Giudizi celebri
I
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Presentazione
di Adolfo Bioy Casares
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Presentazione di Adolfo Bioy Casares
Adolfo Bioy Casares (1914 - 1999)
nasce a Buenos Aires. L'infanzia è contrassegnata dai continui
spostamenti fra città e campagna nelle proprietà di famiglia.
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Bioy Casares e Louise Brooks: cronologia
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L'innamoramento di Adolfo Bioy Casares per Louise Brooks risale al 1927 ed
è testimoniato da alcune precise esternazioni. 1941. Lo scrittore pubblica La invención de Morel. Uno dei personaggi ha nome Faustine: serbiamo per ora questa informazione e passiamo avanti. 1967. Bioy pubblica El gran Seraphín, una raccolta di racconti che contiene Los milagros no se recuperan; in esso figurano, come personaggi, lo stesso Bioy e un tal Mr. Greve: parlano d'una ragazza:
[Greve] - (...) ¿Recuardas
a Carmen Silveyra? - |
[Greve] - (...) Ricordi Carmen Silvera? - [Casares] - Poverina, come no. Così piena di vita. La trovavo … - Stavo per dire che la trovavo simile a Louise Brooks, una attrice di cinema della quale ero stato innamorato quando ero ragazzo. Mentalmente vidi il delicato ovale di quel viso perfetto - dell'una e dell'altra - la pelle bianca, gli occhi e i capelli scuri, gli accroche coeurs ai lati. [Greve] - La trovavi? - domandò con un residuo di ansia [Casares] - Non so: irreprimibilmente giovane e bella (...) |
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1982. Nel libro di Suzanne J. Levine, Guía de Bioy Casares (editore Fundamentos, pp. 165-175), lo scrittore regala una ironica Autocronologia: alla data 1927 scrive, fra l'altro: 'En películas que veo en los cines de Buenos Aires y de Mar del Plata me enamoro de la actriz Louise Brooks'.('A Buenos Aires e a Mar del Plata vedo dei film e m'innamoro dell'attrice Louise Brooks'). Tale Autocronologia si ritrova, in italiano, nel volume di racconti L'orologiaio di Faust, Studio Tesi, 1990. |
1994.
Bioy Casares pubblica le proprie memorie (Memorias, Tusquets, 1994). In esse si legge, inequivocabilmente: 'Progresivamente me aficioné a las películas, me convertí en espectador asiduo y ahora pienso que la sala de un cinematógrafo es el lugar que yo elegiría para esperar el fin del mundo (...) Me enamoré, simultánea o sucesivamente, de las actrices de cine Louise Brooks, Marie Prévost, Dorothy Mackay, Marion Davis, Evelyn Brent y Anna May Wong. De estos amores imposibles, el que tuve por Louise Brooks fue el más vivo, el mas desdichado. ¡Me disgustaba tanto creer que nunca la conoscería! Peor aún, que nunca volvería a verla. Esto, precisamente, fue lo que sucedió. Despuesde tres o cuatros películas, en que la vi embeselado, Louise Brooks desapareció de las pantallas de Buenos Aires. Sentí esa desaparición, primero, como un desgarriamento; después, como una derrota personal. Debía admitir que si Louise Brooks hubiera gustado al público, no hubiera desaparecido. La verdad (o lo que yo sentía) es que no sólo pasó inadvertida por el gran público, sino también por las personas que yo conocía. Si concedían que era linda - más bien 'bonitilla' - , lamentaban que fuera mala actriz; si encontraban que era una actriz inteligente, lamentaban que no fuera más bella. Como ante la derrota de Firpo, comprobé que la realidad y yo no estábamos de acuerdo. Muchos años despés, en París, vi una película (creo que de Jessua) en que el héroe, como yo (cuando estaba por escribir Corazón de payaso, uno de mis primeros intentos literarios), inconteniblemente echaba todo a la broma y, de ese modo, se hacía odiar por la mujer querida. El personaje tenía otro parecido conmigo: admiraba a Louise Brooks. Desde entonces, en mi país y en otros, encuentro continuas pruebas de esa admiración, y también pruebas que la actriz la merecía. En el New Yorker y en los Cahiers du cinéma leí articulos sobre ella, admirativos e inteligentes. Leí, asimismo, Lulú en Hollywood, un divertido libro de recuerdos, escrito por Louise Brooks. |
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En el 73 o en el 75, mi amigo Edgardo Cozarinsky me citó una tarde en un café de la Place de L'Alma, en París, para que conoceria a una muchacha que haría el |
Éric Lysøe, Hommage à Bioy. Tale opera, un collage, mostra le affinità elettive fra Bioy e la Brooks |
papel de Louise Brooks en un filme en preparación. yo era el experto que debía decirle si la muchacha era aceptable o no para el papel. Le dije que sí, no solamente para ayudar a la posible actriz. Es claro que si me hubieran hecho la pregunta en tiempos de mi angustiosa pasión, quizá la respuesta hubiera sido distinta. Para mí, entonces, nadie se parecía a Louise Brooks'. | |
1995. Tale confessione attirerà l'attenzione della rivista argentina "Film"; Fernando Martin Peña e Sergio Wolf (Luglio 1995) in un'intervista allo scrittore ne faranno cenno (ne ho la traduzione inglese di Thomas Gladysz): Int:
"You said that the inspiration for La invención de Morel came to you, at least partially, from the
vanishing of Louise Brooks from the movies. What happened with you and
Louise Brooks?" 1996. In un'altra intervista a Sergio Ranier e Miguel Russo, per la rivista "La Maga", nel 1996, (1 Aprile?), viene ribadita questa passione Int:
"¿ Cuándo empezó a ir al
cine?" Int:
"¿Qué película lo conmovió
en esa época?" Int:
"A Brooks le rindió luego un
homenaje en La invención de Morel, ¿no?"
