Hogar de Eliseo, donde el profeta Elías lo encontró arando y lo ungió para que fuese su sucesor. (1Re 19:16-19.)
Con anterioridad, Abel-meholá aparece en el relato de la derrota que el pequeño grupo de guerreros de Gedeón infligió a los madianitas. El registro dice que estos, en su huida desorganizada, llegaron “hasta las afueras de Abel-meholá, junto a Tabat”. (Jue 7:22.)
Como Tabat se encuentra al E. del río Jordán, desde 1951 se ha intentado identificar Abel-meholá con Tell el-Maqlub, en Wadi el-Yabis. En apoyo de esta identificación se ha aducido que Elías, después de partir de Horeb, se detuvo en Abel-meholá para ungir a Eliseo y, además, se le dio la comisión de viajar “al desierto de Damasco” a fin de ungir a Hazael como rey de Siria. (1Re 19:15.) La calzada antigua más importante de Horeb a Damasco se encontraba al E. del Jordán, aunque en ocasiones esta ruta estuvo bajo el control de tribus nómadas.
Sin embargo, el relato de la persecución que Gedeón emprendió tras los madianitas indica que estos estaban en realidad al O. (no al E.) del Jordán en el momento reseñado en Jueces 7:22. (Véase Jue 7:24.) Y en lo que respecta al viaje de Elías al desierto de Damasco, el registro muestra que no tuvo lugar de inmediato, sino que fue Eliseo quien lo llevó a cabo algún tiempo después. (1Re 19:15-19; 2Re 8:7-13.) En vista de estos hechos, algunas obras geográficas siguen situando el emplazamiento de Abel-meholá al O. del Jordán. (The Geographical and Topographical Texts of the Old Testament, de J. Simons, Leiden, 1959; The Geography of the Bible, de D. Baly, 1957, y el Atlas of the Bible, de L. H. Grollenberg, 1956.) Tanto Jerónimo como Eusebio, de los primeros siglos de la era común, identificaron Abel-meholá con un lugar situado a 10 millas romanas (15 Km.) al S. de Bet-seán (al O. del Jordán). La obra The Land of the Bible, de Y. Aharoni, dice: “Ahora se ha identificado con muchas garantías a Abel-meholá con Tell Abu Sus, en la orilla [occidental] del Jordán, a 15 Km. al sur de Bet-seán”. La llanura cercana de Bet-seán es idónea para la agricultura y la ganadería en gran escala. (Compárese con 1Re 19:19.)
También favorece el emplazamiento de Abel-meholá al O. del Jordán el hecho de que en tiempos posteriores, cuando formaba parte del quinto distrito administrativo de Salomón, figuraba en una lista con otros lugares ubicados al O. de ese río. (1Re 4:12.) Debió ser también el hogar de Adriel el meholatita, un yerno de Saúl. (1Sa 18:19; 2Sa 21:8.) Su nombre, Abel-meholá, quizás obedezca a las fiestas y bailes que se celebraban con ocasión de las cosechas.
★meholatita (De [Perteneciente a] Abel-meholá).
Sobrenombre que recibían Adriel (un yerno de Saúl) y su padre Barzilai. (1Sa 18:19; 2Sa 21:8.) Se refiere con toda probabilidad a que eran nativos de Abel-meholá.
El último año de su viaje por el desierto, la nación de Israel acampó “en el valle enfrente de Bet-peor”. (Dt 3:29.) Puede que Bet-peor haya sido una ciudad situada en la ladera de Peor, y es posible que tanto la montaña como la ciudad tuvieran relación con la adoración del “Baal de Peor”. Como se dice en Números 25:1-9, a los israelitas se les entrampó con los ritos inmorales practicados en esa adoración.
Fue en las llanuras de Moab, en la región del Jordán, donde Moisés repitió la Ley a Israel, y después se le enterró “en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor”. Por tanto, parece ser que Bet-peor estaba en “la tierra de Moab”, es decir, en la tierra que los moabitas habían ocupado, pero que en aquel entonces estaba bajo el control del rey Sehón de los amorreos, hasta que la nación de Israel lo derrotó. (Dt 4:46; 34:6.) Después se asignó a la tribu de Rubén, y se la menciona junto con “las laderas de Pisgá y Bet-jesimot”. (Jos 13:15, 20.)
Todos estos textos indican que estaba cerca del extremo NE. del mar Muerto, mirando a las llanuras de Moab, si bien se desconoce el emplazamiento preciso. No obstante, al referirse a ese lugar, Eusebio lo situó a unas seis millas romanas (9 Km.) al E. de Livias (la moderna Tell er-Rameh). (Onomasticón, 48, 3-5.) Sobre esta base, algunos proponen identificar este lugar con Khirbet esh-Sheikh-Jayil, que está a unos 5 Km. al ONO. de la ubicación tradicional del monte Nebo. Este lugar está en la ladera de una cima que puede haber sido el “Peor” adonde se llevó a Balaam por última vez para que maldijera a Israel. En tal caso, “el valle frente a Bet-peor” probablemente sería Wadi Husban. (Nú 23:28; Dt 4:46.)
Ciudad mencionada en el relato de la huida de los madianitas cuando el juez Gedeón los derrotó en la llanura baja de Jezreel. (Jue 7:22.) Como los madianitas se encaminaron a la región del Jordán, Bet-sitá debió estar ubicada en algún lugar al E. o SE. de la colina de Moré y el pozo de Harod, en cuyos alrededores tuvo lugar la batalla. (Jue 7:1.) Algunos estudiosos han propuesto como probable ubicación Shattah (Bet Ha-Shitta), a unos 4,5 Km. al ESE. de la moderna `En Harod, y dicen que esa población conserva en su nombre restos del original. Otros opinan que está demasiado cerca del escenario de la batalla y recomiendan una ubicación más al SE., aunque sin precisarla.
