De Simón Pedro, esclavoa y apóstolb de Jesucristo, a los que han conseguido una fe tan valiosa como la nuestrac mediante la justiciad de nuestro Dios y del Salvador Jesucristo:e
pues su poder divino nos ha concedido todas las cosas que contribuyen a la vidah y a la devoción a Diosi a través del conocimiento exacto de aquel que nos llamój por su propia gloriak y virtud.
Por medio de estas cosas nos ha concedido las valiosas y muy grandiosas promesas,l para que gracias a ellas ustedes participen de la naturalezam divina, tras haber escapado de la corrupción del mundoo causada por los malos deseos.
Porque, si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que sean inactivos o infructíferosg en lo relacionado con el conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo.
Porque cualquiera que no tiene estas cosas está ciego, pues cierra los ojos a la luz,h y ha olvidadoi que los pecados que cometió hace mucho tiempo fueron limpiados.j
Por eso, tengo la intención de recordarlesd siempre estas cosas, aunque ustedes ya las saben y están bien establecidos en la verdade que está presente en ustedes.f
No, nosotros no les dimos a conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristom siguiendo cuentos falsosl ingeniosamente elaborados, sino que fuimos testigos oculares de su esplendor.n
Porque él recibió honra y gloriao de parte de Dios el Padre cuando la espléndida gloria le transmitió palabras como estas: “Este es mi Hijo amado; él tiene mi aprobación”.p
Así que tenemos más confirmadat la palabra profética,s y ustedes hacen bien en prestarle atención como a una lámparau que brilla en un lugar oscuro (hasta que amanezca el día y el lucerov se levante) en sus corazones.
Sin embargo, tal como hubo falsos profetas entre el pueblo, también habrá falsos maestros entre ustedes.a Ellos introducirán a escondidas sectas destructivas, y hasta rechazarán al dueño que los compró,b y así traerán sobre sí mismos una rápida destrucción.
En efecto, Dios no se contuvo de castigar a los ángelesh que pecaron, sino que los echó en el Tártaro,i encadenándolos en profunda oscuridad a fin de reservarlos para el juicio.j
Tampoco se contuvo de castigar a un mundo antiguo,k pero mantuvo a salvo a Noé, predicador de justicia,l junto con otras siete personasm cuando trajo un diluvion sobre un mundo de gente irreverente.
Así que Jehová sabe rescatar de las pruebas a las personas que le tienen devocións y reservar a las personas injustas para que sean destruidast en el día de juicio,
sobre todo a las que buscan contaminaru la carne de otros y desprecian la autoridad.v
Como son atrevidos y tercos, a ellos no les da miedo hablar de manera ofensivaa de los gloriosos.
Pero estos hombres, como animales irracionales que actúan por instinto y nacen para ser atrapados y destruidos, hablan de manera ofensivad de cosas que no saben. Ellos serán destruidos a causa de su propio comportamiento destructivo,
y sufriráne daño como pago por su modo de vida dañino.f
Consideran un placer entregarse a una vida de excesos, incluso en pleno día.g Ellos son manchas y defectos que se deleitan en sus enseñanzas engañosas mientras celebran banquetes con ustedes.h
Sus ojos están llenos de adulterioi y no pueden abandonar el pecado,j y ellos seducen a los que están inestables. Tienen un corazón entrenado en la codicia.k Son hijos malditos.l
pero fue reprendido por violar lo que era correcto.o Un animal de carga que no podía hablar habló con voz humanap y refrenó la loca conducta del profeta.q
Hacen declaraciones arrogantes y vacías. Apelando a los deseos de la carneu y mediante actos de conducta descarada, seducent a personas que acaban de escaparv de quienes viven en el error.
En efecto, si, después de haber escapado de la contaminación del mundoz gracias a un conocimiento exacto del Señor y Salvador Jesucristo, se envuelven de nuevo en estas mismas cosas y son vencidos,a su situación final llega a ser peor que la primera.b
Habría sido mejor para ellos no haber conocido con exactitud el camino de la justiciac que conocerlo y luego apartarse del santo mandamiento que habían recibido.d
Les ha pasado lo que dice este proverbio tan cierto: “El perroe ha vuelto a su propio vómito, y la cerda que ha sido bañada, a revolcarse en el fango”.f
Amados, esta es ya la segunda carta que les escribo en la que, igual que en la primera,g les doy un recordatorioh para despertar su capacidad de pensar con claridad,
a fin de que recuerden las palabras que dijeron anteriormente los santos profetasi y el mandamiento que dio el Señor y Salvador mediante los apóstolesj de ustedes.
y dirán:n “¿Dónde está esa prometida presencia de él?o Porque, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas siguen exactamente igual que desde el principio de la creación”.p
Ellos pasan por alto a propósito este hecho: que hace mucho tiempo hubo unos cielosq y una tierra sólidamente establecida fuera del aguar y en medio de las aguass por la palabra de Dios,
Pero, por esa misma palabra, los cielosu y la tierrav que existen ahora están reservados para el fuegow y guardados hasta el día de juiciox y de la destrucción de la gente irreverente.y
Jehová no es lento para cumplir su promesa,a como algunas personas creen. Más bien, él es paciente con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino que todos lleguen a arrepentirse.b
Sin embargo, el día de Jehovác vendrá como un ladrón.d Ese día los cielos desapareceráne con un estruendo,f y los elementos, intensamente calientes, se disolverán,g y la tierrah y las obras que hay en ella serán puestas al descubierto.i
Ya que todas estas cosas se disolverán de este modo, ¡piensen en la clase de personas que deben ser! Deben realizar actos santos de conducta y hechos de devoción a Dios
mientras esperanj y están muy pendientes de la presencia del día de Jehová,k mediante el cual los cielos serán destruidosl por las llamas y los elementos se derretirán por el intenso calor.
Además, piensen que la paciencia de nuestro Señor significa salvación, tal como también les escribióe nuestro amado hermano Pablo de acuerdo con la sabiduríad que recibió.
Él habló de eso en todas sus cartas. Sin embargo, en ellas hay cosas difíciles de entender que los ignorantes y los inestables tuercen, al igual que hacen con el resto de las Escrituras,f para su propia destrucción.
Por lo tanto, amados, sabiendo esto de antemano,g manténganse vigilantes para que no sean desviados como ellos por el error de los malvados y pierdan su propia firmeza.h
Más bien, sigan creciendo en la bondad inmerecida y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.i A él vaya la gloria ahora y hasta el día de la eternidad.j Amén.