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L'invenzione di Morel
La storia si snoda attraverso la presa di coscienza del protagonista: |
Alcune considerazioni. E Horacio Quiroga
Come già in Borges, lo stile è apparentemente piano; tuttavia la
simbologia è talmente potente che ogni frase, ogni allusione o parola
(persino avverbi) acquistano un significato preciso
che, ad ogni rilettura, si compongono sempre più in un disegno
complessivo e implacabile. Si può
affermare che nulla, nell'opera dell'argentino sia residuale o casuale; è
il caso della metafora perfetta: fra simbolo e oggetto simbolizzato vi è
corrispondenza biunivoca, totale. |
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Oppure: se Faustine è il femminile di Faust il cinema è l'unico
Mefistofele capace di concederci l'attimo perfetto, incorruttibile: nel
volgere della bobina l'eterno ritorno dell'uguale felicità. La recensione
della scrittrice inglese Angela Carter al libro di Barry Paris è titolata Brooksie
and Faust. |
La figura di Faustine
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Sulle rocce c'è una donna che tutte le sere guarda il tramonto. Ha un fazzoletto a colori legato intorno alla testa: le mani congiunte stringono un ginocchio; soli prenatali avranno dorato la sua pelle; gli occhi, i capelli neri, il busto la fanno rassomigliare a quelle zingare o spagnole dei quadri più detestabili |
En las rocas hay una mujer mirando las puestas de sol, todas las tardes. Tiene un pañuelo de colores atado en la cabeza; las manos juntas, sobre una rodilla; soles prenatales han de haber dorado su piel; por los ojos, el pelo negro, el busto, parece una de esas bohemias o españolas de los cuadros más detestables |
Ogni sera guarda il tramonto; io la guardo di nascosto. Ieri, e anche oggi, ho scoperto che le mie notti e i miei giorni aspettano quell'ora. Quella donna, con la sua sensualità zingaresca e il suo fazzoletto a colori troppo grande, mi sembra ridicola. Eppure sento, anche un po' per scherzo, che se potessi essere visto per un attimo da lei, se per un attimo mi parlasse, raggiungerei insieme quel conforto che l'uomo trova negli amici, nelle fidanzate, e in tutti coloro che sono del suo sangue | Mira los atardeceres todas las tardes; yo, escondido, estoy mirándola. Ayer, hoy de nuevo, descubrí que mis noches y días esperan esa hora. La mujer, con la sensualidad de cíngara y con el pañuelo de colores demasiado grande, me parece ridícula. Sin embargo siento, quizá un poco en broma, que si pudiera ser mirado un instante, hablado un instante por ella, afluiría juntamente el socorro que tiene el hombre en los amigos, en las novias y en los que están en su misma sangre |
La vidi: il fazzoletto a colori, le mani incrociate sul ginocchio, il suo sguardo che aumentava il mondo | La vi: el pañuelo de colores, las manos cruzadas sobre una rodilla, su mirada, aumentando el mundo |
[Faustine] avanzò verso di me. Per toccarla mi sarebbe bastato allungare un braccio. Questa possibilità mi inorridì (come se avessi rischiato di toccare un fantasma). Mi ignorava in un modo che mi sembrò terrificante. Eppure, sedendosi accanto a me mi sfidava, era come se in qualche modo non mi ignorasse più | [Faustine] después caminó hacia mí. Con estirar el brazo, la hubiera tocado. Esta posibilitad me horrorizó (como si hubiera estado en peligro de tocar un fantasma). En su prescindencia de mí había algo espantoso. Sin embargo, al sentarse a mi lado me desafiaba y, en cierto modo, ponía fin a esa prescindencia |
Seminuda, Faustine è illimitatamente bella | Semidesnuda, Faustine es ilimitadamente hermosa |
Passò Faustine, verso le rocce. Ormai è un fastidio come amo questa donna (ed è ridicolo: non ci siamo parlati nemmeno una volta). Aveva un vestito da tennis e un fazzoletto, quasi viola, sulla testa | Faustine cruzó hacia las rocas. Es ya molesto cómo quiero a esta mujer (y ridículo: no hemos hablado ni una vez). Estaba con un traje de tenis y un pañuelo, casi violeta, en la cabeza |
La
mia anima non è passata, ancora, nell'immagine; altrimenti, io sarei
morto, avrei smesso di vedere (forse) Faustine, per stare con lei in una
visione che nessuno raccoglierà. All'uomo che, prendendo spunto da questa relazione, inventerà una macchina capace di riunire le presenze disgregate, rivolgo una supplica. Cerchi Faustine e me, e mi faccia entrare nel cielo della coscienza di Faustine. Sarà un atto pietoso |
Mi
lama no ha pasado, aún a la imagen; si no, yo habría muerto, habría
dejado de ver (tal vez) a Faustine, para estar con ella en una visión que
nadie recogerá. Al hombre que, basándose en este informe, invente una máquina capaz de reunir las presencias disgregadas, haré una súplica. Búsquenos a Faustine y a mí, hágame entrar en le cielo de la conciencia de Faustine. Será un acto piadoso |
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