En Apocalipsis 9:11 esta palabra se translitera al texto español. En este pasaje se habla de una simbólica plaga de langostas que tienen “un rey, el ángel del abismo. En hebreo su nombre es Abadón, pero en griego tiene el nombre Apolión”.
El término hebreo ’avad·dóhn significa “destrucción”, y también puede referirse a un “lugar de destrucción”. Aparece en el texto hebreo original un total de cinco veces, en cuatro de las cuales se usa en paralelo con “sepultura”, “Seol” y “muerte”. (Sl 88:11; Job 26:6; 28:22; Pr 15:11.) En estos versículos la palabra ’avad·dóhn alude a los procesos destructivos que siguen a la muerte humana, y los textos indican que la descomposición o la destrucción tienen lugar en el Seol, el sepulcro común de la humanidad. En Job 31:12 ’avad·dóhn hace referencia al efecto dañino del proceder adúltero. Job dijo: “Ese [proceder adúltero] es un fuego que comería hasta la destrucción misma [`adh-’avad·dóhn], y entre todo mi producto se arraigaría”. (Compárese con Pr 6:26-28, 32; 7:26, 27.)
¿Quién es Abadón, el ángel del abismo? Por otra parte, en Apocalipsis 9:11 la expresión “Abadón” se usa como nombre del “ángel del abismo”. El nombre griego correspondiente, “Apolión”, significa “Destructor”. Durante el siglo pasado se intentó demostrar que este texto aplicaba proféticamente a hombres como el emperador Vespasiano, Mahoma e incluso Napoleón, y por lo general se creía que este era un ángel “satánico”. No obstante, ha de tomarse en consideración que en Apocalipsis 20:1-3 se presenta al ángel que tiene “la llave del abismo” como un representante de Dios procedente del cielo, y, más bien que ser “satánico”, ata a Satanás y lo arroja al abismo. En un comentario sobre Apocalipsis 9:11, The Interpreter’s Bible dice: “Sin embargo, Abadón no es un ángel de Satanás, sino de Dios, que ejecuta su obra de destrucción según ordena Dios”.
En los textos de las Escrituras Hebreas citados anteriormente, el término ’avad·dóhn se usa en paralelo con Seol y muerte. En Apocalipsis 1:18 Cristo Jesús declara: “Vivo para siempre jamás, y tengo las llaves de la muerte y del Hades”, y en Lucas 8:31 se muestra su poder con respecto al abismo. El hecho de que tiene poder para destruir, incluso a Satanás, se expresa en Hebreos 2:14, donde se dice que Jesús participó de sangre y carne para que “por su muerte redujera a nada al que tiene el medio para causar la muerte, es decir, al Diablo”. En Apocalipsis 19:11-16 se le representa claramente como el Destructor o Ejecutor nombrado por Dios (Véase APOLIÓN.)
1. Abinadab,
Habitante de la ciudad de Quiryat-jearim, del territorio de Judá, a unos 14 Km. al ONO. de Jerusalén, en cuya casa se guardó por un tiempo el arca del pacto.
Cuando el Arca sagrada salió de Bet-semes, después de una desastrosa estancia de siete meses entre los filisteos, se depositó en la casa de Abinadab, y se santificó a su hijo Eleazar para guardarla. El Arca permaneció en esta casa unos setenta años, hasta que David decidió trasladarla a Jerusalén. Durante el traslado, otro de los hijos de Abinadab, Uzah, cayó muerto cuando la cólera de Jehová se encendió contra él por haber tocado el Arca en desatención al mandato de Números 4:15. (1Sa 6:20–7:1; 2Sa 6:1-7; 1Cr 13:6-10.)
2. Abinadab, Segundo hijo de Jesé y uno de los tres hermanos mayores de David que fue con Saúl a la guerra contra los filisteos. (1Sa 16:8; 17:13.)
3. Abinadab, Uno de los hijos del rey Saúl a quienes mataron los filisteos en el monte Guilboa. (1Sa 31:2; 1Cr 9:39.)
4. Abinadab - (Ben-abinadab) Padre de uno de los doce comisarios de Salomón encargados de proveer alimento. Este comisario “hijo de Abinadab”, a quien también se llama Ben-abinadab, se casó con la hija de Salomón, Tafat, y se le encargó el suministro de alimento procedente de toda la serranía de Dor a la casa de Salomón un mes al año. (1Re 4:7, 11.)
Hijo de Barzilai, de la ciudad de Abel-meholá.
