Hijo de Safán, el secretario real durante el reinado de Josías. Ahiqam fue uno de los cinco hombres que Josías envió a inquirir de la profetisa Huldá respecto a lo que habían leído en el libro de la Ley que se había descubierto hacía poco. (2Re 22:12-14; 2Cr 34:20-22.) Tiempo después, Ahiqam protegió a Jeremías cuando la vida de este se vio amenazada. (Jer 26:24.) Guedalías, hijo de Ahiqam, fue gobernador de Judá después de la destrucción de Jerusalén en 607 a. E.C. (2Re 25:22; Jer 40:5.)
1. Asahel, Hijo de Zeruyá (hermana o medio hermana de David).
1. Asahel, Hijo de Zeruyá (hermana o medio hermana de David) y hermano de Abisai y de Joab; por consiguiente, sobrino de David. (1Cr 2:15, 16.) Asahel tuvo el honor de que se le contara entre los treinta guerreros sobresalientes de David, destacando, de forma especial, por ser muy veloz, “como una de las gacelas que están en el campo abierto”. (2Sa 2:18; 23:24.) Esta fue precisamente la causa de su ruina. Después del combate de prueba en el estanque de Gabaón y de la posterior derrota de las fuerzas israelitas bajo Abner, Asahel obstinadamente persiguió a este último cuando huía. El poderoso Abner suplicó dos veces a Asahel que desistiera de su persecución, y acabó atravesándole por el abdomen con el cuento (la parte posterior) de su lanza, de modo que murió en el acto. A pesar de que Joab, hermano de Asahel, hizo que las fuerzas de Judá finalmente dejaran de perseguir a las de Israel en respuesta a las protestas de Abner, la muerte de Asahel le causó profunda amargura, hasta tal punto que en una ocasión posterior maniobró los asuntos con astucia para matar a Abner con la espada. (2Sa 2:12-28; 3:22-27.)
En 1 Crónicas 27:7 se menciona a Asahel como comandante de una de las divisiones de la formación mensual de tropas. Puesto que Asahel murió antes de que David llegara a ser rey sobre todo Israel, su mención aquí tal vez sea con relación a su casa, representada por su hijo Zebadías, al que se hace referencia en el texto como sucesor de Asahel. Otra posible explicación es la que da The Interpreter’s Dictionary of the Bible (edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 1, pág. 244): “Es posible que tengamos aquí el prototipo de la milicia davídica organizada al comienzo del gobierno del rey sobre Judá, y que la lista original haya sido puesta al día al incluir a Zebadías, hijo y sucesor de Asahel en su mando”. (Compárese con 1Cr 12.)
2. Asahel, Uno de los levitas asignados a enseñar la Ley por todo el territorio de Judá al comienzo del tercer año del reinado de Jehosafat (934 a. E.C.). (2Cr 17:7, 8; compárese con Dt 33:8-10.)
3. Asahel, Un comisionado durante el reinado de Ezequías (745-717 a. E.C.) asignado a prestar servicio en el templo en relación con las contribuciones y el diezmo. (2Cr 31:13.)
4. Asahel, Padre de un contemporáneo de Esdras de nombre Jonatán. (Esd 10:15; véase JAHZEYA.)
1. Asaya, Descendiente de Merarí, el tercer hijo de Leví.
1. Asaya, Descendiente de Merarí, el tercer hijo de Leví, y cabeza de una casa paterna. Fue uno de los jefes de los levitas que formaron parte del grupo de 862 hombres escogidos para llevar el arca del pacto a Jerusalén en el segundo intento de David, un intento que alcanzó el éxito. (1Cr 6:29, 30; 15:4-12.)
2. Asaya, Principal de la tribu de Simeón en los días del rey Ezequías (745-717 a. E.C.). Fue uno de los simeonitas que conquistaron el fértil valle de la zona de Guedor, ocupada hasta entonces por los camitas y los meunim. (1Cr 4:36-41.)
3. Asaya, Se le llama “el siervo del rey”; fue uno de los cinco hombres, encabezados por Hilquías, a quienes el rey Josías envió ante la profetisa Huldá para inquirir de Jehová respecto al significado del libro de la ley que se acababa de descubrir (en 642 a. E.C.). (2Re 22:3, 8, 12-14; 2Cr 34:20, 21.)
4. Asaya, Primogénito de los silonitas (1Cr 9:1-3, 5); su nombre figura en la lista de los que regresaron del cautiverio babilonio. Debido a la semejanza del significado de este nombre y del de Maaseya (Obra de Jehová), un “selanita” descendiente de Judá mencionado en Nehemías 11:5, hay quienes opinan que se trata de la misma persona: un descendiente de Selah, el hijo más joven de Judá y la hija de Súa el cananeo. (Gé 38:2, 5.)
1. Asuero, El padre de Darío el medo, mencionado en Daniel 9:1. No es posible identificar con certeza a este Asuero con alguna persona de la historia extrabíblica.
2. Asuero - (Cambises) El Asuero de Esdras 4:6, a comienzos de cuyo reinado los enemigos de los judíos escribieron una acusación en contra de estos, pudo haber sido Cambises, el sucesor del gobernante que conquistó Babilonia y libertó a los judíos, el rey Ciro. Cambises reinó desde 529 hasta 522 a. E.C.
3. Asuero - (Jerjes I) Se cree que el Asuero del libro de Ester es Jerjes I, emperador de Persia de principios del siglo V antes de Cristo (circa 519-466 a. C.), hijo de Darío el Grande (Darío Histaspes). EL REY persa Jerjes I, llamado Asuero en la Biblia, pasaba revista a sus tropas antes de una batalla en el año 480 a.E.C. (Ester 1:1, 2.) Según el historiador griego Heródoto, el rey lloró al ver a sus hombres. ¿Por qué? Jerjes dijo: “Me ha invadido un sentimiento de tristeza al pensar en lo breve que es la vida de todo ser humano, si tenemos en cuenta que, de toda esa cantidad de gente, no quedará absolutamente nadie dentro de cien años”. Su gobierno se ejercía sobre 127 distritos jurisdicionales, que iban desde la India hasta Etiopía. Durante la mayor parte de su gobernación, su capital estuvo en la ciudad de Susa. (Est 1:1, 2.)
Según el libro de Ester, parece que su reinado se cuenta desde el comienzo de la corregencia con su padre, Darío el Grande, lo que significaría que su año de ascenso al trono fue 496 a. E.C. y su primer año reinante fue 495. (Véase PERSIA, PERSAS.) En el tercer año de su reinado, mientras celebraba un suntuoso banquete, ordenó a la hermosa reina Vasti que se presentara e hiciera gala de su belleza ante el pueblo y los príncipes. La negativa de ella hizo que su ‘furia se encendiera’ y la repudiara como esposa. (Est 1:3, 10-12, 19-21.) En el séptimo año escogió a la judía Ester como su preferida entre las muchas vírgenes que se le presentaron para reemplazar a Vasti. (Est 2:1-4, 16, 17.) Más tarde, esta joven, salvó a su pueblo de un intento de genocidio. En el duodécimo año permitió que su primer ministro Hamán usara el anillo de sellar real para firmar un decreto genocida contra los judíos, pero Ester y su primo Mardoqueo impidieron su consumación. Se colgó a Hamán y se emitió un nuevo decreto que daba a los judíos el derecho de pelear contra sus enemigos. (Est 3:1-9, 11; 7:9, 10; 8:3-14; 9:5-10.)
Tiempo después, “el rey Asuero procedió a imponer trabajo forzado sobre la tierra y las islas del mar”. (Est 10:1.) Este comentario resume bien los objetivos de Jerjes, pues llevó a buen término gran parte de las obras de construcción que su padre Darío había iniciado en Persépolis.
Parece ser que el “cuarto [rey]” mencionado en Daniel 11:2 era Jerjes I, siendo los tres anteriores: Ciro el Grande, Cambises II y Darío Histaspes. Si bien le sucedieron otros siete reyes en el trono del Imperio persa, Jerjes fue el último emperador persa que guerreó contra Grecia, que más tarde llegó a ser la potencia mundial dominante, como se indica en el versículo siguiente. (Da 11:3.)
Durante mucho tiempo, los expertos no se ponían de acuerdo a la hora de determinar cuál de los reyes de Persia es ese monarca llamado Asuero que se casó con Ester. Sin embargo, parece que la incógnita se ha disipado gracias a una serie de inscripciones trilingües halladas en monumentos persas. Al descifrarlas, ha quedado claro que Asuero fue Jerjes I, hijo de Darío el Grande (Histaspes). Cuando el nombre de Jerjes que aparece en la inscripción persa se translitera al hebreo, el resultado es casi idéntico al nombre que figura en el texto hebreo del libro de Ester.
Todo lo que dice la Biblia sobre Asuero concuerda con lo que se sabe de Jerjes I. Desde Susa, la capital del imperio ubicada en Elam, el rey persa también gobernaba sobre Media, y sus dominios se extendían desde la India hasta las islas del Mediterráneo (Ester 1:2, 3; 8:9; 10:1). Según el especialista Lewis Bayles Paton, “Jerjes es el único monarca persa en el que se cumplen todas estas características”. Y luego señala: “Lo que dice el libro de Ester sobre el rey Asuero coincide con la descripción que Heródoto y otros historiadores griegos hacen de Jerjes”.
