Jonás 3:5-10.) Por consiguiente, al tratar los ancianos con un caso de pecado craso, se interesarán en saber si el malhechor ha ‘producido fruto propio de arrepentimiento.’—Mat. 3:8.
9:17.
¿Cómo desplega Jehová sus cualidades al tratar con su pueblo?
La oración que leemos en el capítulo 9 de Nehemías sintetiza bien la relación de Jehová con los israelitas. Muestra que Jehová es “un Dios de actos de perdón, benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa”. Esta plegaria también indica que Jehová actúa en armonía con su norma perfecta de justicia. Aun cuando tenga buena razón para ejercer su poder contra los desobedientes, está dispuesto a templar la justicia con el amor. Requiere sabiduría lograr este equilibrio tan admirable. Así pues, la relación del Creador con la nación de Israel debería acercarnos a él y motivarnos a hacer su voluntad.
9:20.
¿Puede cultivar más discernimiento?
Para cultivar discernimiento, es esencial buscar la ayuda del espíritu santo. El escritor bíblico Nehemías dijo lo siguiente al repasar cómo había tratado Jehová con los israelitas
después de liberarlos del cautiverio en Egipto: “Les diste tu buen espíritu para hacerlos prudentes”. (Nehemías 9:20.) El espíritu de Jehová también puede hacernos prudentes a nosotros. Cuando pida a Jehová su espíritu para que le dé discernimiento, ore con confianza, pues Jehová “da generosamente a todos, y sin echar en cara”. (Santiago 1:5; Mateo 7:7-11; 21:22.) Una asignación suele llevar a otra, y por lo general, la experiencia y las habilidades que uno adquiere en un lugar pueden ser útiles después en otras asignaciones.
Cap. 10.
¿Por qué varían las listas genealógicas?
El capítulo 10 de Nehemías presenta una serie de nombres que autenticaron con su sello un “arreglo fidedigno” para cumplir los mandamientos de Dios. (Ne 9:38.) Los nombres que se dan en estas listas pueden referirse a las casas implicadas en los acuerdos, representadas por su cabeza ancestral, y no necesariamente a personas individuales. (Compárese con Esd 10:16.) Puede pensarse así porque muchos de los nombres que están en la lista corresponden a los de aquellos que regresaron de Babilonia junto con Zorobabel unos ochenta años antes. Por lo tanto, aunque algunos de los implicados tuvieran el mismo nombre que el cabeza ancestral, es posible que solo hayan sido representantes de esas casas ancestrales.
10:32-39.
¿Qué implica no descuidar la casa de Dios hoy?
El pueblo de Jehová tampoco debe descuidar hoy su privilegio de ‘rendir servicio sagrado’ en los patios del gran templo espiritual de Jehová (Revelación 7:15). Este servicio incluye las oraciones sinceras y regulares por el progreso de la adoración de Jehová. A fin de vivir en armonía con tales oraciones, debemos prepararnos para las reuniones cristianas y participar en ellas, colaborar en la predicación de las buenas nuevas y ayudar a las personas interesadas volviéndolas a visitar y, si es posible, estudiando la Biblia con ellas. Muchos cristianos que no quieren descuidar la casa de Dios ofrecen donaciones materiales para la obra de predicar y el mantenimiento de los lugares de culto. Quizá también podamos colaborar en la construcción de lugares de reunión que urjan, así como en mantenerlos limpios y arreglados. Un modo importante de demostrar nuestro amor por la casa espiritual de Dios es promoviendo la paz entre los hermanos en la fe y ayudando a los necesitados en sentido material o espiritual (Mateo 24:14; 28:19, 20; Hebreos 13:15, 16).
10:34.
¿Por qué se mandó al pueblo que proporcionara leña?
La Ley mosaica no prescribía ofrendas de leña. Esta orden se dio por pura necesidad. Hacía falta mucha leña para quemar los sacrificios en el altar. Al parecer no había suficientes netineos (esclavos no israelitas que servían en el templo), por lo que fue preciso echar suertes a fin de asegurar el suministro continuo de leña (Josué 9:23, 27.)
11:2.
¿Por qué se “bendijo” a los que se ofrecieron voluntariamente?
El dejar sus posesiones hereditarias y mudarse a Jerusalén pudo haber resultado en gastos y ciertamente en desventajas. Además, los que moraban en la ciudad tal vez estaban expuestos a diversos peligros. Bajo tales circunstancias, el resto del pueblo consideró que estos voluntarios eran dignos de encomio y, sin duda, oraron para que Jehová los bendijera.
12:27.
¿Cuándo se inauguró el muro?
El muro quedó completado el día 25 del sexto mes, Elul, del año 455 a. de la E.C. y, al mes siguiente, se celebraron grandes reuniones (Ne 6:15; 8:2; 9:1). La inauguración probablemente fue el punto culminante de aquella ocasión gozosa.