A Adriel se le dio por esposa la hija mayor de Saúl, Merab, aunque antes había sido prometida a David. (1Sa 18:17-19.) Tiempo después, sus cinco hijos fueron ejecutados a fin de expiar hasta cierto grado el intento de Saúl de aniquilar a los gabaonitas. (2Sa 21:8, 9.) En este relato se habla de Mical, no de Merab, como la madre de los cinco hijos de Adriel. Puesto que Mical murió sin hijos (2Sa 6:23) y en ningún lugar se dice que hubiera sido esposa de Adriel, algunos escriturarios opinan que su nombre aparece aquí debido a un error del escriba. Sin embargo, en casi todos los manuscritos hebreos está el nombre de Mical. La explicación tradicional es que Merab, la hermana mayor de Mical, murió poco después de haberle dado cinco hijos a Adriel, así que Mical se encargó de la crianza de los cinco hijos de su hermana, de tal modo que se les llegó a considerar hijos suyos. La traducción de Isaac Leeser lee en 2 Samuel 21:8: “Y los cinco hijos de Mical la hija de Saúl, que ella había criado para Adriel” (traducción nuestra).
1. Agag - (Agaguita)
En su tercera declaración profética, Balaam predijo que un rey de Israel ‘sería más alto que Agag, y su reino sería elevado’. (Nú 24:7.) Estas palabras se pronunciaron sobre el año 1473 a. E.C., y no se hace otra referencia a Agag hasta el reinado de Saúl (1117-1078 a. E.C.). Debido a este hecho, algunos estudiosos creen que “Agag” era un título amalequita, igual que Faraón era un título usado por los reyes de Egipto. También cabe la posibilidad de que simplemente sea un caso de uso repetido de un nombre personal. De todos modos, la manera de referirse Balaam a Agag indica que era un rey poderoso de aquel tiempo. (Nú 24:20.)
★¿Se contradicen Números 24:7 ↔ 1 Samuel 15:8? - (15-7-1992-Pg.5)
★Agaguita
De [Perteneciente a] Agag
Vocablo aplicado a Hamán y a su padre Hamedata en Ester 3:1, 10; 8:3, 5; 9:24. Parece ser que este término los identifica como descendientes de Agag y, por ende, amalequitas. La tradición judía lo ha entendido de esta manera, y los considera descendientes del monarca mencionado en 1 Samuel 15:8-33. Josefo se refiere a Hamán como de “raza amalecita”. (Antigüedades Judías, libro XI, cap. VI, sec. 5.) Mardoqueo descendía de Quis, de la tribu de Benjamín, por lo que, en cierto sentido, él y Hamán eran enemigos tradicionales. (Est 2:5.)
2. Agag, Rey de Amaleq a quien derrotó el rey Saúl en cumplimiento del decreto de Jehová. (Éx 17:14; Dt 25:17-19; 1Sa 15:1-7.) Sin embargo, Saúl no lo ejecutó y permitió que el pueblo se quedara con parte del despojo, lo que resultó en la declaración de Samuel según la cual Jehová rechazaba a Saúl como rey. (1Sa 15:8-29.) Luego Samuel ejecutó a Agag, a quien le dijo: “Tal como tu espada ha privado de hijos a mujeres, de igual manera tu madre será privada en gran manera de hijos entre las mujeres”. (1Sa 15:32, 33; compárese con Jue 1:5-7.)
1. Ahimán, Hermano de Sesai y Talmai, hijos de Anaq. Probablemente deba entenderse que Ahimán, Sesai y Talmai representan a tres familias de los anaquim que residían en Hebrón cuando Israel espió la tierra de Canaán en 1512 a. E.C. (Nú 13:22, 28, 33.) Muchos años más tarde, Caleb y la tribu de Judá desposeyeron a estos anaquim. (Jos 14:10-15; 15:13, 14; Jue 1:10.)
2. Ahimán, Levita; uno de los porteros fieles de Jerusalén después del regreso del exilio babilonio. (1Cr 9:17, 18.)
1. Ahió, Al parecer, hijo de Berías y nieto de Elpaal, de la tribu de Benjamín. (1Cr 8:12-16.)
2. Ahió, Un benjamita hijo de Jeiel y Maacá, su esposa. (1Cr 8:29, 31; 9:35-37.)
3. Ahió, Hijo de Abinadab, natural de Quiryat-jearim. Durante el traslado del arca del pacto a Jerusalén sobre un carruaje nuevo, Ahió iba delante de su hermano Uzah cuando este fue derribado por tocar el arca. (2Sa 6:3, 4; 1Cr 13:7-10.)
