Desde la antigüedad, los Salmos se han organizado en cinco libros de canciones:
1) Salmo 1-41,
2) Salmo 42-72,
3) Salmo 73-89,
4) Salmo 90-106
5) Salmo 107-150.
En este artículo se examinará el primero. Excepto los Salmos 1, 10 y 33, de los que se desconoce la identidad de sus compositores, los demás salmos de esta sección son obra de David, rey de la antigua nación de Israel.
David presenta a Jehová como el Protector de su pueblo cuando canta: “Mi Dios es mi roca. En él me refugiaré” (Salmo 18:2). A continuación, pasa a alabarlo por sus diversas facetas como Creador y Legislador en el Salmo 19, como Salvador en el Salmo 20, y como Salvador de su Rey ungido en el Salmo 21. En el Salmo 23 lo presenta como el Gran Pastor, y en el Salmo 24, como a un Rey glorioso.
Respuestas a preguntas bíblicas:
1:2.
¿Cuál es el motivo más puro para leer la Palabra de Dios, y por qué es importante tal motivación?.
El amor a Jehová es el motivo más puro para leer su Palabra. Amar a Jehová con “toda [nuestra] mente” nos impulsará a utilizar al máximo las facultades mentales para adquirir el conocimiento de Dios (Mat. 22:37).
1:2a.
¿Cuál es el mayor beneficio de leer la Palabra de Dios?.
La lectura nos permite hallar “el mismísimo conocimiento de Dios” (Pro. 2:5). Tal capacidad incide en muchas facetas de nuestro servicio sagrado. Por ejemplo, en el ministerio del campo, la calidad de la lectura repercute directamente en la eficacia. Además, prepararse para las actividades espirituales requiere leer.
2:1, 2.
¿Qué es la “cosa vacía” que las naciones siguen hablando entre dientes?.
La “cosa vacía” es la preocupación constante de los gobiernos humanos por perpetuar su autoridad. Se la califica de vacía porque está condenada al fracaso. ¿Cómo pueden creer los grupos nacionales que tendrán éxito si han tomado su posición “contra Jehová y contra su ungido”?
2:6.
¿De que coronación se hace mención aquí?.
El Salmo segundo se refiere proféticamente a la coronación de Jesús en el monte Sión celestial (Sal. 110:1, 2). Sin embargo, este salmo también indica que hay un período en que a los gobernantes de la Tierra y a sus súbditos se les concede la oportunidad de someterse a Cristo. Se les insta a que “ejerzan perspicacia” y a que se dejen “corregir”. Durante ese tiempo, “felices son todos los que se refugian en [Jehová]” sirviéndole a él y a su Rey nombrado. Y, como vemos, se les brinda esa oportunidad durante la presencia de Jesús como Rey (Sal. 2:10-12). No obstante, los incrédulos no entenderían estos asuntos ni reconocerían a Jesús como su futuro Rey. Por otra parte, Jesús dijo que sus discípulos verían la señal de su presencia tan claramente como si vieran un “relámpago [...] [que] resplandece desde una parte debajo del cielo hasta otra parte debajo del cielo” (Luc. 17:24-29).
2:7.
¿Qué es el “decreto de Jehová”?.
Es el pacto para un Reino que Jehová ha hecho con su amado Hijo, Jesucristo (Lucas 22:28, 29).
2:8.
¿Por qué pide Jesús en herencia a las naciones?.
La posición que ocupa el Rey —el propio Hijo de Dios— es inferior solo a la de Jehová. Para su Padre, Jesús ha demostrado ser leal y digno de confianza. Además, siendo como es el Primogénito, posee el derecho de herencia. Y es que Jesucristo “es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). Con tan solo solicitarlo, Dios le da “naciones” en herencia y “los cabos de la tierra” en posesión. Jesús formula esta petición porque está encariñado “con los hijos de los hombres” y por su gran deseo de efectuar la voluntad de su Padre celestial tocante a este planeta y la humanidad (Proverbios 8:30, 31).
2:12.
¿En qué sentido pueden “bes[ar] al hijo” los gobernantes de las naciones?.
En tiempos bíblicos, el beso era una muestra de amistad y lealtad, además de una forma de dar la bienvenida a los invitados. Así pues, los reyes de la Tierra reciben la orden de besar al Hijo, esto es, darle la bienvenida como Rey Mesiánico (Salmo 2:2, 6-8.)
Encabezamientos de los Salmos.
¿Para qué son los encabezamientos que preceden a algunos salmos?.
A veces identifican al escritor del salmo o aportan datos sobre las circunstancias en las que se compuso, como ocurre en el Salmo 3. En ocasiones indican el propósito o el uso que se le daba a ese salmo en particular (como en los Salmo 4 y 5), y otras veces suministran instrucciones musicales (como en el Salmo 6).
Caps. 3 y 4.
¿Qué peligrosa situación llevo a David a escribir los salmos 3 y 4?.
DAVID lleva décadas reinando en Israel cuando se enfrenta a una peligrosa situación. Como su hijo Absalón ha dado un golpe de estado y le ha arrebatado el trono, se ve obligado a abandonar Jerusalén. Por si fuera poco, es traicionado por uno de sus más estimados consejeros. Acompañado por un puñado de hombres fieles, camina descalzo y llorando por el monte de los Olivos. Luego, para colmo de males, sufre humillaciones a manos de Simeí, un pariente de Saúl que se pone a lanzarle piedras, polvo y maldiciones (2 Sam. 15:30, 31; 16:5-14).
El Salmo 3 habla de esta ocasión en la que salió huyendo, pero David confía en Jehová. El rey compuso además el Salmo 4, que, como el anterior, expresa su convicción de que Dios escucha y contesta los ruegos de sus siervos fieles (Sal. 3:4; 4:3). Ambos salmos garantizan que Jehová está con ellos día y noche, y que los bendice dándoles ayuda, paz y seguridad (Sal. 3:5; 4:8). Estos dos cánticos, nos infunden seguridad y fortalecen nuestra confianza en Dios.
El Salmo 4, al igual que el precedente, es una fervorosa oración de David que manifiesta su confianza absoluta en Jehová (Sal. 3:4; 4:3). Puede que lo compusiera para expresarle a Dios el alivio y la gratitud que sentía tras el fracaso del golpe de estado de Absalón. O quizás lo redactara para uso de los cantores levitas.
5:Enc.
Nehilot.
Transliteración de neji·lóhth, término hebreo de origen y significado incierto, que solo aparece en el encabezamiento del Salmo 5. Parece tratarse de una expresión musical, y muchos piensan que se refiere a un instrumento de viento, pues lo relacionan con la raíz hebrea de la que se deriva ja·líl (flauta). Sin embargo, la expresión “para Nehilot” podría designar una melodía. La Septuaginta griega y la Vulgata latina la traducen “[para] aquella que hereda”.
5:6.
¿Por qué es fundamental que aceptemos el parecer de Dios sobre la mentira?.
Salmo 5:6 dice que Dios ‘destruirá a los que hablan una mentira’. Apocalipsis 21:8 añade que el fin de todos los mentirosos es “la muerte segunda”. Por lo tanto, si aceptamos el parecer de Dios sobre la mentira, tendremos una poderosa razón para hablar la verdad y así recibir su don de la vida.
7:8.
¿Qué situaciones podrían poner a prueba la integridad del cristiano?.
Un joven cristiano se halla rodeado por un grupo de compañeros que buscan pelea. ¿Responderá a sus provocaciones insultándolos o recurriendo a los golpes? ¿O logrará controlarse e irse de allí? Un hombre casado está a solas en su casa buscando cierta información en Internet. De repente aparece en el monitor una ventana con un enlace a un sitio inmoral. ¿Hará clic en el anuncio, o lo cerrará? Una hermana está conversando con unas amigas. En un momento dado, la conversación cambia de tono, y una de ellas empieza a hablar mal de otra cristiana. ¿Qué hará la hermana? ¿Les seguirá la corriente a sus amigas, o se atreverá a cambiar de tema? Estas tres situaciones tienen algo en común: en cada una de ellas el cristiano debe luchar por mantenerse íntegro y leal. Cuando nos enfrentamos a las preocupaciones y necesidades de la vida diaria, ¿tenemos presente que debemos actuar con integridad? (Sl 25:21; Pr 2:7).
8:1.
¿Cómo puede describirse la dignidad de Jehová?.
En un salmo que contrasta la grandeza de Dios con la pequeñez del hombre, David cantó las palabras del texto de hoy. Jehová es el personaje más digno y majestuoso del universo. Lo era mucho antes de crear “los cielos y la tierra”, y lo seguirá siendo mucho después de que se cumpla su glorioso propósito de convertir la Tierra en un paraíso y devolver la perfección a la humanidad; así es, desde la eternidad hasta la eternidad (Gén. 1:1; 1 Cor. 15:24-28; Apo 21:1-5). El fiel salmista debió de sentirse conmovido al observar el silencioso esplendor de un cielo tachonado de brillantes estrellas. Asombrado por la extraordinaria destreza creadora de Jehová y por la manera en que extendió “los cielos como una tela de tienda”, dijo que Dios se había vestido de dignidad (Sal. 104:1, 2). Aunque el omnipotente Creador es invisible, su dignidad y esplendor se perciben en sus obras visibles.
Expresión que aparece en el encabezamiento de uno de los salmos de David (Sl 9), cuyo significado tradicional es “[acerca de] la muerte del hijo”. Algunos comentaristas opinan que servía para indicarle al director el nombre, o tal vez las palabras de apertura, de una canción conocida cuya melodía se usaba al cantar este salmo. Otra posibilidad sobre el significado del término la ofrece el Targum, que en el encabezamiento del Salmo 9 dice: “Por la muerte del hombre que salió entre los dos campamentos”, refiriéndose a un campeón. Parece ser que se hace alusión a Goliat, el campeón filisteo al que David venció entre el campamento israelita y el filisteo. (1Sa 17:45-51.)
ransliteración de la expresión hebrea hig·ga·yóhn, que según los lexicógrafos es un término técnico de dirección musical. (Sl 9:16.) Se ha traducido de diversas maneras según el contexto hebreo: “meditación”, “pensamientos”, “música resonante”, “tono suave”, “música suave”, “susurrar”, “designio”, “murmuraciones” y “habladurías”. (Sl 19:14; 92:3; Lam 3:62, NM; Val, 1960; Val, 1989; VP.) Puede ser que en el Salmo 9:16 Higayón signifique un interludio de arpa de tono grave y solemne, o una pausa solemne para inducir a la meditación.
10:4.
¿Ha olvidado Dios al hombre?.
Algunas personas solo aparentan que quieren saberlo. Es cierto, puede ser que pregunten: ‘Si hay un Dios, ¿por qué permite que el hombre sufra tanto?’ Pero en vez de investigar para hallar la respuesta, prefieren creer que no hay Dios, o, si lo hay, que él se ha olvidado del hombre. Y esas personas a menudo son demasiado orgullosas para siquiera considerar la evidencia.
En tiempos antiguos también hubo personas como ésas. Tenían ideas personales acerca de Dios, pero orgullosamente rehusaban investigar para ver si éstas eran correctas.
Las maravillosas creaciones de Dios conquistan la admiración debido a su orden y perfección.
Por otra parte, ¡los asuntos humanos son tan desordenados e imperfectos! Hay sufrimiento, angustia y maldad prácticamente en todas partes.
¿No es la manera en que funciona nuestro cuerpo, sin control o guía humana, una indicación de que Dios todavía sostiene nuestros procesos de vida? Todavía nos beneficiamos del maravillosamente complejo proceso de curación que prontamente repara el daño si nos cortamos. ¿Y qué hay del extraordinario proceso que transforma las diversas clases de alimentos que comemos en carne, huesos, cabello, uñas y otros materiales de construcción? Realmente, ¿indican estos procesos que continúan funcionando para nuestro beneficio que Dios se ha olvidado del hombre?
Continúe examinando: Considere cómo disfrutamos de la exquisita belleza que se ha provisto sobre la Tierra... las gloriosas puestas de Sol, las montañas cubiertas de nieve, las arenosas playas, los verdes valles, los torrentosos ríos y las coloridas y fragantes flores. Observe, también, cómo las minúsculas semillas crecen para producir la asombrosa variedad de alimentos deliciosos. ¿No mantiene Dios aún las leyes que hacen posible las puestas de Sol y el oleaje que se rompe en las playas, así como el proceso por el cual elaboran alimentos las plantas? ¿No diría usted que todo esto es evidencia de que Dios se recuerda del hombre?
11:3.
¿Qué fundamentos están demolidos?.
Son los fundamentos en los que se basa la sociedad humana: la ley, el orden y la justicia. Cuando estos se corrompen, reina el desorden social y desaparece la justicia. En semejantes condiciones, “[todo el] que sea justo” debe confiar plenamente en Dios (Salmo 11:4-7).
11:4.
¿Qué puede ayudarnos a actuar con lealtad cuando estamos a solas?.
Los siervos de Jehová nunca estamos completamente solos. Nuestro amoroso Padre celestial siempre está pendiente de nosotros. Imaginemos lo feliz que debe de sentirse cuando ve que resistimos la tentación. No arruinemos nuestra trayectoria de integridad por el vergonzoso acto de ver o leer pornografía. Seamos íntegros y obedezcamos a Dios incluso cuando estamos con personas que no comparten nuestra fe. Pensemos en Daniel y sus tres compañeros, quienes de jóvenes fueron llevados cautivos a Babilonia. Al llegar a aquella ciudad se encontraron entre paganos que prácticamente no sabían nada de Jehová. Cuando los presionaron para que comieran alimentos que la Ley de Dios prohibía, no hubiera sido difícil para ellos encontrar algún pretexto para ser desleales. Después de todo, ni sus padres ni los ancianos ni los sacerdotes de Israel podían verlos. ¿Quién iba a enterarse? Jehová, por supuesto. Así que adoptaron una postura firme y obedecieron a Dios a pesar de la presión y de los riesgos que corrían (Dan. 1:3-9).
11:5.
¿Qué dice de nosotros el entretenimiento que escogemos?.
A la hora de elegir actividades recreativas, el cristiano debe guiarse por los principios bíblicos. Por ejemplo, Pablo dirigió estas palabras a los colosenses: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia [...;] deséchenlas todas de ustedes: ira, cólera, maldad, habla injuriosa y habla obscena”. (Colosenses 3:5, 8.)
Hoy muchos espectáculos atentan contra este consejo inspirado. Aun así, quizás alguien replique: ‘Nunca en la vida haría yo lo que veo en la pantalla’. Y quizás sea cierto. Pero aunque las diversiones que uno escoja no denoten qué clase de persona será más adelante, quizás reflejen cómo es ahora; por ejemplo, si “ama la violencia” o le atraen la ‘fornicación, el apetito sexual, la codicia y el habla obscena’, o, por el contrario, ‘odia lo que es malo’. (Salmo 97:10.)
12:3.
¿Por qué evitar la actitud ambiciosa y jactanciosa?.
El que lisonjea emplea palabras melosas para seducir a su víctima. Las expresiones “lisonjear”, “meloso [aplicado a lengua, labio o palabra]”, de manera figurada, un “labio meloso” significa habla engañosa. (Sl 12:2, 3.) Tales labios, así como los que son duros o mentirosos, pueden ser dañinos, pueden herir profundamente, como si de una espada se tratase, o envenenar como una víbora. (Sl 59:7; 140:3; Ro 3:13.) Una persona que “abre con anchura sus labios” es una que habla sin pensar o de manera imprudente. (Pr 13:3.) Esa acción le puede llevar a la ruina, pues Dios hace responsable a cada uno de sus palabras. (Dt 23:23; Nú 30:6-8; Pr 12:13; compárense con Job 2:10; Mt 12:36, 37.)
16:8.
¿Cómo hemos de entender estas palabras?.
En el campo de batalla, el soldado por lo general portaba la espada con la mano derecha y el escudo con la izquierda, de modo que dejaba descubierta la diestra, o costado derecho. Pero si un compañero le cubría ese lado, quedaba protegido. De la misma manera nos protegerá Jehová si lo tomamos en cuenta y le obedecemos.
