El libro de Jueces, al ser parte de la enérgica palabra o mensaje de Dios, nos es de mucho valor (Hebreos 4:12).
Los emocionantes sucesos que narra nos permiten conocer mejor la personalidad de Dios.
Las lecciones que nos enseña fortalecen nuestra fe y nos ayudan a asirnos de “la vida que realmente lo es”, la vida eterna en el nuevo mundo que Dios ha prometido (1 Timoteo 6:12, 19; 2 Pedro 3:13).
Los actos salvadores que Jehová ejecutó a favor de su pueblo nos dan un anticipo de la liberación mayor que realizará en el futuro su Hijo, Jesucristo.
La generación que surge después de los días de Josué ‘no conoce a Jehová ni la obra que él ha hecho por Israel’ (Jueces 2:10). Es más, el pueblo procede a establecer alianzas matrimoniales con los cananeos y a servir a sus dioses.
Por eso, Jehová entrega a los israelitas en manos de sus enemigos.
No obstante, cuando se recrudece la opresión, los hijos de Israel invocan al Dios verdadero y le piden auxilio.
En este clima religioso, social y político se desenvuelve la historia de una línea de jueces a quienes Jehová hace surgir para salvar a su pueblo de los enemigos.
Respuestas a preguntas bíblicas:
1:6, 7.
¿Por qué se les cortaban los pulgares y los dedos gordos de los pies a los reyes derrotados?.
La persona que perdía esos dedos evidentemente quedaba imposibilitada para toda acción militar.
¿Cómo podría un soldado empuñar una espada o una lanza sin los pulgares?
Y la pérdida de los dedos gordos de los pies le impediría mantener bien el equilibrio.
2:7
¿Qué influencia debió de tener en Josué el anciano Moisés?.
Cuando Moisés tenía 80 años de edad, conoció a Josué, un hombre mucho más joven que por los siguientes cuarenta años fue su servidor personal (Núm. 11:28). Josué lo acompañó al monte Sinaí y lo esperó hasta que descendió con las tablas del Testimonio (Éxo. 24:12-18; 32:15-17). ¡Qué gran caudal de buenos consejos y sabiduría debió hallar Josué en el anciano Moisés! Josué, por su parte, infundió ánimo a la nación de Israel todos los días de su vida. Sin embargo, tras la muerte de Josué y los demás ancianos, comenzó un período de trescientos años de vacilación entre la adoración verdadera y la falsa, período que se prolongó hasta los días del profeta Samuel.
2:10-12.
Hemos de tener un programa de estudio bíblico para ‘no olvidar los hechos de Jehová’ (Salmo 103:2).
Los padres deben grabar la verdad de la Palabra de Dios en el corazón de sus hijos (Deuteronomio 6:6-9).
2:14, 21, 22.
Jehová permite que su pueblo desobediente sufra penalidades con un propósito:
el de castigarlos, refinarlos y motivarlos a volver a él.
Por medio de Jefté, Jehová libra a Israel de la mano de los ammonitas.
Entre los doce jueces de Israel también figuran Tolá, Jaír, Ibzán, Elón y Abdón.
El período de los jueces finaliza con Sansón, quien lucha contra los filisteos.
Respuestas a preguntas bíblicas:
5:20.
¿Cómo pelearon desde el cielo las estrellas a favor de Barac?.
La Biblia no dice si hubo ayuda angelical, meteoritos que los sabios de Sísara interpretaron como malos augurios o predicciones astrológicas para Sísara que resultaron falsas.
Como quiera que fuera, lo que está claro es que hubo algún tipo de intervención divina.
6:25-27.
¿Le faltó valor a Gedeón para cumplir la comisión de Jehová?.
El valor de Gedeón se confirma en Hebreos 11:32-38, donde se lo menciona junto con otros personajes “valientes en [la] guerra”. Ahora bien, fue modesto y discreto a la hora de realizar su comisión. Actuó al amparo de la noche para pasar inadvertido. Además, fue cauteloso, pues tomó consigo a diez siervos, quizá para que algunos se quedaran de guardia mientras el resto lo ayudaba a demoler el altar y el poste sagrado.
7:1-3; 8:10.
¿Por qué dijo Jehová que los 32.000 hombres de Gedeón eran demasiados para luchar con un ejército enemigo de 135.000?.
Porque era Jehová quien iba a dar la victoria a Gedeón y sus hombres, y no quería que creyeran que habían derrotado a los madianitas por su propia fuerza.
7:20.
¿Qué dos victorias históricas ocurridas cerca de la ciudad de Meguidó menciona el salmista?.
A unos quince kilómetros (diez millas) de Meguidó, cruzando el valle, se encuentra la colina de Moré. En los días del juez Gedeón, una coalición de tropas madianitas, amalequitas y orientales se reunieron allí para la guerra (Jue. 7:1, 12). La pequeña tropa de Gedeón contaba solo con 300 hombres, pero con la ayuda de Jehová, consiguieron derrotar al gran ejército enemigo. ¿Cómo? De acuerdo con las instrucciones divinas, rodearon el campamento contrario de noche, llevando consigo jarrones que ocultaban antorchas encendidas. Cuando Gedeón dio la señal, sus hombres hicieron añicos los jarrones y aparecieron las antorchas. Al mismo tiempo, hicieron sonar sus cuernos y gritaron: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!”. Aquello provocó confusión entre sus enemigos, y estos empezaron a matarse entre sí. Los que sobrevivieron cruzaron el río Jordán para escapar. Entretanto, más israelitas se sumaron a la persecución de los escapados. En total, cayeron 120.000 soldados enemigos (Jue. 7:19-25; 8:10).