La ciudad donde nació Natanael. (Jn 21:2.) Solo tres días después que Natanael fue presentado a Jesús y llegó a ser su discípulo, Jesús se hallaba en Caná, en un banquete de bodas al que también asistieron su madre y sus hermanos. En esa ocasión ejecutó su primera señal milagrosa: convertir el agua en vino excelente. Luego, él, su familia y sus discípulos “bajaron a Capernaum”. (Jn 1:43-49; 2:1-12.) Más tarde, estando de nuevo en Caná, un servidor del rey le rogó a Jesús que “bajara” a Capernaum para sanar a su hijo que estaba a punto de morir, pero Jesús lo curó desde Caná mismo. (Jn 4:46-54.)
En todos los casos se llama a la ciudad “Caná de Galilea”, seguramente para distinguirla de la Qaná situada en el territorio de Aser. (Jos 19:28.) El lugar tradicional es Kafr Kanna, un pueblo que está a 6,5 Km. al NE. de Nazaret. En esa región hay mucha agua de manantiales. Sin embargo, los lexicógrafos opinan que es difícil que el término Kanna provenga de Caná, en particular debido a la “n” doble. Hay razón para pensar que la alegación de que Kafr Kanna es Caná se debe a que su cercanía a Nazaret facilita la visita de los peregrinos, por lo que ha tenido el favor de la tradición eclesiástica.
Ahora bien, todos los indicios, además de un criterio equilibrado, permiten identificar a la antigua Caná con Khirbet Kana, a unos 13 Km. al N. de Nazaret. Sobre una colina situada en los límites de la llanura de Asoquis, hoy llamada el-Battuf (Biq`at Bet Netofa), se encuentran las ruinas de un pueblo antiguo. Cerca hay una marisma con abundancia de cañas, lo que armoniza bien con el nombre Caná. Aún se conoce en árabe como Qana el-Jelil, equivalente a Caná de Galilea. Josefo, historiador judío del primer siglo de la era común, dice que vivía en “una aldea de Galilea que se llamaba Caná”, y más tarde hace mención del “gran campo donde yo residía y cuyo nombre era Asoquis”. (Vida de Flavio Josefo, secs. 16, 41.) Este testimonio también favorece la identificación de Caná de Galilea con Khirbet Kana más bien que con Kafr Kanna. Aunque no se encuentra ningún manantial en Khirbet Kana, en las ruinas se ven restos de cisternas antiguas; también se dice que en este lugar se han hallado fragmentos de vasijas y monedas, que se cree datan del siglo I E.C.
En la antigüedad había un camino que pasaba por Khirbet Kana, bajaba hasta las orillas del mar de Galilea y bordeaba la costa hasta Capernaum, ciudad situada a unos 206 m. bajo el nivel del mar, de ahí la expresión ‘bajar’ a Capernaum. (Jn 4:47.) La distancia que cubría ese camino, desde Khirbet Kana hasta Capernaum, era de unos 40 Km.
Esta expresión se traduce del hebreo miz·ráj, que significa literalmente “oriente; naciente” (Dt 3:27; 1Cr 4:39) y de qé·dhem, que significa “ante”, “enfrente de”. (Eze 48:2.) Los hebreos tenían la costumbre de mirar hacia el sol naciente para determinar la dirección, lo que significaría que el E. quedaba enfrente de ellos; el O., detrás; el N., a la izquierda, y el S. a la derecha.
Algunas veces qé·dhem se usaba para referirse al E. en general, como en Génesis 11:2. En otras ocasiones quería decir el “este” en relación con otro lugar, como en Números 34:11, donde se usa la expresión “este de Ain”. Y, por último, podía referirse a la zona que se extendía al E. y al NE. de Israel, es decir, a las tierras de Moab y Ammón, el desierto de Arabia, Babilonia, Persia, Asiria y Armenia.
Se llamaba “orientales” a los diversos pueblos que vivían en las tierras abarcadas con la palabra “este”. A Job se le llamó “el más grande de todos los orientales”, o “hijos del Este”. (Job 1:3.) Él vivió en esta zona oriental. Cuando Jacob fue a Mesopotamia para conseguir una esposa, se nos dice que fue a la tierra de “los orientales”, o “hijos del Este”. (Gé 29:1.) A los que vivían al E. de Israel también se les conocía como “hijos del Este”, u “orientales”, según se registra en Jueces 6:3 y 8:10.
En Palestina el viento del E. era caliente, soplaba desde las tierras desérticas del E. y arruinaba la vegetación. (Eze 19:12.) Esta es la base para la expresión “llenará su vientre del viento del este”. (Job 15:2.)
El tabernáculo estaba orientado hacia el E. (Nú 3:38), al igual que los templos de Salomón y Zorobabel y el reconstruido por Herodes. El templo que Ezequiel vio en visión también estaba orientado hacia el E. (Eze 47:1.) Por lo tanto, debería esperarse la venida de Jehová y Cristo al templo desde el E.
En Isaías 46:11 se dice que Ciro, el rey persa, tenía que venir del “Este” (RH) o “el naciente” (NM). Los informes que se predijo que vendrían del “este” (VP) saldrían, literalmente, del “naciente” o miz·ráj. (Da 11:44.) Darío y Ciro fueron figuras proféticas de los “reyes procedentes del nacimiento del sol” mencionados en el libro de Revelación cuando habla del juicio de Babilonia la Grande y el secado de las aguas del simbólico río Éufrates. (Apo 16:12, 19.)
Los astrólogos que visitaron a Jesús algún tiempo después de su nacimiento vinieron de la dirección de Babilonia, de las “partes orientales”. (Mt 2:1.) Al decir que vieron su estrella “en el oriente [gr. a·na·to·léi, literalmente, “levante”]”, se refirieron a que la vieron desde el E. o cuando estaban en el oriente. (Mt 2:2, nota.)