Mantenemos a Jehová a la “diestra” dejando que su palabra nos guíe en todo aspecto de la vida y fijando la vista en el glorioso premio que él nos ofrece.
Las Escrituras mencionan a muchas personas que participaron en el cumplimiento del propósito divino. Por supuesto, sus historias no se incluyeron en la Biblia tan solo para entretenernos, sino para acercarnos más a Dios (Sant. 4:8). Todos tenemos mucho que aprender de los personajes más conocidos de la Biblia, como Abrahán, Sara, Moisés, Rut, David, Ester y el apóstol Pablo. No obstante, hay otros personajes menos conocidos de los que también podemos aprender mucho. Si meditamos en lo que la Biblia relata sobre ellos, nos sentiremos impulsados a actuar como el salmista que escribió las palabras del texto de hoy. En el campo de batalla, el soldado por lo general portaba la espada con la mano derecha y el escudo con la izquierda, de modo que dejaba descubierta la diestra, o costado derecho. Pero si un compañero le cubría ese lado, quedaba protegido. De la misma manera nos protegerá Jehová si lo tomamos en cuenta y le obedecemos.
16:8a.
¿Qué significa andar con Dios, y qué ejemplos bíblicos lo aclaran?.
A muchos les resulta inconcebible que el Creador de nuestro infinito universo permita que, espiritualmente hablando, los seres humanos caminemos con él; sin embargo, eso es justo lo que quiere que hagamos. En los tiempos bíblicos, Enoc y Noé anduvieron con Dios (Gén. 5:24; 6:9). Moisés “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible” (Heb. 11:27). El rey David caminó con humildad junto a su Padre celestial. Es obvio que no podemos caminar de la mano de Jehová de manera literal, pero sí en sentido figurado. ¿Cómo? El salmista Asaf escribe: “Constantemente estoy contigo; tú me has asido de la mano derecha. Con tu consejo me guiarás” (Sal. 73:23, 24). Dicho de otro modo, andamos con Jehová cuando seguimos fielmente sus consejos, que recibimos mediante su Palabra escrita y “el esclavo fiel y discreto” (Mat. 24:45; 2 Tim. 3:16).
Significa comportarse de una manera que evidencia fe firme en Dios, como Enoc y Noé, que hicieron lo que Jehová les mandó y condujeron su vida en armonía con lo que sabían de él por su relación con la humanidad.
Es obvio que, como seres humanos de carne y hueso que somos, no podemos andar literalmente con Jehová, que es un espíritu (Éxodo 33:20; Juan 4:24). Por eso, cuando la Biblia habla de hombres que anduvieron con Dios, lo hace en sentido figurado; así pinta una extraordinaria imagen verbal que no solo trasciende las barreras nacionales y culturales, sino también la barrera del tiempo. Después de todo, ¿en qué lugar o época no se comprenderá el concepto de una persona que anda en compañía de otra? Es una imagen que comunica afecto e intimidad, ¿no es verdad? Dichos sentimientos nos dan una idea de lo que significa andar con Dios. Pero seamos más específicos.
Recordemos a los fieles Enoc y Noé. ¿Por qué se dice que anduvieron con Dios? (Génesis 5:24; 6:9.) En la Biblia, “andar” significa a menudo seguir cierto derrotero. Enoc y Noé optaron por seguir un derrotero que armonizaba con la voluntad divina. A diferencia de sus contemporáneos, buscaron la guía de Jehová y obedecieron sus mandatos; confiaron en él. ¿Quiere decir eso que él decidía por ellos? No. Jehová nos ha dotado de libre albedrío y desea que usemos ese don junto con nuestra “facultad de raciocinio” (Romanos 12:1). Pero a la hora de tomar una decisión, permitimos con humildad que su mente, que es infinitamente superior a la nuestra, guíe nuestro raciocinio (Proverbios 3:5, 6; Isaías 55:8, 9). Así caminamos por la vida con Jehová como nuestro amigo íntimo.
La Biblia suele asemejar la vida a un viaje o recorrido, haciéndolo unas veces de manera expresa y otras de manera implícita. Por ejemplo, Jesús preguntó: “¿Quién de ustedes, por medio de inquietarse, puede añadir un codo a la duración de su vida?” (Mateo 6:27). Hay algo en estas palabras que pudiera causarnos extrañeza. ¿Por qué habló Jesús de añadir “un codo” —que es una medida de longitud— a “la duración de [la] vida”, que se mide con unidades de tiempo? Obviamente, Jesús estaba comparando la vida a un viaje, y enseñó que por más que nos preocupemos, no podemos añadir un solo paso a su curso. ¿Quiere decir, pues, que no hay nada que podamos hacer con respecto a la duración de este recorrido? Todo lo contrario. Y esto nos lleva a la segunda pregunta: ¿por qué debemos andar con Dios?
18:2.
¿Qué otra razón tenía David para confiar en Dios? b) ¿A quién atribuyó David el mérito por seguir con vida?.
Cuando las mujeres israelitas comenzaron a elogiar a David por sus hazañas militares, el rey Saúl sintió tantos celos que en dos ocasiones le arrojó una lanza (1 Sam. 18:6-9). En ambos casos, David logró esquivar el mortal ataque. ¿Qué lo ayudó a salir ileso? ¿Ser un ágil guerrero con buenos reflejos? No. La Biblia da la respuesta: “Jehová estaba con él” (1 Sam. 18:11-14). Hasta el propio “Saúl llegó a ver y saber que Jehová estaba con David” cuando más adelante fracasó su plan de hacer que David muriera a manos de los filisteos (1 Sam. 18:17-28). ¿A quién atribuyó David el mérito por seguir con vida? La respuesta la encontramos en el Salmo 18, una canción que, según indica su encabezamiento, fue compuesta por David “el día en que Jehová lo hubo librado [...] de la mano de Saúl”. ¿Verdad que es muy animador saber que Jehová puede librar a sus siervos? (Sal. 35:10.)
19:1.
¿En qué sentido están “Los cielos declarando la gloria de Dios”?.
Los cielos estrellados atestiguan la existencia de Dios. En Salmo 19:1 leemos: “Los cielos están declarando la gloria de Dios”. En efecto, “los cielos” —el Sol, la Luna y las estrellas— atestiguan el poder y la sabiduría divinos. Tan solo la enorme cantidad de estrellas ya nos sobrecoge. Y todos esos cuerpos celestes se mueven en el espacio con un rumbo fijo, siguiendo leyes físicas muy precisas (Isaías 40:26). ¿Es razonable atribuir tal orden a la casualidad ciega? La afirmación de muchos científicos de que el universo tuvo un principio súbito es muy significativa. Al exponer lo que implica este hecho, cierto profesor escribió: “Un universo que haya existido por la eternidad encaja mucho mejor con el ateísmo o el agnosticismo. En cambio, un universo que tenga principio parece exigir una primera causa, pues ¿quién podría imaginar semejante efecto sin una causa de suficiente magnitud?”.
Acción de aplicar con intensidad el pensamiento y la reflexión al conocimiento y consideración de una cosa, bien experiencias del pasado, asuntos del presente o posibles acontecimientos futuros. La palabra hebrea “meditación” proviene de una raíz que significa literalmente “hablar con uno mismo”.
Es esencial que reflexionemos sobre nuestro pasado, evaluemos las circunstancias presentes y consideremos con detenimiento el futuro. La palabra hebrea que aquí se traduce “meditación” proviene de una raíz que significa literalmente “hablar con uno mismo”, sobre Jehová, su actividad, sus obras, sus leyes y su justicia (Salmo 143:5).
A fin de meditar debidamente, es necesario estar libre de distracciones, estar a solas con los pensamientos. Por ejemplo, al caer la tarde, Isaac a la edad de 40 años salió a pasear solo con el fin de meditar, probablemente tenía cosas específicas en las que pensar, tales como su porvenir, la pérdida de su madre y la identidad de su futura esposa. Por ello debió de apartar algún tiempo al anochecer para meditar en privado sobre esos importantes asuntos. Así pues, la meditación de la que habla la Biblia implica más que soñar despierto. (Gé 24:63.) Durante la soledad de las vigilias nocturnas, el salmista meditó sobre la grandeza de su magnífico Creador. (Sl 63:6.) La meditación del corazón debe dirigirse hacia cosas beneficiosas, como el esplendor y las obras de Jehová y las cosas que le agradan a Él (Sl 19:14; 49:3; 77:12; Flp 4:8), no hacia los ardides de los inicuos. (Pr 24:1, 2.)
La meditación provechosa evita las respuestas necias. Supone pensar seriamente en los asuntos de importancia para dar respuestas desde el corazón que no haya que lamentar más tarde. (Pr 15:28.)
Cuando a Josué se le puso al frente de la nación de Israel, se le mandó que hiciese una copia de la ley de Jehová, y se le dijo (como leen muchas traducciones de la Biblia) que meditara en ella día y noche. (Jos 1:8; BJ, CI, DK, Val.) El término hebreo para “meditar” en este texto es ha-gháh. Significa básicamente “emitir sonidos inarticulados”, y se traduce ‘aullar’, ‘gruñir’, ‘chirriar’ y ‘hablar entre dientes’. (Isa 16:7; 31:4; 38:14; 59:3.) Ha-gháh también significa ‘usando ventriloquia’, ‘proferir en voz baja’ y ‘meditar’. (Sl 35:28; Pr 15:28.) Por ello la Traducción del Nuevo Mundo traduce el término hebreo ha-gháh de Josué 1:8 ‘leer en voz baja’. (Véase también Sl 1:2.) La lectura en voz baja grabaría en la mente de manera más indeleble el objeto de la meditación. La obra Gesenius’s Hebrew and Chaldee Lexicon (traducción al inglés de S. Tregelles, 1901, pág. 215) dice sobre ha-gháh: “Estrictamente, hablar con uno mismo, susurrando en voz baja, como suelen hacer los que meditan”. (Compárese con Sl 35:28; 37:30; 71:24; Isa 8:19; 33:18.)
El apóstol Pablo le dijo a Timoteo que debería reflexionar o meditar en su conducta, ministerio y enseñanza. Como superintendente, debería asegurarse de que enseñaba la doctrina sana y de que su modo de vivir era ejemplar. (1Ti 4:15.)
Meditación incorrecta. Después que el capitán del templo detuvo a los apóstoles Pedro y Juan, y los gobernantes judíos los amenazaron y les ordenaron que no hablasen más sobre la base del nombre de Jesús, los apóstoles regresaron a donde se hallaban los otros discípulos. Allí oraron a Dios, aludiendo a las palabras proféticas de David: “‘¿Por qué se pusieron tumultuosas las naciones, y los pueblos meditaron cosas vacías?’ [...] De veras, pues, tanto Herodes como Poncio Pilato con hombres de naciones y con pueblos de Israel realmente fueron reunidos en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, a fin de hacer cuantas cosas tu mano y consejo habían predeterminado que sucedieran”. (Hch 4:1-3, 18, 21, 23-28.)
El contexto muestra que las “cosas vacías” de las que se habla en este pasaje no son las que buscan las personas habitualmente en la vida, sino aquellas desprovistas de toda bondad, como pensamientos, habla y acciones en contra de Jehová y de sus siervos, empeños completamente vanos. (Hch 4:25.)
El rey David dijo de los que le odiaban e intentaban matarle: “Siguen hablando engaños entre dientes [una forma de ha-gháh] todo el día”. (Sl 38:12.) Estas meditaciones no eran simples pensamientos pasajeros. Estaban profundamente arraigadas en el corazón y orientadas hacia iniciativas inicuas. El escritor de Proverbios dice en cuanto a tales hombres: “Despojo violento es lo que su corazón sigue meditando, y gravoso afán es lo que sus propios labios siguen hablando”. (Pr 24:2.)
Jesús dijo a aquellos que le odiaban: “¿Por qué razonan estas cosas en sus corazones?”. (Mr 2:8.) De todos los que “suprimen la verdad de un modo injusto”, el apóstol Pablo dice: “Se hicieron casquivanos en sus razonamientos, y se les oscureció su fatuo corazón”. (Ro 1:18, 21.)
19:14.
¿Qué ejemplos hay de que Jehová no juzga con excesiva severidad nuestras imperfecciones?.
Lo que más le interesa a Jehová de nosotros es el corazón, es decir, la verdadera persona interior (Sal. 26:2). Sin embargo, nos quiere tanto que no se centra en los errores de poca importancia. Tomemos como ejemplo la ocasión en que Sara, la esposa de Abrahán, faltó a la verdad cuando habló con un ángel materializado; comprendiendo que tenía miedo y estaba abochornada, el ángel se limitó a reprenderla levemente (Gén. 18:12-15). De igual modo, pese a que el patriarca Job se había puesto a “declarar [...] justa su propia alma más bien que a Dios”, Jehová todavía lo bendijo, pues era consciente de cuánto había sufrido a manos de Satanás (Job 32:2; 42:12). Y lo mismo sucedió cuando la viuda de Sarepta hizo duros reproches al profeta Elías. Jehová no se dio por ofendido porque sabía que era una madre abrumada por el dolor de perder a su único hijo (1 Rey. 17:8-24).
19:14a.
¿Qué clase de estudio nos ayudará a predicar con más valentía?.
No es fácil proclamar el mensaje divino, pues muchos no quieren ni oír hablar de él. Para perseverar en nuestra labor, es esencial estudiar de un modo que nos permita absorber bien el mensaje de las Escrituras. No podemos dejarlo a la casualidad; tenemos que seguir fielmente un programa. Es fundamental meditar en la lectura de la Biblia, pues así se grabarán sus verdades en el corazón. Sin lugar a dudas, todos hemos de esforzarnos por mejorar nuestro estudio personal. Otra forma de recibir espíritu santo es aplicar este consejo: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos” (Heb. 10:24, 25). Si queremos que el espíritu santo nos guíe, hemos de hacer todo lo posible por asistir a las reuniones, escuchar con atención y poner en práctica lo que aprendemos.
21:3.
¿Qué tiene de especial la “corona de oro refinado”?.
No se especifica si se trataba de una corona literal o si era una representación simbólica de la gloria que le reportaron a David sus numerosas victorias. No obstante, este versículo alude proféticamente a la corona real que Jehová concedió a Jesús en 1914. El hecho de que la corona sea de oro indica la elevadísima calidad de este reinado.
22:1, 2.
¿Por qué pensó David que Jehová lo había abandonado?.
David soportaba tanta presión debido a sus enemigos que su ‘corazón se había hecho como cera y se había derretido muy dentro de sus entrañas’ (Salmo 22:14). Igual que Jesús cuando estaba en el madero, es posible que creyera que Jehová lo había abandonado (Mateo 27:46). Sus palabras manifiestan la reacción humana natural en una situación desesperada. La oración que aparece en Salmo 22:16-21, no obstante, deja claro que David no había perdido la fe en Dios.
23:1.
¿Por qué se compara a Dios con un pastor?.
Porque el pastor de Oriente Medio cuida mucho de cada una de sus ovejas. Todos los días las llama una a una por su nombre, les da palmaditas cariñosas y las revisa en busca de heridas. Si alguna está lastimada, le unta aceite o algún ungüento curativo. Y si está enferma, quizá tenga que obligarla a tragarse la medicina y a mantenerse de pie, pues si se quedara tumbada, podría morirse. Esta tierna imagen, sin duda, ilustra bien el cariño que Dios siente por quienes se acercan a él.
23:2.
¿Cómo nos conduce Jehová hoy día?.
Un rebaño recostado plácidamente en medio de la abundancia: aquí David pinta un cuadro de satisfacción, sosiego y seguridad. La palabra hebrea traducida “prados” puede significar “lugar agradable”. Las ovejas por sí solas seguramente no encontrarían un sitio tan refrescante para reposar con tranquilidad; su pastor debió conducirlas a ese “lugar agradable”.
