Este libro de la Biblia es un eslabón fundamental en la historia de los israelitas, pues muestra cómo se cumplieron las promesas de Dios a los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob. Es probable que el libro abarque un período de más de veinte años (1473-c.1450 a. E.C.). En él se habla de la conquista de Canaán, a la que siguió la distribución de la tierra, y concluye con los discursos que Josué dirigió a los israelitas para animarlos a que se mantuviesen fieles a Jehová.
¿De dónde sacaría Josué las fuerzas y la valentía? Para ese tiempo, Jehová ya había inspirado algunos de los escritos de la Biblia, y seguro que eso fue de gran ayuda. Esos escritos incluían la Ley que Moisés, el siervo de Jehová, le dio a Josué (Josué 1:7). Hablando de ese libro de la Ley, Jehová le dijo a Josué: “Tienes que leerlo y meditar en él día y noche” (Josué 1:8). Primero Josué tenía que leer y meditar en la Palabra de Dios, pues eso lo ayudaría a preparar su mente y su corazón para hacer la voluntad de Jehová. Y luego tenía que actuar de acuerdo con lo que había aprendido, tenía que obedecer “cuidadosamente todo lo que está escrito”. Si lo hacía así, tomaría buenas decisiones y le iría bien. Y eso fue justo lo que pasó. Aunque tuvo que enfrentarse a situaciones difíciles, Josué vivió una vida plena y feliz sirviendo a Jehová (Josué 23:14; 24:15).
Lo que Jehová le dijo a Josué sigue dándonos mucho ánimo hoy. Esas palabras demuestran que Jehová se preocupa por todos sus siervos, sobre todo cuando tienen problemas. Él quiere que nos vaya bien, igual que a Josué. Y, como Josué, podemos ser valientes y fuertes si leemos la Biblia, meditamos en ella y actuamos de acuerdo con lo que dice.
Después de la muerte de Moisés, Jehová decidió que Josué sería el líder de la nación de Israel (Josué 1:1, 2). Los israelitas estaban a punto de entrar en Canaán, la Tierra Prometida. Pero tendrían que luchar contra enemigos muy poderosos: los cananeos, que eran gente muy mala y cruel (Deuteronomio 9:5; 20:17, 18). Además, eran muchos más que los israelitas y estaban mejor preparados para la guerra (Josué 9:1, 2; 17:18). Pero Josué fue valiente y siguió las instrucciones de Jehová. Y Jehová estuvo con él: en solo seis años, los israelitas vencieron a la mayoría de sus enemigos (Josué 21:43, 44).Josué 22:22
★ Dios de dioses.
O: “El Dios de dioses, Jehová, el Dios de dioses, Jehová”. Heb.: ’El ? ’Elo·hím ? Yehwáh, ’El ? ’Elo·hím ? Yehwáh, con el trazo divisor (pa·séq) entre las palabras. Esta expresión ’El ’Elo·hím Yehwáh aparece, sin repetición, en Sl 50:1. Lat.: For·tís·si·mus Dé·us Dó·mi·nus, For·tís·si·mus Dé·us Dó·mi·nus, “El Muy Poderoso Dios Jehová, El Muy Poderoso Dios Jehová”. La primera palabra, ’El, de la expresión heb. la hemos vertido “Divino”. También pudiera verterse: “Dios; Poderoso”.