1. Amzí, Levita perteneciente a la familia de Merarí y antepasado de Etán, uno de los cantores de la casa de Jehová que David nombró. (1Cr 6:31, 44-47.)
2. Amzí, Sacerdote, hijo de Zacarías y antepasado de Adaya; figura entre los residentes de Jerusalén y entre los que rendían servicio en el templo durante la época de Nehemías. (Ne 11:12.)
Nombre del primer oficial de la corte de Babilonia durante el reinado de Nabucodonosor. (Da 1:3.) Aunque al parecer estaba a cargo de los eunucos, no era necesariamente eunuco. Uno de sus cometidos tenía que ver con la formación de jóvenes para que fuesen pajes al servicio del monarca.
1. Asur, Hijo de Sem mencionado en segundo lugar tanto en Génesis 10:22.
1. Asur, Hijo de Sem mencionado en segundo lugar tanto en Génesis 10:22 como en 1 Crónicas 1:17. Fue el antepasado de los asirios; de hecho, la misma palabra que en hebreo se usa para “Asur” se emplea también para “Asiria”, “asirios”. En Ezequiel 27:23 el uso del término es posible que aluda o a la nación o a una de sus principales ciudades llamada Asur (hoy Qal`at Sherqat).
2. Asur,
La deidad más importante de los asirios, el dios de la destreza militar, al que este pueblo guerrero acudía en busca de ayuda. Es posible que al venerar al dios Asur, los asirios hayan rendido adoración a su antepasado común, Asur el hijo de Sem, por lo que puede afirmarse que se trataba de una especie de culto a un “patriarca deificado”. Su nombre aparece en muchos nombres asirios compuestos, como Esar-hadón y Asurbanipal.
Se pensaba que este dios era el principal protector de los asirios, y se le representaba mediante la figura de un disco solar alado. En su nombre y con su aprobación, indicada por medio de presagios favorables, entraban las tropas asirias en combate, portando su estandarte. Los reyes asirios atribuían la victoria a “la ayuda de Asur”.)
Hombre de gran sabiduría; no obstante, la sabiduría del rey Salomón la sobrepasó. (1Re 4:31.) Posiblemente fue el descendiente de Judá por medio de Zérah mencionado en la lista genealógica. (1Cr 2:4, 6.)
Descendiente de Noé por la línea de Jafet y Gómer. La Vulgata latina, la Septuaginta griega, así como unos treinta manuscritos hebreos y el pasaje de Génesis 10:3 (1Cr 1:4-6, nota), ofrecen la grafía “Rifat”. La forma “Difat”, que figura en el texto masorético en 1 Crónicas 1:6, tal vez sea el resultado de un error del copista, dado el enorme parecido gráfico entre los caracteres hebreos correspondientes: “r” (ר) y a la ”d“ (ד)
Descendiente de Sem por el linaje de Joqtán. (Gé 10:21, 26, 27; 1Cr 1:17, 20, 21.) Aunque hay exégetas que opinan que su tribu se asentó en el S. de Arabia, este hecho no se ha podido determinar con certeza.
Hijo de Javán y cabeza de familia de quien la “población de las islas de las naciones se esparció”. (Gé 10:4, 5; 1Cr 1:7.) La tercera y última vez que aparece el nombre de Elisá en el registro bíblico es en la endecha pronunciada contra Tiro. Allí se le identifica con un país o región que comerciaba con Tiro. Se representa a Tiro como un barco figurativo, equipado por muchas naciones y al que “las islas de Elisá” proveyeron el “hilo azul y [la] lana teñida de púrpura rojiza” que se utilizaría en la “cobertura para la cubierta” del barco (tal vez un tipo de toldo que servía de protección contra el sol y la lluvia). (Eze 27:1-7.)
