Por su puerto natural, entre los mares Jonio y Tirreno, refugio seguro para los bajeles y las mercancías, Messina gozaba de considerables beneficios económicos y privilegios por parte de los conquistadores. 

Desde los tiempos más remotos hasta el terremoto de 1908, las instalaciones marítimas de la ciudad constituían una tentación tanto para los abastecimientos en general como para las reparaciones y en particular para sus ricos negocios con los comerciantes del lugar. Ya en el tiempo de los romanos Mesina gozaba del privilegio del título de Ciudad Principal del Imperio.

El poder de la ciudad iba consolidandose durante los siglos, y en los tiempos de los normanos, Messina, por la ayuda que les ofreció en la lucha para la reconquista de la isla tuvo otros beneficios entre los cuales el de acuñar moneda y de ser dotada de un Consulado del Mar, una especie de tribunal para las controversias marítimas. 

Messina, así como Calabria, destacaba, entre otras cosas, por la producción de la seda, que comerciaba con otras mercancías que llegaban de España, de Génova, de Toscana, de Venecia.

En 1296, Federico III de Aragón instituyó la feria franca anual, y en 1416 Ferdinando de Aragón ratificaría este privilegio transfiriendo la feria franca en la cortina del puerto. Durante esta feria, que se desarrollaba desde el 1 hasta el 15 de agosto, todos los comerciantes, incluidos los españoles, exponían sus mercancías ( del hierro a la seda, del cuero a los tejidos bordados en oro ) en el interior de tiendas prefabricadas. 

En 1507, la ciudad, llena de comerciantes de todo el mundo que se reunían en lugares precarios, como el Palacio de la Aduana, que claramente no era adecuado a tal fin, mandó a Madrid a unos embajadores para pedirle a Ferdinando de Aragón que les concediera un lugar fijo donde pudieran encontrarse para tratar de sus negocios.

Fernando de Aragón autorizó el proyecto.

Entonces se decidió que se construyera en lugar de un trozo de las murallas de la ciudad, frente al mar, cerca de la puerta torreada de la Aduana Vieja, así llamada ya que conducía a aquel Palacio de la Aduana, ya lugar de encuentro preferido por los comerciantes. Los trabajos se acabaron en 1527. Después de haber acabado la construcción de la Lonja de un solo piso, todos se dieron cuenta de que aquel edificio por su posición tan central en la ciudad habría sido una sede conveniente también para otros organismos o entes públicos. Por lo tanto, en 1589 se decidió hacer una ampliación del edificio realizando una sobrelevación donde se encontrarían las sedes de la " Tabla Pecuniaria " y del Senado ( Ayuntamiento ), por otra parte segun la tipolgia de las lonjas espanolas con el ayuntamiento en el piso superior. Los trabajos fueron otorgados a Giacomo Del Duca, un arquitecto de Cefalú ( pueblo de la provincia de Palermo). Del Duca era discípulo de Miquelangelo y junto a este último realizó en Roma la construcción de Puerta Pía y por su cuenta fue también el autor de maravillosas obras arquitectónicas y de edificios que pertenecen a aquel período de finales del 500, llamado Manierismo.

Cuando volvió a Mesina en 1589, después de haber acabado la construcción de la Cúpula de Santa María del Loreto, fue nombrado Ingeniero de la ciudad en lugar de Calamech, muerto un año antes.

En 1599 acabaron los trabajos de la construcción de la Lonja.

Sobre la entrada una grande lapida se leia: "UT MERCATORUM UTILITATI CIVIUM ORNAMENTO REGIAE URBIS MESSANAE REGNI PROTOMETROPOLIS DIGNITATI CONSULERETUR........" (Buonfiglio Costanzo G., Messina città nobilissima descritta in XIII libri, Venezia 1606). O sea se construia el palacio "PARA QUE SE PROVIERA A LA UTILIDAD DE LOS CIUDADANOS MERCADEROS......"

El edificio, que en el interior estaba enteramente cubierto por mármoles muy valiosos, presentaba, en la planta baja, donde se reunían los mercaderes, nueve largas ventanas con verjas de hierro, separadas laderalmente por parejas de parástadas dóricas almohadilladas, y nueve balcones, entre otras tantas parástadas de orden iónico, correspondientes en el primer piso. Tanto las ventanas como los balcones estaban rebasados por pequeños nichos cimbreados con ventanillas, sostenidas por volutas en espiral. Una cornisa con muchas estrías marcaba orizontalmente los dos órdenes.

Este esquema nos recuerda el interor de la Iglesia de S. María en Trivio del mismo Del Duca.

En definitiva esta tipologia es con claridad la misma de las grandes lonjas del levante de Espana (Palma, Saragoza, Valencia, Barcelona), pero con un estilo importado por Italia. 

Es plausible pensar que la envoltura externa de la Lonja de Barcelona, del final del siglo XVIII, fue construida bajo la influencia de la importantisima lonja de Messina, por cierto no inferior a las otras contemporaneas lonjas del Meditteraneo, por lo menos como dimension.