1. Amihud, Efraimita, padre de Elisamá.
1. Amihud, Efraimita, padre de Elisamá, quien fuera principal de la tribu de Efraín durante el segundo año de la salida de Egipto (1512 a. E.C.). (Nú 1:10; 2:18.) Amihud fue antepasado de Josué (Jehosúa). (1Cr 7:26, 27.)
2. Amihud, Simeonita, padre de Semuel, un principal de la tribu de Simeón que estuvo entre los encargados de dividir la tierra de Canaán entre las tribus de Israel (c. 1467 a. E.C.). (Nú 34:20.)
3. Amihud, Padre de Pedahel, un principal de la tribu de Neftalí a quien se nombró poco antes de la muerte de Moisés para que tomara parte en dividir la tierra de Canaán entre las tribus de Israel. (Nú 34:28.)
4. Amihud, Padre de Talmai, el rey de Guesur, y abuelo de Maacá, la madre de Absalón, el hijo de David. Cuando Absalón mató a su medio hermano Amnón, huyó a Guesur. (2Sa 3:3; 13:37.)
5. Amihud, Hijo de Omrí y descendiente de Pérez, el hijo de Judá. Fue padre de Utai, a quien se menciona entre los primeros que moraron en Jerusalén después del exilio babilonio. (1Cr 9:2, 4.)
Hijo de Zibeón y padre de Oholibamá, una de las esposas de Esaú. (Gé 36:2, 14, 18, 20, 24, 25; 1Cr 1:34, 40, 41.) En Génesis 36:2 el texto hebreo dice: “Oholibamá la hija de Anah la que fue hija de Zibeón”. Sin embargo, la Versión Peshitta siriaca, el Pentateuco samaritano y la Versión de los Setenta dicen “hijo de Zibeón”, lo que armoniza con la lectura de Génesis 36:24, donde dice que Anah era uno de los hijos de Zibeón. Algunas traducciones modernas se apegan a este criterio, y en los versículos 2 y 14 emplean la expresión “hijo de Sibeón” (BJ, NBE, CI). No obstante, la palabra hebrea para “hija” puede traducirse en este contexto con un sentido más amplio: nieta, en cuyo caso aplicaría a Oholibamá y no a Anah. En consecuencia, la Traducción del Nuevo Mundo vierte así el pasaje de Génesis 36:2: “Oholibamá hija de Anah, nieta de Zibeón el heveo”.
Hay quienes opinan que el nombre Anah responde al de dos personas, sobre todo porque el versículo 2 dice que Anah era “heveo”, mientras que en los versículos 20 y 29 se afirma que era “horeo”. Ahora bien, si el término “horeo” significa simplemente “morador de cuevas”, puede que se emplee con el fin de aludir a la costumbre de los seiritas de habitar en cuevas, y no para referirse a su ascendencia genealógica. Por otra parte, el uso de la palabra “hijos” en el versículo 20 parece tener un valor más amplio, en el sentido de descendientes. Como se comenta en la Cyclopædia de M´Clintock y Strong (1882, vol. 1, pág. 212), “el sencillo propósito de la genealogía no es ofrecernos una relación completa de la descendencia de los seiritas, sino enumerar a los cabezas tribales de Seír que entroncaron con los edomitas. Por consiguiente, parece que Anah, el padre de la esposa de Esaú, era cabeza de una tribu independiente de la de su padre, pero que compartía un mismo plano de importancia”.
Término griego que empleó el apóstol Juan en Apocalipsis 9:11 para traducir el hebreo “Abadón”. Significa “Destructor”, y es el nombre que se le da al “ángel del abismo”. Aunque la mayor parte de las obras de consulta atribuyen este nombre a una fuerza o personaje maligno, todo el contexto de la visión apocalíptica contradice esta opinión, pues se refiere consecuentemente a ángeles que Dios usa para traer ayes sobre sus enemigos.
Esto lo demuestra el uso que en Santiago 4:12 se hace de la forma verbal a·pól·ly·mi, pues allí se dice de Dios: “Uno solo hay que es legislador y juez, el que puede salvar y destruir”. (Compárese con Mt 10:28.) El espíritu inmundo que Jesús expulsó de un hombre en la sinagoga de Capernaum lo reconoció como un agente divino, al decir: “¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Viniste a destruirnos?”. (Mr 1:24; Lu 4:34.) Además, Jesús advirtió a los opositores impenitentes que le escuchaban del peligro de ser destruidos. (Lu 13:3-5; 20:16.) Tanto estos como otros pasajes bíblicos muestran que el glorificado Jesucristo es aquel a quien se alude con este título. (Compárese con Apo 19:11-16; Lu 8:31.)