Una manera de conducirnos Jehová es mediante el ejemplo. Su Palabra nos exhorta a que seamos “imitadores de Dios” (Efesios 5:1). El contexto de estas palabras menciona la compasión, el perdón y el amor (Efesios 4:32; 5:2). Jehová es el modelo perfecto de estas atractivas cualidades. ¿Acaso estará siendo poco realista al pedirnos que lo imitemos? No. De hecho, ese consejo inspirado es una maravillosa expresión de la confianza que tiene en nosotros. ¿En qué sentido? Habiendo sido hechos a su imagen y semejanza, estamos dotados de cualidades morales y espirituales (Génesis 1:26). Por lo tanto, Jehová sabe que a pesar de nuestras imperfecciones poseemos la capacidad de desarrollar las cualidades que él ejemplifica. Imagínese: nuestro amoroso Dios confía en que podemos ser como él. Si copiamos su ejemplo, él nos conducirá, por así decirlo, a agradables “descansaderos”; en medio de este mundo violento, moraremos “en seguridad” y gozaremos de la paz que se deriva de saber que contamos con la aprobación divina (Salmo 4:8; 29:11).
Jehová nos conduce con ternura y paciencia. El pastor tiene en cuenta las limitaciones de sus ovejas, por lo que al guiarlas va al “paso del ganado” (Génesis 33:14). Así mismo, Jehová guía a sus ovejas de acuerdo con el “paso” de estas. Toma en consideración nuestras aptitudes y circunstancias; de hecho, regula su paso al nunca pedir más de lo que podemos dar. Lo único que pide es que le sirvamos con toda el alma (Colosenses 3:23). ¿Y qué hay si la edad avanzada nos impide hacer tanto como antes, o si estamos limitados por una enfermedad grave? En eso radica lo extraordinario del requisito de servirle con toda el alma, ya que no hay dos almas exactamente iguales. Servir a Dios con toda el alma conlleva emplear todas las fuerzas y energías hasta el máximo de nuestra propia capacidad. Pese a las debilidades que pudieran afectar nuestro paso, Jehová valora mucho la adoración que le rendimos de todo corazón (Marcos 12:29, 30).
Para ilustrar el hecho de que Jehová va al “paso” de sus ovejas cuando las guía, veamos lo que la Ley mosaica ordenaba con respecto a ciertas ofrendas por el pecado. Jehová quería buenas ofrendas motivadas por un corazón agradecido; al mismo tiempo, estas se clasificaban según la capacidad de quien las hacía. La Ley determinaba: “Si no tiene lo suficiente para una oveja, entonces tiene que traer [...] dos tórtolas o dos pichones”. ¿Y si ni siquiera le alcanzaba para dos pichones? Entonces podía presentar “flor de harina” (Levítico 5:7, 11). Como vemos, Dios no exigía nada que estuviera más allá de las posibilidades del que hacía la ofrenda. Puesto que él no cambia, nos conforta saber que nunca pide más de lo que podemos dar, sino que se complace en aceptar lo que está a nuestro alcance (Malaquías 3:6). ¡Qué placer más grande es ser conducidos por un Pastor tan comprensivo!
23:4.
¿Cómo protege Jehová a sus ovejas hoy día?.
Ahora David adopta un tono más íntimo y, en lugar de referirse a Jehová como “él”, se dirige directamente a su Dios tratándolo de “tú”. No es de extrañar que lo haga así, pues está hablando de cómo él lo ayudó en la adversidad. Aunque atravesó muchos valles tenebrosos —situaciones en las que su vida corrió peligro—, David no dejó que el miedo lo dominara, pues sentía que Dios, con su “vara” y su “cayado” listos para protegerlo, estaba con él; tener conciencia de la protección divina lo consoló y, de seguro, lo acercó más a Jehová.
La Biblia nos asegura que ningún opositor —demoníaco o humano— podrá jamás eliminar de la Tierra a sus ovejas, pues él no lo permitiría (Isaías 54:17; 2 Pedro 2:9). Lo anterior no significa que nuestro Pastor nos libre de toda calamidad. Experimentamos las pruebas comunes a los hombres y, además, nos enfrentamos a la oposición que sufre todo cristiano verdadero (2 Timoteo 3:12; Santiago 1:2). Hay ocasiones en que, por así decirlo, andamos “en el valle de sombra profunda”. Por ejemplo, puede que nos hayamos visto a las puertas de la muerte debido a la persecución o a una enfermedad grave; o quizás uno de nuestros seres queridos haya estado a punto de fallecer o, efectivamente, haya muerto. Durante esos momentos tan sombríos, nuestro Pastor nos acompaña y nos protege. ¿De qué manera?
Jehová no promete intervenir de manera milagrosa; pero sí podemos estar seguros de algo, y es que él nos ayudará a superar cualquier obstáculo que se nos presente. Dios puede concedernos la sabiduría necesaria para hacer frente a “diversas pruebas” (Santiago 1:2-5). El pastor no solo usa su vara o su cayado para ahuyentar a los depredadores, sino también para dar un toque a las ovejas a fin de que no se descarríen. Del mismo modo, Jehová puede darnos un “toque”, quizás por medio de un hermano en la fe, para que apliquemos los consejos bíblicos que sean más adecuados en nuestras circunstancias. También puede darnos fuerzas para aguantar (Filipenses 4:13). A través de su espíritu santo puede impartirnos “poder que es más allá de lo normal” (2 Corintios 4:7). Gracias al espíritu de Dios podemos soportar cualquier prueba que Satanás nos mande (1 Corintios 10:13). ¿No es alentador saber que Jehová está siempre listo para ayudarnos?
Sí, sea cual sea el valle tenebroso por el que andemos, no tenemos que atravesarlo solos. Nuestro Pastor está con nosotros y nos ayuda de maneras que al comienzo quizás no comprendamos del todo. He aquí la experiencia de un anciano cristiano al que le diagnosticaron un tumor cerebral maligno. “Debo confesar que al principio me preguntaba si Jehová estaba enojado conmigo o incluso si me amaba. Pero estaba resuelto a no separarme de él; así que le expresé mis preocupaciones, y él me ayudó, a menudo consolándome mediante mis hermanos espirituales. Muchos me daban consejos útiles basados en su propia experiencia sobre cómo afrontar una enfermedad grave. Sus comentarios prudentes me recordaban que mi situación no era algo fuera de lo común. La ayuda práctica que recibí, así como algunas muestras conmovedoras de bondad, me dieron la seguridad de que Jehová no estaba disgustado conmigo. Por supuesto, debo seguir luchando con mi enfermedad, y no sé cuál será el desenlace; pero estoy convencido de que Jehová está conmigo y de que seguirá ayudándome en esta prueba.”
23:5.
¿Es nuestro Pastor también un anfitrión generoso?.
David presenta una tercera razón para confiar en su Pastor, a saber, que Jehová alimenta a sus ovejas, y lo hace con gran abundancia. Él escribe: “Dispones ante mí una mesa enfrente de los que me muestran hostilidad. Con aceite me has untado la cabeza; mi copa está bien llena” (Salmo 23:5). En este verso, David describe a su Pastor como un anfitrión generoso que suministra alimento y bebida en gran cantidad. No hay contradicción entre las dos imágenes, la del tierno pastor y la del anfitrión generoso. Al fin y al cabo, el buen pastor debe saber dónde hay ricos pastizales y suficiente agua potable para que a su rebaño ‘no le falte nada’ (Salmo 23:1, 2).
Pensemos por un momento en la calidad, cantidad y variedad del alimento espiritual que tenemos. Mediante la clase del esclavo fiel y discreto, Jehová nos proporciona publicaciones útiles e instrucción sustanciosa en las reuniones y asambleas, todo lo cual satisface nuestras necesidades espirituales (Mateo 24:45-47). No carecemos de sustento espiritual. “El esclavo fiel y discreto” ha producido millones de biblias y de ayudas para su estudio, estas últimas en 413 idiomas. Jehová ha suministrado alimento en gran variedad: desde la “leche” —las enseñanzas bíblicas elementales— hasta el “alimento sólido” —la información espiritual más profunda— (Hebreos 5:11-14). Por tal razón, cuando nos enfrentamos a dificultades o debemos tomar decisiones, por lo general hallamos precisamente lo que necesitamos. ¿Qué sería de nosotros sin ese alimento espiritual? Verdaderamente, nuestro Pastor es un magnífico proveedor (Isaías 25:6; 65:13).
23:6.
¿Qué confianza podemos tener nosotros?.
Después de observar el modo de actuar de su Pastor y Proveedor, David llega a la siguiente conclusión: “De seguro el bien y la bondad amorosa mismos seguirán tras de mí todos los días de mi vida; y ciertamente moraré en la casa de Jehová hasta la largura de días” (Salmo 23:6). Estas palabras brotan de un corazón lleno de gratitud y fe: gratitud al evocar el pasado y fe al mirar hacia el futuro. El ex pastor se siente seguro sabiendo que mientras esté cerca de su Pastor celestial, tan cerca como si morara en Su casa, siempre gozará de su protección amorosa.
1:1 ¿qué tres cosas debemos evitar si queremos ser felices?. “El consejo de los inicuos”, “el camino de los pecadores” y “el asiento de los burladores”. Para ser felices, debemos apartarnos de quienes se burlan de las leyes divinas o las desobedecen (1 Corintios 15:33). También debemos deleitarnos en la ley de Jehová
4:2. La fórmula "hijos de los hombres" se refiere a los seres humanos. En esta ocasión, parece que el salmista la aplica de forma peyorativa a sus enemigos, de quienes dice que "siguen amando cosas vacías". La Nueva Versión Internacional traduce así el versículo: "¿Hasta cuándo amarán ídolos vanos e irán en pos de lo ilusorio?". Del ejemplo de David extraemos una lección: Aunque lleguemos a desanimarnos por la conducta de otras personas, no dejemos de orar fervientemente al único Dios verdadero ni de mostrar confianza absoluta en él.
4:4. Hacemos bien en refrenar la lengua cuando estamos enfadados o airados para no decir algo de lo que luego nos arrepintamos (Efesios 4:26).
4:5.
Nuestros sacrificios espirituales pueden considerarse “sacrificios de la justicia” solo si los hacemos con un corazón limpio, con el motivo correcto y nuestra conducta está a la altura de las normas de Jehová.
(Compárese con Pr 28:13; Mt 5:23; 9:13; 12:7.)
6:5. ¿Qué mejor razón habría que esta para querer seguir viviendo? (Salmo 115:17.)
9:12. Jehová busca a quienes son culpables de derramamiento de sangre para castigarlos, pero también recuerda el “clamor de los afligidos”.
15:2, 3; 24:3-5. Los verdaderos adoradores dicen la verdad y evitan hacer juramentos en falso y calumniar.
15:4. A menos que nos demos cuenta de que hemos prometido algo que está en conflicto con las enseñanzas bíblicas, debemos hacer todo lo posible por cumplir nuestras promesas, aun cuando nos resulte muy difícil hacerlo.
15:5. Los siervos de Jehová debemos tratar de no dar mal uso al dinero.
17:14, 15. “Los hombres de este sistema de cosas” se dedican a vivir bien, criar una familia y dejar una herencia. El principal interés en la vida de David era ganarse un buen nombre ante Jehová para poder ‘contemplar su rostro’, es decir, gozar de su favor. Al ‘despertar’ a las promesas y garantías de Jehová —o sea, al tener conciencia de ellas—, David se sentiría ‘satisfecho de ver Su forma’; en otras palabras, se alegraría de que Jehová estuviera a su lado. Al igual que David, ¿no deberíamos poner nuestro corazón en los tesoros espirituales?
19:1-6. Si la creación inanimada —que no puede hablar ni razonar— glorifica a Jehová, ¿no deberíamos hacerlo con más razón nosotros, que podemos pensar, hablar y rendir adoración? (Apocalipsis 4:11.)
19:7-11. Las leyes y los recordatorios de Jehová nos reavivan el alma, realzan nuestro bienestar espiritual, nos aportan un sentimiento interior de gozo y hacen que nuestros ojos brillen con una clara visión de los maravillosos propósitos de Jehová. Todo ello es muy agradable. ¡Cuánto nos beneficia cumplir los requisitos de Jehová!
19:12, 13. Debemos tener cuidado a fin de no pecar cometiendo equivocaciones o actos insolentes.
19:14. Es necesario prestar atención no solo a lo que hacemos, sino también a lo que decimos y pensamos.
Hacia el fin de su vida, David compuso la canción que hoy conocemos como el Salmo 37, estos consejos que tan prácticos fueron para los israelitas, también lo son para nosotros, pues vivimos en “los últimos días” de este sistema de cosas (2 Timoteo 3:1-5). Refiriéndose proféticamente a Jesucristo, Salmo 40:7, 8 declara: “Aquí he venido, en el rollo del libro está escrito de mí. En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas”. El último salmo de esta colección trata de cómo David pedía ayuda a Jehová durante los difíciles años que siguieron a su pecado con Bat-seba. Allí canta: “En cuanto a mí, a causa de mi integridad me has sostenido” (Salmo 41:12).
Respuestas a preguntas bíblicas:
26:6.
¿De qué modo marchamos simbólicamente alrededor del altar de Jehová como hizo David?.
Este altar representa la voluntad de Jehová de aceptar el sacrificio de Jesucristo para redimir a la humanidad (Hebreos 8:5; 10:5-10). Nosotros marchamos alrededor del altar de Jehová al poner fe en ese sacrificio.
27:14.
¿Qué relación señala Salmo 27:14 entre la esperanza y el valor?.
Si queremos que nuestro corazón esté fuerte, nunca permitamos que la esperanza se difumine; más bien, mantengámosla muy clara en la mente y muy cerca del corazón. De este modo nos será más fácil imitar a Jesús al participar con valor y con celo en la obra que mandó realizar a sus discípulos (Mateo 24:14; 28:19, 20). Ciertamente, la esperanza figura junto a la fe y el amor entre las cualidades perdurables que distinguen a los siervos de Dios (1 Corintios 13:13).
¿Qué ocurrirá si permitimos que la esperanza divina se vaya borrando de la mente y el corazón, o que se centre en otros objetivos, como los bienes materiales y las metas de este mundo? Lógicamente, el cansancio espiritual nos invadirá enseguida y mermará las fuerzas y el ánimo que necesitamos para vivir de acuerdo con los principios morales. En ese estado mental, nuestra fe pudiera sufrir “naufragio” (1 Timoteo 1:19). Sin embargo, algo que logrará fortalecerla es la esperanza verdadera.
29:3-9.
¿Qué se quiere ilustrar comparando la voz de Jehová a una tormenta que siembra el temor mientras se desplaza?.
Así se ilustra el impresionante poder de Jehová.
31:23.
¿En qué sentido se paga en sumo grado a la persona altiva?.
La paga en este caso se refiere al castigo. Jehová paga al justo por sus errores involuntarios con disciplina. Pero paga en sumo grado —es decir, castiga de forma severa— a la persona altiva que no rectifica su mala conducta (Proverbios 11:31; 1 Pedro 4:18).
Este término aparece en los encabezamientos de trece salmos (32, 42, 44, 45, 52, 53, 54, 55, 74, 78, 88, 89, 142), y posiblemente signifique “poema contemplativo”. Sin embargo, como el significado de la palabra hebrea es dudoso, muchas versiones optan por no traducirla. Puede ayudar a entender el sentido de este vocablo el que otro similar se traduzca ‘actuar prudentemente’, ‘actuar con discreción’, ‘obrar con consideración’, “De entendimiento rápido” y ‘tener perspicacia’. (1Sa 18:14, 15; 2Cr 30:22; Sl 41:1; 53:2.)
Algunos opinan que 2Cr 30:22, donde se usa una palabra de forma similar que se vierte: “actuando con discreción”, suministra una clave en cuanto a su significado. LXX: “De entendimiento rápido”. Véase Sl 53:2, n: “Perspicacia”.
32:1.
¿Por qué diría que las sinceras expresiones de David en Salmo 32:1, 5 y Salmo 51:10, 15 demuestran que alguien que cometa un pecado grave y manifieste verdadero arrepentimiento no tiene por qué sucumbir a los sentimientos de inutilidad?.