El espíritu servicial y las expresiones de gratitud a Jehová mediante cantos y música fueron conmovedores. Hoy día, tanto en asambleas como en otras ocasiones, los testigos de Jehová ofrecen voluntariamente sus servicios para el provecho de otras personas y de todo corazón cantan alabanzas a Dios.
13:3.
¿De quiénes se componía la “compañía mixta”?
Parece que la “compañía mixta” se componía de extranjeros, como los moabitas y los ammonitas, y de los hijos de los israelitas que se habían casado con extranjeras (Ne 13:1, 2). Acuérdese que anteriormente los judíos habían despedido a las esposas extranjeras junto con sus hijos. (Esdras 10:44.) Nuevamente los judíos habían tomado esposas extranjeras, y por eso hubo la necesidad de excluir a dichas mujeres y a sus hijos de la comunidad, de la nación misma, y así del privilegio de adorar con el pueblo de Jehová. (Ne 13:23-31.)
Los reincidentes judíos son un ejemplo amonestador para nosotros. Siempre debemos ser vigilantes y estar en guardia contra caer en el materialismo, la corrupción y la apostasía.
13:6.
¿Cuánto tiempo se ausentó Nehemías de Jerusalén?
La Biblia solo dice que “algún tiempo después”, o “al final de los días”, Nehemías pidió permiso al rey para volver a Jerusalén. Por lo tanto, es imposible determinar cuánto tiempo estuvo ausente. Sin embargo, al regresar, encontró que no se estaba contribuyendo materialmente para el sacerdocio ni se observaba el sábado. Muchos habían tomado esposas extranjeras, y sus hijos ni siquiera hablaban el idioma de los judíos. Para que las condiciones se deterioraran tanto, Nehemías debió de ausentarse por bastante tiempo.
Lástima, misericordia o compasión hacia una persona desgraciada o que sufre. El nombre plural ra-jamím indica “piedad”, “misericordias” o “emociones internas”. (Gé 43:14, 30; 1Cr 21:13; Sl 40:11.) El verbo griego splag-kjní-zo-mai significa “conmover las entrañas, sentir pena o compasión” o “compadecerse, apiadarse”. Procede del nombre splág-kjna, cuyo significado literal es “entrañas” o “intestinos”. (Hch 1:18.) Puesto que los sentimientos intensos pueden afectar la zona del abdomen, el nombre griego splág-kjna suele emplearse con el significado de “tiernos cariños” o “tiernas compasiones”.
Jehová Dios puso el ejemplo de mostrar compasión a los que experimentan aflicción, y puede mover a otros a mostrar este sentimiento amoroso. Por eso, el rey Salomón pudo orar apropiadamente a Jehová que cuando los israelitas cayesen cautivos debido a su infidelidad, hiciera que sus captores sintieran compasión por ellos. (1Re 8:50.) Con respecto a la respuesta a esta petición, el salmista inspirado escribió: “Les otorgaba ser objeto de piedad delante de todos los que los tenían cautivos”. (Sl 106:46.) Por eso, pasado un tiempo, Jehová repatrió a su tierra a un resto arrepentido (Jer 33:26; Esd 1:1-4), y en armonía con Su voluntad, Artajerjes dio a Jeremías el permiso para que reconstruyera la ciudad de Jerusalén. (Ne 1:11–2:6.)
Jesucristo reflejó a la perfección la personalidad de su Padre a la hora de manifestar compasión. “Se compadeció” de las muchedumbres, sin preocuparse por su propia intimidad, “porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor”. (Mt 9:36; Mr 6:34.) El ver a personas con privaciones, leprosas o ciegas hacía que Jesús sintiera compasión, por lo que los aliviaba de forma milagrosa. (Mt 14:14; 20:30-34; Mr 1:40, 41; Lu 7:12, 13.) También fue la compasión por la gente que había permanecido con él durante tres días sin nada que comer lo que lo impulsó a proporcionarles alimento de manera milagrosa. (Mt 15:32-38; Mr 8:2-9.)
Los discípulos de Jesucristo pueden imitar su ejemplo y el de su Padre ayudando de buena gana y con gozo a los que experimentan dificultades y dando la bienvenida a todos los que se arrepienten del pecado con sinceridad y regresan de toda alma a Jehová. (Mateo 18:21-35; Lu 10:30-37; 15:11-32.) Así podrán tener la seguridad de que Jehová les mostrará misericordia. (Mt 5:7.)
13:24.
¿Por qué era preocupante el que los hijos de los judíos no supieran hablar “judío”?