Por siempre joven
EL REY persa Jerjes 1, llamado Asuero en la Biblia, pasaba revista a sus tropas, cerca de dos millones de jóvenes fuertes y rozagantes, antes de una batalla en el año 480 a.E.e. (Est 1:1, 2.) Según el historiador griego Heródoto, el rey rompió a llorar al ver a sus hombres. Cuando su tío Artábano le pregunta por qué lloraba, Jerjes dijo: "Me ha invadido un sentimiento de tristeza al pensar en lo breve que es la vida de todo ser humano, si tenemos en cuenta que, de toda esa cantidad de gente, no quedará absolutamente nadie dentro de cien años". Sin duda, usted también se ha apercibido de que la vida es patéticamente breve y que nadie quiere envejecer, enfermar ni morir. ¡Cuánto desearíamos disfrutar de la vida con juventud, salud y felicidad! (Job 14:1, 2.) No puede haber una continuidad indefinida de la vida independientemente de Jehová Dios, la fuente de la vida, y sus provisiones espirituales. Jesús dijo sobre vivir para siempre: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Jn 17:3.) |
1. Azarías, Descendiente de Judá por Tamar.
1. Azarías, Descendiente de Judá por Tamar; de la casa de Etán. (1Cr 2:4, 6, 8.)
2. Azarías, Levita descendiente de Qohat; hijo de Sofonías y antepasado del profeta Samuel. (1Cr 6:33, 36.)
3. Azarías, Descendiente de Aarón por el linaje de Eleazar; hijo de Ahimáaz y padre de Johanán. (1Cr 6:9.)
4. Azarías, Uno de los príncipes de Salomón. (1Re 4:2.) Se dice que era hijo del sacerdote Sadoc; es posible que fuese hermano de Ahimáaz. (1Cr 6:8.)
5. Azarías, Hijo de Natán; fue el príncipe al que Salomón puso sobre los doce comisarios de la casa real. (1Re 4:5, 7, 19.)
6. Azarías, Profeta, hijo de Oded, que en 963 a. E.C. ayudó a Asá al instarlo a ‘buscar a Jehová’. Como resultado, el rey hizo quitar “las cosas repugnantes” de toda la tierra y consiguió que el pueblo entrara en un pacto, de modo que “a cualquiera que no buscara a Jehová el Dios de Israel se le diera muerte”. (2Cr 15:1-15.)
7, 8. Azarías, Dos de los siete hijos de Jehosafat, mencionados en segundo y quinto lugar. Su padre los colmó de regalos y les dio ciudades fortificadas, pero Jehoram, su hermano mayor, los mató una vez que ascendió al trono. (2Cr 21:1-4.) “Parece poco verosímil suponer [como algunos han hecho] que la repetición del nombre se deba a que eran medio hermanos o a que uno de los dos murió de pequeño.” (The Interpreter’s Dictionary of the Bible, edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 1, pág. 325.) Sería un caso infrecuente que dos hermanos tuviesen el mismo nombre, pero hay una ligera diferencia en la grafía y pronunciación hebreas de este nombre: `Azar·yáh (“Jah Ha Ayudado”) y `Azar·yá·hu (“Jehová Ha Ayudado”).
9. Azarías, Hijo de cierto Jehú y padre de Hélez; era de la tribu de Judá y pertenecía a la séptima generación, contando desde su antepasado egipcio Jarhá. (1Cr 2:3, 34-39.)
10. Azarías - (Ocozías) Rey de Judá; fue el hijo más joven de Jehoram y Atalía; también se le conoció por los nombres de Jehoacaz y Ocozías. (2Re 8:25-29; 2Cr 21:17; 22:1, 6.)
11. Azarías, Hijo de Jeroham. Uno de los cinco jefes de centenas que en 898 a. E.C. contribuyeron a destronar a la usurpadora Atalía y a colocar en el trono de Judá a Jehoás. (2Cr 23:1-15.)
12. Azarías, Hijo de Obed. Uno de los cinco jefes de centenas que en 898 a. E.C. contribuyeron a entronizar a Jehoás después de derrocar a la usurpadora Atalía. (2Cr 23:1-15.)
13. Azarías - (Uzías 3) Heb.: Zekjar·yá·hu. Rey de Judá durante cincuenta y dos años (829-778 a. E.C.); fue hijo de Amasías y Jecolías. (2Re 14:21; 15:1, 2.) Llamado Uzías (3) en 2 Reyes 15:13; 2Cr 26:1-23; Isa 6:1, y Zac 14:5.
14. Azarías Sumo sacerdote, hijo de Johanán y descendiente de Aarón. (1Cr 6:1-10.) Quizás fue este Azarías quien ordenó al rey Uzías que abandonara el templo cuando este intentó presuntuosamente ofrecer incienso. Por resistirse a la orden, Jehová lo hirió de lepra. (2Cr 26:16-21.) Durante el primer año del reinado de Ezequías (745 a. E.C.), unos tres decenios después de la muerte de Uzías, se registra un comentario de Azarías, que aún ejercía de sumo sacerdote (o algún otro del mismo nombre), en el que reconoce que la bendición de Jehová estaba sobre las reformas del rey. (2Cr 31:9, 10, 13.)
15. Azarías, Príncipe de Efraín e hijo de Jehohanán. Hacia mediados del siglo VIII a. E.C., Israel derrotó a Judá y tomó consigo 200.000 cautivos, pero Azarías y otros príncipes de Efraín los pusieron en libertad y les suministraron los medios para facilitar su regreso. (2Cr 28:5-15.)
16. Azarías, Descendiente de Leví por la rama de Qohat. Su hijo Joel participó en la limpieza del templo que el rey Ezequías ordenó en su día (745 a. E.C.). (2Cr 29:1-12, 15.)
17. Azarías, Descendiente de Leví por la rama de Merarí; hijo de Jehalelel. Participó en la limpieza del templo que ordenó Ezequías. (2Cr 29:1-12, 15.)
18. Azarías, Hijo de Merayot; antepasado de Esdras. (Esd 7:3.)
19. Azarías, Hijo de Hilquías, quien fue sumo sacerdote bajo el reinado de Josías; padre de Seraya (2Re 22:3, 4; 1Cr 6:13, 14) y antepasado de Esdras el copista. (Esd 7:1.)
20. Azarías, Hijo de Hosaya. (Jer 43:2.) También llamado Jezanías (Jer 40:8; 42:1) y Jaazanías (2Re 25:23). Azarías fue uno de los jefes de las fuerzas militares que apoyaron a Guedalías (Jer 40:7-10); más tarde, pidió a Jeremías que intercediera por ellos ante Jehová para obtener Su dirección (Jer 42:1-3); finalmente, fue uno de “los hombres presuntuosos” que rechazaron la respuesta de Jehová por boca de Jeremías. (Jer 43:1-3.)
21. Azarías - (Abednego)
Uno de los jóvenes hebreos a quienes en 617 a. E.C. se llevó cautivos a Babilonia; su nombre fue cambiado a Abednego, que probablemente significa “Siervo de Nego”. Y “Nego” es una variante de Nebo, una deidad babilonica cuyo nombre se aplicó asimismo a varios gobernantes de Babilonia. (Da 1:3-7.) Después de un período especial de formación que duró tres años, se vio que Azarías y sus compañeros (Daniel, Hananías y Misael) eran “diez veces mejores que todos los sacerdotes practicantes de magia y los sortílegos” de Babilonia. (Da 1:5, 14-20.) Aunque estuvo amenazado de muerte (Da 2:13-18) y luego se le ascendió al puesto de administrador (Da 2:49), la prueba suprema de lealtad a Jehová le sobrevino cuando se le arrojó a un horno ardiente debido a que rehusó adorar la imagen que Nabucodonosor había hecho erigir. (Da 3:12-30.) Por hallarse entre los hombres de fe, Pablo alude a él al mencionar a quienes “detuvieron la fuerza del fuego”. (Heb 11:34.)
★¿Qué significan los nuevos nombres que se les pusieron a Daniel y a sus compañeros? - (dp-Cap.3-Pg.35-§14-Foto-Pg.30)
22. Azarías - (Seraya) Uno de los que en 537 a. E.C. regresaron a Jerusalén con Zorobabel del cautiverio babilonio. (Ne 7:6, 7.) En Esdras 2:2 se le llama Seraya.
23. Azarías, Sacerdote que vivió en Jerusalén después del exilio. (1Cr 9:11.) En la lista paralela de Nehemías (Ne 11:11) se le llama Seraya. Es posible que sea el mismo que el anterior, el núm. 22.
24. Azarías, Hijo de Maaseya, el hijo de Ananíah. Bajo la dirección de Nehemías, reparó (en 455 a. E.C.) una sección del muro de Jerusalén próxima a su casa. (Ne 3:23, 24.)
25. Azarías, Persona a quien Nehemías asignó para acompañar a Esdras y a otros más en una procesión que se hizo sobre el muro reedificado de Jerusalén con motivo de su dedicación; tal vez sea la misma persona reseñada en el núm. 27. (Ne 12:31-36.)
26. Azarías, Uno de los trece levitas que colaboraron con Esdras en la explicación que se dio de la Ley cuando fue leída al pueblo. (Ne 8:7, 8.)
27. Azarías, Sacerdote, o antepasado de un sacerdote, que en los días del gobernador Nehemías participó en autenticar con sello el “arreglo fidedigno”. (Ne 9:38; 10:1, 2, 8.)
1. Darío - (El medo) Sucedió en el trono al rey caldeo Belsasar cuando las fuerzas de Ciro el persa conquistaron Babilonia. Para aquel entonces Darío tenía unos sesenta y dos años. (Da 5:30, 31.) Más adelante se le identifica como “el hijo de Asuero de la descendencia de los medos”. (Da 9:1.)