El último de los diversos reyes árabes así llamados dominaba Damasco cuando su gobernador se unió a un complot judío para deshacerse de Pablo. No obstante, sus discípulos lo descolgaron en un cesto de mimbre por una ventana del muro de la ciudad y pudo escapar. (Hch 9:23-25; 2Co 11:32, 33.)
Aretas había dado su hija en matrimonio a Herodes Antipas, quien se divorció de ella para casarse con Herodías, matrimonio adúltero que Juan el Bautista condenó. (Mt 14:3, 4.) Irritado además por las disputas fronterizas, Aretas atacó a Antipas y lo derrotó. Entonces el emperador Tiberio ordenó a Vitelio, gobernador de Siria, que prendiera a Aretas vivo o muerto. Vitelio, aunque tampoco era partidario de Antipas, movilizó sus fuerzas, pero debido a la muerte en el año 37 E.C. de Tiberio, la campaña contra Aretas no se llevó a cabo. Calígula, sucesor de Tiberio, cambió por completo la política exterior, nombró a Agripa I en lugar de Antipas y permitió que Aretas gobernase en Damasco. Se ha encontrado una moneda de Damasco de aquel tiempo que lleva una inscripción de Aretas.
1. Berías - (Beritas), El cuarto en la lista de los hijos de Aser.
1. Berías - (Beritas) El cuarto en la lista de los hijos de Aser. Es posible que fuera a Egipto con sus dos hijos, Héber y Malkiel, como parte de la casa de Jacob. (Gé 46:8, 17.) Tanto él como sus dos hijos fueron cabezas de familia ancestrales; sus descendientes fueron los beritas. (Nú 26:44, 45; 1Cr 7:30, 31.)
★Beritas
(De [Pertenecientes a] Berías).
Familia aserita descendiente de Berías. (Nú 26:44.)
2. Berías, Hijo de Efraín nacido después que los hombres de Gat mataron a sus hermanos mayores. Efraín “lo llamó por nombre Berías, porque era con calamidad [heb. vera·`áh] como ella [la madre de Berías] se hallaba en la casa de él”. (1Cr 7:20-23.)
3. Berías, Uno de los cinco hijos de Elpaal y de los cabezas de familia benjamitas que pusieron en fuga a los habitantes de Gat. (1Cr 8:12, 13.)
4. Berías, Último hijo de Simeí, un descendiente levita de Guersón, mencionado por nombre. Berías y su hermano Jeús “no tuvieron muchos hijos; de manera que llegaron a ser casa paterna para una sola clase oficial”. (1Cr 23:6-11.)
1. Claudio, Cuarto emperador de Roma; hijo de Druso, el hermano de Tiberio.
1. Claudio, Cuarto emperador de Roma; hijo de Druso, el hermano de Tiberio, y tío de Calígula, a quien sucedió en el trono en el año 41 E.C. No tenía mucha fortaleza física ni una gran voluntad, y aunque le interesaban la historia, la escritura y otras actividades académicas, sus predecesores pensaron que era mentalmente incompetente para tomar las riendas del poder, por lo que tenían otras preferencias para la sucesión. Sin embargo, durante la confusión que siguió al asesinato de Calígula, la guardia pretoriana se impuso e hizo que proclamaran emperador a Claudio. Uno de sus apoyadores en esta lucha por el poder fue Herodes Agripa I, a quien Claudio recompensó confirmando su realeza y añadiendo Judea y Samaria a sus dominios. Claudio también consiguió ganar el favor del Senado. Se dice que su cuarta esposa le envenenó con setas en 54 E.C., en el año decimocuarto de su reinado, lo que dio paso a que subiera al trono Nerón.
El profeta Ágabo predijo “una gran hambre [...] sobre toda la tierra habitada; la cual, de hecho, tuvo lugar en el tiempo de Claudio”. Esto provocó una “ministración de socorro” de los cristianos de Antioquía para sus hermanos de Jerusalén y Judea. (Hch 11:27-30.) Josefo llama “gran hambre” a un hambre de estas características que hubo en Palestina durante el reinado de Claudio (Antigüedades Judías, libro XX, cap. II, sec. 5; cap. V, sec. 2), fechada alrededor del año 46 E.C.
