Literatura medieval

Mester de clerecía

Hacia 1230 aparece la primera escuela de escritores sabios, el mester de clerecía. Frente a la métrica irregular y a los temas históricos sobre la reconquista del mester de juglaría, esta escuela prefiere una métrica regular, concretamente la cuaderna vía, los temas religiosos, novelescos o de historias antiguas.
Aunque estos autores cultos tienen un cierto sentimiento de superioridad, necesitan de los juglares para disfrutar sus obras. Por ello, no dudaron en incluir fórmulas orales propias de la épica o incluso recurren a temas épicos.

La prosa de Alfonso X se perfecciona con su sobrino don Juan Manuel, primer escritor preocupado por la fiel transmisión de su obra y por cuestiones de estilo (la expresión selecta, exacta y breve convienen al carácter didáctico-moral de su prosa, como se verá al tratar El conde Lucanor en el tema correspondiente.
Otro gran estilista es el arcipreste de Hita, Juan Ruiz, que escribe siguiendo la escuela del mester de clerecía, el libro del buen amor. Extraordinario observador  de la vida de su tiempo, emplea en su obra un vocabulario concreto y realista e inserta modismos y refranes, que añaden espontaneidad y sabor popular. En él escribe López de Ayala, canciller Mayor de Castilla, que destaca como agudo cronista y como poeta, que satiriza las costumbres y vicios de su época.
El naciente humanismo llega antes a la Corona de Aragón que a Castilla. De los contactos con sabios griegos de Juan Fernández de Heredia (1310?-1396), gran maestre de la orden de San Juan, surgen las versiones del aragonés de las Vidas paralelas de Pultarco y las Historias de Tucidides.
En los últimos decenios del S.XIV, la prosa  se carga de artificios retóricos, latinismos, alusiones mitológicas, etc., y las octavas de arte mayor sustituyen a la poesía en cuaderna vía.
Se introduce en España la poesía alegórica, cuyos modelos son La divina comedia de Dante Alighieri (1263-1321) y los Triunfos de Petrarca(1304-1374), mientras el Canciller Ayala traduce parcialmente De casibus virorum illustrium de Boccaccio(1313-1375). Así la influencia italiana empieza a desplazar la tradicional influencia francesa, cortesana y caballeresca