1. Abdá, Padre de Adoniram.
1. Abdá, Padre de Adoniram. (1Re 4:6.) Durante los reinados de David y Salomón, su hijo, Adoniram, fue un príncipe sobre los reclutados para trabajos forzados, y debió ser el Adoram, o Hadoram, referido en otros textos. (2Sa 20:24; 1Re 12:18; 2Cr 10:18.) De esto se desprende que Abdá probablemente fue contemporáneo del rey David.
2. Abdá, Descendiente de Jedutún, de la tribu de Leví. (Ne 11:17, 18.) El levita Abdá debió ser el mismo personaje que el “Abdías” mencionado en 1 Crónicas 9:16. Fue uno de los exiliados que regresaron de Babilonia a Jerusalén.
Príncipe y administrador capaz; era hijo de Abdá. Adoniram fue supervisor de los reclutados para trabajos forzados durante los reinados de David, Salomón y Rehoboam, y desempeñó un papel importante en los muchos proyectos de construcción de Salomón. Posteriormente, cuando en 997 a. E.C. Cuando Rehoboam no accedió a aligerar el pesado yugo que Israel había soportado bajo la gobernación de Salomón, las diez tribus se rebelaron contra el gobierno opresivo de Rehoboam en Siquem, el rey envió al reclutador Adoram (Hadoram, Adoniram), pero los israelitas “lo lapidaron, de modo que murió”. Adoniram (Adoram) sería para entonces de edad avanzada, pues había comenzado a servir en tiempos de David como supervisor de la leva. (2Cr 10:18.) Se le llama Adoniram (1Re 4:6; 5:14), Adoram (2Sa 20:24; 1Re 12:18) y Hadoram. (2Cr 10:18.)
Último de los cuatro hijos de Hélem mencionado por nombre. Su nombre figura entre “los hijos de Aser, cabezas de la casa de los antepasados, hombres selectos, valientes y poderosos, cabezas de los principales”. (1Cr 7:35, 40.)
1. Aram, Quinto y último en la lista de los cinco hijos de Sem. Aram y sus cuatro hijos —Uz, Hul, Guéter y Mas— constituyeron cinco de las setenta familias postdiluvianas. Sus descendientes fueron los arameos y los sirios. (Gé 10:22, 23; 1Cr 1:17.)
2. Aram, Hijo de Quemuel y nieto de Nacor, el hermano de Abrahán. Por consiguiente, fue sobrino nieto de Abrahán y sobrino segundo de Isaac. Por otra parte, Aram era primo de Rebeca, ya que el padre de esta, Betuel, era tío suyo. Aunque la familia de Nacor no abandonó Mesopotamia junto con Abrahán, años más tarde “le llegó a Abrahán el informe” acerca de la progenie de Nacor y sobre Aram. (Gé 22:20-23; 11:27, 31; 24:4, 10.)
3. Aram, Uno de los cuatro “hijos de Sémer” (Somer), de la tribu de Aser, que están incluidos en la lista de los “cabezas de la casa de los antepasados, hombres selectos, valientes y poderosos, cabezas de los principales”. (1Cr 7:31, 32, 34, 40.) Tanto Aram como su padre nacieron en Egipto, pues su abuelo y su bisabuelo figuran entre los descendientes de Jacob “que entraron en Egipto”. (Gé 46:8, 17.)
4. Aram, En la Versión Valera el nombre Aram aparece en Mateo 1:3, 4 y en Lucas 3:33. (Véanse Arní; Ram 1.)
5. Aram - (Aram-naharaim, Aram-Zobá, Aram-maacá) - Arameo,
El nombre “Aram” se usa en un sentido geográfico —tanto por sí solo como unido a otros términos— para referirse a las regiones en las que se concentraron los descendientes de Aram 1.
Aram fue uno de los hijos de Sem. Sus descendientes, los arameos, vivieron principalmente en la región que va desde las montañas del Líbano hasta Mesopotamia y desde los montes Tauro, al norte, hasta más allá de Damasco, al sur. Esta región, llamada Aram en hebreo, más tarde fue llamada Siria, y sus habitantes, sirios (Gé 25:20; Dt 26:5; Os 12:12).
Aram, cuando va solo, aplica básicamente a Siria, y así es como se suele traducir. (Jue 10:6; 2Sa 8:6, 12; 15:8; Os 12:12.) Incluía la región que se extiende desde las montañas del Líbano hasta Mesopotamia y desde los montes Tauro, al N., hasta Damasco y más allá, al S.
