Centro Studi e Ricerche CELESTINO V 

WB00470_.gif (1642 byte)

[Home Page] [Centro Studi] [Pubblicazioni] [Celestino V] [L'Autore]

[Spagnolo]

Il Papa Santo Celestino V - "San Pietro a Maiella"

El Papa Santo
Celestino V-San Pietro a Maiella

El Papa Santo , una búsqueda sobre el hecho humano y espiritual de uno "desconocido" que sobre el acabar siglo XIII pasó un meteoro sobre el Reino de Nápoles como dejándovos una huella indeleble.
Nacido en Provincia de Tierra de Trabajo, (probablemente a Isernia), a la edad de veinte años, después de un breve y atormentada permanencia en el monasterio benedictino de S. Maria en Faifoli (entonces en Diócesis de Benevento) deja sin añorados la suya "patria", bien decidido a no hacervos jamás vuelta.
Las noticias alrededor de su infancia son escasas. Das a cronistas coevi aprendemos que fue un niño un po extravagante, extravagante, solitario y vago, mucho de ser detestado por los hermanos, que no quisieron gastar dinero para mandar a los estudios a un holgazán. Sobre todo sabemos que siempre fue atormentado por pesadillas, obsesionado por horripilantes visiones y, sobre todo, de los molestos polluzioni nocturnos.