David sintió alivio al confesar su pecado, asumió toda la responsabilidad por sus acciones y no se justificó ante Jehová ni trató de culpar a los demás. Manifestó su resolución de continuar en el servicio a Dios y, con la ayuda de Jehová, limpiar su corazón y comenzar de nuevo. Más tarde Jehová consideró a su siervo David como un hombre fiel, digno de imitar como ejemplo Heb 11:32.
32:8.
¿En qué sentido mantiene Jehová su ojo sobre sus leales?.
Como nuestro Padre, Jehová, ama a quienes andan con él, mantiene su ojo fijo sobre ellos para cuidarlos, protegerlos e instruirlos. Preguntémonos: “¿Estoy caminando de la mano de Jehová? Es decir, ¿escucho sus sabias palabras y tengo siempre presente que sus amorosos ojos están sobre mí? ¿Influye en mis pensamientos, palabras y acciones el hecho de saber que él me está viendo? Cuando cometo un pecado, en vez de ver a Jehová como un Dios distante y severo, ¿lo veo como un Padre cariñoso y compasivo que recibe al arrepentido con los brazos abiertos?” (Sal. 51:17). Jehová puede acudir en nuestro auxilio aun antes de que tomemos un mal camino. Por ejemplo, tal vez observe que nuestro corazón traicionero comienza a abrigar malos deseos (Jer. 17:9). En ese caso, él puede actuar mucho más rápido que los padres humanos porque sus “ojos radiantes” penetran en nuestro interior y escudriñan nuestros pensamientos más recónditos (Sal. 11:4; 139:4; Jer. 17:10).
32:8a.
¿Con qué intención nos examina Jehová?.
Jehová nos mira con la misma misericordia y bondad que un padre que desea proteger de todo daño a sus hijos queridos. Para evitar que nos lastimemos, nos muestra cuáles son nuestros puntos débiles y nuestras imperfecciones (Sal. 103:10-14; Mat. 26:41). Dios demuestra que nos ama al instruirnos y corregirnos mediante las Escrituras y mediante el alimento espiritual del “esclavo fiel y discreto” (Mat. 24:45; Heb. 12:5, 6). También nos ayuda a través de la congregación cristiana y sus “dádivas en [forma de] hombres” (Efe. 4:8). Lo que es más, está pendiente de nosotros para ver cómo respondemos a su educación paternal y busca formas de seguir ayudándonos. ¡Qué importante es que escuchemos siempre a Jehová! Ante él debemos mantenernos humildes, reconociendo que es nuestro amoroso Maestro y Padre (Mat. 18:4).
32:8b.
¿Por qué podemos confiar en el alimento espiritual que proporciona el esclavo fiel y discreto?.
¿Qué hace posible que el esclavo fiel y discreto proporcione alimento espiritual oportuno y nutritivo? Es Jehová quien dirige al esclavo. Por eso podemos tener plena confianza en la perspicacia, entendimiento y guía que nos da el esclavo basándose en las Escrituras. Además, Jehová bendice al esclavo fiel y discreto con su espíritu santo. Aunque esta fuerza es invisible, podemos ver los efectos que produce en las personas en quienes opera. Pensemos en lo que el esclavo ha logrado respecto a la comisión de dar testimonio sobre Jehová, su Hijo y el Reino. Los siervos de Jehová están proclamando el mensaje del Reino en más de doscientos treinta países y territorios. ¿No es esta predicación mundial una prueba irrefutable de que el espíritu de Dios está detrás del esclavo? (Hech. 1:8.)
33:3.
¿Qué es lo que más cuenta a la hora de entonar cánticos del Reino?.
Aunque David era un virtuoso de la música y la amaba profundamente, no deberíamos pensar que el talento es lo que más cuenta para Dios. En Salmo 33:3, este mismo rey escribió: “Esmérense en tocar las cuerdas junto con gozoso gritar”. La idea está muy clara: cuando uno alaba a Jehová, lo importante es que se esmere por hacerlo lo mejor que pueda.
33:6, nota.
¿Qué es “el espíritu”, o “aliento”, de la boca de Jehová?.
Este espíritu es la fuerza activa de Dios, o espíritu santo, que él empleó para crear los cielos físicos (Génesis 1:1, 2). Se le llama el espíritu, o aliento, de su boca porque, como si fuera un potente soplido, puede enviarse para realizar ciertas tareas desde lejos.
Cap. 34.
Marco de circunstancias del Salmo 34.
David tuvo que vivir de joven como un fugitivo debido al acoso implacable del rey Saúl, quien presa de los celos estaba decidido a matarlo. En una ocasión se refugió en lo que tal vez pensó que sería el último lugar donde el rey lo buscaría: la ciudad filistea de Gat, en territorio de los enemigos filisteos. Por desgracia fue reconocido, y solo logró escapar vivo porque fingió estar loco. David alabó a Dios por haberlo salvado y, basándose en su vivencia, escribió el Salmo 34.
34:7.
¿Cómo ha usado Jehová a los ángeles para ayudar a sus siervos?.
Los ángeles siempre están alerta para intervenir si esa es la voluntad de Dios. Por ejemplo, rescataron a Sadrac, Mesac, Abednego, Daniel y Pedro. Ahora bien, los ángeles no impidieron las muertes de Esteban y Santiago a manos de sus enemigos (Dan. 3:17, 18, 28; 6:22; Hech. 7:59, 60; 12:1-3, 7, 11). ¿Por qué razón? Porque las circunstancias y las cuestiones implicadas eran diferentes. De igual modo, aunque algunos de los hermanos que estaban en los campos de concentración nazis fueron ejecutados, Jehová hizo que sobreviviera la mayoría de ellos. La Biblia no dice que cada uno de nosotros tenga un ángel de la guarda. Claro está, Jehová puede enviar un ángel a socorrernos, pero quizá decida intervenir de otra manera. Por ejemplo, puede motivar a algún hermano para que nos ayude o consuele. O tal vez nos dé la sabiduría y la fortaleza para sobrellevar alguna “espina en la carne” que nos haga sentir como si nos estuviera abofeteando “un ángel de Satanás” (2 Cor. 12:7-10; 1 Tes. 5:14).
34:8.
¿Qué bendiciones tenemos los “colaboradores de Dios”?.
Si usted lleva algún tiempo participando en la obra de predicar y enseñar, seguro que ha visto lo bueno que es Jehová. ¿Ha percibido alguna vez la ayuda del espíritu santo al presentar las buenas nuevas? ¿Ha visto cómo se ilumina el rostro de las personas cuando Jehová les abre el corazón para que presten atención al mensaje? (Hech. 16:14.) ¿Le ha ayudado él a superar algún obstáculo que le impedía dedicarse más de lleno al ministerio? ¿Ha sentido su apoyo en los momentos difíciles y ha recibido las fuerzas necesarias para seguir adelante cuando creía que no podía más? (Fili. 4:13.) Cuando vemos la mano de Jehová ayudándonos en nuestro ministerio, sentimos que él es más real y nos acercamos más a él (Isa. 41:10). ¿Verdad que es una auténtica bendición ser “colaboradores de Dios” en la importantísima obra de educación bíblica? (1 Cor. 3:9.)
34:14.
¿Qué significa apartarse del mal? y ¿Qué abarca hacer el bien?.
Los verdaderos cristianos evitamos las cosas que Dios condena, como la inmoralidad sexual, la pornografía, el hurto, el espiritismo, la violencia, la borrachera y el consumo de drogas; asimismo, rechazamos el entretenimiento que gira en torno a estas cosas repulsivas (Efesios 5:10-12). En cambio, empleamos el tiempo en obrar lo bueno. El mayor bien que podemos efectuar es participar habitualmente en la obra de predicar el Reino y hacer discípulos a fin de que estos obtengan la salvación (Mateo 24:14; 28:19, 20). Hacer el bien también incluye prepararnos para las reuniones cristianas y asistir a ellas, contribuir a la obra mundial, cuidar del Salón del Reino y ocuparnos de los hermanos necesitados.
34:14b.
¿De qué modo practicó David lo que predicó sobre la paz? y ¿Cómo podemos ‘seguir tras la paz’ en la congregación?.
David fue un buen ejemplo de alguien que siguió tras la paz. En dos oportunidades pudo haber matado a Saúl, pero en ambas se abstuvo de actuar con violencia y habló al rey de manera respetuosa, esperando así restaurar la paz (1 Samuel 24:8-11; 26:17-20). ¿Qué se puede hacer cuando una situación amenaza con perturbar la tranquilidad de la congregación? Debemos “[procurar] hallar la paz, y [seguir] tras ella”. Por eso, si notamos que las relaciones con un hermano en la fe están tensas, acatemos el consejo de Jesús: “Primero haz las paces con tu hermano”. Después atenderemos otros aspectos de la adoración verdadera (Mateo 5:23, 24; Efesios 4:26).
34:15.
¿Cómo podemos nosotros imitar a Jehová en mostrar interes a nuestros hermanos?.
Aunque en el primer siglo Jesús mandó a sus discípulos a no detenerse a saludar, pues era la costumbre el incluir también los tradicionales besos, abrazos y largas conversaciones que se producían cuando dos conocidos se encontraban. (Lucas 10:4), hoy día por lo menos deberíamos tomarnos el tiempo de mirar a los ojos y responder atentamente cuando un hermano nos saluda en el Salón del Reino, teniendo en cuenta que este hermano a tenido la amabilidad y humildad de tomarse el tiempo de venir a saludarnos.
34:18.
“Jehová está cerca”.
Una obra de consulta señala que esta frase es “una manera muy expresiva de decir que el Señor está atento, siempre listo para auxiliar y salvar a su pueblo”. Es muy reconfortante saber que Jehová vela por sus siervos, que está pendiente de las situaciones que atraviesan en estos “tiempos críticos” y que conoce sus sentimientos más recónditos (2 Timoteo 3:1; Hechos 17:27).
35:19.
¿Por qué pidió David que no se les permitiera guiñar el ojo a los que lo odiaban?.
Que los enemigos de David guiñaran el ojo indicaría que sus malvados planes contra él habían tenido éxito y que se alegraban por ello, de ahí que David pidiera que sus planes malignos no tubieran éxito.
36:9.
¿Qué significan estas palabras?.
LA LUZ es algo que solemos dar por sentado hasta que hay un corte en el suministro de energía, y el vecindario queda a oscuras. Felizmente, nuestra “central eléctrica” celeste —el Sol— es totalmente confiable. Y gracias a la luz solar, podemos ver, comer, respirar y vivir.
Dado que para la vida es esencial la luz, no debe sorprendernos leer en Génesis que esta apareció en el primer día creativo. “Dios procedió a decir: ‘Llegue a haber luz’. Entonces llegó a haber luz.” (Génesis 1:3.) Los hombres reverentes, como el rey David, siempre han reconocido que Jehová es la fuente de la vida y la luz. “Contigo está la fuente de la vida —escribió David—; por luz de ti podemos ver luz.” (Salmo 36:9.)
Las palabras de David tienen aplicación en sentido tanto literal como metafórico. La Encyclopædia Britannica señala: “No cabe duda de que la luz es capaz de producir la sensación de visión”. Y agrega: “Más información llega al cerebro humano por los ojos, que por cualquier otro órgano sensorial”. Puesto que gran parte de lo que aprendemos depende de la vista, la cual necesita luz para desempeñar bien su función, las Escrituras también utilizan la luz en sentido figurado.
Por eso, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue, de ninguna manera andará en oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida” (Juan 8:12). La luz figurativa a la que aludió Jesús era el mensaje de la verdad que predicó, el cual podía iluminar la mente y el corazón de los oyentes. Después de años de oscuridad espiritual, los discípulos de Jesús pudieron entender por fin el propósito de Dios para la humanidad y la esperanza del Reino. Era verdaderamente “la luz de la vida”, ya que dicho conocimiento podía conducir a la vida eterna. “Esto significa vida eterna —reconoció Jesús en oración a su Padre celestial—, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.” (Juan 17:3.) Nunca demos por sentada la luz espiritual.
36:9a.
¿Cómo nos ha beneficiado en sentido físico la obediencia a los principios de la Biblia?.
Pregúntese: “¿Estoy consciente de lo mucho que he prosperado por obedecer fielmente los principios bíblicos relacionados con la fornicación y el uso de la sangre?”. Pensemos también en los beneficios que hemos recibido gracias a que nos hemos limpiado “de toda contaminación de la carne y del espíritu” (2 Cor. 7:1). El respeto a las normas bíblicas sobre la higiene personal nos ahorra muchas enfermedades. También prosperamos debido a que no consumimos tabaco ni drogas. ¿Y qué se puede decir de la buena salud que tenemos gracias a que comemos y bebemos con moderación? (Pro. 23:20; Tito 2:2, 3.) Aunque el descanso y el ejercicio contribuyen al bienestar general, la razón principal por la que hemos prosperado física y espiritualmente es que seguimos la guía de las Escrituras. De todos modos, lo más importante es cuidar nuestra salud espiritual y estrechar la inestimable relación que tenemos con nuestro Padre celestial.
37:4.
¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros estudiantes de la Biblia y a quienes nos escuchen a examinar sus motivos?.
Al enseñar, animemos a nuestros estudiantes y a nuestros oyentes a preguntarse: “¿Por qué quiero hacer esto? ¿Es el agradecimiento hacia Jehová por todo lo que me ha dado lo que me motiva a actuar? Tal vez esté cumpliendo los requisitos de Dios, pero ¿cómo los veo?” (Sal. 37:4). Deberíamos estimular a nuestros estudiantes de la Biblia y a quienes nos escuchen a pedirle a Jehová fuerza y fe para temer su gran nombre (Sal. 86:11).
37:9.
¿Qué va a sucederle a este mundo?.
Para que la promesa de Salmos. 37:9 llegue a cumplirse, debe desaparecer este mundo con sus divisivos sistemas políticos, religiosos y económicos. Y de eso precisamente se encargará el Reino de Dios. El profeta Daniel predijo por inspiración: “En los días de aquellos reyes [los gobiernos actuales] el Dios del cielo establecerá un reino [celestial] que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos” (Dan. 2:44). Entonces habrá “nuevos cielos” (el nuevo gobierno celestial de Dios) que reinarán sobre “una nueva tierra” (la nueva sociedad terrestre), y “en estos la justicia habrá de morar” (2 Ped. 3:13).
37:10.
¿Qué ocurrirá cuando se haga la voluntad de Dios en la Tierra?.
Cuando Satanás, Adán y Eva se rebelaron contra Dios y quisieron decidir por sí mismos qué estaba bien y qué estaba mal, condenaron a la familia humana al desastre. Más de mil seiscientos años después, en los días de Noé, “la maldad del hombre abundaba en la tierra, y [...] toda inclinación de los pensamientos del corazón de este era solamente mala todo el tiempo” (Gén. 6:5). Mil trescientos años más tarde, la situación era tan difícil que Salomón escribió: “Felicité a los muertos que ya habían muerto, más bien que a los vivos que todavía vivían”, y agregó: “Mejor que ambos es el que todavía no ha llegado a ser, que no ha visto la obra calamitosa que se está haciendo bajo el sol” (Ecl. 4:2, 3). Desde entonces han pasado tres mil años, y la maldad sigue reinando. Aunque es cierto que la maldad ha existido por milenios, es hoy cuando más necesitamos que el Reino de Dios nos libere.
37:21.
¿Cómo pudieran mejorar algunos en sus tratos con compañeros cristianos?.
Supongamos que usted le debe dinero a un hermano. ¿Debería tardarse innecesariamente en pagarle, razonando que porque parece que el hermano está en buenas condiciones financieras usted necesita el dinero más que él? “El inicuo está pidiendo prestado y no paga”, dice Salmo 37:21. O si usted es patrono, ¿aplica, en cuanto a pagar a sus empleados que son Testigos, el principio que dice que “el trabajador es digno de su salario”? (1 Timoteo 5:18.) De sus propios tratos Pablo pudo decir: “Con santidad y sinceridad piadosa [...] nos hemos comportado en el mundo, pero más especialmente para con ustedes”. (2 Corintios 1:12.)
37:28.
¿En qué situaciones protege Jehová a sus siervos leales?.