“Claudio había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma” mediante un decreto promulgado en 49 o principios de 50 E.C., en el noveno año de su reinado. El biógrafo e historiador romano Suetonio corrobora este destierro de judíos de Roma. (Los doce Césares, traducción de Jaime Arnal, Orbis, Barcelona, 1985, “Tiberio Claudio Druso”, XXV.) Como consecuencia de esta orden de expulsión, dos judíos cristianos, Áquila y Priscila, salieron de Roma hacia Corinto, donde poco tiempo después de llegar se encontraron con el apóstol Pablo, que probablemente llegó en el otoño del año 50 E.C. (Hch 18:1-3.) Al principio de su reinado Claudio había demostrado buena disposición hacia los judíos, incluso decretando que se les tratara con tolerancia y concediéndoles diversas libertades por todo el imperio. Sin embargo, los constantes alborotos protagonizados por los judíos de Roma llevaron a Claudio a expulsarlos de la ciudad.
★Diccionario Bíblico - Claudio - (Pg. 551)
2. Claudio Lisias, Comandante militar (quiliarca) de la guarnición romana que estaba en Jerusalén cuando el apóstol Pablo visitó esa ciudad por última vez alrededor del año 56 E.C., y a cuyo mando había 1.000 hombres. Como Lisias era un nombre griego, se deduce que Claudio era griego de nacimiento. Adquirió la ciudadanía romana por una gran suma de dinero durante el reinado de Claudio, y, como era costumbre entre los que obtenían dicha ciudadanía, adoptó el nombre del emperador que gobernaba entonces. (Hch 22:28; 23:26.) Según el historiador griego Dión Casio, a principios de la gobernación del emperador Claudio se acostumbraba a vender la ciudadanía romana por grandes sumas. (Historia romana, LX, 7, 5, 6.)
Claudio Lisias aparece en el registro de Hechos con relación a un incidente en el que se vio implicado el apóstol Pablo. Tomó soldados y oficiales del ejército y rescató a Pablo de la muerte a manos de una chusma. Asió a Pablo y mandó que lo atasen, pero como el tumulto no le permitía averiguar quién era y qué había hecho, mandó que lo llevasen al cuartel de los soldados, situado en la Fortaleza Antonia. (Hch 21:30-34.)
Claudio Lisias concluyó erróneamente que Pablo era el egipcio que tiempo atrás había promovido una sedición y había conducido al desierto a los 4.000 “varones de puñal”, pero cuando se enteró de que no era así, le concedió la solicitud de dirigirse a la multitud desde las escaleras (probablemente las de la fortaleza). Tan pronto como Pablo mencionó su comisión de ir a las naciones, empezó de nuevo la violencia, por lo que Claudio Lisias ordenó que lo llevasen dentro del cuartel de los soldados y “lo interrogaran sometiéndolo a azotes”. (Hch 21:35-40; 22:21-24.)
Antes de que se cumpliera la orden, se le informó a Claudio Lisias que Pablo era ciudadano romano, y cuando averiguó personalmente que era cierto, le dio miedo de haberle atado y por tanto haber violado sus derechos de romano. (Hch 22:25-29.) Se entiende que este oficial aceptara la palabra de Pablo, pues la alegación falsa de tener derechos de ciudadano romano se castigaba con la pena capital. El historiador Suetonio, en Los doce Césares (traducción de Jaime Arnal, Orbis, Barcelona, 1985, “Tiberio Claudio Druso”, XXV), explica que el emperador “prohibió a los extranjeros que tomasen nombres de familias romanas, e hizo ejecutar con hacha en el campo Esquilino a los que habían usurpado el título de ciudadano romano”.
Debido a que quería saber exactamente de qué acusaban a Pablo, Claudio Lisias mandó que se reuniese el Sanedrín. Cuando Pablo introdujo el tema de la resurrección, se produjo tal disensión entre los miembros del Sanedrín que a Claudio Lisias le dio miedo de que despedazasen al apóstol y mandó que el cuerpo de soldados “lo arrebatara de en medio de ellos”. (Hch 22:30; 23:6-10.)
Más tarde, cuando el sobrino de Pablo le contó que había un complot judío para matar al apóstol, Claudio Lisias mandó llamar a dos de los oficiales de su ejército y les ordenó que preparasen 200 soldados, 70 jinetes y 200 lanceros para salir hacia Cesarea alrededor de las nueve de la noche con el fin de llevar a Pablo ante el gobernador Félix. (Hch 23:16-24.) En conformidad con la ley romana, también le envió al gobernador un informe del caso, si bien en él no se apegaba por completo a los hechos. Aunque reconocía la inocencia de Pablo, dio a entender que lo había rescatado porque se había enterado de que era romano, mientras que en realidad había violado sus derechos como ciudadano mandando que lo atasen y ordenando que lo examinaran sometiéndolo a azotes. (Hch 23:25-30.)