Su larga experiencia terrenal (vivió 87 años) fue señalada por una fuerte vocación religiosa madurada en el clima de aquella expectativa Escatológica en gran parte inspirada por Gioacchino de Flor "el calavrese… de espíritu profético dotado", que lo empujará con maniacal urgencia a la búsqueda de la soledad extrema y al autoannientamento por la cotidiana mortificación de la carne.
Sobre el fondo de la búsqueda se entreven los grandes temas que caracterizaron el último escorzo de la tarda Mediana Edad: el choque entre el Ecclesia Carnalis representado por Bonifacio VIII, y el Ecclesia Spiritualis constituido por los hormigueantes "siete paueristiche", bien representada de Francesco de Asís y Jacopone de Todi; la atormentada sustitución de la dinastía angevina sobre las cenizas de aquella sueva; él último grande choque entre el Poder Espiritual (Bonifacio VIII) y el Poder Temporal (Filippo IV de Francia dicho lo Bonito).
Se obstinado a adversario del poder, de la gloria y de los ensordecedores mensajes de felicidad ofrecidos por la vida mundana, entre vivió 65 de los suyos largos 87 años en absoluta segregación sobre los montes del Maiella. Desencovado por Carlo II De Angiò mientras vivió en su gruta de S. Onofrio sobre el Morrone, fue impuesto al Cónclave de Perusa del 1292-94 cuál Pontífice con el nombre de Celestino V. Pasado a la historia como el poseedor dell "sombra del que hizo por viltade el gran rechazo" fue en cambio un gigante que con humildad y firmeza depuso la tiara, después de 504 solos días de desastroso gobierno de la Iglesia, porque indisponible a avalar las infamias del "Ecclesia Carnalis" perefettamente representado por el sucesor Bonifacio VIII, (el pontífice que invento el Jubileo). El histórico acontecimiento ocurrió en las heladas paredes del Macho angevino, quizás en la Sala del Comedor (El De Blasis dice que la renuncia ocurrió en la sala magno superior sistentis recordado en un diploma de rey Roberto; el Celan afirma que Celestino renunció al Papado en la sala gótica ; el Galán cree que abdicó a la derecha en la sala de la armería viejo ch'è de la iglesia de S. Bárbara. Por otros el extraordinario acontecimiento ocurrió en la sala mayor o sala del comedor que fue puesta en la cortina occidental, y que se llamará luego sala aragonesa. Por otra ancla la famosa fórmula fue leída en la antigua Capilla Palaciega , dicha luego, del 1776, iglesia de S. Bárbara).
En el 1241, después de un breve paréntesis de estudio en Laterano Roma deja y se establece en una gruta cerca de Sulmona, en localidad Segezzano, probablemente después de haber aprendido que en aquellos lugares el famoso ermitaño Flaviano vivió de Fossanova.
En aquella cueva, el joven ermitaño empieza a ser acercado por los que serán los futuros discípulos. Se trata de centenares de jóvenes procedentes de los cercanos cuchitriles de Bucchianico, Caramanico, Salle, Roccamorice, Pratola, atraído por su creciente fama de santidad, y deseosos de compartir con él los sufrimientos y las privaciones de la vida eremítica. Se los acoge suyo a pesar de, porque incluso siendo animado por profundos sentimientos de generosidad y amor para lo próximo, no quiere compartir con alguno su soledad.
Y un hombre taciturno, silencioso y reservado qué huye, cuando puede, la ruidosa intromisión de los suyos parecidos. En el 1246, justo porque malsufrido a la frecuentación de los fieles, que se vuelven cada vez más numerosos y petulantes, abandona la ermita de Segezzano para ampararse en el cercano Maiella dónde, sobre la horrorosa pared del oso, al Ripa Roja, encuentra un primero, inaccesible refugio.
Sucesivamente se desplazará en uno entre los más inaccesibles barrancos de aquellas montañas, llamado S. Espíritu de Maiella donde luego será edificado el famoso monasterio que hasta el junio del 1293 será Caput Congregationis. Quedará por largos años sobre el Maiella, siempre en fuga de las molestas turbas de fieles que asecharon su soledad, y siempre a la búsqueda de nuevas y más inalcanzables cuevas, en vano esperando en su capacidad disuasiva, porque masas de romeros, pobres, pacientes y desgraciado, para encontrar consuelo a sus sufrimientos, lo alcanzarán en todo sitio, también cuando encuentre refugio en las prohibitivas cuevas de S. Bartolomeo de Legio y S. Giovanni sobre el Orfento. Aquí, sobre los montes del Maiella, en los años que van del 1246 al 1293, se consolida definitivamente su fama de venerable taumaturgo.