Transcurre el siglo X antes de nuestra era. Los siervos de Dios tienen que tomar una importante decisión. En la nación de Israel se ha evitado una guerra civil otorgando cierto grado de independencia a las diez tribus del norte. Pero Jeroboán, el rey del recién formado reino del norte, quiere consolidar su poder, por lo que instituye una nueva religión oficial y les exige lealtad absoluta a sus súbditos. ¿Qué decisión tomarán los siervos de Jehová? ¿Se mantendrán leales a su Dios? Miles de ellos lo hacen, y a cambio reciben la protección y ayuda divina (1 Rey. 12:1-33; 2 Cró. 11:13, 14). Hoy también se está poniendo a prueba la lealtad de los siervos de Dios. “Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”, advierte la Biblia. ¿Lograremos ponernos “en contra de él, sólidos en la fe”? (1 Ped. 5:8, 9.) Jehová no abandonó a sus siervos leales entonces, y tampoco lo hará en nuestro tiempo.
37:28a.
¿Por qué necesitan ayuda los hermanos mayores y los que los cuidan?.
Los mayores pueden seguir dando fruto, y así lo prueban muchos ejemplos de la actualidad (Sal. 92:13, 14). Claro, a ninguno de ellos se les hace fácil enfrentarse a la mala salud o a los problemas propios de la vejez, aunque cuenten con el apoyo de sus familiares. Además, el agotamiento puede afectar a quienes los atienden. De modo que la congregación tiene la obligación y el privilegio de demostrarles su amor a los mayores y a aquellos que los cuidan (Gál. 6:10). No nos limitamos a decirles: “Manténganse calientes y bien alimentados”; más bien, los ayudamos en todo lo que podemos (Sant. 2:15-17). Aunque la edad tal vez afecte el servicio del cristiano, el paso del tiempo no disminuye el amor que siente Jehová por sus siervos leales de edad avanzada. Él tiene en muy alta estima a todos estos fieles cristianos y nunca los abandonará (Isa. 46:4). Los sostendrá y los guiará durante todos los días de su vejez (Sal. 48:14).
40:8.
¿Qué pueden hacer los cristianos para que Dios forme parte de su matrimonio?.
Si las leyes divinas están en el corazón de los cónyuges, la fe, la esperanza y el amor se reflejarán en su matrimonio y lo fortalecerán (1 Cor. 13:13). Una cristiana de nombre Sandra, que lleva casada cincuenta años, comenta: “Lo que más valoro de mi esposo es la guía que me da y el gran amor que siente por Jehová, que incluso es mayor que el que siente por mí”. Esposos, ¿podrían sus esposas decir lo mismo de ustedes? ¿Considera usted que lo más importante en su vida es el Reino y los asuntos espirituales? ¿Ve a su pareja como su compañero de servicio? (Gén. 2:24.) “Mejores son dos que uno —escribió el sabio rey Salomón—, porque tienen buen galardón por su duro trabajo.” (Ecl. 4:9.) Ambos cónyuges deben trabajar arduamente para obtener el galardón, o recompensa. ¿Y cuál es este galardón? Una unión duradera y llena de amor que cuente con la bendición de Dios.
26:4. Nos conviene evitar todo tipo de relación con quienes ocultan su identidad en las salas de charla en Internet, con compañeros de estudios o de trabajo que fingen ser nuestros amigos con malas intenciones, con los apóstatas que aparentan sinceridad y con quienes llevan una doble vida.
26:11. Al mismo tiempo que expresaba su determinación a permanecer íntegro, David pedía que se le redimiera. Su caso ilustra que nuestras imperfecciones no impiden que podamos ser leales.
29:10, nota. El hecho de que Jehová se siente sobre “el diluvio”, o sobre el “océano celestial”, indica que tiene pleno control de su poder.
30:5. La cualidad predominante de Jehová es el amor y no la cólera.
32:9. Jehová no quiere que seamos como mulos o asnos que obedecen porque se les obliga con bridas o látigos. Más bien, desea que decidamos obedecerle porque comprendemos su voluntad.
33:17-19. Ningún sistema humano, no importa lo poderoso que sea, puede brindarnos la salvación. Debemos depositar nuestra confianza en Jehová y en su Reino.
34:10. ¡Qué reconfortante garantía da este versículo para quienes ponen los intereses del Reino en primer lugar en la vida!
39:1, 2. Cuando las personas malvadas tratan de sonsacarnos información para perjudicar a nuestros hermanos, nosotros ‘pondremos un bozal como guardia para nuestra propia boca’ y nos mantendremos callados.
40:1, 2. Esperar, o confiar, en Jehová nos ayuda a sobrellevar la depresión y las debilidad personales a salir “de un hoyo de rugidos, desde el cieno del sedimento”.
40:5, 12. Ninguna calamidad ni ninguna inquietud por nuestras faltas nos aplastará, por muchas que sean, si tenemos siempre presente que nuestras bendiciones son ‘más numerosas de lo que podemos relatar’.
Esta primera colección de salmos finaliza con las palabras: “Bendito sea Jehová el Dios de Israel desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido. Amén y Amén” (Salmo 41:13). ¿No nos sentimos también nosotros motivados a bendecir y alabar a Jehová tras analizar estos salmos?
La segunda de las cinco secciones de Salmos nos da esa ayuda. Los Salmos 42 a 72 destacan que si queremos aguantar las pruebas fielmente, tenemos que confiar por completo en Jehová y esperar a que él nos libere. ¡Qué valiosa lección para nosotros! El mensaje del libro segundo de los Salmos, al igual que el resto de la Palabra de Dios, es ‘vivo y ejerce poder’, incluso en la actualidad (Hebreos 4:12).
Un levita se halla en el exilio. Apenado porque no puede ir al santuario para adorar a Jehová, se consuela diciéndose: “¿Por qué estás desesperada, oh alma mía, y por qué estás alborotada dentro de mí? Espera a Dios” (Salmo 42:5, 11; 43:5). Este versículo repetido enlaza las tres estrofas de los Salmos 42 y 43 en un solo poema. El Salmo 44 es una súplica por Judá, una nación angustiada, tal vez debido a la amenaza de una invasión asiria en los días del rey Ezequías.El Salmo 45, una canción sobre la boda de un rey, es un cuadro profético del Rey Mesiánico. Los siguientes tres salmos representan a Jehová como “refugio y fuerza”, “un gran Rey sobre toda la tierra” y una “altura segura” (Salmo 46:1; Salmo 47:2; Salmo 48:3). El Salmo 49 señala hermosamente que ningún hombre “puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano” (Salmo 49:7). Los primeros ocho salmos de la segunda sección se atribuyen a los hijos de Coré. El noveno, el Salmo 50, es una composición de Asaf.
Respuestas a preguntas bíblicas:
41:3.
¿Qué significado tiene la convicción que se expresa en Salmo 41:3 en cuanto a que Jehová cambia la cama de la persona justa en tiempo de enfermedad?.
Jehová Dios fortalece a sus siervos de modo que puedan aguantar la enfermedad y engendra dentro de ellos la clase de esperanza que es esencial para el recobro. Así, el Altísimo transforma o cambia un lecho de enfermedad en uno de recobro.
41:12.
¿Cuándo es probable que sufriera David la enfermedad mencionada en el Salmo 41, y cómo lo sabemos?.
Según el Salmo 41, en cierta ocasión el rey David enfermó gravemente y estuvo por un tiempo postrado en cama. Su estado era tan crítico que algunos de sus enemigos creyeron que no se recuperaría (versículos 7 y 8). Aunque David no esperaba que Jehová lo curara milagrosamente, tenía claro que ‘lo sustentaría’, es decir, que lo fortalecería y le daría todo su apoyo durante la enfermedad (versículo 3). Y lo cierto es que David necesitaba su ayuda, pues además de estar enfermo, estaba rodeado de enemigos que decían cosas muy crueles sobre él (versículos 5 y 6). Es posible que Jehová lo haya fortalecido ayudándolo a centrarse en pensamientos positivos. Puede que a David le haya animado pensar que Jehová lo consideraba un hombre íntegro. Al final David se recuperó. ¡Qué bueno es saber que Jehová puede sostener a los enfermos! (2 Cor. 1:3.)
44:19.
¿Qué era “el lugar de chacales”?.
El salmista quizá se refería a un campo de batalla, donde los chacales se alimentan de los cadáveres.
45:7.
¿Cómo podemos cultivar amor por la justicia y odiar la maldad?.
Amar a Jehová también implica odiar lo que él odia. Note, por ejemplo, la siguiente profecía dirigida al Rey Mesiánico: “Has amado la justicia y odias la iniquidad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con el aceite de alborozo más que a tus socios” (Salmo 45:7). Más que todos sus “socios”, es decir, que los demás reyes del linaje de David, Jesús tiene motivos de sobra para alborozarse por su ungimiento. ¿Por qué? Porque la recompensa que él recibirá es mucho mayor que la de ellos y porque los beneficios de su reinado son ilimitados. Su amor a la justicia y su odio a la maldad lo impulsaron a obedecer a Dios en todo, y por eso fue premiado.
¿Cómo manifestó Jesús sus sentimientos con respecto a la justicia y a la maldad? Por ejemplo, cuando los discípulos tuvieron éxito en la predicación por haber seguido sus instrucciones, ¿cómo reaccionó? Se alegró muchísimo (Lucas 10:1, 17, 21). Y cuando vio que los habitantes de Jerusalén desobedecían vez tras vez sus advertencias y rechazaban su amorosa ayuda, ¿cómo se sintió? Lloró por la rebelde ciudad (Lucas 19:41, 42). Como vemos, a Jesús le afectaban profundamente tanto la buena como la mala conducta.
Meditar en los sentimientos de Jesús nos ayuda a examinar cuál es nuestra motivación al obedecer a Jehová. Aunque somos imperfectos, podemos desarrollar un amor intenso hacia lo que es bueno y un odio profundo hacia lo que es malo. Para ello, tenemos que rogar a Jehová que nos ayude a cultivar los mismos sentimientos de él y de su Hijo (Salmo 51:10). Al mismo tiempo, debemos evitar las influencias que puedan corromper tales sentimientos, por lo que es preciso ser muy cuidadosos a la hora de elegir el entretenimiento y las amistades (Proverbios 13:20; Filipenses 4:8). Si tenemos la misma motivación que Jesucristo, no obedeceremos simplemente por cumplir, sino que haremos lo bueno porque amamos lo bueno. Asimismo, evitaremos todo lo malo, no solo por el temor a ser descubiertos, sino porque aborrecemos lo malo.
45:13, 14a.
¿Quién es “la hija del rey” que “será llevada al rey”?.
Es la hija del “Rey de la eternidad”, Jehová Dios (Apocalipsis 15:3). Representa a la congregación glorificada de 144.000 cristianos, a quienes Jehová adopta como sus hijos ungiéndolos con su espíritu (Romanos 8:16). Esta “hija” de Jehová, “preparada como una novia adornada para su esposo”, será llevada ante el novio, el Rey Mesiánico (Apocalipsis 21:2). En vista de que en Hebreos 1:8, 9 se aplican las palabras del Salmo 45:6, 7 a Cristo Jesús, parece probable que “la hija del rey” del Salmo 45:13 sea un cuadro profético de la clase de la novia de Cristo, Los 144.000.
45:14b, 15.
¿A quiénes representan “las vírgenes”?.
A la “gran muchedumbre” de adoradores verdaderos que se unen al resto ungido y lo apoyan. Puesto que “salen de la gran tribulación” con vida, estarán en la Tierra cuando se lleve a cabo la boda del Rey Mesiánico en el cielo (Apocalipsis 7:9, 13, 14). En ese momento ellos sentirán gran “regocijo y gozo”.
45:16.
¿En qué sentido llegará a haber hijos en lugar de los antepasados del rey?.
Cuando Jesús nació en la Tierra, tuvo antepasados terrestres. Estos se convertirán en sus hijos cuando él los resucite durante su Reinado de Mil Años. Algunos de ellos se hallarán entre quienes sean nombrados “príncipes en toda la tierra”.
50:2.
¿Por qué se llama a Jerusalén “la perfección de la belleza”?.
No era por la apariencia de la ciudad, sino por el hecho de que Jehová la utilizaba y le había conferido esplendor al convertirla en la sede de su templo y en la capital de sus reyes ungidos.
50:14.
¿Qué podemos aprender del ejemplo de Jefté?.
Los votos que se intercambian el día de la boda son un asunto serio que conlleva gran responsabilidad (Deu. 23:21). Pensemos en el caso de Jefté, quien fue juez en Israel durante el siglo XII antes de nuestra era. Jefté le hizo este voto a Jehová: “Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano, entonces tiene que suceder que el que venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová, y tengo que ofrecer a ese como ofrenda quemada”. Al llegar a su casa en Mizpá, quien salió a recibirlo era su única hija. Entonces, Jefté dijo: “He abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás” (Jue. 11:30, 31, 35). Él cumplió su promesa a Jehová. Es cierto que el voto de Jefté era distinto a los votos matrimoniales. No obstante, el hecho de que él lo cumpliera sirve de ejemplo a las parejas cristianas.
42:1-3. Tal como una cierva en una región árida ansía el agua, cierto levita exiliado ansiaba acercarse a Jehová. Estaba tan triste porque no podía adorar a Jehová en su santuario que ‘sus lágrimas llegaron a ser su alimento día y noche’, es decir, perdió el apetito. ¿No deberíamos cultivar un aprecio profundo por adorar a Jehová junto con nuestros hermanos en la fe?
42:4, 5, 11; 43:3-5. Estudiar los salmos puede mejorar la calidad de nuestras oraciones y ayudarnos a esperar pacientemente la respuesta de Dios. Pensemos en el ejemplo de cierto levita exiliado. Él deseaba ir al templo de Jehová, pero durante cierto tiempo no pudo hacerlo. De modo que cantó lo siguiente: “¿Por qué estás desesperada, oh alma mía, y por qué estás alborotada dentro de mí? Espera a Dios, porque todavía lo elogiaré como la magnífica salvación de mi persona y como Dios mío” ¿Qué podemos aprender de este levita? Que si por alguna razón más allá de nuestro control se nos separa temporalmente de la congregación cristiana, nos sostendrá recordar los momentos felices pasados con nuestros hermanos. Aunque tales recuerdos quizá aumenten nuestra soledad al principio, también nos ayudarán a tener presente que Dios es nuestro refugio y que necesitamos esperar con paciencia en él para recibir alivio, reflexionemos en las alegrías que nos ha dado su servicio y pidámosle fuerzas para perseverar.
Cap. 46. El Salmo 46 encajaría con el tiempo en que Jerusalén estaba siendo amenazada por los asirios. Dado que sabía que ‘Dios es un refugio, una ayuda que podía hallarse prontamente durante angustias’, el rey Ezequías oró a Jehová, y la ciudad fue librada milagrosamente. (2 Reyes, capítulo 19.) Cuando nos hallemos en angustia, nosotros también debemos hacer de Dios nuestro Refugio. ¿Cómo? Confiando en él, adhiriéndonos a su Palabra y apegándonos a su organización.
46:1-3. Sin importar las calamidades que afrontemos, debemos tener una confianza inquebrantable en que “Dios es para nosotros refugio y fuerza”.
50:16-19. La persona que habla con engaño y practica la maldad no tiene ningún derecho a representar a Dios.
50:20. En vez de apresurarnos a hablar sobre las faltas de los demás, debemos pasarlas por alto (Colosenses 3:13).
La intimidad con nuestro Libertador debe impulsarnos a “celebr[ar] con melodía la gloria de su nombre” (Salmo 66:2). Se alaba a Jehová como generoso proveedor en el Salmos 65, como un Dios de actos de salvación en los Salmos 67 y 68, y como el gran Proveedor de escape en los Salmos 70 y 71.
Respuestas a preguntas bíblicas:
Cap. 51
¿Qué lección consoladora contiene el Salmo 51?.
Este salmo nos ayuda a comprender que si caemos en pecado pero nos arrepentimos sinceramente, nuestro amoroso Padre celestial oirá nuestro clamor por misericordia y nos librará de la desesperación. Sin embargo, debemos preocuparnos principalmente por cualquier oprobio que hayamos causado al nombre de Jehová.