Aram-naharaim (Sl 60, encab.) por lo general se traduce por la palabra griega “Mesopotamia”, que, según se cree, significa “Tierra Entre Ríos”. Los dos ríos eran el Tigris y el Éufrates. Esteban dice que Abrahán vivía en Mesopotamia cuando aún estaba en Ur de los caldeos (Hch 7:2), y muchos años después de salir de Ur, al enviar a su siervo a buscar una esposa para Isaac, Abrahán le dijo que fuera a la ciudad de Nacor, en (la Alta) Mesopotamia (Aram-naharaim). (Gé 24:2-4, 10.) Balaam de Petor también era de una región montañosa de la zona N. de Mesopotamia. (Dt 23:4; compárese con Nú 23:7.)
Padán-aram se usa en particular con referencia a la zona que rodea la ciudad de Harán, en la parte septentrional de Mesopotamia. (Gé 25:20; 28:2-7, 10; véase Padán.)
Los arameos, descendientes semitas de Aram, se encontraban por todas estas zonas. Además, el nombre de Uz, uno de los cuatro hijos de Aram, se aplica a la región del desierto de Arabia que está al E. de la Tierra Prometida y que colinda con las fronteras de Edom. (Job 1:1; Lam 4:21.) La lengua aramea tenía un estrecho parentesco con el hebreo, y con el tiempo se convirtió en un idioma internacional tanto para el comercio como para la diplomacia en todas las regiones de la Media Luna Fértil. (2Re 18:26; véase ARAMEO.)
En Deuteronomio 26:5 se llama a Jacob el “sirio” (literalmente, “arameo”), sin duda debido a los veinte años de residencia en Aram con su suegro Labán, también arameo. Asimismo, Rebeca, la madre de Jacob, era aramea, al igual que sus esposas Lea y Raquel. Por lo tanto, los israelitas estaban estrechamente emparentados con los arameos.
Reinos arameos. Las primeras menciones de reinos arameos en el registro bíblico aparecen simultáneamente a la formación de la nación de Israel. Cusán-risataim, un rey de Aram-naharaim (Mesopotamia), subyugó a los israelitas por ocho años, hasta que los libró el juez Otniel. (Jue 3:8-10.)
Aram-Zobá fue un reino arameo al que se hace referencia como enemigo del gobierno de Saúl, que comenzó en 1117 y duró hasta 1078 a. E.C. (1Sa 14:47.) Parece ser que estuvo ubicado al N. de Damasco y que extendió su dominación hasta Hamat, al N., y hasta el Éufrates, al E. Cuando David luchó contra los enemigos de Israel, entró en batalla con Hadadézer, poderoso rey de Aram-Zobá, y lo derrotó. (2Sa 8:3, 4; 1Cr 18:3; compárese con Sl 60, encab.) Posteriormente, Rezón, un merodeador arameo, llegó al poder en Damasco, que pronto se convirtió en la ciudad aramea más importante (1Re 11:23-25) y “la cabeza de Siria”. (Isa 7:8.) Como tal, fue hostil a Israel durante toda la historia del reino septentrional. (Véase DAMASCO.)
Aram-maacá es mencionado, junto con Zobá, Rehob e Istob, entre los reinos arameos de quienes los ammonitas alquilaron carros y jinetes para guerrear contra David. El rey de Aram-maacá se unió a estas fuerzas mercenarias, a las que el ejército de David puso en fuga en seguida. (1Cr 19:6-15; 2Sa 10:6-14.) El reino de Maacá probablemente estaba al E. del Jordán y al S. del monte Hermón. (Jos 12:5; 13:11.)
Guesur fue un pequeño reino arameo situado al E. del Jordán que probablemente limitaba al N. con Maacá y al O. con el mar de Galilea. Como Maacá, estaba dentro del territorio asignado a la tribu de Manasés. (Dt 3:14; Jos 13:11.)
Al conquistar los reinos arameos, David extendió las fronteras de su reino hacia el N. hasta alcanzar el río Éufrates, no lejos de Harán de Padán-aram. De esta forma cumplió la promesa de Jehová concerniente a la extensión de la herencia de Israel en la Tierra Prometida. (Dt 1:7; 11:24; Jos 1:4.)
Para obtener más información respecto a la relación histórica de Israel con Aram, véase Siria.
Antiguo idioma semita relacionado estrechamente con el hebreo y hablado en un principio por los arameos. (Véase ARAM núm. 5.) Sin embargo, con el transcurso del tiempo llegó a abarcar varios dialectos (a algunos de los cuales se les considera idiomas independientes) y tuvo un uso extenso, sobre todo en el SO. de Asia. El arameo se empleó desde el II milenio a. E.C. hasta poco más o menos el año 500 E.C. Es uno de los tres idiomas en los que se escribió originalmente la Biblia. El término hebreo `Ara·míth se emplea cinco veces en el texto bíblico y se traduce “en el lenguaje siríaco” o “en el lenguaje arameo”. (2Re 18:26; Isa 36:11; Da 2:4; Esd 4:7 [dos veces].)
