Impresiones de Buenos Aires:                       

En todas partes donde he caminado encontré maravillas. Hay edificios
orgullosos cuyos leones de piedra me saludan con rugidos mudos. Hay ente mil
carteles feos, pero las caras de los políticos no pueden robarle a esta
ciudad su belleza. Hay, también, pintadas: tontas, enfadadas, o profundas,
cada palabra es un riesgo. En las plazas conozco a las estatuas que me dicen
sus historias sin embrago su castellano es demasiado complejo y no entiendo.
En la calle se puede ver a Carlos Gardel y al Che, en la vida nunca se
encontraron si no ahora están siempre juntos en los puestos. Me ha encantada
bailar el tango, un ritual extraño, ocho pasos básicos y algunos pocos
movimientos crean algo trascendente.

A veces pienso en el pasado, guardo momentos en mi mente, y me parece
increíble que no se pueda volver. Así me parece lamentable que cuando me
vaya, Buenos Aires sea solamente una memoria. Ayer encontré con un porteño
antiguo mientras comía en un restaurante barato. Me dijo que sabía dos
frases en Ingles "God is Love" (Dios es el amor) y "Jesus loves you" (Jesús
te ama). El miércoles escuché a Rachmaninov tocó por una maestra en el
Teatro Colón, después tomé una cerveza fría y rica. Recuerdo las dos veces
he visitado el cementerio de la Recoleta, donde Héroes, Generales y Poetas
se relajan, y donde (una vez) Borges pensó en la vida y sus agentes tiempo y
espacio. Me acuerdo ruidos, caras, muros, vidrierías, sombras - los pequeñas
cosas que componen la vida -y me pregunto si querré revivir estos momentos
en futuro.