51:11.
¿Para qué utilizó Dios el Espíritu Santo?.
Para crear la Tierra y el resto del universo. “¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones”, exclamó el salmista. “Si envías tu espíritu, son cread[a]s.” (Salmo 104:24, 30; Génesis 1:2; Job 33:4.)
Para inspirar a los escritores de la Biblia. El apóstol Pablo escribió: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa” (2 Timoteo 3:16). La palabra griega que aquí se traduce “inspirada de Dios” significa literalmente “insuflada por Dios” o “soplada por Dios”. Con su aliento, o espíritu, Jehová guió los pensamientos de los escritores bíblicos para que transmitieran “la palabra de Dios” (1 Tesalonicenses 2:13).
Para que sus siervos pudieran predecir con exactitud el futuro. “Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna —explicó el apóstol Pedro—. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 Pedro 1:20, 21; Joel 2:28.)
Para que Jesús y otros siervos fieles pudieran predicar las buenas noticias del Reino de Dios y realizar milagros. “El espíritu de Jehová está sobre mí —dijo Jesús—, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos.” (Lucas 4:18; Mateo 12:28.)
51:11a.
¿Cómo nos ayuda el Espíritu Santo?.
Nos permite resistir las tentaciones y abandonar malos hábitos. “Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar —dijo el apóstol Pablo—, sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.” (1 Corintios 10:13.)
Nos ayuda a cultivar buenas cualidades. “El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, autodominio.” (Gálatas 5:22, 23.)
Nos da fuerzas para superar las dificultades. “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.” (Filipenses 4:13.)
La fuerza activa de Dios es imprescindible para vivir fieles a nuestra dedicación. Nuestra meta es servir a Jehová para siempre. Con la guía de la Biblia y de Su organización, lograremos mantener el rumbo debido. ¿Lleva usted tiempo estudiando con los testigos de Jehová y disfrutando de su compañerismo, pero aún no se ha dedicado ni se ha bautizado? Si así es, pregúntese: “¿Qué me está frenando?”. Si reconoce el papel que desempeña hoy el espíritu en el cumplimiento de la voluntad de Jehová y está agradecido por la ayuda que brinda, entonces dé los pasos que sabe que debe dar. Jehová lo bendecirá abundantemente. Le concederá a manos llenas su espíritu. Y si usted se bautizó hace años o incluso décadas, de seguro ya ha podido ver la influencia del espíritu en su vida. Ha notado y sentido cómo Dios lo sostiene con su fuerza activa. Y puede seguir disfrutando de esa bendición por toda la eternidad. ¡No pierda jamás la resolución de seguir andando por espíritu santo! (Gálatas 5:16.)
51:12.
¿De quién era el “espíritu bien dispuesto” con el que David le pidió a Dios que lo sostuviera?.
David no se refería a la disposición de Dios de ayudarlo ni a su espíritu santo. Se trata, más bien, del espíritu de David, es decir, de su propia inclinación mental. Le pide a Dios que le infunda el deseo de hacer lo que es bueno.
51:17.
¿Como se manifiesta un espíritu y corazón quebrantado?.
Si una persona tiene fe y amor a Dios en su corazón, sentirá un pesar sincero y tristeza debido a su mal proceder. El aprecio por la bondad y la grandeza de Dios hará que los transgresores sientan un profundo remordimiento por haber ofendido Su nombre. (Compárese con Job 42:1-6.) Por otra parte, el amor al prójimo les hará lamentar el daño que han causado a otros, el mal ejemplo que han puesto y quizás hasta la manera de manchar la reputación del pueblo de Dios ante los de afuera. Dichos transgresores buscan el perdón porque desean honrar el nombre de Dios y trabajar para el bien de su prójimo. (1Re 8:33, 34; Sl. 25:7-11; 51:11-15; Da 9:18, 19.) Arrepentidos, se sienten “quebrantados de corazón”, ‘aplastados y de espíritu humilde’ (Sl 34:18; 51:17; Isa 57:15), están ‘contritos de espíritu y tiemblan ante la palabra de Dios’ (Isa 66:2), palabra que hace un llamamiento hacia el arrepentimiento, y, en realidad, ‘van retemblando a Jehová y a su bondad’. (Os 3:5.) Cuando David obró tontamente al ordenar un censo, su “corazón [...] empezó a darle golpes”. (2Sa 24:10.)
Por consiguiente, es necesario que haya un rechazo definitivo, que se sienta un odio de corazón y una gran repugnancia por el mal proceder. (Sl 97:10; 101:3; 119:104; Ro 12:9; compárese con Heb 1:9; Jud 23.) Esto es así porque “el temor de Jehová significa odiar lo malo”, y eso incluye odiar el ensalzamiento propio, el orgullo, el mal camino y la boca perversa. (Pr 8:13; 4:24.) Además, tiene que haber amor a la justicia y una firme determinación de adherirse a partir de entonces a un proceder justo. Sin este odio a lo que es malo y amor a la justicia, el arrepentimiento no tendría ninguna fuerza genuina que llevara a la verdadera conversión. Debido a esto, aunque el rey Rehoboam se humilló ante la expresión de la cólera de Jehová, después “hizo lo que era malo, porque no había establecido firmemente su corazón en buscar a Jehová”. (2Cr 12:12-14; compárese con Os 6:4-6.)
52:8.
¿De qué manera somos como un olivo en la casa de Dios?.
David deseaba ser como un “olivo frondoso en la casa de Dios” (Salmo 52:8). Igual que las familias israelitas solían tener olivos alrededor de sus casas, David deseaba estar cerca de Jehová y producir frutos para Su alabanza (Salmo 52:9).
Para ser un olivo frondoso en la casa de Dios, debemos obedecer a Jehová y estar dispuestos a aceptar la disciplina, mediante la cual se nos “poda” para que llevemos más fruto cristiano (Hebreos 12:5, 6). Además, igual que a un olivo natural le hacen falta raíces extensas para sobrevivir a las sequías, nosotros hemos de reforzar nuestras raíces espirituales a fin de aguantar pruebas y persecución (Mateo 13:21; Colosenses 2:6, 7).
53:1.
¿En qué sentido es “insensato” el que niega la existencia de Dios?.
La insensatez a la que alude este versículo no es ninguna deficiencia intelectual. El hecho de que se refiere a la persona moralmente insensata se desprende del desplome moral que provoca esa actitud y que se describe en Salmo 53:1-4.
55:22.
¿Cómo arrojamos nuestras cargas sobre Jehová?.
Lo hacemos 1) diciéndole en oración qué es lo que nos preocupa,
2) acudiendo a su Palabra y organización en busca de guía y apoyo, y
3) haciendo lo que razonablemente podamos para resolver la situación
(Proverbios 3:5, 6; 11:14; 15:22; Filipenses 4:6, 7).
55:22a.
¿Por qué es importante el aplomo, y cómo podemos adquirirlo para hablar desde la plataforma o en el ministerio?.
Si tenemos aplomo, al auditorio le resultará más fácil concentrarse en lo que digamos, en vez de en nuestra persona. Adquiriremos aplomo si confiamos en Jehová, nos preparamos bien y practicamos en voz alta. También aumentaremos nuestra confianza si participamos con asiduidad en el servicio del campo, comentamos en las reuniones y nos ofrecemos para efectuar asignaciones adicionales en la Escuela del Ministerio Teocrático.
58:3-5.
¿De qué manera son los inicuos como una serpiente?.
Las mentiras que dicen sobre otras personas son como la ponzoña de una serpiente. Dañan la buena reputación de sus víctimas. “Como la cobra que tapa su oído”, los inicuos no escuchan la dirección ni la corrección.
58:7.
¿En qué sentido ‘se disuelven los inicuos como en aguas que van corriendo’?.
Puede que David pensara en las aguas de ciertos valles torrenciales de la Tierra Prometida. Aun si una inundación repentina aumentaba el nivel de agua en esos valles, dichas aguas corrían y desaparecían rápidamente. David estaba pidiendo a Jehová que los malvados desaparecieran con rapidez.
63:3.
¿Por qué es la bondad amorosa de Dios “mejor que la vida”?.
Por ejemplo, ¿es mejor luchar por una profesión lucrativa que gozar de paz mental y felicidad gracias a una relación estrecha con Dios? (Lucas 12:15.) Algunos cristianos se han enfrentado a la disyuntiva de renunciar a Jehová o arrostrar la muerte, como muchos de los testigos de Jehová internados en los campos de concentración nazis de la segunda guerra mundial. Nuestros hermanos, con muy pocas excepciones, optaron por permanecer en el amor de Dios, dispuestos a morir. Quienes continúan leales en su amor pueden confiar en que recibirán de Dios un futuro eterno, porvenir que el mundo es incapaz de asegurarnos (Marcos 8:34-36). Con todo, la vida eterna no es lo único que está implicado.
68:11.
¿Qué “dicho”, o mandato, que dio Jehová en la antigüedad impulsó a un ejército grande de mujeres a “anuncia[r] las buenas nuevas”? ¿Qué aplicación tiene este versículo en la actualidad?.
Jehová les dijo a los hombres de Israel que pelearan contra las naciones enemigas de la Tierra Prometida. Cuando las vencieron, las israelitas proclamaron estas buenas nuevas, o buenas noticias, en las celebraciones de las victorias. Hoy día, las ministras cristianas también proclaman las buenas nuevas respecto a victorias teocráticas, como la de que Satanás fuera arrojado a la Tierra en cumplimiento de la Palabra de Jehová. De acuerdo con la Palabra de Dios, las cristianas también anuncian a las naciones que pronto serán dominadas por el Rey Mesiánico, Jesucristo.
68:13.
¿Por qué estaban “las alas de una paloma cubiertas de plata, y sus plumas remeras de oro verde amarillento”?.
Ciertas palomas de color gris azulado tienen un brillo iridiscente en algunas de sus plumas, lo que les da una apariencia metálica bajo la dorada luz del sol. David tal vez estaba asemejando a los victoriosos guerreros israelitas que venían de una batalla a una paloma como esa: con alas fuertes y apariencia brillante. Algunos biblistas han sugerido que pudiera ser una descripción de una obra de arte, un trofeo que fuera parte de un botín. De cualquier modo, David hacía referencia a las victorias que Jehová dio a su pueblo sobre sus enemigos.
68:18.
¿Quiénes eran los “dones en la forma de hombres”?.
Eran hombres que habían sido tomados cautivos durante la conquista de la Tierra Prometida. Con el tiempo, fueron asignados a ayudar a los levitas en sus labores (Esdras 8:20).
68:30.
¿Qué significa la petición de que se “reprend[a] a la bestia salvaje de las cañas”?.
Refiriéndose en sentido figurado a los enemigos del pueblo de Jehová como bestias salvajes, David pidió a Dios que los reprendiera, o sea, que no les permitiera usar su poder para causar daño.
69:23.
¿Qué significa la expresión “haz que [las] caderas [del enemigo] vacilen”?.
Los músculos de la cadera son esenciales para realizar tareas arduas, como levantar y llevar cargas pesadas. Las caderas vacilantes comunican la idea de que se han perdido las fuerzas. David pidió que sus enemigos perdieran su fuerza, su poder.
51:1-4, 17. Cometer un pecado no necesariamente nos aleja de Jehová Dios. Si nos arrepentimos, podemos confiar en su misericordia.
51:5, 7-10. Si hemos pecado, podemos suplicar a Jehová que nos perdone teniendo en cuenta nuestro pecado heredado. También debemos pedirle que nos purifique, que nos restaure, que nos ayude a arrancar del corazón las tendencias pecaminosas y que nos dé un espíritu constante.
51:18. Los pecados de David amenazaron el bienestar de toda la nación. Por eso pidió la buena voluntad de Dios sobre Sión. Cuando una persona comete un pecado grave, a menudo causa oprobio al nombre de Jehová y a la congregación. Es necesario que dicha persona suplique a Dios que repare el daño que ella haya causado.
52:8. Podemos ser como un “olivo frondoso en la casa de Dios” —cerca de Jehová y productivos en su servicio— si le obedecemos y aceptamos su disciplina de buena gana (Hebreos 12:5, 6).
55:4, 5, 12-14, 16-18. La conspiración de su propio hijo Absalón y la traición de Ahitofel, su consejero de confianza, le causaron un profundo dolor a David. Sin embargo, su confianza en Jehová no disminuyó. Nosotros tampoco debemos permitir que los sentimientos de dolor y angustia debiliten nuestra confianza en Dios.
56:8. Jehová no solo conoce nuestra situación, sino también el efecto emocional que nos produce.
62:11. Dios no tiene que depender de ninguna fuente externa de energía. Él es la fuente del poder. “La fuerza [le] pertenece” a él.
63:3. La “bondad amorosa [de Dios] es mejor que la vida” porque sin ella la vida no tiene ningún sentido. El proceder sabio es cultivar una relación de amistad con Jehová.
63:6. La noche —cuando todo está en silencio y no hay distracciones— puede ser un momento propicio para meditar.
64:2-4. El chisme puede dañar el buen nombre de una persona inocente. No debemos escuchar esa clase de habla ni esparcirla.
69:4. Para mantener la paz, a veces quizá sea prudente pedir disculpas (es decir, “devolver”), aunque no estemos convencidos de haber hecho algo malo.
70:1-5. Jehová oye nuestras súplicas (1 Tesalonicenses 5:17; Santiago 1:13; 2 Pedro 2:9). Aunque Dios quizás permita que continúe una prueba, él nos dará la sabiduría para afrontar la situación y las fuerzas para soportarla. No dejará que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar (1 Corintios 10:13; Hebreos 10:36; Santiago 1:5-8).
71:5, 17. David cultivó valor y fortaleza al hacer de Jehová su confianza en su juventud, aun antes de enfrentarse al gigante filisteo Goliat (1 Samuel 17:34-37). Los jóvenes hacen bien en confiar en Jehová en todo lo que hacen.
Respuestas a preguntas bíblicas:
Cap. 70
¿Qué indica el Salmo 70 sobre David?.
Muestra que cuando se enfrentó a sus enemigos, que deseaban verlo muerto, no quiso tomarse la justicia por su propia mano. Por el contrario, dejó que Jehová se encargara de ellos en el momento y de la manera que él quisiera (1 Sam. 26:10). David nunca dudó de que Jehová ayuda y libra a quienes lo buscan (Heb. 11:6). Además, siempre estuvo convencido de que los siervos de Dios tienen muchas razones para ser felices y para alabarlo hablándoles a los demás de su grandeza (Sal. 5:11; 35:27).
71:9.
¿Cómo animan los salmos a los siervos de Jehová de edad avanzada?.
Es necesario tener en cuenta cómo se sienten a veces nuestros hermanos mayores. No es extraño que de vez en cuando los invada la tristeza por no poder hacer lo mismo que hacían cuando eran jóvenes. Si usted es una persona de edad, ¿se ha sentido así alguna vez? ¿Piensa en ocasiones que Jehová lo ha abandonado? Es posible que el compositor del Salmo 71 se sintiera de esa manera en sus últimos años de vida, pues le pidió a Jehová: “Aun hasta la vejez y canicie, oh Dios, no me dejes” (Sal. 71:18). Claro está, Jehová no iba a abandonar al salmista, y tampoco lo abandonará a usted. En otro salmo, David expresó su total confianza en la ayuda divina (Sal. 68:19). Tenga la seguridad de que si se mantiene fiel, Jehová estará a su lado y lo apoyará día tras día.
71:14, 15.
¿Cómo demostramos que estamos contentos de esperar en Jehová?.
Estamos “esperando [...] el día de Jehová”, anhelando el alivio que Él traerá cuando destruya a todos los hombres impíos (2 Pedro 3:7, 12). Jehová está deseoso de acabar con la maldad, pero se contiene para que la salvación de sus siervos se produzca de tal forma que glorifique Su nombre. Nosotros debemos confiar en que Jehová sabe cuándo es el mejor momento para actuar, y, mientras tanto, seguir sirviéndole con celo (Salmo 71:14, 15).
72:12.
¿Cómo es que Jesús “librará al pobre”, según se predijo en Salmo 72:12?.