En el ejercicio de su función administrativa, Darío nombró 120 sátrapas para servir por todos sus dominios, así como tres altos funcionarios que velaban por los intereses del rey controlando a los sátrapas. El propósito principal de esta organización bien pudo haber sido económico, ya que el cobro de las contribuciones y los tributos para las arcas reales era uno de los deberes principales de los sátrapas. (Compárese con Esd 4:13.) Uno de estos tres altos oficiales era Daniel, quien se distinguió tanto sobre los otros funcionarios y sátrapas que Darío estaba pensando en hacerle primer ministro. Seguramente por envidia, aunque quizás también por resentimiento, ya que la integridad de Daniel sería un impedimento para la corrupción y el soborno, los otros dos funcionarios encumbrados, aliados con los sátrapas, tramaron una trampa legal. “Entraron en tropel al rey” para que este firmase un edicto con el apoyo de todos los funcionarios gubernamentales de alto rango (sin embargo, a Daniel no se le menciona), prohibiendo que se hiciera “una petición a cualquier dios u hombre” aparte de Darío durante treinta días. Aquel que violase dicho edicto sería arrojado al foso de los leones. En apariencia el decreto pretendía consolidar a Darío, un extranjero, en su nueva posición como rey, y, a simple vista, era una expresión de lealtad y apoyo por parte de los funcionarios gubernamentales que abogaban por su promulgación. (Da 6:1-3, 6-8.)
Darío firmó el decreto y pronto tuvo que encararse a las consecuencias, lo que debió hacerle comprender el propósito velado del edicto. Como Daniel siguió orando a Jehová Dios, se convirtió en el primer transgresor del edicto (compárese con Hch 5:29) y fue arrojado al foso de los leones, a pesar de los sinceros esfuerzos de Darío por hallar una manera de evitar el irrevocable estatuto. Darío expresó confianza en el poder del Dios de Daniel para protegerle, y después de una noche en vela y ayuno, se apresuró a ir al foso de los leones, alegrándose de encontrar a Daniel vivo e ileso. Luego el rey, en justicia, no solo condenó a los acusadores de Daniel y a sus familias a que fuesen arrojados al foso de los leones, sino que también hizo proclamar por todo el reino que “en todo dominio de [su] reino, la gente [había] de temblar y temer delante del Dios de Daniel”. (Da 6:9-27.)
Los registros históricos muestran que desde tiempos antiguos se consideraba divinos a los reyes de Mesopotamia y se les rendía culto. Muchos comentaristas opinan que la restricción de hacer ‘peticiones’ enunciada en el edicto de Darío tenía que ver tan solo con asuntos de naturaleza religiosa y que no aplicaba a las solicitudes de tipo general. La existencia de un “foso de los leones” en Babilonia ha sido confirmada por las inscripciones antiguas encontradas, inscripciones que muestran que los gobernantes orientales con frecuencia tenían varias clases de animales salvajes. La obra Soncino Books of the Bible comenta sobre este aspecto: “Se sabe que los persas heredaron de los reyes asirios la costumbre de tener estos animales en sus parques zoológicos” (edición de A. Cohen, Londres, 1951, “Daniel, Ezra and Nehemiah”, pág. 49).
Después del capítulo 6 de Daniel, la única mención que se hace de Darío es con relación a su “primer año” de reinado. Fue durante aquel primer año cuando Daniel ‘discernió’ que la desolación de Judá se limitaba a setenta años y cuando recibió la revelación concerniente a las setenta semanas proféticas y la venida del Mesías. (Da 9:1, 2, 24-27.) El ángel que le transmitió a Daniel la visión sobre la rivalidad del “rey del norte” y el “rey del sur” también le reveló que antes ya había actuado como fortalecedor y plaza fuerte durante el primer año de Darío el medo. (Da 11:1, 6.) Los comentaristas en general han entendido que el ángel rindió este servicio a Darío, pero parece más probable que lo rindiese a Miguel, quien, según el versículo anterior (Da 10:21), contendía al lado de este mensajero angélico en particular. Por lo tanto, había colaboración angélica al contender contra el demonio llamado ‘príncipe de Persia’, que intentaba frustrar el cumplimiento de los propósitos de Jehová. (Da 10:13, 14.)
La identidad de Darío el medo. Todavía no se ha hallado ninguna referencia a “Darío el medo” en las inscripciones extrabíblicas ni le mencionan los historiadores antiguos anteriores a Josefo (historiador judío del siglo I E.C.). Este hecho ha dado pábulo a la especulación crítica para considerar a Darío el medo como un personaje ficticio.
Hay doctos que dicen que poco después de la conquista de Babilonia, Ciro nombró “rey de Babilonia” a su hijo Cambises (II). Aunque este representaba a Ciro anualmente en la festividad del “Año Nuevo” que se celebraba en Babilonia, al parecer residía en Sippar el resto del tiempo. Una investigación basada en un estudio de textos cuneiformes ha revelado que Cambises no asumió el título de “rey de Babilonia” hasta el 1 de Nisán del año 530 a. E.C., cuando fue hecho corregente de Ciro, quien estaba a la sazón ocupado en la campaña militar que resultaría en su muerte. Se ha intentado identificar a Darío con Cambises II, pero su edad cuando cayó Babilonia —“unos sesenta y dos años”— no cuadra con la de Cambises. (Da 5:31.)
La idea de que Darío haya sido otro nombre dado al propio Ciro no concuerda con la procedencia de Darío, quien era “medo” y “de la descendencia de los medos”, expresión esta última que se emplea con relación a su padre Asuero, de la misma ascendencia. A Ciro se le llama, específicamente, “persa”, y aunque su madre pudo haber sido meda —como afirman algunos historiadores—, de acuerdo con el Cilindro de Ciro, su padre fue el persa Cambises I. (Da 9:1; 6:28.)
Otros identifican a Darío con un presunto “tío” de Ciro del que habla el historiador griego Jenofonte y a quien da el nombre de “Ciaxares, hijo de Astiages”. Jenofonte cuenta que Ciaxares sucedió en el trono al rey medo Astiages, pero que luego Ciaxares le dio a su sobrino Ciro tanto su hija como todo el reino de Media. (Ciropedia, I, V, 2; VIII, V, 19.) Sin embargo, Heródoto y Ctesias (historiadores griegos más o menos contemporáneos de Jenofonte) no concuerdan con la explicación de Jenofonte; Heródoto (I, 109), en particular, afirma que Astiages carecía de descendencia masculina. Por otra parte, en la Crónica de Nabonido se muestra a Ciro alzándose con el reino de los medos gracias a capturar a Astiages. Además, suponer que Darío fue Ciaxares II llevaría a la suposición de que a Astiages también se le debió conocer por el nombre de Asuero, pues Darío el medo fue “el hijo de Asuero”. (Da 9:1.) Ha de concluirse, pues, que este punto de vista carece de confirmación.
Entonces, ¿quién fue Darío el medo? En fechas más recientes, un buen número de obras de consulta se han inclinado a identificar a Darío con Gubaru (a quien, por lo general, se relaciona con el Gobrias mencionado en la Ciropedia de Jenofonte), quien fue gobernador de Babilonia después de la conquista medopersa. Estas son las pruebas que básicamente aducen:
Al referir la caída de Babilonia, el antiguo texto cuneiforme conocido como la Crónica de Nabonido dice que Ugbaru, “gobernador de Gutium, y el ejército de Ciro entraron en Babilonia sin combate”. Luego, después de mencionar que Ciro entró en la ciudad diecisiete días más tarde, la inscripción dice que Gubaru, “su gobernador, dispuso (sub)gobernadores en Babilonia”. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, edición de J. Pritchard, 1966, pág. 241; compárese con Darius the Mede, de J. C. Whitcomb, 1959, pág. 17.) Obsérvese la diferencia entre los nombres Ugbaru y Gubaru. Aunque parecidos, en la escritura cuneiforme el signo de la primera sílaba del nombre Ugbaru es muy distinto del de Gubaru. La misma inscripción menciona que Ugbaru, el gobernador de Gutium, murió algunas semanas después de la conquista. En cambio, gracias a otros textos cuneiformes se sabe que Gubaru siguió con vida y fue gobernador durante catorce años, no solo de la ciudad de Babilonia, sino de toda la región, así como de la “región más allá del río”, lo que incluía Siria, Fenicia y Palestina, hasta la frontera con Egipto. Por consiguiente, Gubaru gobernó sobre una vasta región que ocupaba toda la extensión de la Media Luna Fértil, prácticamente el mismo territorio que comprendía el Imperio babilonio. Se ha de recordar que de Darío el medo se dice que fue “hecho rey sobre el reino de los caldeos” (Da 5:31; 9:1), pero no “rey de Persia”, pues esta última designación se empleó para aludir al rey Ciro. (Da 10:1; Esd 1:1, 2; 3:7; 4:3.) En conclusión, parece que la región gobernada por Gubaru fue la misma que gobernó Darío.
Comoquiera que a Gubaru no se le llama “Darío” en ninguna fuente, se ha apuntado que este nombre debió ser el título o nombre real que recibió. A este respecto, W. F. Albright dice: “Me parece muy probable que fuese Gobrias [Gubaru] el que, estando Ciro ausente en una campaña militar en el oriente, asumiese la dignidad real con el nombre de ‘Darío’, tal vez un antiguo título real iraní”. (Journal of Biblical Literature, 1921, vol. 40, pág. 112, nota 19.) Los expertos que favorecen la identificación de Gubaru con el rey Darío salen al paso de la objeción de que las tablillas cuneiformes en ningún lugar dicen que Gubaru fuese “rey”, indicando que en las tablillas cuneiformes tampoco se dice que Belsasar fuese rey y, sin embargo, el documento cuneiforme conocido como “Relato persa versificado sobre Nabonido” dice de forma manifiesta que Nabonido “confió su reinado” a su hijo.
