Y su ganadoh era de 7.000 ovejas, 3.000 camellos, 1.000 vacas y 500 burros; además, tenía una gran cantidad de sirvientes. Así que se convirtió en el hombre más importante de todos los orientales.a
Cuando se completaba un ciclo de banquetes, Job llamaba a sus hijos para santificarlos.a Madrugaba y ofrecía sacrificios quemadosb por cada uno de ellos, pues decía: “Quizás mis hijos hayan pecado y maldecidoc a Dios en su corazón”.d Eso es lo que siempree hacía Job.
Y Jehová le dijo a Satanás: “¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie como él en la tierra.l Es un hombre íntegrom y recton que teme a Dioso y evita todo lo malo”.p
¿No has puesto tú un cerco protector alrededor de él,r de su casa y de todo lo que tiene? Has bendecidos el trabajo de sus manos, y su ganado se ha esparcido por toda la región.
Jehová entonces le dijo a Satanás: “Mira, todo lo que tiene está en tus manos. ¡Pero a él no lo toques!”. Con eso, Satanás salió de la presencia de Jehová.b
Mientras este todavía estaba hablando, llegó otro y dijo: “¡Cayó de los cielos fuego de Dios, y las llamas devoraron a las ovejas y a los sirvientes! Yo soy el único que escapó para contártelo”.
Aún estaba hablando ese, cuando llegó otro y dijo: “Los caldeos formaron tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron; también mataron a los sirvientes a espada. Yo soy el único que escapó para contártelo”.
De repente se levantó un fuerte viento del desierto y golpeó las cuatro esquinas de la casa, y esta cayó sobre los jóvenes y los mató. Yo soy el único que escapó para contártelo”.
Después llegó el día en que los hijos del Dios verdadero entraron para ocupar su puesto delante de Jehová, y Satanás también se presentó entre ellos para ocupar su puesto delante de Jehová.e
Y Jehová le dijo a Satanás: “¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie como él en la tierra. Es un hombre íntegro y recto que teme a Dios y evita todo lo malo. Aunque tú tratas de incitarme para que acabe con él sin motivo, él todavía sigue aferrándose a su integridad”.
Pero él le respondió: “Estás hablando como una de esas mujeres insensatas. Si del Dios verdadero aceptamos lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?”. En todo esto, Job no pecó con sus labios.
Cuando tres amigos de Job —Elifaz el temanita, Bildad el suhita y Zofar el naamatita— se enteraron de las desgracias que le habían caído encima, cada uno salió de su región. Así que decidieron ir juntos a compartir el dolor de Job y consolarlo.
Y estuvieron sentados en el suelo con él durante siete días y siete noches. Ninguno le decía una sola palabra porque veían lo intenso que era su dolor.
Porque las flechas del Todopoderoso me han atravesado y mi espíritu está bebiendo su veneno; los terrores que vienen de Dios se han puesto en fila contra mí.
Si he pecado, ¿qué daño podría hacerte yo a ti, el observador de la humanidad? ¿Por qué me has convertido en blanco tuyo? ¿Acaso ahora soy una carga para ti?
Entonces, él te revelaría los secretos de la sabiduría, porque la sabiduría práctica tiene muchas facetas. Entonces, tú comprenderías que Dios da por olvidados algunos de tus errores.
Yo también podría hablar como ustedes. Si estuvieran en mi lugar, yo podría pronunciar discursos convincentes contra ustedesc meneando con desprecio la cabeza.d
¡Miren! Estos son apenas los bordes de sus caminos;l ¡solo nos ha llegado un leve susurro acerca de él! Entonces, ¿quién puede entendera su poderoso trueno?”.
Cava túneles lejos de donde vive la gente, en lugares olvidados, lejos de donde la gente camina; algunos hombres bajan y, colgados, trabajan balanceándose.
¡Ojalá alguien me escuchara! Yo firmaría con mi nombre lo que he dicho. ¡Que el Todopoderoso me responda! ¡Ojalá el que me acusa hubiera escrito los cargos en un documento!
Pero Elihú hijo de Barakel el buzita,h de la familia de Ram, se enojó mucho. Se enfureció con Job porque este había tratado de demostrar que él tenía razón y no Dios.i
Entonces Elihú hijo de Barakel el buzita comenzó a hablar. Dijo: “Yo soy joven y ustedes son hombres de edad. Así que me quedé callado por respeto y no me atreví a decirles lo que sé.
Cuando Dios se queda callado, ¿quién lo puede condenar? Cuando oculta su rostro, ¿quién lo puede ver? Sea que lo oculte de una nación o de un hombre, el resultado es el mismo:
Tú dijiste: ‘¿Quién es este que está oscureciendo mis propósitos sin conocimiento?’.c Y es verdad, yo hablé sin entendimiento de cosas demasiado maravillosas para mí, cosas que no conozco.d
Cuando Jehová terminó de hablar con Job, Jehová le dijo a Elifaz el temanita: “Estoy furioso contigo y con tus dos amigos, porque ustedes no han dicho la verdad sobre mí como lo ha hecho mi siervo Job.
Tomen ahora siete toros y siete carneros, y vayan a ver a mi siervo Job. Ofrezcan un sacrificio quemado a favor de ustedes, y mi siervo Job orará por ustedes. Les aseguro que aceptaré la petición de él y no los trataré de acuerdo con lo tontos que han sido, ya que no han dicho la verdad sobre mí como sí la dijo mi siervo Job”.
Después de que Job oró por sus amigos, Jehová acabó con el sufrimiento de Job y le devolvió la prosperidad que había perdido. Jehová le dio el doble de lo que tenía antes.
Todos sus hermanos y sus hermanas, así como todos sus antiguos amigos, visitaron a Job y comieron con él en su casa. Se compadecieron de él y lo consolaron por todas las desgracias que Jehová había permitido que le cayeran encima. Cada uno le regaló una cantidad de dinero y un anillo de oro.