8:1-3.
¿Qué aprendemos de la forma en que Gedeón se dirigió a la tribu de Efraín?.
Con sus palabras bien escogidas y tranquilizadoras, Gedeón impidió que se desatara una terrible guerra entre tribus. Aunque la tribu de Efraín tal vez tenía un problema de engreimiento y orgullo, él trató de restablecer la paz. Igualmente, quizás haya quien esté enojado con nosotros y nos trate con hostilidad. Debemos reconocer sus sentimientos y hacer lo posible por comprender su punto de vista.
12:6.
¿Qué significa Schibolet?.
Heb.: ’emor·ná’ schib·bó·leth. “Schibolet” significa: “Espiga”; o: “Corriente Que Fluye”. Véase Gé 41:5. Contraseña que utilizaron los hombres de Galaad para identificar a los efraimitas que intentaban huir a través del Jordán. Los efraimitas que escapaban durante su enfrentamiento con Jefté quedaban descubiertos ante los centinelas galaaditas apostados en los vados del Jordán debido a que pronunciaban mal el sonido “sch” inicial de esta contraseña, pues decían “Sibolet” Heb.: wai·yó’·mer sib·bó·leth. “Sibolet” es la pronunciación efraimita de “Schibolet”. (Jue 12:4-6.) Es evidente, por lo tanto, que existía cierta variación de pronunciación entre las tribus, tal como en tiempos posteriores los galileos tenían una manera de hablar distinta de la de los judeos. (Compárese con Mt 26:73; Lu 22:59.)
14:2.
¿Por qué les dijo el juez Sansón a sus padres que deseaba tomar por esposa a una de las hijas de los filisteos?.
Tomar esposa de entre los adoradores de dioses paganos iba en contra de la Ley de Dios (Éxodo 34:11-16). No obstante, la mujer filistea era “precisamente apropiada” a los ojos de Sansón, pues él “estaba buscando ocasión contra los filisteos” y la mujer era adecuada para lograr su propósito. Dios apoyó a Sansón mediante su espíritu (Jueces 13:25; 14:3, 4, 6).
3:10. El éxito en los asuntos espirituales no depende de la sabiduría humana, sino del espíritu de Jehová (Salmo 127:1).
3:21.
Ehúd esgrimió su espada con destreza y valor.
Nosotros también debemos hacernos hábiles en el manejo de “la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios”, lo que requiere que usemos las Escrituras con valor en el ministerio (Efesios 6:17; 2 Timoteo 2:15).
6:11-15; 8:1-3, 22, 23.
La modestia de Gedeón nos enseña tres importantes lecciones:
1) Cuando se nos extiende un privilegio de servicio, debemos meditar en la responsabilidad que entraña,
en lugar de pensar en la prominencia o el prestigio que podemos obtener.
2) Al tratar con quienes tienen una actitud belicosa, lo más sabio es manifestar modestia.
3) La modestia evita que nos obsesionemos con el prestigio.
4) Como Gedeón debemos usar todas las posibilidades que nos permiten nuestras circunstancias para ser valerosos e industriosos, sin esperar a que cambie nuestra situación para usar nuestros talentos, aun sin tener cargos de responsabilidad siempre hay campos “cisternas o lagares” donde podemos trabajar a favor del reino y de nuestros hermanos, eso, nuestra actitud y disposición, es lo que mira y recompensa Jehová y no los cargos o nombramientos que tenemos.
6:17-22, 36-40.
Nosotros también debemos ser precavidos y no creer “toda expresión inspirada”.
Por el contrario, hemos de probar “las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios” (1 Juan 4:1).
A la hora de dar algún consejo, el nuevo anciano cristiano hace bien en consultar con otro más experimentado a fin de asegurarse de que lo que diga tenga una sólida base en la Palabra de Dios.
6:25-27.
Gedeón fue discreto para no encolerizar a sus adversarios innecesariamente.
Al predicar las buenas nuevas, procuremos no ofender por nuestra forma de hablar.
7:2-8. El libro de los Jueces contiene numerosos relatos de hombres que se hallaban en “un estado débil” pero “fueron hechos poderosos” (Heb. 11:34). Uno de ellos fue Gedeón. Valiéndose de su espíritu, Dios lo impulsó a luchar por Israel (Jue. 6:34). El número de soldados que él reunió era cuatro veces menor que el de sus enemigos de Madián. Aun así, Jehovác onsideró que el ejército de Gedeón era demasiado grande, por lo que en dos ocasiones le ordenó reducir su tamaño. Finalmente, la proporción fue de 1 israelita por cada 450 madianitas (Jue. 7:2-8; 8:10). ¿Qué pretendía Jehová con tal desigualdad de fuerzas? Que los israelitas no pudieran presumir de haber obtenido una aplastante victoria debido a su poderío militar o su sabiduría.
7:6.
En lo que tiene que ver con el servicio a Jehová, debemos imitar a los 300 hombres de Gedeón:
estar alertas y vigilantes.
9:8-15. ¡Qué insensato es actuar con orgullo y ambicionar puestos o poder!
11:35-37.
Sin duda, el buen ejemplo de Jefté fue decisivo al ayudar a su hija a cultivar fe fuerte y abnegación.
Hoy los padres pueden dar ese mismo ejemplo a sus hijos.
11:40. El encomio que se da a quienes sirven a Jehová con un espíritu dispuesto los anima mucho.