En un comentario que guarda relación con lo anterior, el profesor Whitcomb indicó que de acuerdo con la Crónica de Nabonido, Gubaru, en calidad de gobernador por designación de Ciro, “nombró [...] (gobernadores de distritos) en Babilonia”, tal como dice Daniel 6:1, 2 acerca de Darío: “Colocó sobre el reino a ciento veinte sátrapas”. De hecho, Whitcomb sostiene que por ser Gubaru un gobernador de gobernadores, sus súbditos lo consideraban un rey. (Darius the Mede, págs. 31-33.) Y con referencia a la vasta región sobre la que gobernó Gubaru (Gobrias), la obra History of the Persian Empire (de A. T. Olmstead, 1948, pág. 56) dice: “Sobre esta vasta extensión de tierra fértil, Gubaru gobernó casi como monarca independiente”.
Guiándose por lo susodicho, algunos eruditos opinan que es muy probable que Darío el medo fuese en realidad un virrey que reinó sobre los caldeos, pero en calidad de subordinado de Ciro, el monarca supremo del Imperio persa. En la página 71 de History of the Persian Empire, A. T. Olmstead dice: “En lo que respecta a su trato con sus súbditos babilonios, Ciro era ‘rey de Babilonia, rey de pueblos’. Sobre esta base, Ciro insistió en que la antigua línea de monarcas permanecía ininterrumpida, y halagó así la vanidad de sus súbditos, con lo que conquistó su lealtad. [...] Sin embargo, después de la marcha de Ciro, fue el sátrapas Gobrias quien representó la autoridad real”. Los que sostienen que el Darío de la Biblia era de hecho ese virrey corroboran lo que en ella se dice de él, que “recibió el reino” y que fue “hecho rey sobre el reino de los caldeos”, lo que prueba que, en efecto, estaba subordinado a una autoridad monárquica superior. (Da 5:31; 9:1; compárese con 7:27, donde se dice que el “Supremo”, Jehová Dios, dio el reino a “los santos”.)
Si bien es cierto que la información que hoy se tiene sobre Gubaru se asemeja en muchos aspectos a la que se tiene de Darío y que este bien pudo haber sido un virrey de Ciro, no se puede considerar que dicha información sea determinante. El registro histórico no revela ni la nacionalidad ni el parentesco de Gubaru, por lo que no se puede demostrar que fuese “medo” e “hijo de Asuero”. Tampoco dice que tuviese una autoridad real tan amplia como para hacer una proclama como la que se recoge en Daniel 6:6-9. Además, de lo que dice la Biblia parece deducirse que el reinado de Darío sobre Babilonia no tuvo una larga duración y que, a su término, Ciro tomó el trono; de todas formas, también es posible que ambos reinasen a la vez y que Daniel solo hiciese mención del año en el que Darío subió al poder en Babilonia. (Da 6:28; 9:1; 2Cr 36:20-23.) Gubaru gobernó durante catorce años.
Por qué es incierta su identificación histórica. Naturalmente, la veracidad del relato bíblico no depende de que sea confirmado por otras fuentes. Los numerosos casos en que los críticos han calificado de “no históricos” a personajes y acontecimientos bíblicos cuya historicidad ha quedado con el tiempo al margen de toda duda deberían bastar para que el estudiante de la Palabra de Dios no diese demasiada importancia a esta clase de crítica. (Véanse BELSASAR; SARGÓN.) Los cientos de miles de tablillas cuneiformes que se han desenterrado en el Oriente Medio nos ofrecen una historia muy incompleta y llena de lagunas. En cuanto a las otras fuentes, los historiadores antiguos, de cuyos escritos se conservan algunas copias (aunque a menudo incompletas), ha de mencionarse que fueron pocos, en su mayoría griegos y distanciados de los acontecimientos del libro de Daniel al menos uno o dos siglos.
Sin embargo, el mismo libro de Daniel nos da una razón mucho más convincente para entender la falta de información concerniente a Darío en los registros babilonios. El registro bíblico muestra que Darío colocó a Daniel en una posición encumbrada en el gobierno, con gran disgusto de los otros altos funcionarios. El complot que estos urdieron contra Daniel se frustró y Darío ejecutó a los acusadores de Daniel y a sus familias, acción que tal vez le granjeó la enemistad del resto de los funcionarios. La proclama de Darío que ordenaba que todos en el reino ‘temieran delante del Dios de Daniel’ inevitablemente tuvo que causar profundo descontento y resentimiento entre el poderoso clero babilonio. Ya que los escribas, como bien se sabe, estaban bajo la dirección de los funcionarios y del clero, no sería de extrañar que posteriormente se alteraran los registros y se eliminara el testimonio concerniente a este rey. Se sabe de otros casos similares en registros históricos de aquellos tiempos.
Por lo tanto, hay que conceder la debida importancia a la forma binaria de gobernación medopersa que menciona la Biblia. (Da 5:28; 8:3, 4, 20.) Aunque la historia seglar concede muchísima importancia a Ciro y a los persas, el registro bíblico muestra que ambos pueblos integraban un sistema de gobierno conjunto y que las leyes continuaron siendo las de “los medos y los persas”. (Da 6:8; Est 1:19.) Los medos desempeñaron un papel muy importante en el derrocamiento de Babilonia. (Isa 13:17-19.) Obsérvese también que Jeremías (51:11) predijo que los “reyes [plural] de los medos” estarían entre los que atacarían Babilonia. Darío pudo muy bien haber sido uno de esos reyes.
2. Darío I - (Darío el Grande; Histaspes)
llamado también Darío el Grande o Darío I, rey de Persia. Se le considera uno de los gobernantes sobresalientes del Imperio persa. Darío dice de sí mismo que era “el hijo de Histaspes, aqueménida, persa, hijo de un persa, ario, de estirpe aria”. (El Mundo de los Persas, de H. H. von der Osten, pág. 74.) De esta manera, alegaba que su linaje real y el de Ciro el Grande convergían en un antepasado común, si bien su rama familiar era diferente de la de Ciro.
Después de la muerte de Cambises II (en 522 a. E.C., cuando regresaba de Egipto), el trono persa fue ocupado durante un breve espacio de tiempo por su hermano Bardiya (o tal vez por un mago llamado Gaumata). Con la ayuda de otros seis nobles persas, Darío asesinó al ocupante del trono y lo consiguió para sí. Su explicación de este acontecimiento se expuso en la inmensa inscripción trilingüe de Behistún, que hizo tallar en peñascos escarpados que daban a la llanura por la que discurría la ruta principal de caravanas de Bagdad a Teherán. Según esta inscripción, Gaumata era un usurpador que se había hecho pasar por el hermano de Cambises, a quien se había dado muerte. La mayoría de los eruditos modernos aceptan este relato (en el que Darío repite muy a menudo que “es verdad y no son mentiras”) como básicamente real, aunque algunos creen que Darío era un “grandísimo mentiroso” y que los hechos indican que en realidad el verdadero usurpador fue él. Sea como fuere, al llegar al poder, Darío tuvo que hacer frente a un imperio en rebelión, y se cree que pasó los dos años siguientes subyugando a los insurrectos por todo el reino. Darío conquistó Egipto, que se había librado del yugo persa, alrededor de 519-518 a. E.C. Después extendió los límites del imperio hasta la India, al E., y hasta Tracia y Macedonia, al O. Darío también se destacó por su eficiente reorganización de la estructura administrativa en todo el imperio, por la formación de un código de leyes imperial, llamado el “Decreto de Buenos Reglamentos”, y por haber abierto de nuevo el canal que conectaba el río Nilo de Egipto con el mar Rojo.
Darío Histaspes aparece en el registro bíblico en particular con relación a la reconstrucción del templo de Jerusalén. El fundamento del templo se colocó en 536 a. E.C., pero la obra de reconstrucción se prohibió en 522 a. E.C. y “continuó detenida hasta el segundo año del reinado de Darío” (520 a. E.C.). (Esd 4:4, 5, 24.) Durante ese año, los profetas Ageo y Zacarías animaron a los judíos a reanudar la construcción, y el trabajo volvió a emprenderse. (Esd 5:1, 2; Ag 1:1, 14, 15; Zac 1:1.) Esto hizo que Tatenai, el gobernador que representaba los intereses imperiales en la región que estaba al O. del Éufrates, así como otros funcionarios, hiciera una investigación y enviara una carta al rey persa Darío, en la que le informaba de la obra de construcción, le exponía la alegación de los judíos en cuanto a la legalidad del proyecto y pedía que se investigara en los archivos reales si existía corroboración escrita de la afirmación que estos hacían. (Esd 5:3-17.) La declaración judía, que contrastaba las acciones del caldeo Nabucodonosor, destructor del templo, con las del persa Ciro, aquel que autorizó su reconstrucción, debió causar una impresión favorable en Darío, pues en los primeros años de su reinado había tenido que sofocar dos levantamientos encabezados por insurrectos que decían llamarse Nabucodonosor (conocidos por los historiadores como Nabucodonosor III y Nabucodonosor IV). Ambos alegaban ser hijos de Nabonido e intentaban emancipar Babilonia del Imperio persa.
La búsqueda oficial de los registros en los archivos de Ecbátana, la antigua capital de Media, resultó en la localización del documento de Ciro. Darío, por lo tanto, envió órdenes al gobernador Tatenai de que él y el resto de los funcionarios no solo se abstuvieran de interferir en la obra del templo, sino que también proveyeran fondos de la “tesorería real, del impuesto de más allá del Río”, para la construcción, así como animales y otras provisiones necesarias para las ofrendas sacrificatorias. Todo el que violase la orden del rey debía ser colgado de un madero y su casa, “convertida en un excusado público”. (Esd 6:1-12.)