Nehemías se perturbó muchísimo cuando supo que los hijos de los judíos repatriados que se habían casado con mujeres extranjeras no sabían hablar “judío” (hebreo). (Ne 13:23-25.) Su preocupación no era otra que la de facilitar la adoración pura, pues sabía que era de primera importancia entender los Santos Escritos (por entonces solo en hebreo) cuando se leyesen y comentasen. (Compárese con Ne 13:26, 27; 8:1-3, 8, 9.) Además, la comunicación en una sola lengua sería para ellos una fuerza unificadora. No cabe duda de que las Escrituras Hebreas desempeñaron un importante papel en la estabilidad del idioma hebreo, pues durante el período de mil años que abarcó la redacción de los libros que las integran, prácticamente no se produjo ningún cambio lingüístico.
Ahora habían llegado hasta el extremo de entrar en la más íntima relación —la del matrimonio— con mujeres no creyentes que adoraban ídolos. Hasta los sacerdotes, los levitas y
los príncipes sucumbieron a esta pecaminosa desobediencia al mandato de Dios.—Esd. 9:1, 2.
Pudiera ser que para el lector ocasional lo que estos judíos habían hecho no pareciera malo. Pero considere: Si el pequeño número de judíos que había regresado a Judá hubiese sido
absorbido por las naciones vecinas, las cuales realmente se oponían al Dios de éstos y a Su adoración que giraba en torno del templo, ¿cuál hubiese sido el resultado? La adoración
verdadera hubiese desaparecido de la Tierra.
13:25, 28.
Aparte de “señalarles sus faltas” a los judíos reincidentes, ¿qué otras medidas correctivas tomó Nehemías?
Nehemías “invoc[ó] el mal contra ellos” al declararles los juicios adversos contenidos en la Ley de Dios. “Golpe[ó] a algunos hombres de ellos”, quizás ordenando que fueran sometidos a juicio. Como señal de su indignación moral, procedió a “arrancarles el cabello”. También arrojó de la ciudad al nieto del sumo sacerdote Eliasib, que se había casado con una hija de Sanbalat el horonita.
13:26.
¿Por qué es importante la unidad religiosa en el matrimonio?
Examine algunas de las cuestiones conflictivas que pudieran surgir con el tiempo en el seno de los matrimonios de diferentes fes: ¿Dónde rendirá culto la familia? ¿Qué educación
religiosa se dará a los hijos? ¿A qué organización religiosa apoyarán en sentido económico? ¿Insistirá uno de los cónyuges en que se participe en costumbres y fiestas religiosas que el otro considera paganas? (Isaías 52:11.) En todo matrimonio se exige que los cónyuges hagan ajustes racionales, pero a la vista de Dios es inaceptable que se transija en los principios bíblicos, ni siquiera para conservar el matrimonio (compárese con Deuteronomio 7:3, 4; Nehemías 13:26, 27).
8:8. Como maestros que somos de la Palabra de Dios, le ‘ponemos significado’ cuando articulamos bien las palabras y les damos el debido énfasis, así como cuando explicamos correctamente el sentido de las Escrituras y su aplicación práctica.
8:10. “El gozo de Jehová” proviene de reconocer y satisfacer nuestra necesidad espiritual, así como de seguir la dirección teocrática. Es de suma importancia que estudiemos la Biblia con ahínco, que asistamos regularmente a las reuniones cristianas y que participemos con entusiasmo en la obra de predicar el Reino y hacer discípulos.
11:2. Abandonar la posesión hereditaria para mudarse a Jerusalén suponía gastos y algunas desventajas. Los que se ofrecieron voluntariamente demostraron un espíritu de abnegación. Nosotros también podemos demostrar el mismo espíritu ofreciéndonos para servir cuando se presente la oportunidad, como en las asambleas o en otras ocasiones.
12:31, 38, 40-42. El canto es una excelente manera de alabar a Jehová y expresarle nuestra gratitud. Debemos cantar con fervor en las reuniones cristianas.
13:4-31. Tenemos que estar en guardia para impedir que el materialismo, la corrupción y la apostasía comiencen a afectarnos.
13:22. Nehemías sabía muy bien que debía rendir cuentas a Dios. Nosotros también debemos tener presente que daremos cuenta de nuestros actos ante Jehová.
La lección es clara: para triunfar en cualquier empresa que nos propongamos, es preciso contar con la bendición de Jehová. ¿Podemos esperar en verdad que Jehová nos bendiga a menos que demos prioridad a la adoración verdadera en nuestra vida? Por consiguiente, al igual que Nehemías, hagamos de la adoración a Jehová y su avance nuestro principal interés.