Aunque las palabras de este cántico se referían originalmente al gobierno de Salomón, el hijo de David, también pintan un cuadro profético del reinado de Jesucristo, el Hijo de Dios, durante el cual se librará a la humanidad de los males que la afligen. Durante su reinado habrá justicia para todos y desaparecerá la corrupción. En muchos casos, la pobreza es resultado de las guerras, pero Cristo traerá paz perfecta a la Tierra. Él se interesa por la humanidad y la convertirá en una sola familia. Además, se encargará de que haya abundancia de alimento para todos (Salmo 72:4-16).
“Las oraciones de David” terminan con estas palabras: “Bendito sea Jehová Dios, el Dios de Israel, el único que hace obras maravillosas. Y bendito sea su glorioso nombre hasta tiempo indefinido, y llene su gloria toda la tierra. Amén y Amén” (Salmo 72:18-20). De igual manera, bendigamos nosotros a Jehová y alabemos su glorioso nombre con todo el corazón.
EL LIBRO de Salmos fue el cancionero inspirado de los adoradores verdaderos de Jehová en tiempos antiguos, una colección de 150 canciones sagradas (o salmos) a las que se puso música y se adaptó para la adoración pública de Jehová Dios en el templo de Jerusalén. Esos salmos son canciones de alabanza a Jehová, pero no solo eso; contienen también oraciones de súplica por misericordia y ayuda, así como expresiones de confianza. En ellos abundan las expresiones de acción de gracias y júbilo y las exclamaciones de gran gozo, sí, de gozo superlativo. Algunos son recapitulaciones de historia en las que se consideran la bondad amorosa de Jehová y sus magníficos hechos. Están repletos de profecías, muchas de las cuales nos maravillan por el cumplimiento que han tenido. Contienen mucha instrucción provechosa y edificante, toda revestida de lenguaje elevado e imágenes que conmueven profundamente al lector. Los salmos son suntuoso alimento espiritual, presentado hermosamente y puesto invitadoramente ante nosotros.
2 ¿Qué significa el título del libro, y quiénes escribieron los Salmos? En la Biblia hebrea el libro se llama Sé·fer Tehil·lím, que significa “Libro de Alabanzas”, o simplemente Tehil·lím, es decir, “Alabanzas”. Esta es la forma plural de Tehil·láh, que significa “Alabanza” o “Canción de Alabanza”, que se encuentra en el encabezamiento del Salmo 145. El nombre “Alabanzas” es muy apropiado, ya que el libro da prominencia a alabar a Jehová. El título “Salmos” viene de la Septuaginta griega, donde se usó la palabra Psal·mói, que denota canciones entonadas con acompañamiento musical. Esa palabra también se encuentra en varios lugares de las Escrituras Griegas Cristianas, como en Lucas 20:42 y Hechos 1:20. Un salmo es una canción o poema sagrado que se usa para alabar y adorar a Dios.
3 Muchos de los salmos tienen encabezamientos, o rotulaciones, que a menudo mencionan al escritor. Setenta y tres encabezamientos llevan el nombre de David, “el agradable de las melodías de Israel”. (2 Sam. 23:1.) Todo indica que los Salmos 2, 72 y 95 también fueron escritos por David. (Véanse Hechos 4:25, Salmo 72:20 y Hebreos 4:7.) Además, parece que los Salmos 10 y 71 son la continuación de los Salmos 9 y 70 respectivamente, y por eso se pueden atribuir a David. Doce salmos se atribuyen a Asaf, lo que evidentemente quiere decir la casa de Asaf, pues algunos de ellos mencionan sucesos que fueron posteriores a los días de Asaf. (Sal. 79; 80; 1 Cró. 16:4, 5, 7; Esd. 2:41.) Once salmos se atribuyen directamente a los hijos de Coré. (1 Cró. 6:31-38.) Parece que el Salmo 43 es una continuación del Salmo 42, y por eso también se puede atribuir a los hijos de Coré. Además de mencionar a “los hijos de Coré”, el Salmo 88 menciona a Hemán en su encabezamiento, y el Salmo 89 indica que su escritor es Etán. El Salmo 90 se atribuye a Moisés, y puede que el Salmo 91 también sea suyo. El Salmo 127 es de Salomón. Así, más de dos terceras partes de los salmos se atribuyen a varios escritores. Asimismo, se desconocen los nombres de los compositores de más de cuarenta salmos. ★Libro de Los Salmos - [Escritores-§1]
4 Salmos es el libro más voluminoso de la Biblia, tomado cada libro por sí solo. Como lo demuestran los Salmos 90, 126 y 137, la escritura de este libro duró largo tiempo, por lo menos desde que Moisés escribió (1513-1473 a.E.C.) hasta después de la restauración de un resto que regresó de Babilonia y probablemente los días de Esdras (537–c. 460 a.E.C.). Como se ve, escribir todo el libro de Salmos tomó aproximadamente mil años. Con todo, el contenido abarca mucho más tiempo, pues se remonta al tiempo de la creación y resume la historia de los tratos de Jehová con sus siervos hasta el tiempo en que se compuso el último salmo.
5 El libro de Salmos refleja organización. David mismo se refiere a “las procesiones de mi Dios, mi Rey, entrando en el lugar santo. Los cantores procedieron enfrente, los tocadores de instrumentos de cuerda detrás de ellos; en medio estuvieron las doncellas tocando panderetas. En multitudes congregadas bendigan a Dios, a Jehová”. (Sal. 68:24-26.) A esto se debe el que a menudo en los encabezamientos se repitan la expresión “Al director” y muchos términos poéticos y musicales. En algunos encabezamientos se explica el uso o el propósito del salmo o se dan instrucciones musicales. (Véanse los encabezamientos de los Salmos 6, 30, 38, 60, 88, 102 y 120.) En por lo menos 13 de los salmos de David (como en los Salmos 18 y 51) se relatan brevemente los sucesos que impulsaron a David a componerlos. Treinta y cuatro de los salmos no tienen ningún encabezamiento.
Por lo general se cree que la palabrita hebrea “Sélah”, que aparece 71 veces en los Salmos y 3 veces en el capítulo 3 de Habacuc, es un término técnico de música o recitación, aunque se desconoce su significado exacto. Se cree que significa “pausa, suspensión o retención”, bien de cantar el salmo para tener un interludio musical o bien tanto del canto como de la música instrumental a fin de meditar en silencio. Sea cual fuere el caso, la pausa debía utilizarse para grabar con más fuerza el hecho o sentimiento que se acababa de expresar en la canción y permitir que penetrase el sentido pleno de la última expresión.
La Septuaginta griega traduce Sélah por di·á·psal·ma, que se define como “interludio musical”. Sélah siempre aparece al final de una cláusula y generalmente al final de una estrofa, y en todos los casos se trata de una canción que contiene algún tipo de instrucciones o expresión musical. En el Salmo 9:16 va acompañada del término “Higayón”, y hay quien entiende que en este caso la pausa está relacionada con la música de arpa. En la léctura pública de los Salmos no hace falta leer este término.
6 Desde la antigüedad el libro de Salmos se ha dividido en cinco libros o volúmenes distintos, como sigue: 1) Salmo 1-41; 2) Salmo 42-72; 3) Salmo 73-89; 4) Salmo 90-106; 5) Salmo 107-150. Parece que la primera colección de estos cánticos la hizo David. Evidentemente fue a Esdras, el sacerdote y “copista hábil en la ley de Moisés”, a quien utilizó Jehová para poner el libro de Salmos en su orden o forma final. (Esd. 7:6.)
7 El hecho de que la colección fue aumentando con el transcurso del tiempo puede explicar por qué se repiten algunos salmos en las diferentes secciones, como los Salmos 14 y 53; 40:13-17 y 70; 57:7-11 y 108:1-5. Cada una de las cinco secciones concluye con una bendición a Jehová o doxología, las primeras cuatro de las cuales incluyen respuestas del pueblo, y la última es todo el Salmo 150. (Sal. 41:13, nota.)
8 En nueve salmos se emplea un estilo de composición muy especial; los versos están arreglados en estructura alfabética. (Salmos 9, 10, 25, 34, 37, 111, 112, 119 y 145.) En esta estructura, el primer versículo (o los primeros versículos) de la primera estrofa empieza(n) con la primera letra del alfabeto hebreo: ’á·lef (א); el siguiente versículo (o los siguientes), con la segunda letra: behth (ב), y así, sucesivamente, se van usando todas o casi todas las letras del alfabeto hebreo. Puede que esto haya servido de ayuda para la memoria... ¡tan solo piense en los cantores del templo, que tenían que recordar cánticos tan extensos como el Salmo 119! Este es un salmo acróstico, o alfabético, con 22 estrofas (secciones) que corresponden a las 22 letras del alfabeto heb.; cada estrofa (sección) contiene ocho vv. Es interesante notar que en Salmo 96:11 hay un acróstico del nombre de Jehová. La primera mitad de este versículo en hebreo consiste en cuatro palabras, y las letras iniciales de esas palabras, cuando se leen de derecha a izquierda, son las cuatro consonantes hebreas del Tetragrámaton: YHWH (יהוה).
9 Estos poemas líricos y sagrados están escritos en verso hebreo sin rima y exhiben una belleza de estilo y un flujo rítmico de pensamiento insuperables. Hablan de modo directo a la mente y el corazón. Pintan cuadros vívidos. El alcance y la profundidad de lo que se considera son una maravilla, tanto en lo referente a los asuntos que se tratan como a las fuertes emociones que se expresan, y la razón de esto es, en parte, las extraordinarias experiencias de la vida de David, que suministran el marco de circunstancias a muchos de los salmos. Pocos hombres han tenido una vida tan variada: como pastorcillo, guerrero solitario contra Goliat, músico de la corte, proscrito que vivió entre amigos leales y entre traidores, rey y conquistador, padre amoroso rodeado de divisiones en su propia familia, alguien que experimentó dos veces la amargura del pecado grave y sin embargo fue siempre un adorador entusiasta de Jehová y amador de Su Ley. ¡Con ese marco de circunstancias, no sorprende que el libro de Salmos abarque toda la variedad de las emociones humanas! Los paralelismos y contrastes poéticos tan característicos de la poesía hebrea contribuyen al vigor y la belleza del libro. (Salmo 1:6; 22:20; 42:1; 121:3, 4.)
10Da amplio testimonio de la autenticidad de estas antiquísimas canciones de alabanza a Jehová su completa conformidad con lo restante de las Escrituras. Los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas citaron muchas veces del libro de Salmos. (Sal. 5:9 [Rom. 3:13]; Sal. 10:7 [Rom. 3:14]; Sal. 24:1 [1 Cor. 10:26]; Sal. 50:14 [Mat. 5:33]; Sal. 78:24 [Juan 6:31]; Sal. 102:25-27 [Heb. 1:10-12]; Sal. 112:9 [2 Cor. 9:9].) David mismo dijo en su último cántico: “El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí, y su palabra estuvo sobre mi lengua”. Era ese espíritu lo que había funcionado en él desde el día en que Samuel lo ungió. (2 Sam. 23:2; 1 Sam. 16:13.) Además, los apóstoles citaron de los Salmos. Pedro se refirió a “la escritura, que el espíritu santo habló de antemano por boca de David”, y el escritor de la carta a los Hebreos, al citar varias veces de los Salmos, indicó que los pasajes citados eran declaraciones procedentes de Dios, o los introdujo con las palabras: “así como dice el espíritu santo”. (Hech. 1:16; 4:25; Heb. 1:5-14; 3:7; 5:5, 6.)
11 Llegamos a la prueba más convincente de autenticidad cuando citamos a Jesús, el Señor resucitado, quien dijo a sus discípulos: “Estas son mis palabras que les hablé [...] que todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse”. Ahí Jesús agrupaba en un todo las Escrituras Hebreas al estilo acostumbrado y bien conocido de los judíos. Su referencia a los Salmos abarcaba todo el tercer grupo de Escrituras, llamado Hagiógrafos (o Escritos Santos), del cual los Salmos eran el primer libro. Confirma esto lo que él dijo pocas horas antes a los dos discípulos que iban hacia Emaús, cuando “les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras”. (Luc. 24:27, 44.)
12 Libro Primero - (Salmos 1-41) Todos estos se atribuyen directamente a David, excepto los Salmos 1, 2, 10 y 33. El Salmo 1 da la clave fundamental al principio, cuando declara feliz al hombre que se deleita en la ley de Jehová y la examina día y noche con el fin de seguirla, en contraste con los pecadores impíos. Esta es la primera declaración formal de felicidad que se halla en los Salmos. El Salmos 2 empieza con una pregunta escrutadora y habla de la postura que adoptan en conjunto todos los reyes y altos funcionarios de la Tierra “contra Jehová y contra su ungido”. Jehová se mofa de ellos y luego les dice en su cólera ardiente: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”. Este rey es el que quebrará y hará añicos toda la oposición. ¡Ustedes, los otros reyes y gobernantes, “sirvan a Jehová con temor” y reconozcan a Su Hijo para que no perezcan (vv. 2, 6, 11)! Como se ve, los Salmos abordan prontamente el tema principal de la Biblia: el Reino.
13 En esta primera colección sobresalen las oraciones, tanto de petición como de acción de gracias. El Salmos 8 pone en contraste la grandeza de Jehová con la insignificancia del hombre, y el Salmos 14 revela la locura de los que rehúsan someterse a la autoridad de Dios. El Salmos 19 muestra cómo la maravillosa creación de Jehová Dios declara Su gloria, y los versículos 7-14 enaltecen los beneficios con que se recompensa el guardar la ley perfecta de Dios, algo que se refleja después en mayor escala en el Salmos 119. El Salmos 23 se considera una de las obras maestras de la literatura universal, pero lo más precioso en él es la hermosa sencillez con que se expresa en él confianza leal en Jehová. ¡Oh, que todos podamos ‘morar en la casa de Jehová, el Gran Pastor, hasta la largura de días’ (23:1, 6)! El Salmos 37 da buen consejo a las personas temerosas de Dios que viven entre malhechores, y el Salmo 40 expresa el deleite de hacer la voluntad de Dios, como David la hizo.
14 Libro Segundo - (Salmos 42-72) Esta sección empieza con ocho salmos de los hijos de Coré. Los Salmos 42 y Salmos 43 se atribuyen a los hijos de Coré, ya que juntos componen en realidad un solo poema de tres estrofas, unidas entre sí por un versículo que se repite (42:5, 11; 43:5). El Salmos 49 recalca la imposibilidad de que el hombre suministre su propio rescatador, e indica que solo Dios es lo suficientemente fuerte como para redimir al hombre “de la mano del Seol“ (v. 15). El Salmo 51 es una oración que David hizo después de su terrible pecado con Bat-seba, la esposa de Urías el hitita, y muestra su arrepentimiento genuino. (2 Sam. 11:1–12:24.) Esta sección concluye con un salmo “respecto de Salomón”, una oración por su reinado pacífico y para que la bendición de Jehová le acompañe. (.)
15 Libro Tercero - (Salmos 73-89) Por lo menos dos de estos, los Salmos 74 y 79, se compusieron después de la destrucción de Jerusalén en 607 a.E.C. Lamentan aquella gran catástrofe e imploran a Jehová que ayude a Su pueblo ‘por la gloria de su nombre’ (79:9). El Salmo 78 vuelve a contar la historia de Israel desde los días de Moisés hasta que David “se puso a pastorearlos conforme a la integridad de su corazón” (v. Salmo 78:72), y el Salmo 80 señala a Jehová como el verdadero “Pastor de Israel” (v. 1). Los Salmos 82 y Salmos 83 son súplicas intensas a Jehová para que ejecute sus juicios contra sus enemigos y los enemigos de su pueblo. Lejos de ser vengativas, estas peticiones se hacen con el fin de “que la gente busque tu nombre, oh Jehová [...], [y] para que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra” (83:16, 18). El último de esta sección es el Salmo 89, que hace resaltar “las expresiones de bondad amorosa de Jehová”, como se manifiestan de manera preeminente en su pacto con David. ¡Este pacto es para que un heredero eterno del trono de David gobierne hasta tiempo indefinido delante de Jehová (vv. 1, 34-37)!