Con esta cooperación oficial y el estímulo continuo de los profetas (Zac 7:1; 8:1-9, 20-23), los trabajos del templo continuaron hasta completarse con éxito “para el tercer día del mes lunar Adar, es decir, en el año sexto del reinado de Darío”. (Esd 6:13-15; para el 6 de marzo de 515 a. E.C.) Ya que según las propias inscripciones de Darío, este rey era un adorador devoto de Ahura Mazda, es evidente que su acción, aunque sirvió para que se realizara el propósito de Jehová Dios y sin duda tuvo su dirección, se debió básicamente al respeto que sentía por la naturaleza irrevocable de las leyes medopersas y a la política de tolerancia propia de su gobierno. En varias inscripciones de su época se ha hallado prueba de dicha tolerancia.
Campañas posteriores en Grecia. Hacia el año 500, varias ciudades griegas de Jonia se rebelaron contra la dominación persa, y aunque se reprimió su insurrección, Darío determinó castigar a Atenas y a Eretria por haber prestado ayuda a las ciudades rebeldes. Esto llevó a que los persas invadieran Grecia, pero en 490 a. E.C. las fuerzas de Darío fueron derrotadas en la batalla de Maratón. Darío preparó con sumo cuidado una nueva campaña contra Grecia, pero no pudo llevarla a cabo antes de su muerte, acaecida en 486 a. E.C. Su hijo Jerjes le sucedió.
3. Darío - (Ocos - Notos) En Nehemías 12:22 se encuentra el registro de los cabezas de las casas paternas levitas “en los días de Eliasib, Joiadá y Johanán y Jadúa [...] hasta la gobernación real de Darío el persa”. Ya que Eliasib era el sumo sacerdote cuando Nehemías regresó a Jerusalén (Ne 3:1), y puesto que para el tiempo de la segunda visita de Nehemías a aquella ciudad (después del año trigésimo segundo de Artajerjes [443 a. E.C.]), Joiadá tenía un hijo casado (Ne 13:28), es probable que el “Darío” mencionado fuese Darío Ocos (llamado también Notos), que reinó de 423 a 405 a. E.C.
Una carta hallada entre los papiros de Elefantina, que se cree que datan de los últimos años del siglo V a. E.C., hace referencia a “Johanán” como el sumo sacerdote de Jerusalén en aquel tiempo.
1. Elhanán, Hijo de Jaír que, en un enfrentamiento con los filisteos, derribó a Lahmí, el hermano de Goliat el guitita. (1Cr 20:5.) En 2 Samuel 21:19 se dice que Elhanán era “el hijo de Jaaré-oreguim el betlemita”, y que derribó a Goliat. No obstante, muchos eruditos piensan que la lectura original de 2 Samuel 21:19 correspondía con 1 Crónicas 20:5, y que las diferencias entre los dos textos se deben a errores de los escribas. (Véanse LAHMÍ.)
2. Elhanán, Hijo de Dodó de Belén; fue uno de los hombres poderosos de David. (2Sa 23:24; 1Cr 11:26.)
Abuelo de Salum, el esposo de la profetisa Huldá. (2Re 22:14.) En 2 Crónicas 34:22, el texto masorético dice Hasrá.
1. Imer, Descendiente de Aarón que llegó a ser cabeza de la decimosexta división sacerdotal en el tiempo de David. (1Cr 24:1, 6, 14.) Al parecer, 1.052 descendientes suyos regresaron de Babilonia con Zorobabel el año 537 a. E.C. (Esd 2:37; Ne 7:40.) Dos de “los hijos de Imer” estaban entre los que despidieron a sus esposas extranjeras en el tiempo de Esdras. (Esd 10:20, 44.)
2. Imer, Padre de Mesilemit (o Mesilemot). Posiblemente se trate de la misma persona que el núm. 1. (1Cr 9:12; Ne 11:13.)
3. Imer, Padre del sacerdote Pasjur, quien se opuso a Jeremías y lo puso en el cepo. Jeremías profetizó que Pasjur y toda su casa serían llevados a Babilonia. (Jer 20:1, 2, 6.) Si la denominación “hijo de Imer” se refiere a un descendiente en vez de a un hijo, este Imer puede ser el mismo que el núm. 1.
4. Imer, Padre de Sadoc, uno de los que participaron en la reparación de los muros de Jerusalén. (Ne 3:29.) No obstante, si la expresión “hijo de Imer” se refiere a un descendiente, podría ser la misma persona que el núm. 1.
5. Imer, Al parecer, un lugar de Babilonia del que regresaron algunos sacerdotes que no podían probar su genealogía. (Esd 2:59; Ne 7:61.)
Uno de los últimos reyes de Judá, hijo de Josías y de Zebidá. Su nombre anterior era Eliaquim. (2Re 23:34, 36; 1Cr 3:15.) El mal gobierno de Jehoiaquim durante unos once años (628-618 a. E.C.) estuvo marcado por la injusticia, la opresión y el asesinato. (2Cr 36:5; Jer 22:17; Jer 52:2.) Además, durante su reinado, las partidas merodeadoras de los caldeos, sirios, moabitas y ammonitas hostigaron a Judá. (2Re 24:2.)
Tras la muerte del rey Josías<, el pueblo de Judá por alguna razón nombró rey a Jehoacaz, el hermano más joven de Eliaquim. Unos tres meses más tarde, el faraón Nekoh (Nekó) tomó cautivo al rey Jehoacaz e hizo rey a Eliaquim, que entonces tenía veinticinco años, y le cambió el nombre al de Jehoiaquim. También impuso una cuantiosa multa al reino de Judá. El rey Jehoiaquim se valió de impuestos para obtener de sus súbditos la plata y el oro con los que pagar la multa. (2Re 23:34-36; 2Cr 36:3-5.) A pesar de la carga financiera que ya pesaba sobre el pueblo, Jehoiaquim planeó edificar un nuevo y lujoso palacio. Quizás con el fin de mantener el costo bajo, retuvo de manera opresiva el salario de los trabajadores. Como consecuencia, Jehová pronunció ayes sobre este gobernante inicuo por medio de Jeremías, indicando que tendría el entierro de un asno. (Jer 22:13-19.)
A principios del reinado de Jehoiaquim, Jeremías advirtió que a menos que el pueblo se arrepintiera, Jerusalén y su templo serían destruidos. Después, se amenazó de muerte al profeta. Sin embargo, Ahiqam, un hombre prominente, salió en defensa de Jeremías y le salvó de recibir daño. Con anterioridad, una profecía similar pronunciada por Uriya había encolerizado a Jehoiaquim de tal manera que decidió matarlo. Aunque el temeroso Uriya huyó a Egipto, no escapó de la ira del rey: Jehoiaquim hizo que lo trajeran de regreso y lo mató con la espada. (Jer 26:1-24.)
Durante el año cuarto de su reinado (625 a. E.C.), Jehoiaquim fue testigo de la derrota que Nabucodonosor infligió al faraón Nekó en una batalla por la dominación de Siria y Palestina. Esta batalla se peleó en Carquemis, junto al Éufrates, a más de 600 Km. al N. de Jerusalén. (Jer 46:1, 2.) En aquel mismo año, Jeremías empezó a dictar a su secretario Baruc las palabras de Jehová dirigidas contra Israel, Judá y todas las naciones, y a registrar los mensajes que habían empezado a expresarse desde el año decimotercero del reinado de Josías en adelante, cuando Jehoiaquim tenía unos seis años de edad. Casi un año después, en el noveno mes lunar (Kislev, que cae entre noviembre y diciembre), el rollo que contenía el mensaje dictado se leyó ante el rey Jehoiaquim. Tan pronto como Jehudí leyó tres o cuatro columnas-páginas, aquella sección fue cortada y arrojada al fuego que ardía en el brasero de la casa de invierno del rey. De esta forma se echó al fuego todo el rollo, sección por sección. Jehoiaquim no hizo caso cuando tres de sus príncipes le suplicaron que no quemase el rollo y se opuso en especial a las palabras proféticas que señalaban la desolación de Judá a manos del rey de Babilonia, lo que parece dar a entender que Nabucodonosor todavía no había ido contra Jerusalén ni había hecho a Jehoiaquim vasallo suyo. (Jer 36:1-4, 21-29.)
Segundo de los Reyes 24:1 muestra que Nabucodonosor ejerció presión sobre el rey de Judea, “de modo que Jehoiaquim llegó a ser su siervo [o vasallo] por tres años. Sin embargo, [Jehoiaquim] se volvió y se rebeló contra él [Nabucodonosor]”. Al parecer, es a este tercer año de Jehoiaquim como rey vasallo de Babilonia al que se hace referencia en Daniel 1:1. No podía ser el tercer año de su reinado sobre Judá (que duró once años), pues en aquel tiempo Jehoiaquim no era un vasallo de Babilonia, sino del faraón Nekó de Egipto. Hasta el cuarto año del gobierno de Jehoiaquim sobre Judá no acabó Nabucodonosor con la dominación egipcia sobre Siria y Palestina mediante su victoria en Carquemis (625 a. E.C., al parecer después de Nisán). (Jer 46:2.) Ya que la rebelión de Jehoiaquim contra Babilonia provocó su caída después de unos once años en el trono, el principio de su vasallaje de tres años a Babilonia debe haber empezado hacia el fin de su octavo año de gobernación, es decir, a principios de 620 a. E.C.