Josefo, historiador judío del primer siglo, aplicó el nombre de Elisas (Elisá) a los eliseos (eolios), una de las ramas paternas de los pueblos griegos. (Antigüedades Judías, libro I, cap. VI, sec. 1.) Para el tiempo de Ezequiel, el nombre Eolia designaba solo una parte de la costa O. de Asia Menor. Hay cierta similitud entre el nombre de Elisá y el de un distrito de la costa NO. del Peloponeso (península meridional de Grecia), llamado Élide. También se sabe que los griegos fundaron colonias en el S. de Italia y en la isla de Sicilia. Al comentar sobre Ezequiel 27:7, el Targum Arameo llama a Elisá “la provincia de Italia”. Cualquiera de esas ubicaciones encajaría con el relato de Ezequiel, pues eran regiones donde se producía un tinte púrpura muy cotizado en aquel tiempo. De todos modos, no existen pruebas concluyentes sobre la ubicación de Elisá, y lo único que puede decirse es que las que hay disponibles señalan a Grecia más bien que al N. de África o Chipre. También es razonable pensar que los descendientes de Elisá no permanecieran siempre en el mismo lugar, sino que con el transcurso de los siglos se alterara o ampliara la región que ocuparon en un principio, de modo que el nombre Elisá aplicara a zonas distintas en diferentes épocas.
Flavio Josefo (37 - c. 101 d.C.), un general fariseo e historiador judío y miembro de la aristocracia sacerdotal de los judíos nacido el año 37 d.C., en Jerusalén, sus antepasados paternos se remontan fehacientemente cinco generaciones; la familia materna se consideraba descendiente de los Macabeos. Recibió una buena educación y sus relaciones con gente de estudios selecta le permitió desarrollar sus dotes intelectuales, en especial su memoria y su capacidad de juicio. Su formación le convirtió en un experto en las tendencias y en los principales partidos político religiosos judíos de su época - los esenios, los fariseos y los saduceos.
Se puso de lado del imperio romano en la gran revuelta judía del 66 al 70 d.C. Josefo pasó el resto de su vida en Roma o sus alrededores como consejero e historiador de tres emperadores: Vespaciano, Tito y Domiciano. Por siglos, los trabajos de Josefo fueron más ampliamente leídos en Europa que cualquier otro libro, exceptuando la Biblia. Son fuentes invaluables de testimonios de testigos oculares del desarrollo de la civilización occidental, incluyendo la fundación y el crecimiento del cristianismo en el primer siglo.
Cuando, hace unos diecinueve siglos, el historiador judío Flavio Josefo acuñó por primera vez la palabra griega que se traduce “teocracia”, la utilizó para referirse a la antigua nación de Israel. Y fue muy acertado, pues en aquel tiempo Israel era la nación escogida por Dios y, aunque estaba administrada por Sus representantes terrestres, en realidad era Él quien la gobernaba. (Deuteronomio 7:6; 1 Crónicas 29:23.)
Obras de Flavio Josefo El texto más antiguo de Josefo se titula La guerra de los judíos. Se cree que redactó los siete libros de este relato con objeto de ofrecer a los israelitas una descripción viva de la supremacía romana que los disuadiera de rebelarse en el futuro. En estos escritos hace un repaso minucioso de la historia judía desde la conquista de Jerusalén por Antíoco Epífanes (siglo II a.E.C.) hasta la turbulenta revuelta del año 67 E.C. A continuación narra la guerra que culminó en el año 73 E.C.
Otra de sus obras, Antigüedades Judías, es una historia de los hebreos en veinte libros. Toma el Génesis y la creación como punto de partida y prosigue hasta el estallido de la guerra con Roma. Josefo sigue escrupulosamente el orden de las narraciones bíblicas, a las que añade interpretaciones tradicionales y otros comentarios.
Además, escribió una autobiografía, que lleva el lacónico título de Vida. En ella procura justificar la postura que mantuvo durante la guerra y acallar las acusaciones que había lanzado contra él Justo de Tiberíades. En los dos libros que componen Contra Apión, su cuarta obra, defiende a los judíos de las falsedades que se les imputaban.
1. Havilá, Tierra que rodeaba el río Pisón.
1. Havilá, Tierra que rodeaba el río Pisón, una de las cuatro cabeceras que se ramificaban del río que procedía de Edén. El registro dice que allí había buen oro, bedelio y piedra de ónice. (Gé 2:10-12.) Puesto que ya no es posible identificar el antiguo río Pisón, la ubicación de la tierra de Havilá sigue siendo incierta. Algunos creen que los productos mencionados son típicamente árabes, y vinculan Havilá con una región de Arabia. Basándose en la referencia bíblica a “toda la tierra de Havilá”, J. Simons plantea la posibilidad de que el término “Havilá” englobase toda la península arábiga, aunque resulta difícil comprender cómo podría ‘rodear’ el río Pisón una zona tan vasta. (The Geographical and Topographical Texts of the Old Testament, Leiden, 1959, págs. 40, 41.)