En 1602 se realizó una nueva sede para el Palacio Senatorial en la plaza de la Catedral ( Piazza Duomo ), sobre proyecto de Calamech, muerto unos anos antes. Por tanto el edificio en el puerto fue destinado únicamente a los mercaderes, al consulado del Mar, al consulado de la seda y mas tarde. al Archivo notaril. Es oportuno, de todas maneras, aclarar el echo que el nuevo Palacio Senatorial, por el historiador Buonfiglio, es solo en parte acabado en esta fecha, y con probabilidad por el mismo Del Duca. 

En 1622, la Lonja de los mercaderes era unificada y dotada de todas las infrastructuras y servicios conectados con las actividades mercantiles, incluso las demoras de los comerciantes, dando así lugar a aquella enorme despliegue de palacios, así llamado " Palazzata ", famosa en todo el mundo, también como " teatro de los Palacios " por la espectacularidad en su conjunto y por el espectaculo que ofrecía a los navegantes que llegaban al puerto de Messina. 

El encargo fue otorgado a Simone Gullí que dentro de sólo dos años acabó la realización de esta imponente obra.

La construcción de este enorme conjunto de palacios, nada menos que de un kilómetro y medio, fue ordenada por Emanuele Filiberto de Savoja, primero para dar digna dimora a esos comerciantes principalmente españoles que en aquel tiempo llenaban Messina y que necesitaban tener sus casas cerca del puerto para controlar lo posible mejor sus comercios.

No obstante la ciudad se encontraba ya bastante encerrada entre sus propias murallas y no tenía nuevas areas para la realización de nuevos edificios.

Por tanto se decidió derribar las viejas murallas como ya habían hecho las ciudades españolas y portuguesas del mismo período ( Madrid y Lisbona por ejemplo ), y de construir en lugar de ellas este enorme despliegue de palacios, volviendo a utilizar las mismas piedras ya que en las cercanías no había pedreras.

Además, la " Palazzata " habría protegido la ciudad de los vientos y de la inmediata cercanía con la tumultuosa y malsana zona del tráfico marítimo.

En la planta baja se desarollaban los almacénes y las tiendas y en los pisos superiores las casas de los comerciantes.

En el centro quedaba, por lo tanto, la Lonja de los Mercaderes en su propia majestuosidad.

A la izquierda de la Lonja estaba la Puerta de la Lonja y la estatua de Neptuno en frente realizada por Montorsoli (hoy día se encuentra más al norte y frontalmente).

A traves de la puerta de la Lonja se impartiba la actual "via della loggia".

Fue gracias a la genialidad del arquitecto Gullí que la realización de esta imponente obra tuvo lugar tan rápidamente. De hecho Gullí supo estandarizar algunos elementos arquitectónicos, como los balcones de piedra de Siracusa, las puertas, las ventanas, los frisos, las parástadas, los umbrales, construyéndolos bajo la obra, durante la realización de las paredes maestras.

Los internos no tenían que ser complicados para nada ya que para la constucción necesitó tan poco tiempo.

El piso superior de la Lonja de los Mercaderes, más tarde, fue destinado a Armería. Por tanto se decidió, en 1627, realizar otra Lonja más allá de la Puerta de la Lonja. Una mitad del edificio, particularmente hermoso y majestuoso, también sede del Tribunal del Consulado del Arte y de la Seda, era cubierto por bóvedas sostenidas por gruesas columnas de piedra, mientras que la otra mitad era descubierta.

Alrededor de este pórtico había un precioso y espacioso banco de mármol con larga fila de balaustras de hierro, y en cada esquina se encontraba una bellísima columna de pórfido. El conjunto tenía que parecerse a la Lonja de los Catalanes de Palermo, hecha excepción por el hecho que parte de ésta se encontraba al descubierto.

Entretanto la ciudad, después de haber obtenido durante un cierto período la confianza de los españoles, y por consiguiente otros notables beneficios, en 1674 se rebeló, obteniendo al principio la ayuda de los franceses y luego su traición.

Este episodio desencadenó la venganza de Madrid, que le fue quitando poco a poco todos los privilegios que anteriormente le había concedido. El Palacio Senatorial que se encontraba en la plaza de la catedral fue derrumbado y en su lugar fue erigida la estatua de Carlos II. Asì fue que la Lonja de los Mercaderes tenia que ceder su sitio al Senato, ransferendose en la otra pequena lonja. Tambien el comercio en ciudad no era tan fervoroso como antes y ls mercaderes no necesitaban mas un lugar tan grande.

El terrible terremoto de 1783 golpeó ulteriormente la economía ciudadana destruyendo la Palazzata y la Lonja de los Mercaderes, ahora ya conocida com Palacio Senatorial

La Palazzata volvió a ser completamente reconstruida por Giovanni Minutoli en 1878, y fue destruida nuevamente, y ya nunca más reconstruida, por el tremendo terremoto de 1908 que arrasó la entera ciudad de Messina.