13:8. Al enseñar a sus hijos, los padres deben pedirle a Jehová su guía y seguirla (2 Timoteo 3:16).
14:16, 17; 16:16. Presionar a alguien con llantos y reproches puede perjudicar la relación con esa persona (Proverbios 19:13; 21:19).
El segundo suceso tiene lugar poco después de la muerte de Josué. Por culpa de un crimen sexual que cometen algunos hombres de la ciudad benjamita de Guibeah, la tribu de Benjamín es aniquilada, a excepción de solo 600 hombres.
No obstante, gracias a una disposición práctica que les permite obtener esposas, su número aumenta a casi sesenta mil guerreros para el tiempo del reinado de David (1 Crónicas 7:6-11).
Respuestas a preguntas bíblicas:
16:1.
¿Por qué fue Sansón el siervo de Dios al lugar de una ramera en la ciudad filistea de Gaza?.
El registro acerca de Sansón y la ramera de la ciudad filistea de Gaza dice: “Una vez Sansón fue a Gaza y vio allí a una prostituta y vino a ella.” (Jue 16:1) No hay nada en este registro que sugiera que Sansón fuera a Gaza con el propósito de ver a una prostituta. En lugar de eso, mientras estaba en la ciudad él reconoció a una mujer de esa clase, y, puesto que estaba en territorio enemigo, filisteo, el hogar de ella era el único lugar donde podía encontrar alojamiento para pasar la noche. Lo que leemos después de esto demuestra que evidentemente su propósito era simplemente conseguir un lugar donde dormir: “Sansón se quedó acostado hasta la medianoche y entonces se levantó a la medianoche.” (Jue 16:3) Note que el registro no dice que él se quedó acostado con ella hasta la medianoche.
Sin embargo, puede que los filisteos concluyeran que Sansón había alquilado los servicios de la ramera o prostituta. Si a esa conclusión llegaron, hubieran estado razonablemente seguros de que podrían capturarlo por la mañana. Esto, también, pudo haber convenido al propósito de Sansón de tomar acción contra ellos por medio de arrancar las puertas de Gaza y de aquella manera dejar indefensa a la ciudad.
19:14, 15.
¿Qué evidenciaba la falta de hospitalidad del pueblo de Guibeah?.
La actitud de este pueblo, tan poco común en una ciudad israelita, sacó a relucir un grave problema moral, que se hizo aún más patente al avanzar la noche. A los cristianos se les exhorta a que “sigan la senda de la hospitalidad” (Rom. 12:13).
20:17-48.
¿Por qué permitió Jehová a los benjamitas que derrotaran dos veces a las demás tribus, si ellos merecían castigo?.
Al permitir que las tribus fieles sufrieran enormes pérdidas inicialmente, Jehová ponía a prueba su determinación de erradicar la maldad de Israel.
19:14, 15.
La negativa de los habitantes de Guibeah a brindar hospitalidad era señal de debilidad moral.
A los cristianos se les exhorta a que “sigan la senda de la hospitalidad” (Romanos 12:13).
La verdad fundamental que se demuestra una y otra vez en los relatos de los jueces es esta: la obediencia a Jehová redunda en abundantes bendiciones, mientras que la desobediencia tiene consecuencias desastrosas (Deuteronomio 11:26-28). Es crucial que seamos “obedientes de corazón” a la voluntad revelada de Dios (Romanos 6:17; 1 Juan 2:17).
AQUÍ hay una página de la historia de Israel que está repleta de acción, con alternaciones entre enredos desastrosos con la religión demoníaca y liberaciones misericordiosas por Jehová para su pueblo arrepentido mediante jueces nombrados por Él. Son inspiradores de fe los poderosos hechos de Otniel, Ehúd, Samgar y los demás jueces que vinieron después. Como dijo el escritor de Hebreos: “Me faltará tiempo si sigo contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, [...] que por fe derrotaron reinos en conflicto, efectuaron justicia, [...] de un estado débil fueron hechos poderosos, se hicieron valientes en guerra, pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros”. (Heb. 11:32-34.) Para completar la cantidad de 12 jueces fieles de este período, también están Tolá, Jaír, Ibzán, Elón y Abdón. (Por lo general no se incluye a Samuel entre los jueces.) Jehová peleó las batallas de estos jueces por ellos, y Su espíritu los envolvió mientras efectuaban sus hazañas. Ellos dieron todo el crédito y la gloria a su Dios.
2 En la Septuaginta se llama al libro Kri-tái, y en la Biblia hebrea es Scho-fetím, que se traduce “Jueces”. Scho-fetím se deriva del verbo scha-fát, que significa “juzgar, vindicar, castigar, gobernar”, lo cual expresa bien la función de estos hombres cuyo nombramiento teocrático procedió de “Dios el Juez de todos”. (Heb. 12:23.) Estos fueron hombres a quienes Dios levantó en ocasiones específicas para librar a su pueblo del cautiverio a extranjeros.
3 ¿Cuándo se escribió el libro de Jueces? Dos expresiones del libro nos ayudan a hallar la respuesta. La primera es esta: “Los jebuseos siguen habitando [...] en Jerusalén hasta el día de hoy”. (Jue. 1:21.) Dado que el rey David capturó de los jebuseos “la fortaleza de Sión” en el octavo año de su reinado, o en 1070 a. E.C., Jueces debe haberse escrito antes de esa fecha. (2 Sam. 5:4-7.) La segunda expresión aparece cuatro veces: “En aquellos días no había rey en Israel”. (Jue. 17:6; 18:1; 19:1; 21:25.) Por lo tanto, el registro se escribió en un tiempo en que había un “rey en Israel”, es decir, después que Saúl llegó a ser el primer rey en 1117 a. E.C. Por consiguiente, el libro se debe fechar entre 1117 y 1070 a. E.C.