La plaga de langostas vino con el “viento del este“ (Ex 10:13).
Jehová dividió el mar valiéndose de un poderoso “viento del este“ que llevó a que “la cuenca del mar se convirtiera en suelo seco” (Ex 14:21).
Antiguo Oriente Medio.
Expresión histórica y geográfica que designa una región del suroeste de Asia.
Esta región no tenía límites definidos, pero la denominación se usa para referirse a una zona que se extendía desde Turquía, al oeste, hasta Irán, al este (algunas fuentes piensan que llegaba hasta el río Indo, en el actual Pakistán). También abarcaba desde el Cáucaso, al norte, hasta la península arábiga, al sur, y a menudo se considera que incluía Egipto. Algunos llaman a esta región el Oriente Medio, mientras que otros prefieren denominarla Asia occidental. La denominación Oriente Próximo alude a su cercanía a Europa.
Lugar mencionado por primera vez como una de las ubicaciones del campamento israelita hacia el fin de los cuarenta años de vagar por el desierto. El siguiente lugar donde acamparon fue Qadés, en el desierto de Zin. (Nú 33:35, 36.) Desde Qadés se solicitó permiso al rey de Edom para atravesar su territorio, pero no fue concedido. (Nú 20:14-22.) Más tarde escribió Moisés: “Así que pasamos alejándonos de nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que moran en Seír, desde el camino del Arabá, desde Elat y desde Ezión-guéber”. (Dt 2:8.) Otras referencias a Elat (Elot) y Ezión-guéber parecen ubicar ambos lugares a orillas del mar Rojo, tal vez en la cabecera del golfo de `Aqaba, el brazo de mar que se extiende hacia el NE. (1Re 9:26; 2Cr 8:17.)
En consonancia con Deuteronomio 2:8, la narración anterior de Números 21:4 registra que los israelitas viajaron “desde el monte Hor [donde murió Aarón] por el camino del mar Rojo para dar la vuelta a la tierra de Edom”. Algunos eruditos sugieren que tras dejar el monte Hor, los israelitas viajaron hasta el extremo meridional del mar Muerto y entonces subieron por el valle torrencial de Zered (la frontera entre Edom y Moab). Muchos otros, sin embargo, opinan que los textos anteriores apoyan un rodeo aún más largo a fin de evitar atravesar la tierra de Moab, una ruta que les obligó a volver “por el camino del mar Rojo” y por lo tanto les condujo a la región de Ezión-guéber. La ruta propuesta hubiese llevado a los israelitas en dirección S. hacia el golfo de `Aqaba, y al llegar a cierto punto al N. de Ezión-guéber, los hubiera conducido hacia el NE. por Wadi Yatm, bordeando de este modo el límite meridional de la cordillera que se alzaba en el S. de Edom.
Durante el reinado de Salomón. No se registra ninguna otra referencia a Ezión-guéber hasta más de cuatrocientos años después, durante el reinado de Salomón (1037-998 a. E.C.). Fue en este lugar, ubicado en el golfo, donde Salomón hizo construir y botar una flota de naves tripulada por una dotación judeofenicia. Para ello contó con la colaboración de Hiram, el rey de la ciudad fenicia de Tiro, muy ocupado también en la navegación. (1Re 9:26-28; 10:11.) Alrededor de un siglo después, el rey Jehosafat (936-c. 911 a. E.C.) intentó reactivar esta industria naviera, pero fracasó, como Jehová había predicho, y sus naves zozobraron. (1Re 22:48, 49; 2Cr 20:36, 37.)
Debe notarse que en ambos casos algunas naves no solo tenían por destino Ofir, sino Tarsis. (2Cr 9:21; 20:36, 37.) Ya que se da por sentado que Tarsis estaba en España, algunos han puesto en duda que en tiempos antiguos fuese posible navegar hasta allí desde Ezión-guéber. Sobre este particular, véase el artículo Tarsis núm. 4, donde se plantea la posibilidad de que existiese un canal entre el río Nilo y el mar Rojo. Dicho canal explicaría el que Hiram enviase a Ezión-guéber y Elat (Elot) no solo hombres, sino también barcos, que puso a disposición de Salomón. (2Cr 8:17, 18.) Otra posibilidad que se ha apuntado es que una vez que los barcos arribasen a puerto en la costa filistea, se desmantelasen y transportasen por tierra hasta el golfo de `Aqaba, para reconstruirlos allí. Los partidarios de esta teoría se apoyan en el hecho de que durante las cruzadas se utilizó un sistema similar. En cualquier caso, sea que existiese un canal entre el Nilo y el mar Rojo, o una ruta terrestre, lo que parece estar claro es que la madera para los barcos procedía de otro lugar, pues, aunque los alrededores de Ezión-guéber son ricos en palmeras, carecen de árboles apropiados para construir embarcaciones.
Ubicación. No se puede determinar con certeza el emplazamiento exacto de Ezión-guéber. La mayoría de los geógrafos aceptan Tell el-Kheleifeh (`Ezyon Gever) como ubicación más plausible. (Este lugar se encuentra a unos 500 m. del golfo de `Aqaba y a aproximadamente 3 Km. al NO. de la moderna aldea de `Aqaba.) Excavaciones realizadas allí han sacado a la luz vestigios de cinco períodos de ocupación, el más antiguo de los cuales data de la época de Salomón. No obstante, los arqueólogos no han hallado nada anterior a ese período, que pueda, por lo tanto, remontarse al éxodo. Por eso, algunos piensan que la Ezión-guéber contemporánea de Moisés estaba en otro lugar, o que los restos del primer poblado desaparecieron sin dejar vestigios debido a que las construcciones de aquel tiempo eran en su mayor parte de adobe.