NEHEMÍAS, cuyo nombre significa “Jah Consuela”, fue un siervo judío del rey persa Artajerjes (Longimano). Era copero del rey. Este era un puesto de gran confianza y honra, deseable, pues permitía abordar al rey en momentos en que él estaba alegre y dispuesto a conceder favores. Sin embargo, Nehemías era uno de aquellos fieles desterrados para quienes Jerusalén estaba por encima de toda ‘causa de regocijo’ personal. (Sal. 137:5, 6.) No era el puesto ni la riqueza material lo que dominaba en la mente de Nehemías, sino ver restaurada la adoración de Jehová.
2 En 456 a.E.C. no había prosperidad entre los ‘que habían quedado del cautiverio’, el resto judío que había regresado a Jerusalén. Era lamentable su condición. (Neh. 1:3.) El muro de la ciudad estaba en escombros, y el pueblo era un oprobio a los ojos de sus adversarios, que siempre estaban observándolos. Esto afligía a Nehemías. Pero había llegado el tiempo señalado de Jehová para acción en cuanto al muro de Jerusalén. Hubiera o no enemigos, Jerusalén tenía que ser edificada junto con su muro protector como marca en la corriente del tiempo con relación a una profecía que Jehová había dado a Daniel sobre la venida del Mesías. (Dan. 9:24-27.) Por consiguiente, Jehová dirigió los sucesos y utilizó al fiel y celoso Nehemías para efectuar la voluntad divina.
3 No hay duda de que Nehemías es el escritor del libro que lleva su nombre. La declaración de apertura: “Las palabras de Nehemías hijo de Hacalías”, y el que el registro esté escrito en primera persona prueban eso claramente. (Neh. 1:1.) Originalmente los libros de Esdras y Nehemías eran un solo libro, al que se llamó Esdras. Después los judíos dividieron el libro en Primero y Segundo de Esdras, y algún tiempo después llegó a llamarse Nehemías a Segundo de Esdras. Hay un intervalo de unos 12 años entre los sucesos de la conclusión de Esdras y los sucesos de apertura de Nehemías, cuya historia abarca entonces el período desde el final de 456 a.E.C. hasta después de 443 a.E.C. (Neh. 1:1; 5:14; 13:6).
4 El libro de Nehemías armoniza con lo restante de la Escritura inspirada, a la cual pertenece propiamente. Contiene numerosas alusiones a la Ley, pues hace referencia a asuntos como las alianzas matrimoniales con extranjeros (Deu. 7:3; Neh. 10:30), los préstamos (Lev. 25:35-38; Deu. 15:7-11; Neh. 5:2-11) y la fiesta de las Cabañas (Deu. 31:10-13; Neh. 8:14-18). Además, el libro contiene información que marca el comienzo del cumplimiento de la profecía de Daniel de que Jerusalén sería reedificada, pero no sin oposición, “en los aprietos de los tiempos”. (Dan. 9:25.)
5 ¿Qué hay de la fecha de 455 a.E.C. para el viaje de Nehemías a Jerusalén con el fin de reconstruir el muro de la ciudad? Prueba histórica confiable de fuentes griegas, persas y babilonias indica que el año 475 a.E.C. es el año en que llegó al poder Artajerjes, y 474 a.E.C. es el primer año de su reinado. Esto haría que su año vigésimo fuera el 455 a.E.C. Nehemías 2:1-8 indica que en la primavera de ese año, en el mes judío de Nisán, Nehemías el copero real recibió permiso del rey para restaurar y reedificar Jerusalén, su muro y sus puertas. Según la profecía de Daniel transcurrirían 69 semanas de años, o 483 años, “desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo”... una profecía que tuvo su extraordinaria realización cuando Jesús fue ungido en 29 E.C., una fecha en que pueden concordar tanto la historia seglar como la bíblica. (Dan. 9:24-27; Luc. 3:1-3, 23.) De hecho, ¡los libros de Nehemías y Lucas enlazan notablemente con la profecía de Daniel al mostrar que Jehová Dios es el Autor y Cumplidor de la profecía verdadera! Ciertamente Nehemías es parte de las Escrituras inspiradas.
6 Nehemías enviado a Jerusalén - (1:1–2:20) A Nehemías le preocupa mucho un informe de Hananí, quien ha regresado a Susa desde Jerusalén con noticias del grave aprieto en que están los judíos allá, y de que el muro y las puertas están derruidos. Ayuna, y ora a Jehová “el Dios de los cielos, el Dios grande e inspirador de temor, que guarda el pacto y la bondad amorosa para con los que lo aman y guardan sus mandamientos” (1:5). Confiesa los pecados de Israel y pide a Jehová que recuerde a Su pueblo a causa de Su nombre, como le prometió a Moisés. (Deu. 30:1-10.) Cuando el rey pregunta a Nehemías por qué está triste, Nehemías le habla sobre la condición de Jerusalén y pide permiso para regresar y reedificar la ciudad y su muro. Se le concede su petición, y él viaja inmediatamente a Jerusalén. Después de una inspección nocturna del muro de la ciudad para familiarizarse con el trabajo que hay que hacer, revela su plan a los judíos y llama atención a la mano de Dios en el asunto. Al oír esto, ellos dicen: “Levantémonos, y tenemos que edificar”. (Neh. 2:18.) Cuando los vecinos samaritanos y otros oyen que la obra ha comenzado, empiezan a escarnecer y burlarse.