Hombre templado, silencioso, esquivo, pero sobre todo humilde, Pietro siempre condujo coherentemente una vida inspirada a los canones del cristianismo primitivo y el pauperismo franciscano. Penitencia, ruego, silencio, rigurosa abstinencia, duros y prolongados ayunos, autofustigazione y mortificación de la carne: fueron este las directoras que orientaron sin parada y sin solución de continuidad su largo hecho terrenal. Un cuento bien orquestado de algunos sus falsos admiradores lo quiere hombre de poder, hombre de organización, hombre de aparato, incansable manager entregado a la construcción de castillos y a edificios pero Pietro de Morrone no fue nunca nada todo eso. La gran parte de las posesiones atribuida a su Congregación le llegó de donaciones y cesiones a vario título, de los que casi siempre ignoró no sólo la entidad pero la existencia misma. Pietro de Morrone no fue nunca hombre de comunidad, nunca hombre d ' Ecclesia en sentido estrecho, nunca hombre de "asamblea de los fieles", nunca parte supina de una informe masa de creyente aunada por vínculos a dogmático, pero cristiano individuo que cree en el mensaje de pobreza y renuncia propuesto por Cristo; mensaje al que se atendrá escrupulosamente, hasta el final, hasta las extremas consecuencias.
En el junio del 1293, siempre empujado por su insuprimible afán de soledad, convoca el cuarto (y completo) Capítulo General y, entre la consternación de los discípulos, comunica su irrevocable decisión de quererse retirar para siempre sobre el Morrone, siendo ya llegado al final de su recorrido terrenal. A tal objetivo hará cavar la famosa ermita de S. Onofrio, dónde vivirá por trece meses en absoluta segregación, cercenando todos los contactos con el mundo externo, salvo los estrechamente conexos a la supervivencia.
En aquella cueva Pietro vive sus últimos días de soledad en el más profundidad y consciente gozo de la gracia divina. Y feliz, satisfecho, sereno. Sus cuentas con Dios están en orden. Y ya seguro de haber llegado a la meta, y saborea con alegría la pendiente realización del único grande sueño de su vida: reunirse a Dios y recobrarle el alma pura e inmaculada tal como Él se la confió. Ignora que la Historia está en acecho y está a punto de desencovarlo de aquel real pasillo del paraíso llamado S. Onofrio.
Si hubiera muerto antes del 5 julio del 1294, hubiera quedado un desconocido, uno entre los muchos ermitaños y santones que a aquellos tiempos pulularon sobre el dorsal appenninica abruzzese. Aquellos cinco de julio le fueron fatal. A Perusa, los once cardenal sobrevivientes que de 27 meses, de cuando es decir Niccolò IV desapareció, se disputaron el Solio de Pietro, lo elevaron a la Cumbre Pontificado. Cumpliendo un gesto de auténtica irresponsabilidad, nunca adecuadamente reprochado por los historiadores, los cardenal-electores le endosaron un gravamen por él insostenible y de él, sin embargo, nunca requerido ni, tan menos, ambìto. En la refriega (y por lo tanto en los asuntos del Cónclave) Carlo II de Angiò también se tiró el que necesitó urgente un papa que ratificara el acuerdo alcanzado con los aragoneses por la restitución de Sicilia. Y fue justo en aquella ocasión que el francés midió el ceño del Cardenal Benedetto Caetani, el futuro Bonifacio VIII, el que lo invitó, no muy amablemente, a hacerse su asuntos en su casa, y a estar por lo tanto lejos de los hechos de la Iglesia.
El rey, indignado por la injuria padecida, pero también desesperado porque arriesgó de veder frustrados los efectos del acuerdo alcanzado, Perusa deja, pero en lugar de proceder por Nápoles le va a Sulmona y juega un papel que se revelará vencedora: actuando sobre la buena fe de Pietro, lo instiga a escribir una extraña carta a los cardenales asociados en cónclave. En aquel misivo Pietro solicitó la elección del nuevo Papa, amenazando la cólera de Dios si hubieran dilatado ulteriormente la viudez del "Novia de Cristo." Y aquellos, como fulgurados por una revelación Celeste, localizaron justo en él, en el pobre ermitaño morronese, el cordero sacrifical al que confiar, en uno de los momentos más dramáticos del choque con el poder temporal, una Iglesia que tocó el fondo de la decencia moral y espiritual.
Desde enseguida, en cambio, la víctima evitó de sus manos, porque el nuevo Pontífice fue, de hecho, secuestrado por el rey angevino, que hizo de ello un inconsciente y precioso instrumento de sus correderas políticas.
Alrededor de Celestino V, del 29 de agosto al 13 diciembre del 1294, mequetrefes, mequetrefes, especuladores, pordioseros, traficantes y estafadores de cada resma pastorearán, que utilizarán su nombre y los pergaminos papales sellados en blanco, para concluir los ustedes torpes affari.E ' ya viejo, cansado, decrépito, consumido de los achaques y de una vida hecha de privaciones y de privaciones indecibles, pero encuentra el ánimo y la fuerza de oponerse a aquel sencillo.