4¿Quién fue el escritor? Sin duda alguna fue un siervo devoto de Jehová. Samuel es el único que sobresale como defensor principal de la adoración de Jehová en ese tiempo de transición entre los jueces y los reyes, y él es también el primero de la línea de los profetas fieles. Como tal, Samuel sería quien lógicamente escribiría la historia de los jueces.
5 ¿Cuánto tiempo abarca Jueces? Esto puede calcularse según 1 Reyes 6:1, que muestra que Salomón empezó a construir la casa de Jehová en el cuarto año de su reinado, que era también “el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel hubieron salido de la tierra de Egipto”. (Como ahí “cuatrocientos ochenta” es un número ordinal, representa 479 años completos.) Los períodos conocidos que se incluyen en los 479 años son: 40 años bajo Moisés en el desierto (Deu. 8:2), 40 años del reinado de Saúl (Hech. 13:21), 40 años del reinado de David (2 Sam. 5:4, 5), y los primeros 3 años completos del reinado de Salomón. Si a los 479 años de 1 Reyes 6:1 les restamos el total de los 123 años ya mencionados, quedan 356 años para el período entre la entrada de Israel en Canaán y el comienzo del reinado de Saúl.* Los sucesos registrados en el libro de Jueces, que se extienden en gran parte desde la muerte de Josué hasta el tiempo de Samuel, abarcan alrededor de 330 años de este período de 356 años.
6 La autenticidad de Jueces está más allá de toda duda. Los judíos lo han reconocido siempre como parte del canon de la Biblia. Tanto escritores de las Escrituras Hebreas como de las Escrituras Griegas Cristianas dieron uso a su registro, como en Salmo 83:9-18; Isaías 9:4; 10:26; y Hebreos 11:32-34. Con candor, Jueces no esconde nada de las faltas y reincidencias de Israel, a la vez que exalta la infinita bondad amorosa de Jehová. Es Jehová, y no algún simple juez humano, quien recibe la gloria como Libertador en Israel.
7 Además, hay hallazgos arqueológicos que apoyan el hecho de que Jueces es genuino. Los más impresionantes se relacionan con la naturaleza de la religión de Baal entre los cananeos. Aparte de las referencias de la Biblia, se sabía poco del baalismo hasta que se emprendió la excavación de la antigua ciudad cananea de Ugarit (la moderna Ras Shamra, situada en la costa de Siria, frente al extremo nordeste de la isla de Chipre) a partir de 1929. Allí se descubrió que la religión de Baal se caracterizaba por el materialismo, el nacionalismo extremista y la adoración del sexo. Evidentemente cada ciudad cananea tenía su santuario de Baal, así como lugares de culto conocidos como “lugares altos”. Es posible que dentro de tales lugares haya habido imágenes de Baal, y cerca de los altares, afuera, se podían encontrar pilares de piedra... quizás símbolos fálicos de Baal. Detestables sacrificios humanos ensangrentaban aquellos lugares de culto. Cuando los israelitas se contaminaron con el baalismo, ofrecieron a sus hijos e hijas de la misma manera. (Jer. 32:35.) Había un poste sagrado que representaba a la madre de Baal, Asherah. A la diosa de la fertilidad, Astoret, esposa de Baal, se la adoraba mediante ritos sexuales lascivos, y se mantenía tanto a hombres como a mujeres en prostitución “consagrada” de templo. No extraña que Jehová mandara el exterminio del baalismo y sus bestiales adherentes. “Tu ojo no debe sentirse apenado por ellos; y no debes servir a sus dioses.” (Deu. 7:16.)
8 El libro se divide lógicamente en tres secciones. Los primeros dos capítulos describen las circunstancias que regían en Israel en aquel tiempo. Los capítulos 3 a 16 describen las liberaciones de los 12 jueces. Los capítulos 17 a 21 describen luego algunos sucesos relacionados con contiendas internas en Israel.
9 Circunstancias en Israel para el tiempo de los jueces - (1:1–2:23) Se describe a las tribus de Israel a medida que se esparcen para establecerse en sus territorios asignados. No obstante, en vez de expulsar completamente a los cananeos, los israelitas ponen a muchos de ellos a hacer trabajos forzados, lo cual les permite a estos morar entre los israelitas. Por eso el ángel de Jehová declara: “Tendrán que llegar a ser lazos para ustedes, y sus dioses les servirán de señuelo” (2:3). Así, cuando se levanta una nueva generación que no conoce a Jehová ni sus obras, el pueblo pronto lo abandona para servir a los Baales y a otros dioses. Como la mano de Jehová está contra ellos para calamidad, se ven “en muy grave aprieto”. Por su obstinación y porque no quieren escuchar ni siquiera a los jueces, Jehová no expulsa a ninguna de las naciones que ha dejado para poner a prueba a Israel. Esta información básica es útil para comprender los sucesos subsiguientes (2:15).
10 El juez Otniel - (3:1-11) En angustia por su cautiverio bajo los cananeos, los hijos de Israel comienzan a invocar a Jehová por ayuda. Él levanta primero como juez a Otniel. ¿Juzga Otniel por poder y sabiduría humanos? No, pues leemos: “El espíritu de Jehová entonces vino sobre él” para subyugar a los enemigos de Israel. “Después de eso la tierra no tuvo disturbio por cuarenta años” (3:10, 11).