7 Reedificación del muro - (3:1–6:19) La obra en el muro empieza el tercer día del quinto mes, y participan en el trabajo los sacerdotes, los príncipes y el pueblo. Se reparan rápidamente las puertas de la ciudad y los muros entre ellas. Sanbalat el horonita se burla: “¿Qué están haciendo los endebles judíos? [...] ¿Acabarán en un día?”. A esto Tobías el ammonita añade su mofa: “Aun lo que están edificando, si una zorra subiera contra ello, ciertamente derribaría su muro de piedras” (4:2, 3). Cuando el muro alcanza la mitad de su altura, los adversarios unidos se encolerizan y conspiran para subir y luchar contra Jerusalén. Pero Nehemías exhorta a los judíos a tener presente a “Jehová el Grande y el Inspirador de temor” y luchar por sus familias y sus hogares (4:14). Se reorganiza la obra para afrontar la tensa situación; algunos hacen guardia con lanzas, mientras otros trabajan con la espada a la cintura.
8 Con todo, también hay problemas entre los judíos mismos. Algunos, violando la ley de Jehová, exigen usura de sus compañeros de adoración. (Éxo. 22:25.) Nehemías corrige aquel estado de cosas y aconseja contra el materialismo, y el pueblo obedece de buena gana. Por causa del pesado servicio sobre el pueblo, Nehemías mismo, durante sus 12 años como gobernador —desde 455 a.E.C. hasta 443 a.E.C.—, nunca exige el pan que se debe dar al gobernador.
9 Los enemigos usan ahora tácticas más sutiles para detener la construcción. Le piden a Nehemías que baje a reunirse con ellos, pero él responde que no puede tomar tiempo libre de la gran obra que está efectuando. Sanbalat acusa entonces a Nehemías de rebelión y de que quiere hacerse rey en Judá, y alquila secretamente a un judío para conseguir que Nehemías actúe ilegalmente escondiéndose en el templo por temor. Nehemías rechaza la intimidación y se ocupa con calma y obediencia en la empresa que Dios le ha asignado. El muro se completa “en cincuenta y dos días”. (Neh. 6:15.)
10 El pueblo recibe instrucción - (7:1–12:26) En la ciudad solo hay algunas personas y casas, pues la mayoría de los israelitas viven afuera según sus herencias tribuales. Dios dirige a Nehemías para que reúna a los nobles y a todo el pueblo con el fin de que se registren según su genealogía. Para hacerlo, Nehemías consulta el registro de los que regresaron de Babilonia. Se convoca entonces una asamblea de ocho días en la plaza pública junto a la Puerta del Agua. Esdras empieza el programa desde una tribuna de madera. Bendice a Jehová y luego lee del libro de la Ley de Moisés desde el amanecer hasta el mediodía. Le ayudan hábilmente otros levitas, quienes explican la Ley al pueblo y siguen ‘leyendo en voz alta del libro, de la Ley del Dios verdadero, la cual se expone, y a la cual se pone significado; y continúan dando entendimiento en la lectura’ (8:8). Nehemías insta al pueblo a festejar y regocijarse y a apreciar el significado de las palabras: “El gozo de Jehová es su plaza fuerte” (8:10).
11 El segundo día de la asamblea los cabezas del pueblo tienen una reunión especial con Esdras para adquirir perspicacia en la Ley. Aprenden sobre la fiesta de las Cabañas que debe celebrarse aquel séptimo mes, e inmediatamente se disponen a hacer cabañas para esta fiesta a Jehová. Hay “regocijo muy grande” mientras moran en cabañas durante los siete días y oyen día tras día la lectura de la Ley. Al octavo día celebran una asamblea solemne, “conforme a la regla”. (Neh. 8:17, 18; Lev. 23:33-36.)