El discípulo Lucas conocía el contenido de esta carta tal vez porque se leyó cuando se vio el caso de Pablo, e incluso puede ser que el apóstol recibiera una copia de ella después de apelar a César.
Centurión u oficial del ejército que estaba al mando de cien soldados en la banda italiana. Esta guarnición se hallaba destacada en Cesarea, donde Cornelio tenía su casa. Su nombre romano tal vez indique que procedía de una familia noble de la ciudad imperial. Era un “hombre devoto” que “hacía muchas dádivas de misericordia al pueblo y hacía ruego a Dios continuamente [...], varón justo y que [temía] a Dios, y acerca de quien [daban] buen informe toda la nación de los judíos”. Fue a este hombre a quien se le apareció un ángel en una visión en el otoño de 36 E.C. y le dijo: “Tus oraciones y dádivas de misericordia han ascendido como recuerdo delante de Dios”. Después el ángel le indicó que llamase a Pedro, que se encontraba en Jope. (Hch 10:1-22.)
Cuando llegó Pedro, Cornelio le dijo al apóstol en presencia de “sus parientes y [...] sus amigos íntimos”: “Todos estamos presentes delante de Dios para oír todas las cosas que Jehová te ha mandado decir”. (Hch 10:24, 33.) “Mientras Pedro todavía estaba hablando [...], el espíritu santo cayó sobre todos los que oían la palabra.” Así fue como los que formaban parte de este grupo, del que Cornelio figura como el personaje más notable, llegaron a ser los primeros gentiles incircuncisos que recibieron “la dádiva gratuita del espíritu santo”. (Hch 10:44, 45.) Inmediatamente después se les bautizó en agua. No se sabe nada más de la vida y actividad de Cornelio tras este suceso.
¿Por qué fue la conversión de Cornelio un acontecimiento particularmente notable? Cornelio no era prosélito del judaísmo, como algunos han afirmado, aunque estaba familiarizado con los escritos de los profetas, daba dones de misericordia a los judíos, temía a Dios, oraba constantemente y usaba el nombre Jehová. Las Escrituras dan prueba concluyente de que este oficial del ejército era un gentil incircunciso en el más completo sentido de la palabra. Si Cornelio hubiese sido un prosélito, Pedro no habría dicho que para él, un judío, era ilícito asociarse con este “hombre de otra raza”, en vista de lo que estaba escrito en la Ley concerniente al residente forastero. (Le 19:33, 34; Hch 10:28.) De haber sido un prosélito, los otros seis judíos que estaban con Pedro no se habrían quedado “asombrados” al ver que se derramaba el espíritu santo “sobre gente de las naciones”. (Hch 10:45; 11:12.) Además, ¿qué razón habrían tenido los “apoyadores de la circuncisión” para discutir con Pedro este asunto si Cornelio hubiese sido prosélito? (Hch 11:2.)
En realidad, Cornelio constituía las primicias de los gentiles incircuncisos que llegaron a ser cristianos. Esto vino a demostrar que para ese tiempo ya no era necesario que los gentiles se hiciesen prosélitos judíos, como el eunuco etíope, antes de ser aceptados en la congregación cristiana. “Con certeza —exclamó Pedro en aquella ocasión histórica— percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto.” (Hch 10:34, 35.) Pedro fue el primero en abrir el Camino a los judíos en el Pentecostés; del mismo modo, en esta ocasión fue el primero en llevar las buenas nuevas de salvación a los gentiles incircuncisos. Más tarde Santiago reconoció que había sido la “primera vez” que Dios había dirigido su atención a “las naciones”. (Hch 15:7, 14.)
CORNELIO Y EL EJÉRCITO ROMANO Cesarea era la sede de la administración política y militar de la provincia romana de Judea. El gobernador comandaba las tropas de caballería (de 500 a 1.000 jinetes) y de infantería (cinco cohortes, o divisiones, de entre 500 y 1.000 efectivos cada una). Por lo general, los reclutas procedían de provincias y no tenían la ciudadanía romana. Aunque la mayoría de los batallones estaban en Cesarea, por toda Judea había destacamentos. Jerusalén contaba con una cohorte permanente, ubicada en la Fortaleza Antonia, que patrullaba el monte del Templo y la ciudad. En previsión de disturbios, recibía refuerzos durante las fiestas judías.