En Esdras 4:8 a 6:18 y 7:12-26; Jeremías 10:11 y Daniel 2:4b a 7:28 se encuentran ejemplos del arameo bíblico, llamado antes caldeo. También se utilizan expresiones arameas en otros pasajes de la Biblia, pero el intento de algunos escriturarios de relacionar el origen de palabras hebreas con el arameo se basa en meras conjeturas.
No debe sorprender que en la Biblia se utilicen expresiones arameas, pues los hebreos tuvieron una relación muy dilatada con los arameos y su idioma. Entre las primeras traducciones orales de las Escrituras Hebreas a otros idiomas estuvieron los targumes arameos, aunque no se pusieron en forma escrita hasta varios siglos después de haberse producido la Versión de los Setenta griega, iniciada alrededor de 280 a. E.C.
El idioma. El arameo y el hebreo están comprendidos en la familia noroccidental de idiomas semitas. Aunque el arameo difiere considerablemente del hebreo, es un idioma afín a este, cuyo alfabeto consta de las mismas letras con los mismos nombres. Igual que el hebreo, el arameo se escribe de derecha a izquierda y en un principio su escritura era consonántica. No obstante, los masoretas añadieron puntos vocálicos al arameo usado en la Biblia, al igual que hicieron con el hebreo. Al estar en contacto con otros idiomas, el arameo recibió su influencia. En el arameo bíblico no solo se hallan varios nombres propios de localidades y personas hebreas, acadias y persas, sino que, además, se ve influencia hebrea en los términos religiosos; influencia acadia, en particular en los términos políticos y comerciales, e influencia persa, en los términos relacionados con asuntos políticos y legales.
Además de escribirse como el hebreo, se le parece en las inflexiones verbales, nominales y pronominales. Los verbos tienen dos tiempos: el imperfecto, que denota una acción inconclusa, y el perfecto, que significa una acción completada. En arameo el nombre puede ser, según su número, singular, dual y plural, y tiene dos géneros: masculino y femenino. Se diferencia de otros idiomas semitas en el predominio del sonido vocal a y en otros aspectos, como en ciertas preferencias consonánticas: el empleo de la d por la z y la t por la sch.
Divisiones básicas. Por lo general, el arameo se divide en occidental y oriental, pero, desde un punto de vista histórico, se han reconocido los siguientes cuatro grupos: arameo antiguo, oficial, levantino y oriental. Algunos han indicado que es muy probable que durante el II milenio a. E.C., se hablaran varios dialectos arameos en la Media Luna Fértil, Mesopotamia y sus inmediaciones. En Génesis 31:47 es posible apreciar una diferencia entre las formas primitivas del hebreo y arameo. Jacob y Labán levantaron un montón de piedras como testimonio entre ellos después de reconciliarse. Labán lo llamó “Jegar-sahadutá”, en arameo (sirio), mientras que Jacob lo denominó, en hebreo, “Galeed”, aunque ambas expresiones significan lo mismo, “Majano de Testimonio”.
Se ha llamado arameo antiguo al idioma de ciertas inscripciones descubiertas en la parte septentrional de Siria que, según parece, datan de los siglos X al VIII a. E.C. Con el tiempo, un nuevo dialecto arameo llegó a ser la lengua franca o idioma internacional auxiliar del Imperio asirio, sustituyendo al acadio en la correspondencia oficial gubernamental con las zonas remotas del imperio. Por el uso que se le dio, a esta forma de arameo se la conoce como “arameo oficial”, y se siguió utilizando durante la hegemonía babilonia (625-539 a. E.C.) y, después, bajo la dominación persa (538-331 a. E.C.). En ese tiempo en particular tuvo un amplio uso, siendo el idioma oficial del gobierno y el comercio en una extensa zona, como lo atestiguan los descubrimientos arqueológicos, puesto que aparece en los registros de tablillas cuneiformes, en ostraca, papiros, sellos, monedas, inscripciones sobre piedra y hallazgos similares. Se han encontrado estos objetos en lugares como Mesopotamia, Persia, Egipto, Anatolia, Arabia septentrional y regiones tan septentrionales como los montes Urales y tan orientales como Afganistán y el Kurdistán. El uso del “arameo oficial” continuó durante el período helenístico (323-30 a. E.C.).