El relato de Daniel (Da 1:1, 2) dice que Nabucodonosor fue contra Jerusalén y la sitió, y que tanto Jehoiaquim como algunos utensilios del templo fueron entregados al rey de Babilonia. Sin embargo, el relato de 2 Reyes 24:10-15 habla del sitio de Jerusalén por los babilonios y muestra que el hijo de Jehoiaquim, Joaquín, cuyo reinado duró solo tres meses y diez días, capituló y salió al encuentro de los babilonios. Por lo tanto, parece ser que Jehoiaquim murió durante el sitio de la ciudad, quizás en la primera parte del mismo. La profecía de Jehová dada por medio de Jeremías (Jer 22:18, 19; 36:30) indicó que Jehoiaquim no recibiría un entierro digno: su cadáver tenía que yacer desatendido fuera de las puertas de Jerusalén, expuesto al calor del sol de día y a la escarcha de noche. No se revela exactamente de qué manera fue dado Jehoiaquim ‘en manos de Nabucodonosor’. (Daniel 1:2.) Puede haber sido en el sentido de haber muerto durante el sitio y que su hijo tuviese que ir después al cautiverio, de modo que el linaje de Jehoiaquim sufrió la pérdida del reinado a manos de Nabucodonosor. No hay modo de confirmar la tradición judía (registrada por Josefo) de que Nabucodonosor mató a Jehoiaquim (Joacim) y mandó que se arrojase su cuerpo muerto fuera de los muros de Jerusalén. (Antigüedades Judías, libro X, cap. VI, sec. 3.) Sea cual fuere el medio por el que le llegó la muerte a Jehoiaquim, parece que no se dio el uso previsto a los grilletes de cobre que Nabucodonosor había llevado para encadenarle. (2Cr 36:6.)
Después del sitio de Jerusalén, durante el “año tercero” de Jehoiaquim (como rey vasallo), Daniel y otros de Judá, entre los que había nobles y miembros de la familia real, fueron llevados al exilio a Babilonia. No habiendo otro registro de un exilio babilonio anterior, esto parece situar el acontecimiento en el corto reinado de Joaquín, el hijo y sucesor de Jehoiaquim. (2Re 24:12-16; Jer 52:28.)
Después de la rendición de Joaquín, Nabucodonosor hizo ascender al trono de Judá a su tío Sedequías. (2Cr 36:9, 10.) Así cumplió la profecía de Jeremías, según la cual Jehoiaquim no tendría a nadie que se sentara sobre el trono de David. (Jer 36:30.) Joaquín tan solo gobernó tres meses y diez días.
1. Jerahmeel, Primogénito de Hezrón, el nieto de Judá. El linaje real y mesiánico pasó a través de su hermano Ram (al parecer es la misma persona que Arní). El registro bíblico presenta una genealogía muy detallada de los descendientes de Jerahmeel, algunos de los cuales se avecindaron en el S. de Judá. (1Cr 2:4, 5, 9-15, 25-42; 1Sa 27:10; Lu 3:33.)
Jerahmeelitas - (De [Pertenecientes a] Jerahmeel). Descendientes de Judá por medio de Jerahmeel, el hijo de Hezrón. (1Cr 2:4, 9, 25-27, 33, 42.) Los jerahmeelitas vivían en el S. de Judá, al parecer en la misma región que los amalequitas, los guesuritas y los guirzitas, contra quienes David realizó incursiones mientras residía entre los filisteos cuando huía del rey Saúl. Al regresar de dichas incursiones, David informaba de manera ambigua que las había realizado “sobre el sur de Judá y sobre el sur de los jerahmeelitas y sobre el sur de los quenitas”. Por lo tanto, el rey filisteo Akís sobreentendía que David había atacado a los israelitas, y de esta manera se había hecho un hedor entre su pueblo, lo que realzaba su valía para Akís. (1Sa 27:7-12.) La realidad es que después David compartió su botín de guerra con los ancianos de “las ciudades de los jerahmeelitas”. (1Sa 30:26, 29.)
2. Jerahmeel, Hijo o descendiente de un levita de la familia de Merarí llamado Quis. (1Cr 24:26, 29; 23:21.)
3. Jerahmeel, Uno de los tres hombres a quienes el rey Jehoiaquim envió durante su quinto año con la orden de prender a Jeremías y a Baruc. No obstante, volvieron con las manos vacías, porque Jehová mantuvo ocultos a sus siervos. (Jer 36:9, 26.)
Dado que Joaquín, el sucesor de Jehoiaquim y seguramente su primogénito, solo tenía doce años de edad durante el quinto año de reinado de su padre, los demás hijos de Jehoiaquim debían ser aún más jóvenes, demasiado como para que se les encomendase la misión de Jerahmeel. (2Re 23:36; 24:6, 8.) Por lo tanto, el que se le llame “el hijo del rey” parece indicar, no que fuese descendiente del rey Jehoiaquim, sino que era un oficial perteneciente a la familia real, o que entre sus antepasados se contaba algún rey.
Es interesante el descubrimiento de la impronta de un sello que según se cree es del siglo VII a. E.C. y que lee: “Perteneciente a Jerahmeel, el hijo del rey”. (Israel Exploration Journal, Jerusalén, 1978, vol. 28, pág. 53.)
Hermano de Goliat el guitita. El relato de 1 Crónicas 20:5 dice en parte que “Elhanán hijo de Jaír logró derribar a Lahmí el hermano de Goliat el guitita” durante una batalla contra los filisteos. Pero, por otra parte, el relato paralelo de 2 Samuel 21:19 dice: “Elhanán hijo de Jaaré-oreguim el betlemita logró derribar a Goliat el guitita”. Al parecer, en este último versículo el copista leyó equivocadamente behth hal·laj·mí (betlemita) en lugar de ’eth-laj·mí (“Lahmí”; el término hebreo ’eth tan solo indica que Lahmí es el complemento de un verbo). El texto original probablemente dijera “logró derribar a Lahmí”, como lee el relato paralelo de 1 Crónicas 20:5. De este modo los dos textos armonizarían en este punto e indicarían que Lahmí era el hermano del Goliat a quien David mató. No obstante, también es posible que hubieran existido dos personajes de nombre Goliat.
1. Maaseya, Músico levita de la división segunda.
1. Maaseya, Músico levita de la división segunda que tocaba un instrumento de cuerda cuando se trasladó el arca de Jehová de la casa de Obed-edom a Jerusalén en el tiempo de David. (1Cr 15:17-20, 25.)
2. Maaseya, Uno de los “jefes de centenas” con los que el sumo sacerdote Jehoiadá hizo un pacto para proclamar a Jehoás rey legítimo de Judá en vez de la usurpadora Atalía. (2Cr 23:1.)
3. Maaseya, Funcionario que estaba bajo el control de Hananías, un príncipe del rey Uzías de Judá. Por lo visto, estuvo implicado en la inscripción de las fuerzas militares de Uzías. (2Cr 26:11.)
4. Maaseya, “Hijo del rey” (descendiente del rey Acaz de Judá o, posiblemente, un funcionario de ascendencia real) al que Zicrí, un efraimita, dio muerte cuando Péqah, el rey de Israel, invadió Judá. (2Cr 28:1, 6, 7.)
5. Maaseya, Jefe de la ciudad de Jerusalén y uno de los hombres a los que envió el rey Josías para reparar la casa de Jehová. (2Cr 34:8.)
6. Maaseya, Sacerdote cuyo hijo Sofonías fue contemporáneo de Jeremías. (Jer 21:1; 29:25; 37:3.)
7. Maaseya, Padre de Sedequías, un profeta falso del día de Jeremías. (Jer 29:21.)
8. Maaseya, Hijo de Salum, el guarda de la puerta, y seguramente levita. Un comedor del templo llevaba su nombre. (Jer 35:4.)
9. Maaseya, Uno de los hijos de los sacerdotes, de la casa de Jesúa, que figuraban entre los que tomaron esposas extranjeras, pero que las despidieron en el tiempo de Esdras. (Esd 10:18, 19, 44.)
10. Maaseya, Sacerdote “de los hijos de Harim” que se hallaba entre los que se casaron con extranjeras, pero que las despidieron en el tiempo de Esdras. (Esd 10:21, 44.)
11. Maaseya, Sacerdote “de los hijos de Pasjur” que también estaba entre los que despidieron a sus esposas extranjeras. (Esd 10:22, 44.)
12. Maaseya, Israelita “de los hijos de Pahat-moab” que figuraba entre los que despidieron a sus esposas extranjeras. (Esd 10:25, 30, 44.)
13. Maaseya, Padre, o antepasado, de cierto Azarías, uno de los que trabajaron en la reparación del muro de Jerusalén bajo la supervisión de Nehemías. (Ne 3:23.)
14. Maaseya, Hombre que estuvo de pie a la derecha de Esdras cuando este leyó la Ley a los israelitas congregados en Jerusalén. (Ne 8:2, 4.)
15. Maaseya, Levita que ayudó al sacerdote Esdras a explicar la Ley a los israelitas reunidos en Jerusalén. (Ne 8:7.)
16. Maaseya, Uno de “los cabezas del pueblo”, o su descendiente, que autenticaron con su sello el “arreglo fidedigno” pactado en tiempos de Nehemías. (Ne 9:38; 10:1, 14, 25.)
17. Maaseya, Hombre de Judá que residió en Jerusalén con posterioridad al destierro en Babilonia. (Ne 11:4, 5.) Quizás fuera la misma persona que el Asaya mencionado en 1 Crónicas 9:5.
18. Maaseya, Benjamita antepasado de Salú, un residente en Jerusalén en el tiempo de Nehemías. (Ne 11:7.)
19. Maaseya, Sacerdote que tomó parte en la ceremonia de dedicación del muro de Jerusalén en tiempos de Nehemías. (Ne 12:41.)
20. Maaseya, Otro sacerdote que participó en la dedicación del muro de Jerusalén en el día de Nehemías. (Ne 12:42.)
Nombre babilonio que el oficial principal de la corte de Nabucodonosor dio a Misael, compañero de Daniel. El significado de este nuevo nombre es incierto, pero quizás hiciera referencia a Aku, una deidad sumeria.