11 El juez Ehúd - (3:12-30) Cuando los hijos de Israel han estado sometidos al rey Eglón de Moab por 18 años, Jehová oye de nuevo sus clamores por ayuda, y levanta al juez Ehúd. Tras conseguir una audiencia secreta con el rey, el zurdo Ehúd saca su espada de fabricación casera de debajo de su manto y mata a Eglón hundiendo profundamente la espada en el vientre de aquel obeso rey. Israel se congrega rápidamente al lado de Ehúd en la lucha contra Moab, y el país disfruta de nuevo de un descanso dado por Dios, por 80 años.
12 El juez Samgar - (3:31) Samgar salva a Israel matando a 600 filisteos. El hecho de que la victoria es por el poder de Jehová lo indica el arma que él usa... una simple aguijada de ganado vacuno.
13 El juez Barac - (4:1–5:31) Después Israel queda sometido al rey cananeo Jabín y a Sísara, su jefe del ejército, quien se jacta de tener 900 carros de guerra con hoces de hierro. Cuando Israel comienza de nuevo a clamar a Jehová, Él levanta al juez Barac, apoyado hábilmente por la profetisa Débora. Para que Barac y su ejército no tengan motivo para jactarse, Débora da a conocer que la batalla se efectuará mediante la dirección de Jehová, y profetiza: “En la mano de una mujer Jehová venderá a Sísara” (4:9). Barac reúne a hombres de Neftalí y Zabulón en el monte Tabor. Entonces su ejército de 10.000 hombres desciende para pelear. La fe firme sale victoriosa. ‘Jehová empieza a poner en confusión a Sísara y todos sus carros de guerra y todo el campamento’, arrollándolos mediante una inundación repentina en el valle de Cisón. “No quedó ni siquiera uno” (4:15, 16). Jael, esposa de Héber el quenita, a cuya tienda huye Sísara, culmina la matanza clavando a tierra la cabeza de Sísara con una estaca de tienda. “Así Dios sojuzgó en aquel día a Jabín” (4:23). Débora y Barac expresan su regocijo en una canción y exaltan el poder invencible de Jehová, que hizo que aun las estrellas lucharan desde sus órbitas contra Sísara. ¡De veras es un tiempo para ‘bendecir a Jehová’ (5:2)! A esto siguen 40 años de paz.
14 El juez Gedeón - (6:1–9:57) De nuevo los hijos de Israel hacen lo que es malo, y el país es devastado por las incursiones madianitas. Jehová, por medio de su ángel, comisiona a Gedeón como juez, y Jehová mismo da más seguridad con las palabras: “Yo resultaré estar contigo” (6:16). El primer acto valeroso de Gedeón es derruir el altar de Baal en su ciudad de residencia. Los ejércitos combinados del enemigo cruzan ahora a Jezreel, y ‘el espíritu de Jehová envuelve a Gedeón’ mientras él congrega a Israel para la batalla (6:34). Mediante la prueba de exponer un vellón al rocío en el piso de la era, Gedeón recibe una señal doble de que Dios está con él.
15 Jehová le dice a Gedeón que su ejército de 32.000 hombres es muy grande y que el tamaño puede dar motivo para que humanos se jacten de la victoria. Primero se envía a los temerosos a su casa, lo cual deja a solo 10.000 hombres. (Jue. 7:3; Deu. 20:8.) Luego, mediante la prueba de tomar agua, se despide a todos excepto a 300 que son alertas y vigilantes. Gedeón espía el campamento madianita por la noche y recibe más confianza cuando oye a un hombre interpretar un sueño y decir que significa que “esta no es otra cosa sino la espada de Gedeón [...] El Dios verdadero ha dado en su mano a Madián y todo el campamento”. (Jue. 7:14.) Gedeón adora a Dios y entonces coloca a sus hombres en tres partidas alrededor del campamento madianita. De repente destruyen la calma de la noche el trompeteo de cuernos, el romper violento de jarrones para agua, el brillo de antorchas agitadas y el grito de los 300 de Gedeón: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!” (7:20). El campamento enemigo es presa de la confusión. Los hombres luchan unos contra otros y se dan a la fuga. Israel los persigue, los mata y da muerte a sus príncipes. El pueblo de Israel le pide ahora a Gedeón que gobierne sobre ellos, pero él rehúsa hacerlo y dice: “Jehová es el que gobernará sobre ustedes” (8:23). Sin embargo, Gedeón hace un efod con parte del botín de guerra; más tarde ese efod se venera en demasía y así se convierte en un lazo para Gedeón y su casa. La tierra tiene descanso por 40 años mientras Gedeón sirve de juez.
16 Abimélec, uno de los hijos de Gedeón por una concubina, usurpa el poder después de la muerte de Gedeón y asesina a sus 70 medio hermanos. Jotán, el hijo menor de Gedeón, es el único que escapa, y proclama la ruina de Abimélec desde la cima del monte Guerizim. En su parábola de los árboles, asemeja el “reinado” de Abimélec al de un bajo cambrón. Abimélec pronto se ve atrapado en una contienda interna en Siquem y queda humillado al morir, porque lo mata una mujer cuando le da un golpe directo con una piedra de molino arrojada desde la torre de Tebez y le destroza el cráneo. (Jue. 9:53; 2 Sam. 11:21.)
17 Los jueces Tolá y Jaír - (10:1-5) Estos son los que después efectúan liberaciones por el poder de Jehová, y juzgan por 23 y 22 años respectivamente.