El 13 diciembre del 1293 convoca el Consistorio y, ordenando a todo de callar, dicha y les impone a los desconcertados cardenales su renuncia, despreocupado de las amenazas de la gentuza napolitana que, hostigado por el rey y quizás también de algunos sus discípulos, lo ataca devastando y saqueando su humilde morada. Y el gran día. Y el día de su el rescate y de la Iglesia de Cristo. Y el día en que demuestra al mundo entero que en nombre de la fe se pueden desplazar también las montañas. Como un gigante herido, se rebela a aquellos once pecadores, los calla en nombre de Dios y renuncia (he aquí porque no le pertenece a Celestino V l ' "sombra del que hizo por viltade el gran rechazo", porque fue renuncia, no rechazo, y Dante conoció muy bien la diferencia entre los dos términos!) a aquel encargo cuya última finalidad fue condenar su alma y de enlodar el nombre de la Iglesia.
Aquel 13 diciembre de setecientos años hace, quien el que es pasado como a la historia al primero del fila de los cobardes, deja el papado de triunfador y de vencedor: de triunfador porque ni las amenazas ni las lisonjas de los "poderes fuertes" de su tiempo, logran tenerlo clavado a un papel que no sirvió a devolver gloria a Dios; vencedor, porque vence la sola batalla de él combatido, contra el único su mortal enemigo, lo Malvado.
El 24 diciembre de aquel mismo año, a diez solos días de su renuncia, con la preciosa aportación de los votos franceses pilotada por Carlo de Angiò, papa Benedetto Caetani es elegido que asume el nombre de Bonifacio VIII.
En la noche del 1 enero del 1295, cuando faltan 17 meses al final de su martirio, acorralado como un peligroso delincuente de las policía juntadas de Carlo de Angiò y Bonifacio VIII, el papa dimisionario huye de S.Germano para alcanzar su querida celda sobre el Morrone y sucesivamente Apulia, de dónde intentará el embarco por Grecia.
Capturado cerca de Vieste y remitido a Bonifacio, después de haber sido hospedado en la morada anagnina del Papa, es traducido en la horrorosa torre de Castel Fumone donde quedará hasta al final de sus días. La detención, a pesar de las numerosas falsificaciones aducidas por los partisanos de Bonifacio, fue dura; el rigor extremo de aquel cautiverio ha sido documentado ampliamente por todos los cronistas de la época.
Por fin, después de trecentodiciannove días de cárcel dura, su bell' anima se desata de lo aborrecida carcasa de carne y huesos, para alcanzar la meta desde siempre anhelada: Dios. Son las 16 (al crepúsculo) de sábado el 19 de mayo de 1296.
Cuatrocientos años después, Lelio Marinos, el más informado biógrafo del San (Pietro fue canonizado el 5 mayo del 1313 por Clemente V) probará a demostrar, con un esmerado y concienzudo examen de numerosos restos históricos, que el ermitaño fue matado bárbaramente por orden de Bonifacio VIII (El enigma de la muerte de Celestino V ha sido tratado ampliamente en mi anterior búsqueda por el título "Usted leyenda del clavo asesino ", Tommaso Marotta Editor en Nápoles).
La Iglesia, en los últimos 700 años siempre ha probado a remover este embarazoso personaje, sobre todo a tender un velo sobre la contenida profundidad y actual de su mensaje porque Pietro de Morrone, todavía hoy, es una mina errante por los "poderes fuertes", laico y clérigos. La pobreza, la continencia, la discreción, el desprecio por la posesión y el rechazo del poder, tal como se los ha vivido y practicados, representan valores fuertemente transgresivos y desestabilizador por el mercado, que se tiene exclusivamente sobre la cultura del más desenfrenado consumismo y sobre el derroche de los recursos humanos y ambientales.
"Su elección fue una desgracia por la Iglesia", el historiador alemán Peter Herde impreca, ocultando así la verdad-verdadera y es decir que aquella elección fue sobre todo una desgracia por el desdichado ermitaño. Pietro de Morrone (San Pietro a Maiella - Celestino V) todavía es hoy un hombre incómodo por algunas retaguardias del mundo católico, que no le han perdonado nunca el atrevido gesto de la renuncia, con el que ha demostrado concretamente que el poder no es todo en la vida de un hombre ni el hecho que aquel gesto también fue (diamogli por fin nombre y apellido) un acto de real insubordinación. Pero no es todo: el humilde ermitaño del Morrone todavía expía hoy la pena del obstracismo, porque es acusado de de haber establecido una relación directa con Dios, prescindiendo de la mediación de las jerarquías eclesiásticas; de haber sido formalmente un benedictino, pero sustancialmente un franciscano, un franciscano de rotura, pauperista, testamentario. Y no le ha sido perdonada, por fin, su obstinación, su carácter fuerte, meridional, el suyo actuar reservado y taciturno, en una sociedad como la nuestra donde triunfa el presencialismo y el vaniloquio. Consiste en eso la verdadera peligrosidad de San Pietro a Maiella. Su mensaje es desolador, porque, donde divulgado y acogido, mandaría en añico el fatuo andamio construido por los vendedores de felicidad a precios desgarrados.

