La segunda carta de Juan empieza con las palabras: “El anciano, a la señora escogida y a sus hijos”.
(2Jn 1) Así, de manera indirecta, Juan indica que él es el escritor. Era en verdad un “anciano”, pues para este tiempo tendría entre noventa y cien años de edad. También era anciano en sentido espiritual, y una ‘columna’ de la congregación. (Gál 2:9.)
Algunos piensan que esta carta a “la señora escogida” se dirige a una de las congregaciones cristianas, y que los hijos son hijos en sentido espiritual. Los hijos de la “hermana” (2Jn 13) serían los miembros de otra congregación. Hay quienes, por el contrario, sostienen que esta carta se dirigió a una persona tal vez llamada Kiria o Ciria (“señora”, en griego).
Muchos de los argumentos de la segunda carta de Juan se encuentran en forma más detallada en la primera. Habla de la verdad que permanece en los que realmente la conocen, y de la bondad inmerecida y la paz de Dios. Se regocija porque algunos continúan “andando en la verdad”, muestran amor los unos por los otros y guardan los mandamientos. Sin embargo, han salido al mundo engañadores, y el anticristo niega que el Hijo de Dios haya venido en la carne. (Compárese con 2Jn 7 y 1Jn 4:3.)
En 2 Juan 10, 11, amplía la instrucción de su primera carta al mostrar la medida que deberían tomar los miembros de la congregación en el caso de aquellos que se adelantan a la enseñanza del Cristo y que vienen con una enseñanza propia o de otro hombre. Juan manda que no se les salude ni reciba en el hogar cristiano.
Palabra, expresión, gesto o cualquier otro acto que una persona dirige a alguien cuando se encuentran o se despiden, dando muestras de atención, cortesía o afecto. Un saludo común para los judíos era “¡Paz para ti!” o “Que tengas paz” (Jue 19:20, nota; Mt 10:13; Lu 10:5).
En 2 Juan 9-11 Juan usó kjái·ro (khairo), que era un saludo como “buenos días” u “hola”. Esta también se utilizaba en forma de saludo, hablado o escrito (Hechos 15:23; 23:26; Mateo 28:9; Lucas 10:20; Filipenses 3:1; 4:4.) No usó a·spá·zo·mai (aspázomai, como en el versículo 13), que significa “estrechar entre los brazos, es decir abrazar, saludar, dar la bienvenida” y que quizás haya dado a entender un saludo muy afectuoso, hasta con un abrazo. (Lucas 10:4; 11:43; Hechos 20:1, 37; 21:7, 19; 1 Tesalonicenses 5:26.) Por eso, la indicación de Juan en 2 Juan 11 bien pudiera significar no decir siquiera “hola” a tales personas.
Cualquiera de estas palabras podría representar un saludo, pero aspázomai probablemente haya querido decir más que un cortés “hola” o “buenos días”. Juan no estaba instando a los cristianos a que sencillamente evitaran el saludar afectuosamente (con abrazos, besos y conversación) a alguien que enseñara falsedad o que hubiera renunciado a la congregación (o hubiera apostatado). Más bien, Juan estaba diciendo que no deberían ni siquiera saludar a tal individuo mediante un khairo, un común “buenos días” (Nota: Respecto al uso de khairo en 2 Juan 11, R. C. H. Lenski comenta: “[Este] era el saludo común entre la gente al encontrarse o al despedirse. [...] Aquí el sentido es: ¡Ni siquiera le dé este saludo a un proselitista! Esto lo haría partícipe a usted de las obras inicuas por las cuales él ha venido. Juan [se refiere] [...] a cualquier clase de saludo”.). (w85 15/7 31)
Juan da la advertencia de mantenerse alerta y no recibir a personas de esta índole en el hogar de uno, porque son propagandistas activos de enseñanzas falsas, defensores engañosos de conducta incorrecta. No se les debe dar a ganar ningún terreno desde el cual se infiltren más. Uno ni siquiera debe saludarlos, para evitar el ser partícipe en sus obras inicuas. Respecto a esto, podemos notar que el saludo común entre los judíos en tiempos apostólicos era una expresión que significa “Ten paz” o “La paz sea contigo.” Ciertamente el cristiano no querría desear paz al hombre que fuese engañador y anticristo. (w74 753 párr. 22) (w88 15/4 27 párr. 8) El saludo común entre los israelitas incluía la palabra shalom (“paz”), que daba a entender un deseo de que la persona a quien se saludaba tuviera salud, bienestar y prosperidad. (w78 15/11 6)
El valor de un saludo
Cuenta una historia que un hombre trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega. Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador. Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta. Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de morir congelado. De repente se abrió la puerta. El guardia de seguridad entro y lo rescató. Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debe que se le ocurriera abrir ésa puerta, en vista que no era parte de su rutina de trabajo? Él explicó: llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí al marcharse por la tarde. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy me dijo “Hola” a la entrada, pero no lo escuché decir - “Hasta mañana” - Yo espero y me alegro por ese hola, buenos días, y ése ciao o hasta mañana - cada día. Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré” (Ro 16:16) |
La Despedida
Puedes llorar porque se ha ido, o puedes sonreír porque ha vivido. Puedes cerrar los ojos y orar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado; tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver, o puede estar lleno del amor que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda, o puedes hacer lo que a ella le gustaría: |
2ª Juan 11
★ Amar al enemigo es estár de acuerdo con las cosas malas que hace?
La Biblia muestra que se puede amar a alguien sin estar de acuerdo con las cosas malas que hace. Por ejemplo, Jesús rechazaba por completo la violencia, pero oró por los que lo ejecutaron (Lucas 23:34). También odiaba la maldad y el pecado, pero estuvo dispuesto a dar su vida por pecadores (Juan 3:16; Romanos 6:23).
★ Añadiduras en otras versiones.
Vgs añade: “¡Miren!, se lo he dicho de antemano para que no estén en confusión en el día del Señor”;
J7,8 añaden: “(¡Miren!, se lo he dicho de antemano para que no estén en vergüenza en el día de Jehová)”.