Almacenaje fortificado. Los arqueólogos que trabajaron en Tell el-Kheleifeh hallaron los restos de una de las puertas de la ciudad, de dimensiones enormes, y de una estructura de la que se dijo, un tanto aventuradamente, que había sido el centro de una industria de extracción y fundición de cobre creada por el rey Salomón. Más recientemente se ha reconocido que esta suposición era errónea, y aunque en esa zona debió trabajarse el cobre, los arqueólogos son ahora de la opinión de que el edificio se usó como almacén. En un lugar como Ezión-guéber, donde convergían importantes rutas marítimas y terrestres, un almacén fortificado sería muy conveniente para depositar el oro, las piedras preciosas y madera de algum procedentes de Ofir, a la espera de las caravanas que transportarían la mercancía a su destino. (1Re 9:26; 10:11, 12.) Para tener más información sobre este lugar, véase ARQUEOLOGÍA (Palestina y Siria).
La gran masa de agua comprendida entre Europa, al N.; Asia, al E., y África, al S. Los hebreos la llamaban mar Grande, pero actualmente se la conoce por su nombre derivado del latín, Mediterráneo, que significa “[que se halla] en medio de tierra”, pues está prácticamente rodeada de tierra. Debido a ello y a los cálidos vientos procedentes del desierto del Sáhara, la evaporación del agua es superior a la normal, lo que aumenta su peso específico. Por esta razón, en el estrecho de Gibraltar las aguas más ligeras del Atlántico fluyen cerca de la superficie y las más pesadas del Mediterráneo lo hacen cerca del fondo. La navegación puede penetrar en este mar “interior” solo a través de pasos angostos: el estrecho de Gibraltar al O., los Dardanelos y el Bósforo al NE. y, desde el pasado siglo, el canal de Suez al SE.
No estaría fuera de lugar el que a dicho mar se le siguiera llamando mar Grande, como hizo la gente de la antigüedad desde el tiempo de Moisés en adelante (Nú 34:6, 7), pues tiene aproximadamente 3.540 Km. de longitud, 970 Km. de anchura, abarca una superficie de 2.510.000 Km.2 y su fosa más profunda alcanza los 5.093 m.
Las penínsulas de Italia y Grecia, que se adentran en el Mediterráneo desde el N., crean los mares Tirreno, Jónico, Adriático y Egeo, y aumentan de manera considerable la longitud de su irregular costa. A media distancia entre el E. y el O., el mar se estrecha hasta tener una anchura de unos 150 Km. entre Sicilia y el N. de África, donde sus aguas son relativamente poco profundas.
En la profecía de Ezequiel se dice que en el mar Grande hay “muchísimos” peces (Eze 47:10), y, en efecto, en estas aguas se halla un coral excelente, abundancia de esponjas y más de 400 variedades de peces.
Los escritores de la Biblia no solo usaron el nombre “mar Grande” (Jos 1:4; 9:1, 2; 15:12, 47; 23:4; Eze 47:15, 19, 20; 48:28), sino que también se refirieron a él con otros términos muy amplios. Para ellos, esta masa de agua era el “mar occidental”, debido a que formaba el límite occidental de la tierra que Dios les había dado. (Dt 11:24; 34:1, 2.) Desde Jerusalén se veía como el “mar occidental”, en contraste con el “mar oriental” o mar Muerto. (Joe 2:20; Zac 14:8.) Otras veces se le llamaba “el mar de los filisteos” (Éx 23:31) o simplemente “el Mar”. (Nú 34:5.)
Desde tiempos inmemoriales, los fenicios y otros intrépidos pueblos marineros surcaron las aguas del mar Grande, descubrieron varias de sus islas y comerciaron con muchas de sus ciudades portuarias. La Biblia menciona las siguientes islas: Arvad, Cauda, Cos, Creta, Chipre, Malta, Patmos, Quíos, Rodas, Samos y Samotracia, así como también algunas de las ciudades costeras y otros lugares de estas islas y de las costas continentales de la parte oriental del mar Grande, a saber: Akkó (Tolemaida), Aczib, Adramitio, Alejandría, Anfípolis, Asquelón, Atalia, Bellos Puertos, Cnido, Dor, Fenice, Guebal, Lasea, Pátara, Puteoli, Regio, Salamina, Salmone y Siracusa.
Jesucristo visitó las regiones portuarias de Tiro y Sidón (Mr 7:24, 31); Pedro estuvo en Jope y Cesarea (Hch 10:5, 6, 24), y Pablo estuvo en Pafos, Troas, Neápolis, Cencreas, Éfeso, Asón, Mitilene y Mileto. (Hch 13:13; 16:11; 18:18, 19; 20:14, 15.) En el mar Grande se forman violentas tormentas, que han resultado en numerosos naufragios y gran pérdida de vidas. Entre los más afortunados estuvieron aquellos que sobrevivieron con Pablo. (Hch 27:14, 15, 39-44.)
Mar Egeo.
El mar Egeo (en turco Ege denizi) es la parte del mar Mediterráneo comprendida entre Grecia y Turquía. Se considera que este mar está delimitado al sur por un arco que atraviesa, en dirección oeste-este, las islas de Citera, Anticitera, Creta, Kasos, Kárpatos y Rodas. Por lo arbitrario de su «límite» sur, es difícil atribuirle una superficie exacta, siendo un valor aproximado 180.000 km². De norte a sur, su extensión máxima es de 600 km, y de este a oeste es de 400 km.
La casi totalidad de las numerosas islas del mar Egeo pertenecen a Grecia, por lo que se puede considerar que este mar es un mar interior de Grecia (al 95 %), lo que es fuente de frecuentes conflictos diplomáticos entre la misma Grecia y Turquía.
El turismo es la actividad económica principal de estas islas, que representan la quinta parte de la superficie de Grecia, pero la mitad de su capacidad hotelera.