Mantiene integridad durante su juventud. A Mesac (Misael) se le llevó cautivo desde Jerusalén a Babilonia junto con otras personas, entre ellas Joaquín, en el año 617 a. E.C. A Misael, Azarías, Hananías y Daniel se les sometió a un período de aprendizaje de tres años en la corte real, y al final del mismo superaron a los propios consejeros del rey. (2Re 24:1, 6, 8, 12-16; Da 1:1-7, 17-20.) Durante este tiempo, su devoción a Dios permaneció inquebrantable, pues hasta rehusaron contaminarse con los manjares del rey. (Da 1:8-16.)
Hay tres posibles razones para que consideraran ‘contaminados’ los manjares del rey:
1) los babilonios comían animales que de acuerdo con la ley de Moisés eran inmundos,
2) no siempre los desangraban bien y a veces posiblemente los estrangulaban y
3) los paganos solían sacrificar animales a sus deidades, y para ellos comer aquella carne formaba parte de su adoración. (Da 1:8; compárese con 1Co 10:18-20, 28.)
Daniel alcanzó luego un puesto gubernamental elevado en la corte del rey, y a petición suya, Nabucodonosor nombró a Mesac, Sadrac y Abednego sobre la administración del distrito jurisdiccional de Babilonia. (Da 2:48, 49.)
Se niega a inclinarse ante la imagen. La atención del rey se centró de nuevo en Mesac y sus dos compañeros, cuando se negaron a inclinarse ante la colosal imagen que Nabucodonosor había erigido delante de los restantes funcionarios del gobierno. Tenían plena fe en Jehová, por lo que rehusaron adorar a los dioses del rey. Fuera que Dios los librase del horno ardiente o no, mantendrían su integridad más bien que transigir para que se les librara. (En Heb 11:34, 35 se habla de los que “detuvieron la fuerza del fuego” y que “rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor”.) Debido a la fe que mostraron, Jehová utilizó un ángel para salvarlos. De hecho, cuando salieron, “el olor del fuego mismo no les había venido”. Nabucodonosor, que se había encolerizado tanto que antes de arrojar en el horno a los tres hombres, había ordenado que se calentara siete veces más de lo usual, reconoció entonces el poder del Dios de ellos para librarlos. Además, emitió una orden para que se desmembrase a cualquiera que dijese algo malo contra el Dios de Mesac y se convirtiera su casa en excusado público. (Da 3:1-30.)
1. Mesulam, Cabeza de familia de la tribu de Benjamín que residió en Jerusalén; era hijo de Elpaal. (1Cr 8:1, 17, 18, 28.)
2. Mesulam, Gadita importante que residía en Basán y que fue registrado genealógicamente como hijo de Abiháil. Vivió durante los reinados de Jotán y Jeroboán II (al parecer se trata de dos registros diferentes, pues sus reinados no coincidieron en el tiempo). (1Cr 5:11, 13, 14, 16, 17.)
3. Mesulam, Abuelo o antepasado de Safán, el secretario del rey Josías. (2Re 22:3.)
4. Mesulam - (Salum 7) Padre o antepasado del sumo sacerdote Hilquías, que ofició durante el reinado de Josías. (1Cr 9:11; Ne 11:11.) Puede que él mismo haya sido sumo sacerdote. Algunos de sus descendientes se asentaron en Jerusalén a su regreso del destierro en Babilonia. Al parecer se le llama Salum en 1 Crónicas 6:12, 13 y Esdras 7:2.
5. Mesulam, Levita qohatita que se encargó de las reparaciones del templo durante el reinado de Josías. (2Cr 34:1, 8, 12.)
6. Mesulam, Sacerdote cuyos descendientes vivieron en Jerusalén (al menos durante tres generaciones) después del exilio en Babilonia. (1Cr 9:2, 3, 10, 12.)
7. Mesulam, Benjamita cuyo hijo Salú fue cabeza de familia en Jerusalén después del exilio babilonio. (1Cr 9:3, 7, 9.) Presumiblemente sea el mismo que se menciona en Nehemías 11:7.
8. Mesulam, Cabeza de familia de la tribu de Benjamín que residió en Jerusalén con posterioridad al exilio. (1Cr 9:3, 7-9.)
9. Mesulam, Hijo del gobernador Zorobabel mencionado en primer lugar; descendiente del rey David. (1Cr 3:1, 19.)
10. Mesulam, Cabeza de la casa paterna sacerdotal de Esdras en el tiempo de Joiaquim, el sucesor de Jesúa. (Ne 12:12, 13.) Es probable que se trate del mismo que el núm. 18 o el 19.
11. Mesulam, Cabeza de la casa paterna de sacerdotes fundada por Guinetón; vivió en los días de Joiaquim. (Ne 12:12, 16.) Posiblemente se trate del mismo que el núm. 18 o el 19.
12. Mesulam, Portero contemporáneo de Joiaquim, Esdras y Nehemías. (Ne 12:25, 26.)
13. Mesulam, Cabeza del pueblo congregado junto al río Ahavá para viajar a Jerusalén con Esdras en 468 a. E.C. Mesulam estuvo entre los que Esdras asignó para reunir levitas y netineos que también hiciesen el viaje. (Esd 8:15-20.) Quizás sea el mismo que el núm. 16, el 17, el 20 o el 21.
14. Mesulam, Levita que tal vez se opuso a la exhortación de despedir a las esposas extranjeras que Esdras halló entre los israelitas a su regreso a Jerusalén. No obstante, también puede entenderse que solo se opuso al procedimiento de despedida. (Esd 10:10-15; nota.)
15. Mesulam, ‘Hijo’ o descendiente de Baní que obedeció la exhortación de Esdras de que despidiesen a sus esposas e hijos extranjeros. (Esd 10:29, 44.)
16. Mesulam, Hijo de Berekías que, a las órdenes del gobernador Nehemías, reparó dos secciones del muro de Jerusalén. (Ne 3:4, 30.) Además, Mesulam dio su hija en matrimonio a Jehohanán, el hijo de Tobías el ammonita, una unión que provocó divisiones entre el pueblo repatriado. (Ne 6:17-19; 4:3; véase núm. 13.)
17. Mesulam, Uno de los hombres que reedificaron la Puerta de la Ciudad Vieja durante las obras de reparación del muro dirigidas por Nehemías; era hijo de Besodeya. (Ne 3:6; véase núm. 13.)
18. Mesulam, Uno de los hombres que se mantuvo a la izquierda de Esdras mientras este leía la Ley a la multitud que se congregó el séptimo mes del año 455 a. E.C. Es probable que fuera sacerdote. (Ne 8:2, 4; véanse núms. 10 y 11.)
19. Mesulam, Sacerdote, o su antepasado, que apoyó el pacto de fidelidad que los levitas propusieron. (Ne 9:5, 38; 10:1, 7, 8; véanse núms. 10 y 11.)
20. Mesulam, Cabeza del pueblo cuyo descendiente, si no él mismo, también atestiguó este mismo contrato. (Ne 10:1, 14, 20; véase núm. 13.)
21. Mesulam, Al parecer, un príncipe de Judá que marchó en una de las procesiones de inauguración del muro de Jerusalén. (Ne 12:32, 33; véase núm. 13.)
1. Misael, Levita qohatita hijo de Uziel. (Éx 6:18, 22.) Después que Jehová ejecutó a Nadab y Abihú, hijos de Aarón, por ofrecer fuego ilegítimo, Misael y su hermano Elzafán llevaron sus cadáveres fuera del campamento. (Le 10:1-5.)
2. Misael - (Mesac) Nombre original de uno de los tres compañeros judaítas de Daniel. El principal oficial de la corte de Babilonia le llamó “Mesac”. (Da 1:6, 7.)
3. Misael, Uno de los hombres que estuvieron de pie a la izquierda de Esdras cuando este leyó del libro de la Ley a los judíos congregados en Jerusalén después del destierro en Babilonia. (Ne 8:3, 4.)
Principal de la tribu de Judá cuando los israelitas estaban en el desierto. Era el hijo de Aminadab y pertenecía a la quinta generación desde Judá. (1Cr 2:3-10.) Su hermana era la esposa de Aarón. (Éx 6:23.) Nahsón constituyó un eslabón en la línea de descendencia que condujo a David y a Jesús, pues fue padre de Salmón, el marido de Rahab, y abuelo de Boaz, el marido de Rut. (1Cr 2:11-15; Rut 4:20; Mt 1:4-6, 16; Lu 3:32.)
Como era un principal de Judá, la tribu más importante de Israel, ayudó a Moisés en el primer censo que se hizo en el desierto de hombres para el ejército. Presentó una contribución para el servicio del tabernáculo cuando se inauguró el altar, y estuvo a la cabeza del ejército de 74.600 hombres de Judá que iba delante cuando Israel marchaba. (Nú 1:2-7; 2:3, 4; 7:2, 11, 12-17; 10:14.)
1. Ozem, Cuarto hijo mencionado por nombre de Jerahmeel.
1. Ozem, Cuarto hijo mencionado por nombre de Jerahmeel, de la tribu de Judá. (1Cr 2:25.)
2. Ozem, Sexto hijo mencionado por nombre de Jesé y hermano mayor de David, de la tribu de Judá. (1Cr 2:13, 15.)
1. Pasjur, Padre de Guedalías, uno de los príncipes de Judá responsables de haber echado a Jeremías a una cisterna. (Jer 38:1, 4, 6.)
2. Pasjur, Príncipe de la delegación que el rey Sedequías envió para inquirir de Jeremías sobre el futuro de Jerusalén. (Jer 21:1, 2.) Pasjur también hizo petición al rey a fin de que se diera muerte a Jeremías. (Jer 38:1, 4, 6.) En estos dos pasajes, se llama a Pasjur “hijo de Malkiya”. La familia de sacerdotes que regresó del exilio en Babilonia contiene un eslabón similar en su genealogía: “Pasjur hijo de Malkiya”. (1Cr 9:12; Ne 11:12.) Si el príncipe Pasjur fue en efecto un sacerdote, tal vez haya sido aquel de quien derivaron su nombre los “hijos de Pasjur” (núm. 4).