Parece que es este “arameo oficial” el que se encuentra en los escritos de Esdras, Jeremías y Daniel. Las Escrituras también dan testimonio de que el arameo fue la lengua franca de aquellos tiempos. Así, en el siglo VIII a. E.C., los voceros asignados por el rey Ezequías de Judá suplicaron a Rabsaqué, representante del rey asirio Senaquerib: “Habla, por favor, a tus siervos en el lenguaje siríaco [arameo], porque estamos escuchando; y no nos hables en el lenguaje de los judíos a oídos de la gente que está sobre el muro”. (Isa 36:11; 2Re 18:26.) Los funcionarios de Judá entendían el arameo o sirio, aunque todo parece indicar que en aquella época la gente común hebrea de Jerusalén no lo comprendía.
Algunos años después del regreso de los judíos del exilio en Babilonia, el sacerdote Esdras leyó el libro de la Ley a los judíos congregados en Jerusalén y varios levitas se lo fueron explicando al pueblo, tal como dice Nehemías 8:8: “Continuaron leyendo en voz alta del libro, de la ley del Dios verdadero, la cual se exponía, y había el ponerle significado; y continuaron dando entendimiento en la lectura”. Esta exposición o interpretación quizás haya supuesto parafrasear el texto hebreo en arameo, posiblemente debido a que los hebreos habían adoptado el idioma arameo durante su estancia en Babilonia. No obstante, también debió incluir un comentario del texto, de modo que los judíos, aun en el caso de que entendieran el hebreo, comprendieran mejor el significado profundo de lo que se estaba leyendo.
¿En qué idioma habló Jesús? Existen bastantes diferencias de opinión respecto a este asunto entre los escriturarios. Sin embargo, el profesor G. Ernest Wright dice en cuanto a los idiomas que se hablaban en Palestina cuando Jesucristo estuvo sobre la Tierra: “En las calles de las ciudades más importantes se oiría hablar en diversos idiomas. Los más comunes eran, evidentemente, el griego y el arameo, y casi todos, incluso los habitantes de las ciudades ‘modernas’ u ‘occidentales’, como Samaria y Cesarea, serían capaces de entenderse en ambos, aunque el griego sería allí el más hablado. Los soldados y funcionarios romanos hablarían entre sí el latín, mientras que los judíos ortodoxos se entenderían en una variedad tardía del hebreo, un idioma que, según nuestros conocimientos, no era ni hebreo clásico ni arameo, a pesar de sus semejanzas con ambos”. A continuación, el profesor Wright pasa a comentar sobre el idioma que debió hablar Jesús: “Se ha discutido mucho en qué lengua se expresaría Jesús. No contamos con medio alguno para saber si era capaz de hablar en latín o en griego, pero en su predicación al pueblo se serviría del arameo o del hebreo popular, fuertemente teñido de aramaísmo. Cuando Pablo se dirigió al tumulto en el templo, se afirma que lo hizo en hebreo (Hch 21:40). Los investigadores, en general, entienden que se trata del arameo, pero también es muy posible que el idioma hablado por entonces entre los judíos fuese una forma popular del hebreo”. (Arqueología bíblica, 1975, págs. 349, 350.)
Cabe la posibilidad de que Jesús y sus primeros discípulos —como el apóstol Pedro— hablasen, al menos en ocasiones, el arameo de Galilea, pues la noche de la detención de Jesús le dijeron a Pedro: “Ciertamente tú también eres uno de ellos, porque, de hecho, tu dialecto te denuncia”. (Mt 26:73.) Tal vez hayan hecho este comentario porque en ese momento Pedro se expresó en el arameo galileo, si bien esto no se sabe a ciencia cierta, o porque habló en hebreo con una pronunciación típicamente galilea, diferente a la del hebreo hablado en Jerusalén y en el resto de Judea. Algún tiempo antes, cuando Jesús había ido a Nazaret, en Galilea, y había entrado en la sinagoga, después de leer del rollo de Isaías, seguramente escrito en hebreo, había dicho: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír”. No hay indicio alguno de que Jesús haya traducido este pasaje al arameo, una prueba de que las personas que estaban presentes en aquella ocasión entendían con facilidad el hebreo bíblico. (Lu 4:16-21.) También es obligado decir que cuando en Hechos 6:1 se hace referencia a un suceso ocurrido poco después del Pentecostés de 33 E.C., se menciona que había en Jerusalén judíos de habla griega y judíos de habla hebrea.