Su nombre proviene del legendario rey ateniense Egeo, quien, al creer que su hijo Teseo había sido devorado por el Minotauro en su laberinto, se arrojó a este mar desde el Cabo Sunión.
Pozo (manantial o fuente, ya que este es el significado usual de la palabra hebrea, aunque las palabras hebreas para “pozo” y “fuente” a veces se usan indistintamente; compárese con Gé 16:7, 14; 24:11, 13) en cuyas inmediaciones acampó el ejército israelita bajo el acaudillamiento de Gedeón, y donde más tarde se puso a prueba a los 10.000 hombres que quedaron del primer contingente. Después se elegirían 300 hombres para derrotar a los madianitas. El que anteriormente se hubiesen marchado 22.000 israelitas debido a su ‘temor y temblor’ tal vez fuera la razón por la que se dio este nombre al pozo. (Jue 7:1-7.)
Tradicionalmente se ha identificado al pozo de Harod con `Ain Jalud (Mayan Harod), un manantial que nace en el saliente noroccidental del monte Guilboa. El destacado erudito G. A. Smith observó con referencia a `Ain Jalud: “Brota de la base del monte Guilboa con una anchura de unos 4,5 m. y una profundidad de 60 cm., y aunque la mayor parte de su caudal brota de allí, también se abastece de otros dos manantiales [`Ain el-Meiyiteh y `Ain Tuba-un], de modo que fluye con una fuerza suficiente como para hacer funcionar seis o siete molinos. El profundo lecho y las orillas blandas de esta corriente constituyen una zanja impresionante frente al monte Guilboa, y hace posible que quienes defienden el monte protejan el manantial que se halla a sus pies frente al enemigo situado en la llanura: y el manantial les es indispensable, pues no hay más agua corriente ni a la izquierda, ni a la derecha, ni detrás. [...] El curso de la corriente hace posible que los que se encuentran en la colina también protejan del enemigo el pozo que está situado en la llanura, pero además los disuade de ser imprudentes al acercarse a beber, pues quedan expuestos ante el enemigo que está del otro lado y que puede aprovechar los juncos y arbustos de la ribera para ocultarse y sorprenderlos en una emboscada”. (The Historical Geography of the Holy Land, Londres, 1968, pág. 258.)
★Harodita, Harorita
(De [Perteneciente a] Harod).
Residente en las inmediaciones de un lugar llamado Harod. Se aplica este sobrenombre a Samah y Eliqá, dos de los hombres poderosos de David. (2Sa 23:8, 25.) En el supuesto de que “Samah” y “Samot” fuesen la misma persona, la utilización de la palabra “harorita” en 1 Crónicas 11:27 quizás se deba a un error en la transcripción, ocasionado tal vez por la similitud de los caracteres hebreos equivalentes a la “r” (ר) y la “d” (ד). Es posible que “harorita” sea una grafía incorrecta de “harodita”.
Lugar cuyo nombre completo era “Haróset de las naciones”, donde Sísara, el jefe del ejército del rey cananeo Jabín, que gobernaba en Hazor, montó su cuartel general. (Jue 4:2, 13.) El juez Barac persiguió al ejército enemigo hasta este mismo lugar. (Jue 4:16.) Parece ser que el nombre Haróset (que significa “Bosque; Espesura”) se ha perpetuado en el-Harithiyeh, hacia el O. de la llanura de Jezreel y a unos 16 Km. al NNO. de Meguidó. Pese a ello, varios eruditos sostienen que su verdadero emplazamiento estaba en la cercana Tell `Amr (Tel Me-ammer).
Las aldeas situadas en el territorio de Manasés al E. del Jordán. En algunas ocasiones se usaba “Galaad” para referirse a toda la tierra de Israel que quedaba al E. del Jordán (Jos 22:9), lo que explica que a veces se diga que las aldeas de Havot-jaír estaban en Galaad (Nú 32:40, 41) y otras veces que estaban en Basán. (Dt 3:14; Jos 13:29, 30.)
Jaír, contemporáneo de Moisés y descendiente de Judá por medio de Hezrón (también se le considera descendiente de Manasés), capturó estas “aldeas de tiendas”, que por lo visto eran veintitrés, y les dio su propio nombre, Havot-jaír. (Nú 32:39-41; Dt 3:14; 1Cr 2:3, 21-23.) Años más tarde, a treinta ciudades que pertenecían a los treinta hijos del juez Jaír se las llama Havot-jaír. Algunos críticos creen que este hecho contradice la explicación que se ha dado sobre el origen del nombre “Havot-jaír”. Sin embargo, el relato de Jueces no dice que el nombre “Havot-jaír” se usó entonces por primera vez. Tan solo indica que cuando se escribió el libro, el nombre todavía estaba en uso y se aplicaba a estas treinta ciudades. (Jue 10:3, 4.)
Durante el reinado de Salomón, las aldeas de tiendas de Jaír eran parte de uno de los distritos a cargo de un comisario. (1Re 4:7, 13.) Las sesenta ciudades mencionadas en 1 Reyes 4:13 y otros textos (Jos 13:30; 1Cr 2:23) eran ciudades fortificadas de la región de Argob, en Basán, y es muy posible que no incluyesen los numerosos pueblos de la región rural. (Compárese con Dt 3:4, 5.) Cabe pensar que las “aldeas de tiendas” de Jaír no tenían nada que ver con las sesenta ciudades, pero no puede afirmarse.
Se sabe que Guesur y Siria tomaron Havot-jaír, pero no se indica cuándo o en qué momento de la historia de Israel. (1Cr 2:23.)
Ciudad meridional de Judá. (Jos 15:21, 25.) Se desconoce su ubicación exacta.