2. Havilá, Según Génesis 25:18, los ismaelitas “[residían] desde Havilá cerca de Sur, que está enfrente de Egipto, hasta Asiria”. Esto requeriría que Havilá, o al menos parte de ella, se extendiera hasta la península del Sinaí o sus inmediaciones, donde probablemente estaba situado el desierto de Sur. El texto muestra que los ismaelitas nómadas recorrían la península del Sinaí hasta Mesopotamia, a través de toda la parte septentrional de Arabia. Además, cuando el registro dice que el rey Saúl derribó a los amalequitas “desde Havilá hasta Sur, que está enfrente de Egipto” (1Sa 15:7), parece que la expresión “desde Havilá” se refiere a una parte de la península arábiga, quizás el ángulo noroccidental, como uno de los límites del territorio donde estaban concentrados los amalequitas, siendo el desierto de Sur, en la península del Sinaí, el otro límite, o, como lo expresa The Interpreter’s Dictionary of the Bible, “desde el desierto localizado en el interior del Nejd árabe septentrional hasta la región que está al N. de la moderna Suez (Egipto)” (edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 1, pág. 101). De modo que hay razón para pensar que Havilá abarcaba por lo menos el NO. de la península arábiga, si no un área mucho más extensa.
3. Havila, Hijo de Cus, que era hijo de Cam. (Gé 10:6, 7.) Muchos eruditos opinan que en este texto el nombre Havilá se refiere además a una región, y bien pudiera ser que el lugar donde se asentaron los descendientes de este hijo de Cus llegara a conocerse por este nombre. Puesto que parece que la mayoría de los descendientes de Cus emigraron a África y Arabia tras la confusión de Babel (Gé 11:9), suele entenderse que los descendientes del Havilá cusita estaban vinculados a la región que en antiguas inscripciones sabeas recibe el nombre de Haulan. Esta región estaba situada en el SO. de la costa arábiga, hacia el N. de lo que en la actualidad es Yemen. Además, hay quien opina que con el tiempo miembros de esta tribu cruzaron el mar Rojo a la región de África que hoy ocupan Yibuti y Somalia. Puede que el nombre antiguo se haya perpetuado en el de los aualis. (A Dictionary of the Bible, edición de J. Hastings, 1903, vol. 2, pág. 311.) También es posible que la migración ocurriese en sentido opuesto, es decir, de África a Arabia. El estrecho del mar Rojo, llamado Bab el Mandeb, que separa Arabia de Yibuti (África) solo tiene unos 30 Km. de anchura.
4. Havila, Hijo de Joqtán y descendiente de Sem a través de Arpaksad. (Gé 10:22-29.) Algunos de los nombres de los hijos de Joqtán, como Hazarmávet y Ofir, corresponden a regiones del S. de Arabia. Por lo tanto, parece probable que el Havilá semítico y sus descendientes también se estableciesen en Arabia, aunque no necesariamente en el S. Algunos le ubican en la misma región que ocupó el Havilá cusita, pero la analogía entre ambos nombres no es base suficiente para concluir que, pese a sus diferencias étnicas, los dos se asentaron en la misma zona. Si bien los indicios que enlazan al Havilá cusita con el territorio del SO. de Arabia llamado Haulan (citado en el núm. 3) no son incuestionables, por lo que existe la posibilidad de que Haulan estuviese relacionado con el Havilá semítico, la vinculación de Haulan con África y su proximidad a Etiopía (la tierra de Cus) apuntan más bien hacia el Havilá cusita. Sobre esta base, parece lógico suponer que el Havilá que descendió de Sem se asentó en un territorio más hacia el N., tal vez dando origen al nombre de la tierra que se consideró en el núm. 1.
