Jamás
se separa de su cámara de vídeo. En cualquier momento
puede sentir la “llamada interior” que le avisa de que
“ellos” están cerca y dispuestos a que él
los filme. Este italiano de 36 años lleva avistando ovnis
desde niño, pero no empezó a filmarlos hasta 2004.
Desde entonces suma más de dos mil vídeos en países
diferentes. Y en los mejores, los objetos se exhiben ante el objetivo
de Urzi con toda claridad. En el último, rodado el pasado
septiembre en plena calle, al lado de La Scala de Milán,
aparece una flotilla de millares de esferas blancas. Su compatriota
Pier Giorgio Caria, un experto internacional en fenómenos
extraños, avala la autenticidad de sus grabaciones y lo
considera “el caso más importante de la ufología
mundial”. Ambos aseguran que estos seres vienen en son de paz a
advertirnos de que estamos destruyendo el mundo con nuestra
“tecnología carente de ética”. Mañana
ofrecerán una conferencia en Vigo (Hotel Hesperia, 18.30
horas) organizada por la asociación Del cielo a la tierra en
la que mostrarán sus inquietantes vídeos.
–¿Cuándo
empezó a avistar naves extraterrestres?
–Con
cuatro o cinco años las veía constantemente, como
ahora, pero no sentía su llamada. Alzaba la cabeza y allí
estaban. Cuando no las contemplaba, sentía nostalgia. Después,
durante la adolescencia, con la novia, la discoteca... se quedaron en
el recuerdo. Pero a los veintidós o veintitrés años
leí la historia de Giorgio Bongiovanni [un popular contactado
que presenta los estigmas de Cristo] y comencé de nuevo a
verlos. Él es ahora mi padre espiritual. Lo que más me
impresionó es que los ovnis que veo ahora tienen la misma
tipología que los que avistaba de pequeño.
–¿Y
de qué forma le avisan de su llegada?
–A
nivel físico siento como una llamada interior. Yo soy normal.
Los humanos somos como antenas y ellos te sintonizan. Bongiovanni me
ha preparado para soportar esta vibración, porque al
principio, me faltaba el aire, el corazón me iba rápido...
La percepción de que van a llegar varía. Últimamente
siento la presión sobre la cabeza y en las sienes. Es como si
me llamasen por teléfono (risas).
–¿Por
qué lo eligieron a usted?
–Gracias
a su tecnología, ellos pueden investigar qué personas
están más predispuestas para empezar el contacto y
después van viendo cómo reaccionas. Es difícil
vivir dos realidades. Ver las naves te transmite amor, tranquilidad,
te hace comprender mejor el mundo en el que vives, pero también
te lleva a rechazar prácticamente la sociedad. Es difícil
vivir aquí y vivir esta experiencia fantástica. Pero
tengo fe porque este periodo terrestre no me pertenece y sé
que existe la vida eterna, aunque no de qué forma. Es lo que
me da fuerza.
Pier
Giorgio interrumpe la entrevista para añadir que los
extraterrestres ya se han mostrado antes a políticos y
científicos, pero como éstos “se quedaron
callados” han contactado con “personas humildes”.
“No están de acuerdo con los poderosos”, advierte
Giorgio.
–¿Qué
mensaje quieren transmitirnos?
–La
Tierra es como una célula viva en el universo y nosotros, las
enzimas que deberíamos cuidarla, pero nos hemos convertido en
virus. Estos seres son nuestra última esperanza para expulsar
la enfermedad. Mi misión es grabarlos, ellos me han preparado
para ello, pero lo importante es el mensaje. Ellos están aquí
para ayudar, vienen en paz.
–¿Estamos
preparados para relacionarnos con ellos?
–¡Yo
no estoy preparado! Será un trauma para la sociedad humana,
pero por fuerza tendrán que entrar en contacto. Puede ser
dentro de dos minutos o de dos días. Pero siento que cada día
están más cerca.
–¿Los
extraterrestres viajan en las naves que usted filma?
–Yo
siento que están dentro y sé que un día podré
filmarlos.
–¿Qué
le diría a quienes lo consideran un fraude?
–Es
vuestro problema. Yo sé que es así. Yo no gano dinero
con esto. Al revés, recibo ataques.
–¿Le
creen su familia y sus amigos más cercanos?
–Todos
los vieron conmigo.
–¿Cuándo
volverá a avistarlos?
–Llevo
un mes sin grabar. El sábado o el domingo puede ser. Ellos
están aquí. Seguro.