18 El juez Jefté - (10:6–12:7) Al persistir Israel en volverse a la idolatría, la cólera de Jehová se enciende de nuevo contra la nación. El pueblo ahora sufre opresión a manos de los ammonitas y los filisteos. Se llama a Jefté del destierro para que conduzca a Israel en la lucha. Pero ¿quién es el verdadero juez en esta controversia? Las propias palabras de Jefté suministran la respuesta: “Que Jehová el Juez juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Ammón” (11:27). Mientras el espíritu de Jehová viene sobre él, Jefté hace el voto de que, si regresa de Ammón en paz, dará por entero a Jehová al primero que salga de su casa a recibirle. Jefté sojuzga a Ammón con una gran matanza. Cuando vuelve a su hogar en Mizpá, su propia hija es la primera que sale corriendo para encontrarse con él, gozosa por la victoria de Jehová. Jefté cumple con su voto... no mediante un sacrificio humano pagano conforme a los ritos de Baal, sino dando por entero a su única hija para el servicio exclusivo en la casa de Jehová para Su alabanza.
19 Los hombres de Efraín protestan ahora de que no se les llamó para luchar contra Ammón, y amenazan a Jefté, quien se ve obligado a combatir con ellos para hacer que retrocedan. En total se mata a 42.000 efraimitas, muchos de ellos en los vados del Jordán, donde se les identifica por no poder pronunciar correctamente la contraseña “Schibolet”. Jefté sigue juzgando a Israel por seis años (12:6).
20 Los jueces Ibzán, Elón y Abdón - (12:8-15) Aunque se dice poco acerca de estos jueces, se menciona que juzgan por siete, diez, y ocho años respectivamente.
21 El juez Sansón - (13:1–16:31) De nuevo Israel cae bajo el cautiverio de los filisteos. Esta vez Jehová levanta como juez a Sansón. Los padres de Sansón lo dan por entero como nazareo desde su nacimiento, y esto exige que jamás venga navaja sobre su cabello. Mientras él crece, Jehová lo bendice, y ‘con el tiempo el espíritu de Jehová comienza a impelerlo’ (13:25). El secreto de su fortaleza no reside en los músculos humanos, sino en el poder que Jehová le da. Cuando ‘el espíritu de Jehová entra en operación sobre él’, recibe poder para dar muerte a un león a mano limpia y, más tarde, para derribar a 30 filisteos en pago por una traición filistea (14:6, 19). Mientras los filisteos siguen obrando traidoramente con relación al compromiso de Sansón con una joven filistea, Sansón toma 300 zorras, las vuelve cola contra cola, pone antorchas entre sus colas y las envía a quemar los campos de grano, las viñas y los olivares de los filisteos. Luego efectúa una gran matanza de filisteos, “amontonando piernas sobre muslos” (15:8). Los filisteos persuaden a compañeros israelitas de él, hombres de Judá, para que aten a Sansón y se lo entreguen, pero de nuevo ‘el espíritu de Jehová entra en operación sobre él’ y sus grilletes se derriten, por decirlo así, de sobre sus manos. Sansón derriba a mil filisteos... “¡un montón, dos montones!” (15:14-16). ¿Cuál es su arma de destrucción? La quijada húmeda de un asno. Jehová refresca a su siervo exhausto haciendo que surja milagrosamente una fuente de agua en el escenario de la batalla.
22 Después Sansón se aloja una noche en la casa de una prostituta en Gaza, donde, con sigilo, los filisteos lo rodean. No obstante, de nuevo el espíritu de Jehová resulta estar con él cuando Sansón se levanta a medianoche, saca las puertas de la ciudad con sus postes laterales, y los lleva hasta la misma cima de una montaña enfrente de Hebrón. Después de esto se enamora de la traicionera Dalila. Ella, instrumento voluntario de los filisteos, lo importuna hasta que él le revela que su devoción de nazareo a Jehová, como se simboliza por su cabello largo, es la verdadera fuente de su gran fuerza. Mientras él duerme, ella hace que le corten el cabello. Esta vez es en vano que él despierta para luchar, porque “era Jehová quien se había apartado de él” (16:20). Los filisteos le echan mano, le sacan los ojos y lo ponen a moler grano como esclavo en la casa de encierro. Cuando llega el tiempo para una gran fiesta de los filisteos en honor de su dios Dagón, ellos sacan a Sansón de su encierro para que les sirva de entretenimiento. Por no darle importancia al hecho de que el cabello de Sansón le está creciendo de nuevo copiosamente, le permiten colocarse entre las dos poderosas columnas de la casa donde adoran a Dagón. Sansón clama a Jehová: “Señor Soberano Jehová, acuérdate de mí, por favor, y fortaléceme, por favor, solo esta vez”. Jehová sí se acuerda de él. Sansón se ase de las columnas, ‘se inclina con poder’ —el poder de Jehová— y ‘la casa va cayendo, de modo que los muertos a que da muerte en su propia muerte vienen a ser más que aquellos a quienes dio muerte durante toda su vida’ (16:28-30).
23 Ahora llegamos a los capítulos 17 a 21, que describen algo de las contiendas internas que infelizmente plagaron a Israel durante este tiempo. Estos sucesos tienen lugar bastante temprano en el período de los jueces, como lo indica la mención de Jonatán y Finehás, nietos de Moisés y Aarón, que todavía estaban vivos.