Cada cohorte se dividía en seis centurias que, como indica su nombre, estaban formadas en teoría por 100 hombres, capitaneados por un centurión. Hechos 10:1 indica (según el texto griego) que Cornelio poseía ese rango en la banda italiana, probablemente con base en Cesarea. Esta unidad pudiera corresponder a la Cohorte Itálica Segunda de Ciudadanos Romanos Voluntarios. Los centuriones gozaban de gran nivel social, militar y económico, con un salario dieciséis veces mayor que el de un soldado raso.
Sexto hijo de David. Lo dio a luz su esposa Eglá en Hebrón. (2Sa 3:5; 1Cr 3:1, 3.)
1. Justo - (Barsabás, José 11, Judas 7), Sobrenombre de José Barsabás.
1. Justo - (Barsabás, José 11, Judas 7) Sobrenombre de José Barsabás. Justo y Matías fueron los dos candidatos propuestos para reemplazar a Judas Iscariote en el apostolado. Aunque la suerte recayó sobre Matías, el que se considerase a Justo digno de ocupar tal puesto indica que era un discípulo maduro de Jesucristo. (Hch 1:23-26.)
2. Justo Ticio, Creyente de Corinto cuya casa estaba contigua a la sinagoga. Debido a la oposición de los judíos, Pablo “se transfirió” a la casa de Ticio Justo, es decir, continuó su predicación allí, aunque siguió alojándose con Áquila y Priscila. (Hch 18:1-7.) ★Notas de Hechos 18:7
3. Justo - (Jesús 4) Colaborador judío del apóstol Pablo. Justo, que también se llamaba Jesús, fue uno de los que fortalecieron a Pablo la primera vez que estuvo encarcelado en Roma y que enviaron sus saludos a los colosenses. (Col 4:10, 11.)
Uno de los jeques de Edom; hijo de Seír el horeo. (Gé 36:20, 29.) Sus hijos fueron Horí y Hemam (Homam), y su hermana se llamaba Timná. (Gé 36:22; 1Cr 1:38, 39.)
Hombre rico de Maón, propietario de ovejas, que apacentaba y esquilaba sus rebaños en Carmelo de Judá. También se le conocía como calebita, es decir, descendiente de Caleb. De pocos personajes bíblicos se ha hablado con tanto desprecio como de Nabal. “Era áspero y malo en sus prácticas”; “es un sujeto que tan completamente no sirve para nada [un hijo de belial (inutilidad)] que no se le puede hablar”; “paga mal en cambio por bien”; “la insensatez está con él”. (1Sa 25:2, 3, 17, 21, 25.)
Los hombres de David habían protegido los rebaños de Nabal (3.000 ovejas y 1.000 cabras) de las partidas merodeadoras. Después de haberse portado así con él y no haberle quitado nada, David le pidió que le diera alguna ayuda material para él y para sus hombres durante el tiempo del esquileo, pues era una ocasión en la que se acostumbraba a banquetear y mostrar hospitalidad. Sin embargo, Nabal “les gritó reprensiones” a los mensajeros de David y los despidió con las manos vacías. Los mismos hombres de Nabal temieron la reacción de David, pero no se atrevieron a decírselo a Nabal. No obstante, uno de ellos se lo contó a Abigail, la esposa de Nabal. Ella fue al encuentro de David con muchos regalos de alimento y bebidas cuando este se acercaba con la intención de matar a Nabal, y lo persuadió para que no se hiciera culpable de derramar la sangre de su esposo. Cuando Abigail volvió a casa, encontró a Nabal “borracho a más no poder”, de modo que esperó hasta la mañana siguiente para informarle de su encuentro con David y de lo cerca de la muerte que habían estado todos por su culpa. Con eso, el corazón de Nabal “llegó a estar muerto dentro de él, y él mismo quedó como una piedra”, lo que quizás haga referencia a algún tipo de parálisis o al efecto de estas palabras en sus emociones internas. (Compárese con Dt 28:28; Sl 102:4; 143:4.) Unos diez días después, Jehová le dio muerte. (1Sa 25:2-38.) Luego David tomó por esposa a Abigail, mujer valiente y sensata. (1Sa 25:39-42; 27:3; 30:5; 2Sa 2:2; 3:3.)
1. Seír, Horeo cuyos siete “hijos” fueron jeques en la tierra de Seír antes de que Esaú (Edom) la ocupara. (Gé 36:20, 21, 29, 30; 1Cr 1:38; compárese con Gé 14:4-6.) Puede que Seír viviera en la región montañosa al S. del mar Muerto y que diera su nombre a esta zona. No se sabe con certeza si los siete “hijos” de Seír eran tales o si incluían descendientes posteriores. (Véanse Anah; Disón.)