12 El día 24 del mismo mes los hijos de Israel se reúnen en asamblea de nuevo y proceden a separarse de todos los extranjeros. Escuchan una lectura especial de la Ley y luego un repaso de los tratos de Dios con Israel —lo cual sirve como examen de conciencia— presentado por un grupo de levitas. Este tiene como idea central: “Levántense, bendigan a Jehová su Dios desde tiempo indefinido hasta tiempo indefinido. Y que bendigan tu glorioso nombre, que es ensalzado sobre toda bendición y alabanza”. (Neh. 9:5.) Pasan a confesar los pecados de sus antepasados y a pedir humildemente la bendición de Jehová. Hacen eso en forma de una resolución autenticada por el sello de los representantes de la nación. El grupo entero concuerda en mantenerse libre de alianzas matrimoniales con los pueblos del país, observar los sábados y proveer sustento para el servicio del templo y los obreros. Se escoge por sorteo a una persona de cada diez para que more permanentemente en Jerusalén, dentro de los confines del muro.
13 Dedicación del muro - (12:27–13:3) La dedicación del muro recién construido es una ocasión para canto y alegría. Es la ocasión para tener otra asamblea. Nehemías dispone que dos grandes coros y procesiones de acción de gracias anden sobre el muro en direcciones opuestas y finalmente se unan para los sacrificios en la casa de Jehová. Se dispone el mantenimiento de los sacerdotes y los levitas en el templo mediante contribuciones materiales. Otra lectura de la Biblia revela que a los ammonitas y los moabitas no se les debe permitir que entren en la congregación, así que se empieza a separar de Israel a toda la compañía mixta.
14 Eliminación de la inmundicia - (13:4-31) Después de pasar algún tiempo en Babilonia, Nehemías regresa a Jerusalén y descubre que han surgido nuevos vicios entre los judíos. ¡Qué rápido ha sido el cambio entre ellos! El sumo sacerdote Eliasib hasta ha hecho un comedor en el patio del templo para que lo use el ammonita Tobías, uno de los enemigos de Dios. Nehemías no pierde tiempo. Echa fuera los muebles de Tobías y manda que se limpien todos los comedores. También descubre que se han descontinuado las contribuciones materiales para los levitas, y ellos se ven obligados a salir de Jerusalén para ganarse la vida. El comercialismo cunde desenfrenado por la ciudad. No se observa el sábado. Nehemías les dice: “Ustedes están añadiendo a la cólera ardiente contra Israel al profanar el sábado” (13:18). Cierra las puertas de la ciudad el sábado para mantener fuera a los comerciantes, y les ordena que se alejen del muro de la ciudad. Pero hay un mal peor que aquel, algo que por acuerdo solemne habían dicho que no volverían a hacer. Han introducido esposas paganas extranjeras en la ciudad. Ya la descendencia de aquellas uniones matrimoniales no habla el idioma judío. Nehemías les recuerda que Salomón pecó a causa de esposas extranjeras. Por este pecado Nehemías ahuyenta al nieto de Eliasib el sumo sacerdote.* Luego pone en orden el sacerdocio y la obra de los levitas.
15 Nehemías concluye su libro con la petición sencilla y humilde: “Acuérdate de mí, sí, oh Dios mío, para bien” (13:31).
16 La devoción piadosa de Nehemías debe infundir ánimo a todo el que ama la adoración correcta. Él dejó un puesto favorecido para llegar a ser un humilde superintendente entre el pueblo de Jehová. Hasta rehusó la contribución material a que tenía derecho, y condenó rotundamente el materialismo como una trampa. Nehemías recomendó a toda la nación que buscara y sostuviera con celo la adoración de Jehová (5:14, 15; 13:10-13). Fue un ejemplo espléndido para nosotros por ser completamente desinteresado y prudente, un hombre de acción, valeroso a favor de la justicia ante el peligro (4:14, 19, 20; 6:3, 15). Tuvo el temor apropiado de Dios y se interesó en edificar en la fe a sus consiervos (13:14; 8:9). Aplicó vigorosamente la ley de Jehová, especialmente en lo que se relacionaba con la adoración verdadera y el rechazo de las influencias extranjeras, como el matrimonio con paganos (13:8, 23-29).
17 Por todo el libro se hace patente que Nehemías tuvo buen conocimiento de la ley de Jehová, y que lo usó bien. Suplicó la bendición de Dios por la promesa de Jehová en Deuteronomio 30:1-4, con plena fe en que Jehová actuaría lealmente a su favor. (Neh. 1:8, 9.) Organizó numerosas asambleas, principalmente para familiarizar a los judíos con lo que se había escrito en tiempos pasados. En su lectura de la Ley, con diligencia Nehemías y Esdras aclararon al pueblo la Palabra de Dios y procedieron a aplicarla (8:8, 13-16; 13:1-3).