24 Miqueas y los danitas - (17:1–18:31) Miqueas, un hombre de Efraín, funda su propio establecimiento religioso independiente, una idólatra “casa de dioses”, equipada con una imagen tallada y un sacerdote levita (17:5). Hombres de la tribu de Dan pasan por aquel lugar mientras van hacia el norte en busca de una herencia. Le quitan a Miqueas sus objetos religiosos y su sacerdote, y marchan hacia el norte lejano para destruir a la desprevenida ciudad de Lais. En el mismo lugar edifican su propia ciudad de Dan y erigen allí la imagen tallada de Miqueas. Así, durante todo el tiempo en que la casa de Jehová para la adoración verdadera continúa en Siló, ellos siguen la religión que han elegido independientemente.
25 El pecado de Benjamín en Guibeah - (19:1–21:25) El siguiente suceso que se registra da lugar a estas palabras posteriores de Oseas: “Desde los días de Guibeah has pecado, oh Israel”. (Ose. 10:9.) Mientras va de regreso a su casa con su concubina, un levita de Efraín se aloja por una noche con un hombre de edad avanzada en Guibeah de Benjamín. Hombres de la ciudad que no sirven para nada rodean la casa y exigen tener relaciones sexuales con el levita. Sin embargo, aceptan a su concubina en cambio, y abusan de ella toda la noche. La mujer está muerta en el umbral de la casa por la mañana. El levita lleva su cuerpo a su casa, lo corta en 12 pedazos, y envía estos a todo Israel. Así se pone a prueba a las 12 tribus. ¿Castigarán a Guibeah y así eliminarán de Israel la inmoralidad? Benjamín tolera aquel vil delito. Las otras tribus se congregan a Jehová en Mizpá, donde resuelven subir por sorteo contra Benjamín en Guibeah. Después de dos derrotas sangrientas, las otras tribus salen vencedoras mediante una emboscada y casi aniquilan a la tribu de Benjamín, pues solo 600 hombres escapan al peñasco de Rimón. Más tarde, Israel se lamenta de que una tribu haya sido cortada por completo. Se halla la oportunidad de proveer esposas para los benjamitas sobrevivientes de entre las hijas de Jabés-galaad y de Siló. Esto termina un registro de contienda e intriga en Israel. Como repiten las últimas palabras de Jueces: “En aquellos días no había rey en Israel. Lo que era recto a sus propios ojos era lo que cada uno acostumbraba hacer”. (Jue. 21:25.)
26 Lejos de ser solo un registro de contiendas y derramamiento de sangre, el libro de Jueces exalta a Jehová como el gran Libertador de su pueblo. Muestra cómo manifiesta su misericordia y paciencia incomparables al pueblo de su nombre cuando ellos se acercan a él con el corazón arrepentido. Jueces es muy provechoso por su defensa franca de la adoración de Jehová y sus vigorosas advertencias contra la insensatez de la religión demoníaca, la unión de fes y las asociaciones inmorales. El hecho de que Jehová condene severamente la adoración de Baal debe impelernos a evitar sus equivalentes actuales: el materialismo, el nacionalismo y la inmoralidad sexual (2:11-18).
27 Un examen de la fe intrépida y valerosa de los jueces debe avivar en nuestro corazón una fe parecida. ¡No es raro que se les mencione con tan brillante aprobación en Hebreos 11:32-34! Lucharon por santificar el nombre de Jehová, pero no por su propia fuerza. Conocían la fuente de su poder, el espíritu de Jehová, y lo reconocían humildemente. De la misma manera, nosotros hoy día podemos tomar “la espada del espíritu”, la Palabra de Dios, con la confianza de que Dios nos facultará como lo hizo a Barac, Gedeón, Jefté, Sansón y los demás. Sí, para superar obstáculos poderosos, con la ayuda del espíritu de Jehová podemos ser tan fuertes espiritualmente como lo fue Sansón físicamente, si tan solo oramos a Jehová y nos apoyamos en él. (Efe. 6:17, 18; Jue. 16:28.)
28 El profeta Isaías hace referencia a Jueces en dos lugares para mostrar que indudablemente Jehová destrozará el yugo que Sus enemigos colocan sobre su pueblo, tal como lo hizo en los días de Madián. (Isa. 9:4; 10:26.) Esto también nos recuerda la canción de Débora y Barac, que concluye con la oración ferviente: “Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová, y sean los que te aman como cuando el sol sale en su poderío”. (Jue. 5:31.) ¿Y quiénes son estos que le aman? Al mostrar que son los herederos del Reino, Jesucristo mismo usó una expresión similar en Mateo 13:43: “En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre”. Así, el libro de Jueces señala al tiempo en que ejercerá poder el justo Juez que es la Descendencia conectada con el Reino, Jesús. Por medio de él Jehová traerá gloria y santificación a Su nombre, como pidió en oración el salmista respecto a los enemigos de Dios: “Hazles como a Madián, como a Sísara, como a Jabín en el valle torrencial de Cisón [...] para que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra”. (Sal. 83:9, 18; Jue. 5:20, 21.)
Nota
La mayoría de las traducciones modernas testifican que los “unos cuatrocientos cincuenta años” de Hechos 13:20 no corresponden al período de los jueces, sino que lo preceden; parecería que abarcan el período desde el nacimiento de Isaac, en 1918 a. E.C., hasta la división de la Tierra de Promisión, en 1467 a. E.C. (Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, página 599.) El orden en que se mencionan los jueces en Hebreos 11:32 es diferente del que hay en el libro de Jueces, pero este hecho no indica necesariamente que los sucesos de Jueces no estén en secuencia cronológica, pues es obvio que Samuel no siguió a David.