Índice


Antepuesta Pág.

Prefacio "


Prólogo "

La edad de los grandes miedos "
Una luz de esperanza "
Entre entre herejía y ortodoxia "
Entre el maniqueo "
El perfume de Francesco "
Bendecido por Norcia, el gran maestro "
El influjo materno "
Potencia de lo Malvado "
Señora pobreza "
Señora soledad "

1. De la infancia y de la juventud "

Un siglo importante "
Sobre los orígenes de entre "
El niño de los milagros "
Gana de soledad "
Entre y ella "cuestión femenina "

2. Un ermitaño en Laterano "

Entre ella "gens immunda" de la pendenciera Roma "
Vuelve la cólera de lo omnipotente "

3. Primeros pasos sobre el Morrone "

Entre y los suyos primeros discípulos "
Milagros a Segezzano "

4. ¿Pietro de Morrone, quién fue ése? "

El día de un ermitaño "
El descanso de Pietro "
Los Cuaresma de Pietro "

5. Los años del Maiella "

En la tenaza de la Historia "
Milagros sobre el Maiella "
Una Congregación en peligro "

6. Un viaje legendario "

A Lione entre historia y leyenda "
Profecías de muerte, profecías de vida "

7. Entre maestro de vida y humildad "

La escuela de la humildad "
Milagros en Faifoli "
El ímpio Simón de S. Ángel "

8. La Historia en acecho "

El "Fraterna" de Isernia "
Echa el ancla milagros sobre el Maiella "
Sicilia en llamas "
Los "Grandes Electores" "
Perusa de las intrigas "

9. La amarga copa "

Le vuelvo a S. Onofrio "
Milagros a S. Onofrio "
El Cónclave desentonado "

10. El Pontífice sobre el pollino "

El pollino de Jesús "
El cautiverio aquilana "
El "Perdonanza" "
Hacia el cautiverio napolitano "

11. El día del "gran rechazo" "

Los errores de Celestino "
Le homenajeo a San Vincenzo al Volturno "
El "caso San Germano" "
Milagros en Tierra de Trabajo "
L ' "AFFAIRE" CASTROCIELO "
Los cinco días que revolvieron el mundo "
A futura memoria "
Escuelas de pensamiento sobre el "gran rechazo" "
Dante con Dante "
El "gran rechazo" de Matteo Rojo de los Osunos "
La coherencia de Pietro "
Juicios sobre la legitimidad de la renuncia "
La hora de Benedetto Caetani "
¿Bonifacio VIII, quién fue ése? "

12. La fuga y la captura "

Fuga de San Germano "
Milagros a S. Onofrio "
La cólera de Bonifacio "
L ' "Operación Celestino" "
La captura "

13. De Vieste a Anagni entre dos alas de muchedumbre osannante "

L ' humildad de un ilustre prisionero "
Los últimos milagros de entre "
Entre en las manos de Bonifacio "

14. Hacia el Golgota "

"Cuando Fumone fuma todo Campo tiembla" "
El "misterio" de S. Onofrio "

Epílogo "

1296. Bonifacio la revoca "Perdonanza" de Collemaggio "
1299. Milagros post mortem "
1296-1293. Las guerras de Bonifacio "
1300. Un bonito expediente: el gran Jubileo "
1301. Las Burbujas del terror "
1303. El "insulto de Anagni" "
1303. Muerte de Bonifacio "
1306-1313. Del proceso de Canonización de entre "
1327. Las desnudas substraéis "
1630. ¿Entre fue asesinado? "
1807. Como muere una Congregación "
1988. Las desnudas substraídas por los torpe "
2000. Entre viejos y nuevos detractores "
El insostenible mensaje de Celestino "

Notas "

Documentos "

1. Una pericia médico-legal sobre el cráneo de Celestino "
2. Deducción del laude de Buccio de Ranallo sobre el Perdonanza "
3. Una rara mini-biografía de entre "

4. El Decreto de Elección del 5 de julio de 1294 "
5. El "Manifiesto" de Largo "
6. La Burbuja "Praeteritorum temporum" (deducción) "

7. El "insulto" de Anagni en la versión de Luigi Duros "
8. Entre historia y leyenda, noticias sobre las reliquias de Celestino "
9. La Burbuja "Unam Sanctam" "
10 como Giovanni Aldeanos cuenta la elección de Pietro de Morrone "

Bibliografía "

wpe4B.jpg (1985 byte)
wpe2C.jpg (2049 byte)
wpe27.jpg (1949 byte)
wpe29.jpg (2000 byte)
wpe4C.jpg (1949 byte)