Cuarto hijo de Jafet mencionado por nombre y padre de Elisá, Tarsis, Kitim y Dodanim (o Rodanim). Estos descendientes postdiluvianos de Noé aparecen entre aquellos que poblaron “las islas de las naciones”, frase que puede hacer referencia no solo a las islas, sino también a las regiones costeras. (Gé 10:2, 4, 5; 1Cr 1:5, 7.) La historia muestra que los descendientes de Javán y sus cuatro hijos se establecieron en las islas y en las regiones costeras del mar Mediterráneo, desde Chipre (Kitim) hasta el Mediterráneo occidental. (Véanse Kitim; Tarsis.)
Se dice que Javán (heb. Ya·wán) es el ancestro de los antiguos jonios, a quienes algunos han llamado “la tribu madre de los griegos”. (Commentary on the Old Testament, de C. F. Keil y F. Delitzsch, 1973, vol. 1, “The First Book of Moses”, pág. 163.) El poeta Homero (quizás del siglo VIII a. E.C.) llama a los griegos primitivos i·á·o·nes, y a partir de Sargón II (del siglo VIII a. E.C.) comienza a aparecer el nombre Jawanu en las inscripciones asirias.
Con el transcurso del tiempo, el nombre Jonia llegó a aplicar tan solo a Ática (la región de Atenas), la costa occidental de Asia Menor (que corresponde a las costas de lo que con el tiempo fueron las provincias de Lidia y Caria) y a las islas vecinas del mar Egeo. El mar que se encuentra entre las zonas meridionales de Grecia e Italia aún conserva el nombre Jónico, nombre que tiene un origen muy antiguo. Este dato apoya la opinión de que el nombre Javán aplicaba a la Grecia continental y a la zona más pequeña que más tarde se llamó Jonia.
Después del registro de Génesis, el profeta Joel vuelve a hacer mención de los descendientes de Javán a finales del siglo IX a. E.C. El profeta condenó a los tirios, a los sidonios y a los filisteos por vender a los hijos de Judá y de Jerusalén en su comercio de esclavos con “los hijos de los griegos” (literalmente, “los jonios”). (Joe 3:4-6.) En el siglo VIII a. E.C. Isaías predijo que algunos de los judíos que sobrevivirían a la expresión de la ira de Dios viajarían a muchas tierras, entre ellas a “Javán”, y que allí proclamarían la gloria de Jehová. (Isa 66:19.)
A finales del siglo VII o principios del VI a. E.C. se dice que “Javán, Tubal y Mesec [estos últimos lugares debieron estar situados en la parte oriental del Asia Menor o hacia el N. de esa zona]” suministraron esclavos y artículos de cobre a Tiro, que para aquel entonces era un próspero centro comercial. (Eze 27:13.) El versículo 19 de la misma profecía vuelve a referirse a Javán, pero el hecho de que los otros lugares mencionados en el contexto estén en Siria, Palestina y Arabia ha llevado a algunos eruditos a ver como un error del escriba que se mencione a “Javán” en este pasaje. En lugar de decir “y Javán de Uzal”, la Septuaginta griega traduce Javán por “vino”: “Y con vino. Desde Asel [Uzal]”. (LXX, Thomson.) Otras versiones (BJ, nota; CJ, nota; SA; VP) optan por la lectura: ‘Y de vino de Uzal’. Sin embargo, algunos piensan que en este pasaje Javán puede aplicar a una colonia griega situada en Arabia, o que tal vez sea el nombre de una tribu o de una ciudad árabe.
En la profecía de Daniel, suele traducirse “Javán” por “Grecia”, ya que el cumplimiento histórico de los escritos de Daniel hace obvio este significado. (Da 8:21; 10:20; 11:2.) Del mismo modo, la profecía de Zacarías (520-518 a. E.C.) predice el éxito que tendrían los ‘hijos de Sión’ en su guerra contra Javán (Grecia). (Zac 9:13.)
Antepasado de María, la madre de Jesús, mencionado al parecer como nieto de Zorobabel. (Lu 3:23, 27.)
Descendiente de Éber; hermano de Péleg y padre de trece hijos. (Gé 10:25-29; 1Cr 1:19-23.) Los nombres de algunos descendientes de Joqtán parecen haberse conservado en diversos lugares del S. y SO. de Arabia. Se ha sugerido que los primeros pobladores de Arabia fueron descendientes de Joqtán, y no de los hijos que Abrahán tuvo con Agar y Queturá. Según la Biblia, los límites geográficos del territorio que poblaron los descendientes de Joqtán se extendían “desde Mesá hasta Sefar” (Gé 10:30), pero no puede precisarse con certeza qué zona abarcaba.