El profesor Harris Birkeland (The Language of Jesus, Oslo, 1954, págs. 10, 11) dijo que el hecho de que el arameo fuese la lengua escrita en Palestina durante la época de Jesús no significaba necesariamente que fuese la que hablaba la mayoría. Además, el que los papiros de Elefantina, pertenecientes a una colonia judía radicada en Egipto, estuviesen escritos en arameo tampoco prueba que fuese el idioma principal o común en su tierra natal, ya que el arameo era, a la sazón, una lengua literaria internacional. Es cierto que las Escrituras Griegas Cristianas contienen un gran número de expresiones arameas, expresiones que hasta el propio Jesús usó, pero, como arguye Birkeland, tal vez Jesús soliera hablar en hebreo común, aunque de vez en cuando empleara expresiones arameas.
Si bien no es demostrable que la gente común no conociera el arameo, como Birkeland afirma, parece que cuando Lucas —médico y hombre culto— dice que Pablo se dirigió a los judíos en “el lenguaje hebreo” y que después afirmó haber oído una voz del cielo que le había hablado en ese mismo idioma, no se refiere a otra cosa sino a un tipo de hebreo (tal vez no el hebreo antiguo), y no al arameo. (Hch 22:2; 26:14.)
En apoyo de que en el tiempo de Jesús se hablaba en Palestina algún tipo de hebreo, están las referencias antiguas que aducen que en principio el apóstol Mateo escribió su evangelio en ese idioma. Eusebio de Cesarea, por ejemplo (siglos III y IV), dijo que “el evangelista Mateo escribió su evangelio en lengua hebrea”. (Patrologia Graeca, vol. XXII, col. 941.) En el mismo sentido se expresó Jerónimo (siglos IV y V) en el capítulo III de su obra De viris inlustribus (Sobre los hombres ilustres): “Mateo, también conocido como Leví, que pasó de publicano a ser apóstol, escribió en Judea un evangelio de Cristo primeramente en lengua y caracteres hebreos para provecho de los circuncisos que habían creído [...]. Lo que es más, el texto hebreo se conserva hasta este día en la biblioteca de Cesarea, que con tanto celo ha enriquecido el mártir Pánfilo”. (Texte und Untersuchungen zur Geschichte der altchristlichen Literatur, edición de E. C. Richardson, Leipzig, 1896, vol. 14, págs. 8, 9.) Por consiguiente, durante su vida humana, Jesús habló un tipo de hebreo propio de su época y un dialecto arameo. (Véase HEBREO II.)
Descendiente de Judá por el linaje de Zérah (1Cr 2:4, 6); aunque tuvo una gran sabiduría, no igualó la de Salomón. (1Re 4:31.)
Hijo de Rehob y rey de Zobá, un reino sirio (arameo) que, según se cree, estuvo situado al N. de Damasco (2Sa 8:3, 5; 1Re 11:23; 1Cr 18:3, 5) y que comprendía otros reinos vasallos. (2Sa 10:19.) Antes de que el rey David lo derrotara, Hadadézer había guerreado contra Toi (Tou), el rey de Hamat. (2Sa 8:9, 10; 1Cr 18:9, 10.)
Después que los sirios contratados por los ammonitas para luchar contra David fueron derrotados, Hadadézer recompuso sus fuerzas reclutando más sirios de la región del Éufrates. (2Sa 10:6, 15, 16; 1Cr 19:16.) Es posible que el comentario de 2 Samuel 8:3 (compárese con 1Cr 18:3) sobre el intento de Hadadézer de poner de nuevo su control junto al río Éufrates sea una alusión a estos hechos. El Commentary de Cook hace notar que en hebreo dice literalmente “hacer que regrese su mano”, y añade: “La fuerza exacta de la metáfora debe [...] decidirse por el contexto. Si, como es muy probable, este versículo está relacionado con las circunstancias detalladas de manera más completa [en 2Sa 10:15-19], el significado de esta frase sería: cuando él (Hadadézer) se fue para reanudar su ataque (contra Israel) o al río Éufrates para reclutar soldados contra Israel”.
David derrotó en Helam a las fuerzas de Hadadézer que estaban al mando de Sobac - Sofac. Inmediatamente después los reyes vasallos de Hadadézer hicieron la paz con Israel. (2Sa 10:17-19; 1Cr 19:17-19.) Unos 40.000 hombres de la caballería Siria murieron en el enfrentamiento. Puede ser que desmontaran de su cabalgadura con el objeto de huir campo a través por un terreno escabroso, y entonces los mataran. Esto explicaría el que en 2 Samuel 10:18 se les llame “hombres de a caballo” y “de a pie” en 1 Crónicas 19:18. La diferencia en el número de aurigas sirios que murieron en batalla por lo general se atribuye a un error de transcripción, pues es la cantidad menor, de 700 aurigas, la que se considera válida.