18 La confianza plena de Nehemías en Jehová y sus humildes peticiones deben animarnos a desarrollar una actitud semejante de depender de Dios en oración. Observe que en sus oraciones glorificó a Dios, mostró que reconocía los pecados de su pueblo y suplicó que el nombre de Jehová fuera santificado (1:4-11; 4:14; 6:14; 13:14, 29, 31). El hecho de que este superintendente celoso era una influencia que fortalecía al pueblo de Dios lo demostró la presteza con que ellos siguieron su dirección sabia y el gozo que tuvieron al hacer la voluntad de Dios junto con él. ¡Qué animador es, en verdad, su ejemplo! No obstante, cuando el superintendente sabio se ausentó, ¡cuán rápidamente surgieron el materialismo, la corrupción y la franca apostasía! De seguro esto debe convencer a todos los superintendentes del pueblo de Dios hoy día de que es necesario que estén atentos y alerta, que sean celosos por los intereses de sus hermanos cristianos, además de manifestar comprensión y firmeza mientras los conducen por los caminos de la adoración verdadera.
19 Nehemías mostró confianza firme en la Palabra de Dios. No solo enseñó celosamente las Escrituras, sino que también las usó para establecer las herencias genealógicas y el servicio de los sacerdotes y levitas entre el pueblo restaurado de Dios. (Neh. 1:8; 11:1–12:26; Jos. 14:1–21:45.) Esto debe haber estimulado mucho al resto judío. Fortaleció su confianza en las magníficas promesas hechas antes sobre la Descendencia y la restauración mayor que habrá bajo Su Reino. La esperanza de la restauración bajo el Reino es lo que anima a los siervos de Dios a luchar valerosamente por los intereses del Reino y a estar ocupados edificando la adoración verdadera por toda la Tierra.
Libro de las Escrituras Hebreas que relata principalmente los acontecimientos que ocurrieron poco antes de la gobernación de Nehemías en Judá y durante el transcurso de la misma. (Ne 5:14; 13:6, 7.) Las palabras de apertura de este registro inspirado identifican al escritor como “Nehemías hijo de Hacalías” (Ne 1:1), y gran parte está escrito en primera persona.
Cuándo se escribió y tiempo que abarca. El mes de Kislev (noviembre-diciembre) de cierto año vigésimo es el punto de referencia con el que empieza la narración histórica. (Ne 1:1.) Según Nehemías 2:1, este año vigésimo debió ser el del reinado de Artajerjes. Obviamente, en este caso el año vigésimo no se calcula empezando en Nisán (marzo-abril), puesto que el Kislev del año vigésimo no podría entonces preceder a Nisán (mencionado en Ne 2:1) de ese mismo año. Por lo tanto, puede ser que Nehemías usase su propio cómputo de tiempo al calcular el año lunar, empezando con el mes de Tisri (septiembre-octubre), un mes que los judíos consideran, incluso en la actualidad, el primero de su año civil. Otra posibilidad es que se contase el reinado desde la misma fecha en que el monarca ascendía al trono. Esto pudo haber ocurrido así, aun a pesar de que los escribas babilonios continuaron, según su costumbre, contando los años del reinado de los reyes persas de Nisán a Nisán, como muestran sus tablillas cuneiformes.
Los datos históricos confiables y el cumplimiento de la profecía bíblica señalan que el mes de Nisán del año vigésimo del reinado de Artajerjes cayó en 455 a.E.C. (Véase Persia, [Los reinados de Jerjes y Artajerjes].) Por consiguiente, el mes de Kislev que precedía al mes de Nisán de ese año vigésimo correspondía al año 456 a.E.C., y el año trigésimo segundo del reinado de Artajerjes (la última fecha mencionada en Nehemías [13:6]) incluiría parte del año 443 a.E.C. Por consiguiente, el libro de Nehemías abarca un período que va desde Kislev del año 456 a.E.C. hasta algún tiempo después del año 443 a.E.C.
Nehemías salió de Jerusalén en el año trigésimo segundo del reinado de Artajerjes. A su regreso, halló que los judíos no estaban contribuyendo para los sacerdotes y los levitas, se estaba infringiendo la ley del sábado, muchos se habían casado con mujeres extranjeras y la prole de los matrimonios mixtos ni siquiera sabía hablar el idioma de los judíos. (Ne 13:10-27.) El que las condiciones se hubiesen deteriorado hasta ese punto indica que la ausencia de Nehemías se prolongó por un considerable período de tiempo. No obstante, no hay forma de determinar cuánto tiempo después del año 443 a.E.C. terminó Nehemías el libro que lleva su nombre.
Armonía con los demás libros de la Biblia. El libro de Nehemías ensalza a Jehová Dios. Manifiesta que Él es el Creador (Ne 9:6; compárese con Gé 1:1; Sl 146:6; Rev 4:11), un Dios que contesta las oraciones sinceras de sus siervos (Ne 1:11–2:8; 4:4, 5, 15, 16; 6:16; compárese con Sl 86:6, 7) y el Defensor de Su pueblo (Ne 4:14, 20; compárese con Éx 14:14, 25). Es un “Dios de actos de perdón, benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa” (Ne 9:17; compárese con Nú 14:18), “el Dios de los cielos, el Dios grande e inspirador de temor, que guarda el pacto y la bondad amorosa para con los que lo aman y guardan sus mandamientos”. (Ne 1:5; compárese con Dt 7:9, 10, 21.)