3. Pasjur, Sacerdote, “hijo [o descendiente] de Imer, [...] el principal comisionado en la casa de Jehová”. Se opuso a las profecías de Jeremías, lo golpeó, lo puso en el cepo y lo dejó libre al día siguiente. Debido a ello, Jehová predijo por medio de Jeremías el cautiverio y la muerte de Pasjur en Babilonia, y por consiguiente le cambió su nombre de Pasjur a “Terror todo en derredor” (heb. Ma·ghóhr mis·sa·vív; Jer 20:1-6), expresión que aparece varias veces en el libro de Jeremías. (Jer 6:25; 20:3, 10; 46:5; 49:29.)
4. Pasjur, “Los hijos de Pasjur” fueron una casa paterna de sacerdotes. Mil doscientos cuarenta y siete regresaron del exilio con el sacerdote Jesúa en 537 a. E.C. (Esd 2:1, 2, 36, 38; Ne 7:41.) Seis de ellos tomaron esposas extranjeras, pero las despidieron después que llegó Esdras en 468 a. E.C. (Esd 10:22, 44; véase núm. 2.)
5. Pasjur, Sacerdote, o antepasado de uno, que en el tiempo del gobernador Nehemías apoyó el pacto de no tomar esposas extranjeras. (Ne 9:38; 10:1, 3, 8.)
1. Temán, Descendiente de Esaú por la línea de su primogénito Elifaz (Gé 36:10, 11; 1Cr 1:35, 36); fue un jeque edomita. (Gé 36:15, 16, 34, 42.)
2. Temán, Lugar que muchos eruditos identifican con Tawilan, a unos 5 Km. al E. de Petra. Debió ser una ciudad o un distrito edomita (la tierra de los temanitas), donde residían los descendientes de Temán. (Gé 36:34; Jer 49:7, 20; Eze 25:13; Am 1:11, 12; Abd 9.) El lugar se hizo famoso como el centro de la sabiduría edomita. (Jer 49:7.) En el libro de Habacuc se dice que Dios viene desde “Temán, aun un Santo desde el monte Parán”. Este texto puede referirse a que Jehová brilló en gloria, y las montañas reflejaron su esplendor, mientras llevaba a su nación recién formada más allá de Edom, hacia la Tierra Prometida. (Hab 3:3, 4; compárese con Dt 33:2.)
★Temanita
(De [Perteneciente a] Temán).
Por lo general se entiende que este término se refiere a los nativos de Temán (Edom). Un antiguo rey edomita, Husam, era originario de “la tierra de los temanitas”, y Elifaz, uno de los tres compañeros de Job, era temanita. (Gé 36:31-34; Job 2:11; 4:1; 42:7.) Como se cree que la tierra de Uz, donde residía Job, se hallaba cerca de Edom, no es improbable que Elifaz procediese de Temán. No obstante, según algunos eruditos, cabe la posibilidad de que el Elifaz mencionado en el libro de Job no fuese natural de Temán, sino de Temá, lugar que se identifica con un oasis de la península arábiga situado a unos 400 Km. al SE. de Ezión-guéber. (Job 6:19.)
1. Uzías, Levita qohatita; “hijo” de Uriel.
1. Uzías, Levita qohatita; “hijo” de Uriel. (1Cr 6:22-24.)
2. Uzías, Persona cuyo hijo, Jonatán, era funcionario del gobierno del rey David. (1Cr 27:25.)
3. Uzías - (Azarías 13) Rey de Judá, también llamado Azarías. A Uzías, hijo de Amasías y de su esposa Jecolías, se le atribuye un reinado de cincuenta y dos años (829-778 a. E.C.). En el reino septentrional gobernaron sucesivamente durante este período Jeroboán II, Zacarías, Salum, Menahem, Peqahías y Péqah. (2Re 15:1, 2, 8, 10, 13, 14, 17, 23, 25, 27; 2Cr 26:3.) Los profetas Isaías (1:1; 6:1), Oseas (1:1), Amós (1:1) y tal vez Joel fueron contemporáneos de Uzías. En el transcurso de su reinado ocurrió un terremoto de gran magnitud. (Zac 14:5.)
Después de la muerte de su padre, el pueblo de Judá hizo rey a Uzías cuando solo contaba con dieciséis años de edad. (2Re 14:21; 2Cr 26:1.) Sin embargo, según 2 Reyes 15:1, Uzías llegó a ser rey en el año vigésimo séptimo del rey israelita Jeroboán (II). Como esto colocaría el comienzo del gobierno de Uzías aproximadamente doce años después de la muerte de su padre, la referencia del pasaje mencionado debe aludir a ‘llegar a ser rey’ en un sentido especial. Es posible que en el año vigésimo séptimo del rey Jeroboán, el reino de dos tribus de Judá se liberase de su sujeción al reino septentrional, sujeción que pudo haber empezado cuando el rey israelita Jehoás derrotó a Amasías, el padre de Uzías. (2Cr 25:22-24.) Por consiguiente, puede que Uzías llegase a ser rey por segunda vez en el sentido de estar libre de la dominación del rey israelita Jeroboán (II).
Uzías hizo lo que “era recto a los ojos de Jehová”. Esto se debió principalmente a que prestó atención a la buena instrucción de cierto Zacarías (no el profeta del mismo nombre que vivió en un período posterior). Pero sus súbditos continuaron haciendo sacrificios indebidos en los lugares altos. (2Re 15:3, 4; 2Cr 26:4, 5.)
Uzías se hizo famoso por las victorias militares que consiguió con la ayuda de Jehová. Devolvió Elat (Elot) al reino de Judá y reedificó esta ciudad situada en la cabecera del golfo de `Aqaba. Derrotó a los filisteos, penetró en los muros de Gat, Jabné y Asdod, y edificó ciudades en el territorio de Asdod. Además, consiguió victorias sobre los árabes y los meunim, e hizo a los ammonitas tributarios de Judá. Su poderosa y bien equipada fuerza de combate llegó a estar formada por 307.500 hombres bajo el control de 2.600 cabezas de casas paternas. Reforzó las fortificaciones de Jerusalén y construyó máquinas de guerra. (2Re 14:22; 2Cr 26:2, 6-9, 11-15.)
También demostró un gran interés en la agricultura y la ganadería, abrió un gran número de cisternas para abastecer de agua al ganado y edificó torres en el desierto, seguramente para proteger de los merodeadores a los rebaños que pacían en aquellos lugares. Además, bajo su dirección se llevó a cabo un programa de labranza y cultivo de viñas en el monte Carmelo. (2Cr 26:10.)
Al parecer, los brillantes éxitos de Uzías propiciaron el que se hiciese altivo hasta el punto de invadir el compartimiento Santo del templo para quemar incienso. El sumo sacerdote Azarías, acompañado de 80 sacerdotes, entró inmediatamente en el templo detrás del rey y lo censuró por este acto ilegal, instándolo a dejar el Santuario. Mientras tenía el incensario para quemar incienso en su mano y estaba enfurecido con los sacerdotes, Uzías fue herido de lepra en su frente de manera milagrosa, ante lo cual los sacerdotes lo hicieron salir apresuradamente del templo. Como leproso inmundo, Uzías fue excluido de toda adoración en el santuario y dejó de desempeñar los deberes reales. Permaneció en una casa hasta el día de su muerte y su hijo Jotán fue quien administró los asuntos de estado. (2Cr 26:16-21.)
Segundo de Crónicas 26:23 informa con respecto a su muerte y entierro: “Por fin Uzías yació con sus antepasados; así que lo enterraron con sus antepasados, pero en el campo de entierro que pertenecía a los reyes, porque dijeron: ‘Es leproso’”. Esto tal vez signifique que debido a su lepra, Uzías fue enterrado en el suelo de un campo colindante al cementerio real, en lugar de ser colocado en una tumba labrada en la roca.
Una placa de piedra caliza hallada en Jerusalén y que, según se cree, data del siglo I E.C., lleva la siguiente inscripción: “Aquí se trajeron los huesos de Uzías, rey de Judá. No abrir”. (GRABADO, vol. 1, pág. 960.)
4. Uzías, Sacerdote levita de “los hijos de Harim” (1Cr 24:8; Esd 2:36, 39) que estuvo entre los que despidieron a sus esposas extranjeras en cumplimiento de la exhortación de Esdras. (Esd 10:10, 11, 21, 44.)
5. Uzías, Descendiente de Judá por el linaje de Pérez; su “hijo” Ataya figura entre los residentes de Jerusalén en tiempos de Nehemías. (Ne 11:4.)
Conocido de Pablo sobre el que el apóstol dijo a Tito: “Cuidadosamente suministra lo de su viaje a Zenas [...] y a Apolos”. (Tit 3:13.) Zenas debía hallarse por entonces en la isla de Creta, pero no se especifica hacia dónde se dirigían él y Apolos, si era a Nicópolis, donde Pablo esperaba reunirse con Tito (Tit 3:12), o a algún otro lugar. Pablo dice que Zenas estaba “versado en la Ley [mosaica]”, lo que parece dar a entender que o era judío o un prosélito judío convertido al cristianismo. El que tuviese un nombre griego parece favorecer esta última conclusión, aunque no puede considerarse una prueba definitiva, pues en el siglo I E.C. era frecuente que los judíos tuviesen nombres griegos, como sucedía en los casos de Justo, Dorcas y Marcos. (Hch 1:23; 9:36; 12:25.)