Época para realizarla: invierno.
Herramientas necesarias:
Una tijera de manco corto bien afilada (el corte será más limpio) y desinfectada.
Una sierra de podar para las ramas más viejas y madera muerta.
Una tijera de mango largo para cortar los tallos más gruesos, que siempre están en la base del rosal.
Guantes resistentes para evitar los desgarros al manipularlas.
La poda es para renovación de la planta y para sacarle las ramas secaso enfermas (quemar todo este material). El beneficio será una mayor y mejor floración en primavera.
Es aconsejable dejar de 3 a 4 ramas nuevas y podar desde el injerto hacia arriba unos 30 a 40 cm.
El corte: neto a bisel por encima de una yema sana y fuerte, tratando de no desgajar la rama porque abriría una vía de entrada de agentes patógenos.