David también tomó mucho cobre de Bétah (al parecer llamada también Tibhat) y de Berotai (tal vez Cun), dos ciudades de los dominios de Hadadézer. Además, se llevó a Jerusalén los escudos de oro que pertenecían a los siervos de Hadadézer, probablemente sus reyes vasallos. (2Sa 8:7, 8; 1Cr 18:7, 8; compárese con 2Sa 10:19.) También capturó muchos caballos, jinetes, carros e infantería de las huestes de Hadadézer. Las diferencias en las cantidades de 2 Samuel 8:4 y 1 Crónicas 18:4 quizás se deban a un error de transcripción. En la Versión de los Setenta griega, ambos pasajes dicen que fueron capturados 1.000 carros y 7.000 jinetes, lo que hace pensar que 1 Crónicas 18:4 tal vez conserve la lectura original.
Sin embargo, ha de decirse que estas diferencias, que comúnmente se ven como errores de los escribas, puede reflejar simplemente un aspecto distinto de la guerra o maneras diferentes de hacer la cuenta.
1. Hadoram, Hijo de Joqtán y descendiente de Sem.
1. Hadoram, Hijo de Joqtán y descendiente de Sem citado entre los fundadores de las familias postdiluvianas. (Gé 10:21, 25-27, 32.) Su familia se estableció en Arabia, posiblemente en Yemen.
2. Hadoram, Hijo de Tou, el rey de Hamat. Con motivo de la victoria de Israel sobre el rey de Zobá, su padre lo envió a David para felicitarlo y ofrecerle presentes. (1Cr 18:9-11.) En 2 Samuel 8:10 se le llama Joram.
3. Hadoram - (Adoram; Adoniram) Superintendente que estaba a cargo de los que habían sido reclutados para trabajos forzados durante los reinados de David, Salomón y Rehoboam. Cuando Rehoboam lo envió a las tribus septentrionales rebeldes, Hadoram murió lapidado. (2Cr 10:18.) En 1 Reyes 12:18 y 2 Samuel 20:24 se le llama Adoram, y en 1 Reyes 4:6 y 5:14, Adoniram.
1. Heldai, Descendiente de Otniel.
1. Heldai, Descendiente de Otniel que fue cabeza del duodécimo grupo de servicio mensual organizado por David. (1Cr 27:1, 15.) Puesto que era netofatita, bien puede haber sido el hombre poderoso llamado Héleb y Héled, que era hijo de Baanah el netofatita. (2Sa 23:8, 29; 1Cr 11:26, 30.)
2. Heldai, Hombre que regresó de Babilonia y con cuya plata y oro se hizo una corona para el sumo sacerdote Josué. (Zac 6:10, 11.) Se le llama Hélem en el versículo 14.
Hombre poderoso del ejército de David (2Sa 23:8, 29.) Era hijo de Baanah el netofatita. (1Cr 11:26, 30.) En una lista paralela se le llama Héleb, y probablemente fuese la misma persona que Heldai. (2Sa 23:29; 1Cr 27:15.)
1. Hélem, (Heb. Hé·lem.) Descendiente de Aser.
1. Hélem, Descendiente de Aser cuya familia figura en la genealogía de la tribu. (1Cr 7:35, 40.) Quizás fuese la misma persona que el Hotam mencionado en el versículo 32.
2. Hélem, Hombre que contribuyó oro y plata para la corona del sumo sacerdote Josué después que el resto regresó de Babilonia; también se le llama Heldai. (Zac 6:10, 11, 14.)
Uno de los hombres poderosos del ejército de David. Era natural de los valles torrenciales de Gaas, que estaban en la región montañosa de Efraín. (2Sa 23:8, 30; Jos 24:30.) En 1 Crónicas 11:26, 32 su nombre se transcribe Hurai.
1. Hotam, Hijo de Héber, de la tribu de Aser.
1. Hotam, Hijo de Héber, de la tribu de Aser (1Cr 7:30-32); probablemente se trate de la misma persona que el Hélem mencionado en 1 Crónicas 7:35.
2. Hotam, Aroerita cuyos hijos Sama y Jeiel figuraban entre los hombres poderosos de las fuerzas militares de David. (1Cr 11:26, 44.)