Libro de la Biblia que abarca básicamente un período de unos trescientos treinta años, entre la conquista de Canaán por Israel y el comienzo de la monarquía. A los israelitas se les había advertido con anterioridad que si no expulsaban a los habitantes de la tierra, como Dios les había mandado, acabarían por adoptar las prácticas religiosas degradadas de los cananeos, lo que resultaría en la desaprobación de Jehová y en que finalmente los abandonase en manos de sus enemigos. (Éx 23:32, 33; 34:11-17; Nú 33:55; Dt 7:2-5.) El registro histórico que se halla en el libro de Jueces muestra cómo llegó a cumplirse esta advertencia. Sin embargo, más que tratar con detenimiento la infidelidad de Israel y la consiguiente opresión por parte de pueblos extranjeros, el libro recoge principalmente las hazañas de los jueces y las maravillosas liberaciones que Jehová realizó por medio de ellos. Por lo tanto, resalta el poder que Jehová tiene para salvar, su gran paciencia, misericordia, bondad inmerecida y justicia. Los mismos jueces se destacan como ejemplos notables de fe. (Heb 11:32-34, 39, 40.)
Orden del libro. Las palabras de apertura de Jueces enlazan este relato con el libro bíblico que le precede: “Y después de la muerte de Josué”. Sin embargo, algunos de los acontecimientos narrados seguramente ocurrieron antes de la muerte de Josué. Por ejemplo, Jueces 2:6 dice: “Cuando Josué despidió al pueblo, entonces los hijos de Israel procedieron a irse, cada cual a su herencia, para tomar posesión de la tierra”. Por lo tanto, parece ser que Jueces 1:1–3:6 sirve de introducción, en la que el escritor recurrió a sucesos que sucedieron tanto antes como después de la muerte de Josué, con el fin de proveer el fondo histórico del relato que viene a continuación. La porción que se registra entre el versículo 7 del capítulo 3 y el final del capítulo 16 está, básicamente, en orden cronológico y relata las hazañas de doce jueces: de Otniel a Sansón (sin incluir a Débora). La última parte del libro se podría considerar una especie de apéndice, y corresponde a un período muy anterior al tiempo en el que juzgaba Sansón. Parece razonable suponer que los danitas tomaron Lais antes de la muerte de Josué. (Compárese con Jos 19:47; Jue 18:27-29.) El crimen sexual que cometieron los hombres de Guibeah, así como los acontecimientos posteriores que casi resultaron en el exterminio de la tribu de Benjamín, probablemente ocurrieron pocos años después de la muerte de Josué. (Jue 19:1–21:25; Jos 24:31.) Esto permitiría suficiente tiempo como para que los benjamitas aumentaran desde unos 600 hombres (Jue 20:47) a casi 60.000 hombres de guerra para el tiempo del reinado de David. (1Cr 7:6-12.)
Escritor; Cuándo se escribió. El mismo contenido del libro permite determinar cuándo se escribió el libro de Jueces. Se compiló mientras gobernaba un rey sobre Israel, pues de otro modo el escritor no habría dicho al referirse al pasado: “En aquellos días no había rey en Israel”. (Jue 17:6; 18:1; 19:1; 21:25.) No obstante, durante este tiempo los jebuseos todavía habitaban en Jerusalén. (Jue 1:21.) Ya que David arrebató la “fortaleza de Sión” (una parte de Jerusalén) a los jebuseos en 1070 a. E.C. y transfirió su capital allí (2Sa 5:6-9), el libro de Jueces debió escribirse antes de esa fecha, probablemente durante el reinado de Saúl. En aquel tiempo Samuel era el principal defensor de la adoración verdadera y el profeta de Jehová, por lo que parece lógico que fuera él quien registrase este libro.
Autenticidad. No puede haber ninguna duda de que es apropiado que el libro de Jueces esté incluido en el canon bíblico. Es franco y honrado, y no oculta los pecados crasos de Israel. De principio a fin da la gloria y el honor, no a los jueces humanos, sino a Jehová Dios como el verdadero Libertador de Israel. Muestra que los jueces actuaron gracias al poder del espíritu de Dios (Jue 3:9, 10; 6:34; 11:29; 13:24, 25; 14:6, 19; 15:14, 18; 16:20, 28-30), y ellos, a su vez, reconocieron a Jehová como Juez (11:27) y Rey (8:23). Otros libros bíblicos inspirados hacen referencia a los acontecimientos que se registran en el libro de Jueces. (1Sa 12:9-11; 2Sa 11:21; Sl 83:9-12; Isa 9:4; 10:26; Heb 11:32-34.)
Vigorosa narración de las repetidas ocasiones en que Jehová libró a Israel por medio de los jueces cuando el pueblo abandonaba la idolatría y buscaba sinceramente Su ayuda |
Circunstancias que llevaron a las condiciones del tiempo de los jueces - (1:1–3:6)
★Tras el fallecimiento de Josué, las tribus de Israel no expulsan a los cananeos que quedan en la tierra.
|
Jehová libra a Israel de la opresión cuando abandona la religión falsa - (3:7–16:31)
★Por medio de Otniel, se libra a Israel del yugo impuesto durante ocho años por el rey de Mesopotamia, Cusán-risataim.
|
Otros aspectos negativos que se dieron en el tiempo de los jueces - (17:1–21:25)
★En Efraín, Miqueas hace una imagen en su casa y emplea como sacerdote a un joven levita.
|