Lugar donde acamparon las fuerzas aliadas cananeas al mando de Jabín, el rey de Hazor, antes de ser derrotadas por Josué. Probablemente era la primera vez que los israelitas se enfrentaban a cananeos equipados con caballos y carros, como se deduce de las instrucciones que Dios le dio a Josué de quemar los carros y desjarretar los caballos. (Jos 11:1-9.)
Y. Aharoni explica: “Las ‘aguas de Merom’ deben haber sido el abastecimiento de agua de la ciudad de Merom, cerca de la cual se reunieron las fuerzas cananeas. Se conoce Merom gracias a que se la menciona en textos egipcios del II milenio [...] y gracias al relato de Tiglat-piléser III sobre su expedición a Galilea. [...] El emplazamiento que por lo general se acepta para Merom es Meirun, al pie de Jebel Jarmaq, pero puesto que allí no hay ningún tell que encaje con su descripción, es preferible ubicarla un poco más hacia el norte. Es posible que el nombre se haya perpetuado en Jebel Marun y Marun er-Ras, y quizás se trate de Tell el-Khirbeh, uno de los principales tells del sur de la Alta Galilea cananea. Las dos ubicaciones propuestas se hallan a una distancia de unas siete u ocho millas en línea recta desde Hazor”. (The Land of the Bible, traducción al inglés y edición de A. Rainey, 1979, págs. 225, 226.)
Lugar que un ángel maldijo por ‘no haber acudido en auxilio de Jehová’. (Jue 5:23.) Puede que los habitantes de Meroz no ayudaran a Barac, el comandante designado por Jehová, en la lucha contra los cananeos que mandaba Sísara (Jue 5:5-16); o es posible que cuando Sísara huía tras su derrota y pasó por Meroz, sus habitantes no lo detuvieran. (Jue 4:17.) El hecho de que la Biblia relate a continuación el valeroso acto de Jael al darle muerte parece apoyar esta última idea. (Jue 5:24-27.) El ángel que pronunció la maldición posiblemente fue uno de los que pelearon por Israel.
Se desconoce la ubicación exacta de Meroz, si bien se la ha situado tentativamente en Khirbet Marus, a unos 8 Km. al S. de Quedes de Neftalí.
Los hebreos indicaban la dirección desde el punto de vista de una persona que mirase al este. Por lo tanto, el oeste quedaba detrás y se podía designar con la palabra `a·jóhr, que se traduce “zaga [detrás]”. (Isa 9:12.)
No obstante, el término hebreo más común para referirse al “oeste” (“hacia el oeste, occidental”) es yam (que significa “mar”, como en Jos 1:4), seguramente debido a que el Mediterráneo o mar Grande estaba en esa dirección con relación a la Tierra Prometida. (Gé 28:14; Éx 10:19; 38:12; Nú 34:6; Zac 14:4.) A fin de determinar si yam significa “mar” u “oeste”, se tiene que examinar el contexto. (Jos 15:8-12; 2Cr 4:2-4, 15.)
Para indicar la puesta del Sol (Isa 43:5; 59:19) o el oeste (1Cr 26:30; 2Cr 32:30), se utiliza otra palabra hebrea (ma·`aráv). En las confortantes palabras que aseguran que Jehová tratará con misericordia a los humanos imperfectos, se utiliza ese término para ayudar a transmitir la idea de una gran distancia: “Tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones”. (Sl 103:12.)
Cuando Jesús dijo que muchos vendrían “de las partes orientales y de las partes occidentales” para reclinarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino, el texto griego de Mateo 8:11 dice literalmente: “Desde los levantes y los ponientes”. Aquí la palabra griega dy·smé está relacionada con la dirección de la puesta del Sol, es decir, el oeste (Int). Dy·smé también se usa en otras partes para referirse al oeste. (Mt 24:27; Lu 12:54; 13:29; Apo 21:13.)
1. Ofrá, (Joven [Ciervo].) Descendiente de Judá por medio de Meonotai. (1Cr 4:1, 14.)
2. Ofrá, Ciudad de Benjamín. (Jos 18:21, 23.) Su ubicación relativa se puede inferir del relato sobre los encuentros de Israel con los filisteos durante el reinado de Saúl. Partidas de pilladores filisteos salieron desde su campamento en Micmash en tres direcciones diferentes. Una partida fue por el camino de Ofrá, otra fue hacia el O. por el camino de Bet-horón, mientras que la tercera viajó hacia el E. por “el camino del límite que mira hacia el valle de Zeboím”. Como al menos parte del ejército israelita estaba acampado en Gueba, al S. de Micmash, parece que la partida de filisteos que tomó el camino de Ofrá se dirigió hacia el N., lo que situaría a Ofrá al N. de Micmash. (1Sa 13:16-18.) Los investigadores relacionan con frecuencia a Ofrá con la ciudad llamada Efraín (2Sa 13:23; Jn 11:54) y Efrén (2Cr 13:19), que se cree que es et-Taiyiba (a unos 6 Km. al ENE. de Betel).
3. Ofrá, La ciudad donde moraba Gedeón y donde el ángel de Jehová lo comisionó para salvar a Israel de la palma de la mano de Madián. (Jue 6:11-32.) Después de su victoria sobre las fuerzas enemigas, Gedeón hizo un efod de los despojos contribuidos y lo exhibió en Ofrá. Con el tiempo este efod llegó a ser un objeto de veneración idolátrica. (Jue 8:24-27.) Más tarde, tras la muerte y sepultura de Gedeón en Ofrá, su ambicioso hijo, Abimélec, “mató a sus hermanos, [...] setenta hombres, sobre una misma piedra, pero quedó Jotán el hijo menor”. (Jue 8:32; 9:5.) Sin contar a Abimélec, Gedeón tuvo 70 hijos. (Jue 8:30, 31.) Por lo tanto, puesto que Jotán escapó del degüello, Abimélec no debió matar en Ofrá más que a 69. Las palabras posteriores de Jotán sobre el incidente parecen referirse sencillamente a la intención de Abimélec de matar a los 70. (Jue 9:18.) Sin embargo, como apropiadamente observa un comentario judío, “todavía es correcto hablar, en números redondos, de ‘setenta’ asesinados”. (Soncino Books of the Bible, edición de A. Cohen, Londres, 1950, “Joshua and Judges”, pág. 234.)