1. Jedutún - (Etán 3) Músico levita. Al parecer a Jedutún se le llamaba anteriormente Etán, pues antes de la llegada del Arca a Jerusalén, se relaciona a “Etán” con los otros músicos: Hemán y Asaf, y después se relaciona a “Jedutún” con estos músicos. (1Cr 15:17, 19; 25:1.) Los antepasados de Jedutún no figuran en el registro, pero sí los de Etán. (1Cr 6:44-47.) Sin embargo, no se mencionan descendientes de Etán, pero sí de Jedutún. (1Cr 9:16.) El cambio del nombre de Etán (que significa “Que Perdura; Que Fluye Siempre”) al de Jedutún (posiblemente de una raíz que significa “alabar”) sin duda estaba relacionado con la asignación que se le dio. (1Cr 16:41.)
Jedutún y su familia de músicos participaron en varias celebraciones en las que lo indicado era “dar gracias y alabar a Jehová” (1Cr 25:3); por ejemplo, cuando se llevó a Jerusalén el arca del pacto. (1Cr 16:1, 41, 42.) De las veinticuatro divisiones en las que David reorganizó a los músicos del santuario, la segunda, la cuarta, la octava, la décima, la duodécima y la decimocuarta correspondieron a los seis hijos de Jedutún, que trabajaban conjuntamente bajo la dirección de su padre. (1Cr 25:1, 3, 6, 7, 9, 11, 15, 17, 19, 21.) El que tanto Jedutún como Asaf y Hemán participaran en estos deberes significó que cada una de las tres ramas principales de los levitas (Merarí, Guersom y Qohat, respectivamente) estaban representadas en los músicos del templo. (1Cr 6:31-47.) Los tres grupos alabaron a Jehová con música cuando Salomón inauguró el templo. (2Cr 5:12, 13.) A los descendientes de Jedutún se les menciona durante el reinado de Ezequías e incluso entre los exiliados que regresaron de Babilonia. (2Cr 29:1, 12, 14, 15; Ne 11:17.)
2. Jedutún, Levita cuyo hijo o descendiente, Obed-edom, servía de portero cuando David mandó que llevaran el Arca a Jerusalén. (1Cr 16:1, 37, 38.)
3. Jedutún, Término de significado dudoso que aparece en el encabezamiento de los Salmos 39, 62 y 77. Parece que estos encabezamientos son instrucciones para la interpretación de cada salmo, quizás para indicar un estilo o un instrumento musical. Hubo un músico levita llamado Jedutún, así que este estilo o instrumento musical puede haber estado relacionado con él o con sus hijos.
Tres salmos nombran a Jedutún en sus encabezamientos. Dos de ellos (39, 62) dicen: “Al director de Jedutún” (“Al estilo de Iedutún”, Sl 62, LT), mientras que el tercero (77) reza así: “Al director sobre Jedutún”. En cada caso se atribuye la composición del salmo a otra persona: el 39 y el 62, a David, y el 77, a Asaf. De modo que no hay ningún indicio de que Jedutún 1 los compusiera, aunque en otras partes se le llama “el hombre de visiones del rey” y también se dice que “profetizaba con el arpa”. (2Cr 35:15; 1Cr 25:1-3.) Por lo tanto, los encabezamientos de estos tres salmos deben ser instrucciones para su interpretación, identificando quizás un estilo o incluso un instrumento musical que estaba relacionado de algún modo con Jedutún, o que quizás él o sus hijos hayan inventado, introducido, desarrollado o hecho común por medio del uso.
1. Joram, Hijo del rey Toi de Hamat. Fue enviado a David con valiosos regalos de oro, plata y cobre, además de las felicitaciones de su padre, con motivo de la victoria de aquel sobre Hadadézer, el rey de Zobá. David, por su parte, aceptó los regalos y los santificó a Jehová. (2Sa 8:5, 9-11.) En un relato paralelo, el nombre “Joram” se deletrea “Hadoram”. (1Cr 18:9-11.)
2. Joram, Levita descendiente de Eliezer, hijo de Moisés; según parece, vivió durante el reinado de David. (1Cr 26:24, 25; Éx 18:2-4.)
3. Joram - (Jehoram 2) Hijo de Acab que reinó sobre Israel durante doce años. Por lo general se le designa con el nombre sin abreviar, Jehoram. (2Re 3:1.) La forma abreviada solo aparece en tres capítulos del texto masorético. (2Re 8:16, nota, 17-29; 9:14, nota, 15-29; 2Cr 22:5, nota, 6, 7; véase Jehoram 2.)
4. Joram - (Jehoram 3) Rey de Judá por ocho años; hijo de Jehosafat. El texto masorético abrevia su nombre en algunas ocasiones. (2Re 8:21, 23, 24; 11:2; 1Cr 3:11, nota.) Aunque la forma abreviada también aparece en el texto griego de Westcott y Hort, la Traducción del Nuevo Mundo emplea el nombre completo a fin de facilitar la identificación. (Mt 1:8; véase Jehoram 3.)