2. Seir, Se conoce con este nombre la región montañosa situada entre el mar Muerto y el golfo de `Aqaba. (Gé 36:8, 30; Dt 2:1, 8.) En el tiempo de Abrahán, los horeos habitaban en Seír. (Gé 14:6.) Más tarde, Esaú, nieto de Abrahán, se estableció en Seír, mientras que su hermano gemelo Jacob residía en Padán-aram. (Gé 32:3.) Sin embargo, parece que Esaú no se trasladó definitivamente a Seír hasta algún tiempo después de que Jacob regresó a Canaán. (Gé 36:6-9.) Finalmente, los edomitas, descendientes de Esaú, desposeyeron a los horeos (Dt 2:4, 5, 12; Jos 24:4) y la tierra recibió el nombre de Edom.
No obstante, el nombre más antiguo, Seír, también se aplicó tanto a los descendientes de Esaú como a la zona en que vivían. (Nú 24:18; compárese con 2Re 14:7; 2Cr 25:11.) Durante el reinado del rey Ezequías, algunos simeonitas fueron al monte Seír y, después de aniquilar al resto de los amalequitas, empezaron a residir allí. (1Cr 4:41-43.) Véanse más detalles en cuanto a la geografía e historia de Seír en EDOM, EDOMITAS.
3. Seir, Montaña situada entre Baalá (Quiryat-jearim) y Kesalón, en la frontera septentrional del territorio de Judá. (Jos 15:10.) Por lo general se la identifica con una cumbre que queda a unos 15 Km. al O. de Jerusalén, en cuya parte meridional se encuentra el pueblo de Shoresh.
1. Semuel, Cabeza de una casa de antepasados; hijo o descendiente de Tolá, el hijo de Isacar. (1Cr 7:1, 2.)
2. Semuel, Representante de la tribu de Simeón en la delegación que dividió la Tierra Prometida entre las tribus; hijo de Amihud. (Nú 34:17, 18, 20.)
1. Talmai, Hermano de Ahimán y Sesai, hijos de Anaq. (Nú 13:22; Jos 15:14; Jue 1:10.) Algunos eruditos opinan que el nombre Tanmahu, hallado en cierta inscripción jeroglífica en la que se representa a un hombre alto y de tez clara, es el equivalente egipcio de Talmai. Este nombre cananeo también aparece en los textos de Ras Shamra, que datan del período de los jueces.
2. Talmai, Hijo de Amihud, rey de Guesur. (2Sa 13:37.) Su hija Maacá dio a luz a Absalón, el hijo de David. (2Sa 3:3; 1Cr 3:2.) Absalón huyó a donde estaba Talmai, su abuelo, después de ordenar la muerte de Amnón por haber violado a su hermana Tamar. (2Sa 13:28, 29, 37, 38.)
1. Uzah, Levita merarita. (1Cr 6:29.)
2. Uzah, Hijo de Abinadab, seguramente levita. Uzah y Ahió, su hermano, conducían el carruaje que transportaba el arca del pacto desde su casa cuando David quiso llevarla a Jerusalén. Cuando los toros que tiraban del carruaje casi lo volcaron, Uzah alargó la mano y sujetó el Arca, por lo que Jehová le dio muerte en el acto. David llamó al lugar Pérez-uzah debido a que allí Jehová había llevado a cabo “una ruptura contra Uzah”. (2Sa 6:3-8; 1Cr 13:7-11.)
A pesar de la posible buena intención de Uzah de evitar que cayese el Arca, lo que hizo se juzgó como un “acto irreverente”. (2Sa 6:7.) La razón es que hubo desobediencia deliberada. Jehová había ordenado que bajo ninguna circunstancia tocasen el Arca las personas que no estaban autorizadas para ello. Este mandato, conocido por todo el pueblo de Israel, indicaba que aquel que lo infringiese recibiría la pena de muerte. (Nú 4:15, 19, 20.) Si las personas autorizadas —los levitas qohatitas— hubiesen llevado el arca con los varales sobre sus hombros tal como Dios había mandado, no se habría provocado la cólera de Dios. (Éx 25:13, 14; Nú 7:9.)
Jeque de la tierra de Seír. (Gé 36:20, 29, 30; 1Cr 1:38, 40b.) Su nieta Oholibamá se casó con Esaú. (Gé 36:2, 14, 24, 25.) Las posibles razones por las que se le llama tanto heveo como horeo se exponen en el artículo HOREO.