Esta Ofrá debió estar situada al O. del Jordán, y se la identifica tentativamente con el-`Affuleh (`Afula), a unos 45 Km. al N. de Siquem.
Habitantes de los países considerados por los escritores hebreos como el “Oriente”. El “Oriente” abarcaba una zona mucho más amplia que Israel, no solo hacia el E., sino también hacia el NE. y hacia el SE., lo que incluía Arabia. (Gé 25:6; Jer 49:28.) Por lo tanto, cuando Jacob fue a la casa de Labán, en Harán, fue “a la tierra de los orientales”, al NE. de Canaán. (Gé 29:1.)
A Job se le llama “el más grande de todos los orientales [literalmente, “hijos del Este”]”. (Job 1:3, nota.) Por otra parte, las fuerzas que oprimieron a Israel antes de que Gedeón se levantase y las venciese estaban formadas por amalequitas y madianitas, además de “los orientales”, de quienes no se especifica nada más sobre su procedencia. (Jue 6:3, 33; 7:12; 8:10.) Aunque los orientales eran célebres por su sabiduría, fueron superados en este respecto por Salomón. (1Re 4:30.) Finalmente, los llamados “reyes magos” que visitaron al niño Jesús eran “astrólogos de las partes orientales”. (Mt 2:1, 2, 11.)
El tercer lugar adonde el rey Balac condujo a Balaam cuando intentaba que este maldijera a Israel; se le llama “la cima de Peor, que mira hacia Jesimón”. (Nú 23:28.) Desde allí Balaam podía ver las tiendas de Israel esparcidas por las llanuras de Moab. (Nú 22:1; 24:2.)
Se cree que Peor es la forma abreviada del nombre Bet-peor. (Dt 4:46.) No obstante, Bet-peor debió ser el nombre de una población, que como tal formaba parte de la asignación territorial de Rubén. (Jos 13:15, 16, 20.) También se piensa que se trata de una cima o pico y que la población de Bet-peor debe su nombre a que estaba en las laderas de esta cumbre. Tanto Peor como Bet-peor parecen estar relacionadas con la adoración pagana al “Baal de Peor” (Nú 25:1-3, 18; 31:16; Jos 22:17), y es posible que la montaña de Peor fuera un centro de esta adoración inmoral.
A Balaam se le condujo primero a Bamot-baal, de allí a “la cima de Pisgá” y por último a “la cima de Peor”. (Nú 22:41; 23:14, 28.) El desplazamiento fue de S. a N., lo que parece indicar que Peor estaba al N. de Pisgá y del monte Nebo. Según el testimonio de Eusebio y Jerónimo, de los siglos III y IV E.C., se piensa que la cima de Peor debe haber sido uno de los picos que rodean Wadi Husban.
Ciudad hevea relacionada con los gabaonitas (Jos 9:17), también conocida como Baalá (Jos 15:9), Baale-judá (2Sa 6:2) y Quiryat-baal (Jos 15:60). Posteriormente, Quiryat-jearim pasó a pertenecer a Judá, y lindaba con el territorio benjamita. (Jos 15:1, 9; 18:11, 14; Jue 18:12.) Parece ser que con el tiempo se establecieron allí los descendientes de Judá por la línea de Caleb. (1Cr 2:3, 50, 52, 53.)
En el siglo XII a. E.C., algún tiempo después de que los filisteos devolvieron “el arca de Jehová”, esta se llevó a Quiryat-jearim por solicitud de los hombres de la cercana Bet-semes, y allí fue donde probablemente permaneció hasta que el rey David la trasladó a Jerusalén unos setenta años después. (1Sa 6:20–7:2; 1Cr 13:5, 6; 16:1; 2Cr 1:4.)
El profeta Uriya, contemporáneo de Jeremías, era hijo de Semaya, de Quiryat-jearim. (Jer 26:20.) También hubo descendientes de los que habían vivido en esa ciudad entre los que regresaron del exilio en Babilonia. (Esd 2:1, 2, 25; Ne 7:6, 7, 29.)
Comúnmente se acepta que Deir el-`Azar (Tel Qiryat Ye`arim) es el lugar que corresponde con la descripción bíblica de Quiryat-jearim: una ciudad de la región montañosa (Jos 15:48, 60), situada en el límite entre Judá y Benjamín y en las inmediaciones de las otras ciudades gabaonitas. Este lugar está ubicado estratégicamente en la cumbre de una colina, a unos 14 Km. al ENE. de Bet-semes y a unos 13 Km. al ONO. de Jerusalén. Dicha ubicación encaja bastante con la opinión de Eusebio, quien en una ocasión sitúa Quiryat-jearim a 9 millas romanas de Jerusalén (unos 13 Km.) y en otra, a 10 millas romanas (unos 15 Km.). Además, el hecho de que Deir el-`Azar esté situada en lo que en un tiempo parece que fue una región muy poblada de árboles concuerda bien con el significado del nombre Quiryat-jearim: “Ciudad de Bosques”.
Quiryat - (Ciudad).
Ciudad de Benjamín; por lo general se opina que se trata de Quiryat-jearim. Algunos hebraístas creen que en el pasaje de Josué 18:28 se empleó el nombre Quiryat-jearim en el texto hebreo original, como ocurre en el manuscrito Alejandrino (LXX).