Jehoram fue padre de Uzías. En Mateo 1:8, padre se utiliza con el sentido de ‘antepasado’, algo muy común en las genealogías de la Biblia. La lista de los descendientes de David en 1Cr 3:11, 12 muestra que, entre Jehoram y Uzías (también llamado Azarías), hubo tres reyes malos: Ocozías, Jehoás y Amasías, que no están en la lista de Mateo. (Mt 1:8)
Hombre cuyos hijos, aunque sabios, no podían compararse en sabiduría con el rey Salomón. (1Re 4:31.) Hay quien entiende que con “hijos de Mahol” se hace referencia a un grupo de músicos y bailarines. (Compárese con Sl 150:4, donde la misma palabra hebrea se traduce “danza de corro”.)
Segundo hijo que Judá tuvo con una mujer cananea, la hija de Súa. (Gé 38:2-4; 1Cr 2:3.) Jehová dio muerte a Er, hermano mayor de Onán, por su maldad. Como Er había muerto sin hijos, Judá le dijo a Onán que realizara el matrimonio de cuñado con Tamar, la esposa de Er. Si de esta unión nacía un hijo, este no sería el fundador de la familia de Onán, por lo que la herencia de primogénito le correspondería a este hijo como heredero de Er; en tanto que si no nacía ningún heredero, Onán obtendría la herencia para sí. Cuando Onán tuvo relaciones con Tamar, “desperdició su semen en la tierra”. Esta frase no puede interpretarse en el sentido de que se masturbara (Onanismo), pues el relato dice que derramó su semen “cuando sí tuvo relaciones con la esposa de su hermano”. Al parecer fue un caso de coitus interruptus, de modo que Onán evitó deliberadamente la eyaculación en la vagina de Tamar. Por su desobediencia a su padre, su codicia y su pecado contra la institución divina del matrimonio, no porque se hubiese masturbado, Jehová como “abogado defensor” de las viudas (Éx 22:22-24), dio muerte a Onán, que también murió sin descendencia. (Gé 38:6-10; 46:12; Nú 26:19.)
Rey de Israel cuya sede estuvo en Samaria. Fue hijo y sucesor de Menahem. Su breve reinado de dos años (c. 780-779 a. E.C.) se caracterizó por la misma adoración idolátrica de becerros que Jeroboán había introducido y Menahem había permitido. Péqah, su adjutor, conspiró contra él, lo mató y comenzó a reinar en su lugar (2Re 15:22-26.)
Padre del rey israelita Péqah. (2Re 15:25; 2Cr 28:6; Isa 7:4, 5.)
Uno de los hombres poderosos de David; hermano de Jeiel e hijo de Hotam el aroerita. (1Cr 11:26, 44.)
Personaje importante de la tribu de Aser; hijo o descendiente de Zofah. (1Cr 7:36, 37, 40.)
1. Samúa, Principal que representaba a la tribu de Rubén a quien Moisés envió a espiar la Tierra Prometida; era hijo de Zacur. Se unió a los otros nueve espías en desanimar a los israelitas de poner fe en que Jehová limpiaría Canaán de sus enemigos. (Nú 13:2-4, 28, 29.)
2. Samúa - Simeá 4 Hijo de David y de Bat-seba, y, por lo tanto, hermano de Salomón. (2Sa 5:13, 14; 1Cr 14:3, 4.) En una ocasión se le llama Simeá. (1Cr 3:5.)
3. Samúa, Levita de la línea de descendencia de Jedutún cuyo hijo, o descendiente, Abdá, habitó en Jerusalén tras el exilio babilonio. (Ne 11:17.) En 1 Crónicas 9:16 se le llama Semaya.
4. Samúa, Sacerdote que estaba al frente de la casa paterna de Bilgá en los días de Joiaquim, el sucesor de Jesúa. (Ne 12:12, 18.)
Cabeza de una casa de antepasados de Benjamín; hijo o descendiente de Elpaal. (1Cr 8:1, 12, 13.)
1. Súa, Cananeo que era padre de la esposa de Judá.
1. Súa, Cananeo que era padre de la esposa de Judá; abuelo de Er, Onán y Selah. (Gé 38:2-5, 12; 1Cr 2:3.)
2. Súa, Hija de Héber de la tribu de Aser. (1Cr 7:30, 32.)
Hijo de Jonatán y descendiente de Jerahmeel, de la tribu de Judá. (1Cr 2:3-5, 25, 33.)