Antepasado de María, la madre de Jesús. Era descendiente lejano de David por la línea de Natán y pertenecía a la cuarta generación desde Zorobabel, lo que le sitúa hacia el final de la era de las Escrituras Hebreas. (Lu 3:23, 26, 27, 31.)
Antepasado de Jesucristo que figura en la genealogía que registró Lucas. (Lu 3:23, 26.)
Antepasado de Jesucristo que figura en la genealogía que registró Lucas. (Lu 3:23, 25.)
Padre de Jehosafat, el comisario que proveía alimentos a Salomón del territorio de Isacar. (1Re 4:7, 17.)
Descendiente del rey Saúl por Jonatán y Merib-baal (Mefibóset). (1Cr 8:33-35; 9:39-41.)
Hijo de Gómer y nieto de Jafet. (Gé 10:2, 3; 1 Cr 1:6.) En 1 Crónicas 1:6 el texto hebreo masorético dice “Difat”; sin embargo, la Septuaginta griega, la Vulgata latina y otros 30 manuscritos hebreos leen “Rifat”. La diferencia de grafías quizás se deba a que se escribió la letra hebrea dá·leth (ד) en lugar de la letra rehsch (ר) debido a la similitud entre ambos caracteres.
Rifat figura en la relación de aquellos de quienes descendieron los diversos pueblos y grupos nacionales que se esparcieron por la Tierra después del Diluvio. (Gé 10:32.) La única referencia histórica a sus descendientes la hace Josefo, del siglo I E.C., quien asegura que a los primeros habitantes de Paflagonia (una región que estaba junto al litoral meridional del mar Negro, en la Asia Menor noroccidental) se les llamaba rifateos. Algunos investigadores también vinculan el nombre con el del río Rhebas, que fluye en las cercanías del lugar, mientras que otros lo relacionan con el distrito de Rhebantia, situado más hacia el O., en la región del Bósforo. El hecho de que la Biblia y las fuentes de historia seglar antigua apenas hagan referencia a Rifat impide identificarlo con certeza.
Uno de los cuatro hijos de Javán según se menciona en 1 Crónicas 1:7. No puede asegurarse cuál es la grafía correcta del nombre, pues si bien el texto masorético lee “Rodanim” en 1 Crónicas 1:7, numerosos manuscritos hebreos, así como la Vulgata latina, leen “Dodanim”. El texto masorético también emplea esta grafía en Génesis 10:4, donde, por el contrario, la Septuaginta griega y el Pentateuco samaritano dicen “Rodanim”, grafía que también se encuentra en el texto masorético hebreo en 1 Crónicas 1:7, si bien muchos manuscritos hebreos, así como la Peshitta siriaca y la Vulgata latina optan por “Dodanim”. Las letras que corresponden a la “r” (ר) y a la ”d“ (ד) son muy similares en hebreo, por lo que cabe la posibilidad de que algún escriba las confundiera. (Esta parece ser la razón de que la “Rifat” de Gé 10:3 se lea “Difat” en 1Cr 1:6 en el texto masorético.) La mayoría de las traducciones contienen ambos nombres. Muchos lexicógrafos se decantan por la lectura “Rodanim”, y creen probable que sus descendientes poblaran la isla de Rodas y las islas vecinas del mar Egeo.
1. Uzal, Sexto hijo mencionado por nombre de los trece que tuvo Joqtán.
1. Uzal, Sexto hijo mencionado por nombre de los trece que tuvo Joqtán, y nombre de la tribu que descendió de él. (Gé 10:26-29; 1Cr 1:21.) De acuerdo con una tradición árabe, a la capital del Yemen, Sana, se la conocía antiguamente por ’Azal, nombre que estaba relacionado con Uzal.
2. Uzal, Lugar mencionado en Ezequiel 27:19 en relación con los mercaderes de Tiro. Se ha dicho que una posible ubicación sería en la región de Izalla, en el NE. de Siria, cerca del curso superior del río Tigris.