Tercer libro de la ley (El Pentateuco); los otros cuatro son: Génesis, Éxodo, Números, Deuteronomio.
En él se recogen las leyes de Dios sobre sacrificios, pureza y otros asuntos relacionados con la adoración de Jehová.
Decir el nombre de una persona o un animal o gritar, hacer algún ruido, gesto o seña para que atienda o para que vaya a algún lugar. 2. Designar por medio de una palabra, nombre o apelativo a una persona, un animal o una cosa. Lit.: “Y él procedió a llamar”. Heb.: Wai·yiq·rá’. En heb. este tercer libro de Moisés deriva su nombre de esta expresión de apertura. LXXVg llaman a este libro: “Levítico” (Gr.: Leu·i·ti·kón; lat.: Le·ví·ti·cus, “Relativo a un levita [a levitas]”).
En Mateo 7:7 nota Llamar o tocar es pedir más actuar más perseverar. Uno llama repetidas veces a la puerta hasta que la abren. Sin embargo, en realidad la perseverancia ya está implícita en los tres imperativos, puesto que todos están en tiempo presente; por eso, una traducción posible es ésta: “continuad pidiendo, buscando y llamando”.Con mayor razón si se tiene en cuenta Lu 18:1, 7; Ro. 12:12; Ef. 5:20; 6:18; Col. 4:2; 1Te 5:17. Pero lo que es probable para los tres es certeza con respecto a lo último, puesto que laidea bíblica de llamar en sí ya implica perseverancia.
El fruto de un árbol joven no puede ser bueno; por no haber llegado a un estado de madurez, los jugos no pueden estar suficientemente elaborados para producir frutos excelentes en su tipo. A los israelitas se les ordena no comer del fruto de un árbol hasta el quinto año después de su siembra: en los tres primeros años el fruto es malsano; en el cuarto año el fruto es santo, pertenece a Dios y debe ser consagrado a él, Levítico 19:24; y en el quinto año y posteriormente, la fruta puede emplearse para uso común, Levítico 19:25.
Fruta ... sin circuncidar - i. mi. no apto para la presentación a Yahweh. Con respecto a su lección espiritual, esta ley puede compararse con la dedicación del primogénito de las bestias a Yahweh Éxodo 13:12; 34:19. Su significado desde un punto de vista moral era claro, y tendía a ilustrar el espíritu de toda la Ley.
La explicación de esta peculiar regulación se encuentra en una aplicación especial del principio que rige en toda la ley; que la primicia, sea primogénito de hombre o de bestia, o primicia del campo, siempre será consagrada a Dios. Pero en este caso, la aplicación del principio se ve modificada por el hecho familiar de que el fruto de un árbol joven, durante los primeros años de su producción, tiende a ser imperfecto; todavía no ha crecido lo suficiente para producir su mejor producto posible.
Por eso, en esos años no se le pudo dar a Dios, porque nunca debe ser servido con nada que no sea lo mejor de todo; y así, hasta que el fruto alcanzara su mejor nivel, para que fuera digno de ser presentado a Dios, mientras tanto, el israelita no podía usarlo.
Como incircunciso, es decir, como inmundo, no para ser comido, sino desechado. Este precepto fue útil, para los árboles mismos, que crecieron mejor y más rápido, siendo despojado temprano de esos frutos, que de otra manera hubieran quitado mucha más fuerza del árbol. Para los hombres, tanto porque la fruta era entonces menos saludable, como porque por medio de ella se les enseñó a los hombres a refrenar sus apetitos; una lección de gran utilidad y absoluta necesidad en una vida santa.
★La poda consiste en cortar o quitar las ramas superfluas de los árboles y las plantas para que crezcan más saludables y se desarrollen con más vigor.
★La poda ayuda a airear las plantas: al podar permites que los rayos del sol accedan de forma más directa al interior de la planta. Esto evidentemente llena de vida las ramas restantes. Además los rayos del sol son esenciales para controlar la presencia de plagas e insectos. ★Mejoran la producción del cultivo: esta razón sin duda revela la importancia de la poda al quitar las hojas y ramas deterioradas o secas lo que ayuda a que la savia se distribuya adecuada y efectivamente a través de sus ramas saludables. Esto dará claramente mejores frutos. ★La poda equilibra la planta respecto a su peso y dimensión. Así mismo, nosotros para ser como un árbol frondoso en la casa de Dios, debemos permitir que Jehová a través de su palabra y organización nos “pode” de tendencias, actitudes, malas costumbres y cualidades indeseables que impiden dar la prioridad al Reino y sus intereses y produzcamos mejor el fruto del espíritu (Gál. 5:22-24.) Por otra parte, a veces tenemos que apartarnos de circunstancias o personas que nos asfixian y no permiten un crecimiento espiritualmente sano en nosotros, aunque eso implique dolor como una “poda”, es imprescindible para nuestro sano desarrollo. Y este procedimiento debería llevarse a cabo de tiempo en tiempo, pues como pasa con la vegetación del campo, nosotros también tendemos al deterioro si no tenemos un buen programa de mantenimiento. |