Lugar adonde escapó Ehúd cuando asesinó al rey moabita Eglón. Se halla en la región montañosa de Efraín, pero en la actualidad no se conoce su ubicación exacta. (Jue 3:26, 27.)
Tras ser atacados por los hombres de Gedeón, los madianitas huyeron “hasta las afueras de Abel-meholá, junto a Tabat”. (Jue 7:12, 19-22.) Tabat suele emplazarse en Ras Abu Tabat, a unos 5 Km. al E. del río Jordán y a 10 Km. al N. de Sucot. Al parecer, Abel-meholá se hallaba al O. del Jordán, y se dice que esta población estaba “junto [“frente”, BJ] a Tabat”.
1. Tabor, Importante montaña del límite septentrional del territorio de Isacar.
1. Tabor, Importante montaña del límite septentrional del territorio de Isacar. (Jos 19:17, 22.) En árabe recibe el nombre de Jebel et-Tur, y en hebreo, Har Tavor. Está situada a unos 20 Km. al O. del extremo meridional del mar de Galilea y a unos 8 Km. al ESE. de la ciudad de Nazaret.
Aislado de otras montañas, el monte Tabor se eleva abruptamente en el valle de Jezreel con una altitud de 562 m. sobre el nivel del mar. Por el ONO. parece un cono truncado, y por el SO., un casquete esférico. Desde su cima, que ocupa una superficie relativamente llana y de forma elíptica de unos 400 m. de ancho de N. a S. y casi el doble de largo de E. a O., se domina una magnífica vista en todas direcciones. La majestuosidad de esta montaña probablemente explica por qué el salmista menciona juntos a los montes Tabor y Hermón como ejemplos de la magnificencia de las obras del Creador. (Sl 89:12.) Jehová también se valió del monte Tabor, que sobresale en el valle de Jezreel, para ilustrar la impresionante entrada de Nabucodonosor en Egipto con su poderosa fuerza militar. (Jer 46:13, 18.)
Tabor se hizo especialmente famoso cuando Barac, por orden de Dios, reunió 10.000 hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón contra Sísara y su ejército, que contaba con 900 carros con “hoces de hierro”. Al darse la señal convenida, Barac y sus fuerzas se abalanzaron por las laderas del monte Tabor, y después que Jehová puso en confusión a los cananeos, los israelitas consiguieron una victoria decisiva sobre las fuerzas de Sísara que se retiraban. (Jue 4:4-16.)
Años después, el monte Tabor fue testigo de la matanza de los hermanos de Gedeón a manos de Zébah y Zalmuná, los reyes de Madián. (Jue 8:18, 19.) A mediados del siglo VIII a. E.C., las infieles casas sacerdotales y reales de Israel eran “como una red extendida sobre Tabor”, posiblemente utilizando aquella montaña del O. del Jordán como un centro de idolatría para entrampar a los israelitas; puede que Mizpá también se utilizase de esta manera al E. del Jordán. (Os 5:1.)
La cima del monte Tabor era una posición dominante y una ubicación idónea para una ciudad fortificada. Las ruinas muestran que allí floreció una ciudad de esa naturaleza antes y después del siglo I E.C. Este hecho da base para dudar de la tradición según la cual el monte Tabor fue el lugar de la transfiguración de Jesús, pues el relato especifica que Jesús y sus tres discípulos estaban “solos” en la montaña. Es más probable que aquella “montaña encumbrada” fuera el monte Hermón, que está, además, cerca de Cesarea de Filipo, en las cabeceras del Jordán, donde Jesús se encontraba poco antes de la transfiguración. (Mt 17:1, 2; Mr 8:27; 9:2.)
★Geografía de la Tierra Prometida - (it-1-Pg.334)
2. Tabor, Una de las ciudades del territorio de Zabulón que fue entregada a los levitas de la familia de Merarí. En la actualidad se desconoce su ubicación. (1Cr 6:1, 77.)
3. Tabor, “El árbol grande de Tabor” se hallaba, según parece, en el territorio de Benjamín. Se trataba de un punto geográfico al que Samuel se refirió cuando dio instrucciones a Saúl después de ungirlo. Saúl había de encontrarse en ese lugar con tres hombres que viajaban hacia Betel. En la actualidad se desconoce su ubicación. (1Sa 10:1-3.)
‘El árbol grande de Zaananim’ era un punto geográfico al parecer situado en el límite meridional del territorio de Neftalí. (Jos 19:32, 33.) Sísara halló la muerte en la tienda de Jael, la esposa de Héber el quenita, que se encontraba “cerca del árbol grande de Zaananim, que está junto a [“cerca de” (BJ, NC) o “próxima a” (CI)] Quedes”. Tal vez se tratase de la Quedes de Isacar, situada al SE. de Meguidó. (Jue 4:11, 17, 21; 5:19.) No obstante, el emplazamiento exacto de Zaananim sigue sin identificarse.
Cuando el ejército de Gedeón perseguía a las fuerzas derrotadas de los madianitas, se dice que estos siguieron “huyendo hasta Bet-sitá, adelante a Zererá, hasta las afueras de Abel-meholá, junto a Tabat”. (Jue 7:22.)
Veinte manuscritos hebreos leen en este pasaje “Zeredá” en lugar de “Zererá”. Puesto que los nombres de Zeredá y Zaretán se referían a la misma localidad, como muestran 2 Crónicas 4:17 y 1 Reyes 7:46, hay quien entiende que Zererá era el mismo lugar que Zaretán.
Dicha concordancia, sin embargo, solo parece verosímil si la expresión “adelante a Zererá” se entiende en el sentido de ‘en dirección a Zererá’, porque Zaretán parece haber estado muy al S. de Abel-meholá. La otra posibilidad es que Zererá fuese un lugar situado entre Bet-sitá y Abel-meholá, en cuyo caso se desconoce su ubicación.