En el libro de Nehemías pueden hallarse numerosas alusiones a la Ley. Estas incluyen: las calamidades que resultan de la desobediencia y las bendiciones que vienen debido al arrepentimiento (Le 26:33; Dt 30:4; Ne 1:7-9), préstamos (Le 25:35-38; Dt 15:7-11; Ne 5:2-11), alianzas matrimoniales con extranjeros (Dt 7:3; Ne 10:30), sábados, la cancelación de deudas (Éx 20:8; Le 25:4; Dt 15:1, 2; Ne 10:31), el fuego del altar (Le 6:13; Ne 10:34), la fiesta de las cabañas (Dt 31:10-13; Ne 8:14-18), la entrada de los moabitas y ammonitas en la congregación de Israel (Dt 23:3-6; Ne 13:1-3) y los diezmos, las primicias de los frutos y las contribuciones. (Éx 30:16; Nú 18:12-30; Ne 10:32-39.)
También hay información histórica en este libro que puede hallarse en otras partes de las Escrituras Hebreas. (Ne 9:7-35; 13:26; compárese Ne 13:17, 18 con Jer 17:21-27.) La historia de la época registrada en el libro ilustra otros pasajes bíblicos. Por ejemplo, los Salmos 123 y 129 hallan un paralelo histórico en lo que experimentaron Nehemías y los otros judíos con relación a la reedificación del muro de Jerusalén. (Ne 4:1-5, 9; 6:1-14.) El que Jehová hiciese que Artajerjes realizase Su voluntad al concederle a Nehemías su solicitud de reedificar el muro de Jerusalén, es un ejemplo histórico de lo expresado en Proverbios 21:1: “El corazón de un rey es como corrientes de agua en la mano de Jehová. Adondequiera que él se deleita en hacerlo, lo vuelve”. (Ne 2:4-8.)
Tanto el libro de Esdras (2:1-67) como el libro de Nehemías (7:6-69) incluyen una lista del número de los hombres de las diversas familias o casas que regresaron del exilio babilonio con Zorobabel. Los relatos concuerdan en la misma cantidad total: 42.360 hombres regresaron del exilio, aparte de los esclavos y los cantores. (Esd 2:64; Ne 7:66.) Sin embargo, hay algunas diferencias entre los números dados para cada familia o casa, y en ambas listas las cantidades individuales suman un total de bastante menos de 42.360. Muchos doctos atribuyen estas variaciones a errores de los escribas, y aunque esta explicación no puede descartarse totalmente, hay otras explicaciones posibles para esas diferencias.
Puede ser que Esdras y Nehemías basasen sus registros en fuentes distintas. Por ejemplo, Esdras pudo haber empleado un documento que recogiera a aquellos que se inscribieron para regresar a su tierra natal, mientras que Nehemías tal vez copiara los datos de un registro que incluía a los que realmente regresaron. Puesto que hubo sacerdotes que no pudieron establecer su genealogía (Esd 2:61-63; Ne 7:63-65), no es irrazonable llegar a la conclusión de que muchos otros israelitas se enfrentaran al mismo problema. Por consiguiente, los 42.360 hombres pudieron haber sido el total combinado del número de cada familia más muchos otros que no pudieron establecer su ascendencia. Sin embargo, algunos quizás pudieron averiguar después su genealogía, lo que explicaría diferencias numéricas entre estos dos relatos, aunque ambos coinciden en el mismo total.
Hechos relacionados con la reconstrucción de los muros de Jerusalén y la posterior eliminación de las malas prácticas de los judíos |
Se reconstruyen los muros de Jerusalén a pesar de la oposición
★Nehemías se entera en Susa de que el muro de Jerusalén está en ruinas; pide ayuda a Jehová en oración y solicita permiso al monarca persa Artajerjes para ir a reconstruir la ciudad y su muro; Artajerjes accede (Ne 1:1–2:9) |
Se ponen en orden ciertos asuntos en Jerusalén
★Una vez que el muro está terminado, Nehemías asegura Jerusalén con puertas y asigna deberes a los porteros, cantores y levitas; deja la ciudad al cargo de Hananí y Hananías (7:1-3) |
Se intenta mejorar la condición espiritual de los judíos
★Los judíos más acaudalados concuerdan en restituir sus posesiones a sus hermanos más pobres, con los que han obrado mal al prestarles dinero con intereses (5:1-13) |