16 Libro Cuarto - (Salmos 90-106) Al igual que el Libro Tercero, este contiene 17 salmos. Empieza con la oración de Moisés, que establece un agudo contraste entre la existencia eterna de Dios y la brevedad de la vida del hombre mortal. El Salmo 92 exalta las cualidades superiores de Jehová. Entonces viene el grandioso grupo de los Salmos 93-100, que empieza con el clamor conmovedor: “¡Jehová mismo ha llegado a ser rey!”. Por eso se pide a “gentes de toda la tierra” que “canten a Jehová, bendigan su nombre [...], porque Jehová es grande y ha de ser alabado en gran manera”. “Jehová es grande en Sión” (93:1; 96:1, 2, 4; 99:2). Los Salmos 105 y Salmos 106 dan gracias a Jehová por las cosas maravillosas que ha hecho para bien de su pueblo y por haber guardado fielmente su pacto con Abrahán al dar a su descendencia la tierra, a pesar de las innumerables murmuraciones y apostasías de ellos.
17 Es de interés excepcional el Salmos 104. Este ensalza a Jehová por la dignidad y el esplendor con que se ha revestido, y describe su sabiduría manifestada en sus muchas obras y producciones en la Tierra. Entonces se presenta con pleno vigor el tema de todo el libro de Salmos, cuando por primera vez aparece la exclamación: “¡Alaben a Jah!” (Heb.: Ha·lelu·Yáh; Gr.: Al·le·lóu·i·a; lat.: Al·le·lú·ia, v. 35). Este llamamiento a los adoradores verdaderos para que den a Jehová la alabanza que merece su nombre es una sola palabra en hebreo: ha·lelu-Yáh, españolizada en “Aleluya”, la forma que conocen por toda la Tierra hoy los que hablan español. Desde ese versículo en adelante la expresión aparece 24 veces, y varios salmos empiezan y concluyen con ella. La palabra heb. Yah es la forma abreviada del nombre divino. Compárese con 68:4, n.
18 Libro Quinto - (Salmos 107-150) En el Salmo 107 tenemos una descripción de las liberaciones hechas por Jehová, acompañada por el estribillo melodioso: “Oh, dense gracias a Jehová por su bondad amorosa, y por sus maravillosas obras para con los hijos de los hombres” (vv. 8, 15, 21, 31). Los Salmos 113 a 148 son los llamados Salmos de Hallel. Según la Misná, los judíos cantaban esos salmos en la Pascua y en las fiestas del Pentecostés, de las Cabañas y de la Dedicación (Veáse Sl 113-118, nota).
19
El Salmo 117 —el más corto de todos los salmos y capítulos de la Biblia— es enérgico por su sencillez. El Salmo 119 es el más largo de todos los salmos y capítulos de la Biblia, ocho versos empiezan con la letra hebrea ’á·lef, ocho con la behth y así sucesivamente, hasta alcanzar un total de 176 versos para las 22 letras del alfabeto hebreo. Todos estos versículos, excepto dos (90 y 122), hacen alguna referencia a la palabra o ley de Jehová Dios y repiten en cada estrofa varias o todas las expresiones (ley, recordatorio, órdenes, mandamiento, decisiones judiciales) de Salmo 19:7-14. Se alude a la palabra de Dios más de 170 veces mediante una u otra de las siguientes 8 expresiones: mandamiento(s), deci(sión)(siones) judicial(es), ley, órdenes, disposiciones reglamentarias, recordatorio(s), dicho(s) y palabra(s).
Hay indicios de que el Salmo 119 lo escribió el joven príncipe Ezequías en 746 a. E.C. (Véanse 2Re 18:6; Sl 119:9, 10, 23, 46, 99 y 100.)
20 Luego hallamos otro grupo de salmos, las 15 Canciones de las Subidas, O: “Canción de los Escalones”. Este encabezamiento lo tienen 15 Canciones de las Subidas de los Salmos Salmos 120-134 inclusive. Compárese con 2Re 20:9-11; Isa 38:8, n Los traductores han vertido de varias maneras la expresión por la que se les conoce porque no se entiende de lleno su significado. Algunos dicen que se refiere al contenido elevado de estos salmos, aunque no parece que haya una razón clara para ponerlos por encima de los demás salmos inspirados. Muchos comentaristas dan a entender que el título proviene del uso de aquellas canciones por los adoradores que viajaban o “subían” a Jerusalén para las fiestas anuales, pues el viaje a la capital, situada en lo alto de las montañas de Judá, se consideraba una subida. (Compárese con Esdras 7:9.) David en particular comprendía muy bien lo necesario de que el pueblo de Dios adorara junto. Le regocijaba oír la invitación: “Vamos a la casa de Jehová”; y las tribus ciertamente subían, “para dar gracias al nombre de Jehová”. Por esto David procuraba seriamente la paz, seguridad y prosperidad de Jerusalén, y oró: “Por amor de la casa de Jehová nuestro Dios ciertamente seguiré buscando el bien para ti”. (Sal. 122:1, 4, 9.) La expresión hebrea Schir ham·ma·`alóhth, que constituye el encabezamiento de quince salmos (Sl 120-134), se ha traducido por “Canto de peregrinación” (LT), “Cántico [o, Canto] de ascenso gradual” (BAS; Val, 1989), “Cántico [o, Canto] de las ascensiones” (Ga, MK, PIB), “Cántico [o, Canto] gradual” (NC, SA, Str, Val), “Cántico [o, Canción] de las gradas” (Fer; Val, 1602) “Canción de los Escalones” (NM, Sl 120: encab., nota) y “Canción [o, Cantar] de las Subidas” (CB, CI, DK, EMN, Mod, NM). Cuatro de estos salmos se atribuyen a David y uno a Salomón. El significado de los encabezamientos es un tema debatido. En un tiempo la tradición judía (La Misná, Middot 2:5) sostenía que los levitas cantaban esas quince canciones mientras subían las quince gradas que llevaban del atrio de las mujeres al atrio de Israel en el templo de Jerusalén, pero en la actualidad ese punto de vista por lo general se ha abandonado. Algunos opinan que esta frase alude al contenido exaltado de estos salmos, si bien parece haber poca razón para elevarlos por encima de los demás salmos inspirados. La mayoría de los comentaristas creen que este título tiene su origen en que los adoradores israelitas utilizaban estos salmos mientras viajaban o ascendían con regocijo a la elevada ciudad de Jerusalén, que se hallaba sobre las montañas de Judá, con motivo de las tres fiestas anuales. (Dt 12:5-7; 16:16; Sl 42:4; Isa 30:29.) La palabra ma·`aláh se utiliza de forma similar en Esdras 7:9, donde se alude a la “subida” de los israelitas desde Babilonia hasta Jerusalén tras el exilio. Aunque las expresiones del Salmo 122:1-4 se conforman bien a este punto de vista, el contenido de los demás salmos de este grupo es de naturaleza tan variada que deja el asunto sin resolver.
21 El Salmo 132 habla del juramento que había hecho David de no descansar hasta que hubiera hallado un lugar de descanso apropiado para Jehová, a quien representaba el arca del pacto. Ya establecida el Arca en Sión, mediante una hermosa frase poética se indica que Jehová dice que ha escogido a Sión, “mi lugar de descanso para siempre; aquí moraré, porque la he ansiado”. Este centro de adoración recibió su reconocimiento, “porque allí ordenó Jehová que estuviera la bendición”. “Que Jehová te bendiga desde Sión” (132:1-6, 13, 14; 133:3; 134:3; véase también el Salmo 48).
22 El Salmo 135 ensalza a Jehová como el Dios digno de alabanza que hace cuanto le deleita, en contraste con los ídolos vanos y vacíos, cuyos hacedores llegarán a ser lo mismo que ellos. El Salmo 136 es para cantarlo con respuesta, y a cada versículo se le da esta conclusión: “Porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido”. Hay indicaciones de que en muchas ocasiones se usaban respuestas de ese tipo. (1 Cró. 16:41; 2 Cró. 5:13; 7:6; 20:21; Esd. 3:11.) El Salmo 137 relata cuánto anhelaba el corazón de los judíos a Sión mientras estuvieron desterrados en Babilonia, y también es testimonio de que ellos no olvidaron las canciones o salmos de Sión a pesar de estar lejos de su tierra. El Salmo 145 ensalza la bondad y la gobernación real de Jehová, a la vez que muestra que él “está guardando a todos los que lo aman, pero a todos los inicuos los aniquilará” (v. 20). Entonces, como conclusión animadora, los Salmos 146-150 abordan de nuevo el glorioso tema del libro al empezar y terminar cada uno con las palabras: “¡Alaben a Jah!”. Esta melodía de alabanza se eleva a un crescendo grandioso en el Salmo 150, donde, en seis versículos, por 13 veces se pide a toda la creación que alabe a Jehová.
23 Por su perfección de belleza y estilo, los salmos de la Biblia merecen un lugar entre la literatura más preciosa de cualquier idioma. Con todo, son mucho más que literatura. Son un mensaje viviente del Soberano Supremo de todo el universo, Jehová Dios mismo. Comunican profunda perspicacia en cuanto a las enseñanzas fundamentales de la Biblia, y ponen en primer lugar y por encima de todo a Jehová, su Autor. Muestran claramente que él es el Creador del universo y de todo cuanto hay en este (8:3-9; 90:1, 2; 100:3; 104:1-5, 24; 139:14). El nombre Jehová ciertamente es engrandecido en el libro de Salmos, donde aparece unas 700 veces. Además, la forma abreviada “Jah” aparece 43 veces, con el resultado de que, en conjunto, como promedio el nombre divino se menciona unas 5 veces en cada Salmo. También se alude a Jehová unas 350 veces mediante el título de ’Elo·hím o Dios. Se muestra que la gobernación de Jehová es suprema por la referencia de muchos salmos a él como “Señor Soberano” (68:20; 69:6; 71:5; 73:28; 140:7; 141:8).
24 Se muestra en los Salmos el contraste entre el Dios eterno y el hombre mortal que nace en pecado y necesita un redentor, y se indica que el hombre muere, vuelve a la “materia triturada” y baja al Seol, el sepulcro común de la humanidad (6:4, 5; 49:7-20; 51:5, 7; 89:48; 90:1-5; 115:17; 146:4). El libro de Salmos destaca la necesidad de prestar atención a la ley de Dios y confiar en Jehová (1:1, 2; 62:8; 65:5; 77:12; 115:11; 118:8; 119:97, 105, 165). Advierte contra la presunción y los “pecados ocultos” (19:12-14; 131:1) y anima a buscar compañía honrada y sana (15:1-5; 26:5; 101:5). Muestra que la conducta correcta trae la aprobación de Jehová (34:13-15; 97:10). Da una esperanza brillante al decir que “la salvación pertenece a Jehová” y que, en el caso de los que le temen, él ‘librará el alma de ellos de la muerte misma’ (3:8; 33:19). Esto nos lleva al aspecto profético.
25 En el libro de Salmos hay gran abundancia de profecías que se cumplirían en Jesucristo, el “hijo de David”, y que señalan al papel que él desempeñaría como aquel a quien Jehová hace su Ungido y Rey. (Mat. 1:1.) Cuando la congregación cristiana vino a la existencia el día del Pentecostés de 33 E.C., el espíritu santo empezó a iluminar a los apóstoles en cuanto al cumplimiento de esas profecías. Aquel mismo día Pedro citó varias veces de los Salmos al desarrollar el tema de su famoso discurso. Este discurso era acerca de una persona: “Jesús el Nazareno”. La parte final de su argumento está casi totalmente basada en citas de los Salmos dadas para probar que Cristo Jesús es el David Mayor y que Jehová no dejaría el alma de Jesús en el Hades, sino que lo levantaría de entre los muertos. No, “David no ascendió a los cielos”, pero, como aquel salmista predijo en Salmo 110:1, su Señor sí. ¿Quién es el Señor de David? En su culminación, Pedro responde vigorosamente: ¡“Este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero”! (Hech. 2:14-36; Sal. 16:8-11; 132:11.)
26 ¿Fue provechoso el discurso de Pedro basado en los Salmos? El bautismo de unas 3.000 personas que se sumaron a la congregación cristiana aquel mismo día habla por sí mismo. (Hech. 2:41.)
27 Poco después, en una reunión especial, los discípulos hicieron una súplica a Jehová y citaron de Salmo 2:1, 2. Dijeron que aquella profecía se había cumplido en la oposición unida de los gobernantes contra el “santo siervo [de Dios,] Jesús, a quien tú [Dios] ungiste”. Y el relato pasa a decir que “todos [...] quedaron llenos del espíritu santo”. (Hech. 4:23-31.)
28 Ahora considere la carta a los Hebreos. En los primeros dos capítulos hallamos varias citas de los Salmos respecto a la superioridad de Jesús sobre los ángeles como el Hijo de Dios entronizado en los cielos. Pablo muestra con Salmo 22:22 y otras referencias que Jesús tiene una congregación de “hermanos”, parte de la descendencia de Abrahán y “participantes del llamamiento celestial”. (Heb. 2:10-13, 16; 3:1.) Entonces, desde Hebreos 6:20 en adelante y por todo el capítulo 7 el apóstol se explaya en la explicación del puesto adicional que Jesús ocupa como “sumo sacerdote a la manera de Melquisedec para siempre”. Esto se refiere a la promesa juramentada de Dios en Salmo 110:4, a la cual Pablo hace referencia vez tras vez para probar la superioridad del sacerdocio de Jesús sobre el de Aarón. Pablo explica que, por el juramento de Jehová, Jesucristo es sacerdote —no en la Tierra, sino en los cielos— y “permanece sacerdote perpetuamente”; los beneficios de su servicio sacerdotal serán eternos. (Heb. 7:3, 15-17, 23-28.)
29 Además, en Hebreos 10:5-10 se nos habla de la excelente comprensión que Jesús tenía del derrotero de sacrificio que era la voluntad de Dios para él, y de su resolución de efectuar aquella voluntad. Esto se basa en las palabras de David en Salmo 40:6-8. A todos nos beneficia muchísimo el considerar e imitar ese espíritu ejemplar de devoción para que Dios nos apruebe. (Véase también Salmo 116:14-19.)
30 El derrotero de Jesús, que culminó en aquella terrible prueba que aguantó en el madero de tormento, se predijo con notable detalle en los Salmos. Esto incluyó el que se le ofreciera vinagre para beber, el que se echaran suertes por sus prendas de vestir exteriores, el tratamiento cruel que le infligieron a sus manos y sus pies, la burla, y la aún más amarga angustia mental de aquel grito atormentador: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. (Mat. 27:34, 35, 43, 46; Sal. 22:1, 7, 8, 14-18; 69:20, 21.) Como lo indica Juan 19:23-30, aun durante aquellas horas Jesús debe haber derivado mucho consuelo y guía de los Salmos, pues sabía que todos aquellos textos bíblicos tenían que cumplirse hasta el último detalle. Jesús sabía que los Salmos también hablaban sobre su resurrección y exaltación. Muy probablemente tenía presentes cosas como estas cuando dirigió a sus apóstoles en “cantar alabanzas” o salmos la última noche antes de su muerte. (Mat. 26:30.)
31 Así que los Salmos identifican claramente a Cristo Jesús como el “hijo de David” y la Descendencia que recibe el Reino, quien ocupa ahora una posición exaltada como Rey y Sacerdote en la Sión celestial. Aquí no hay suficiente espacio para describir en detalle todos los pasajes de los Salmos que se citan en las Escrituras Griegas Cristianas y que se cumplieron en este Ungido de Jehová, pero considere estos otros ejemplos: Sal. 78:2—Mat. 13:31-35; Sal. 69:4—Juan 15:25; Sal. 118:22, 23—Mar. 12:10, 11 y Hech. 4:11; Sal. 34:20—Juan 19:33, 36; Sal. 45:6, 7—Heb. 1:8, 9. También, en los Salmos se predice a la congregación de verdaderos seguidores de Jesús, no como individuos, sino como un grupo procedente de todas las naciones que recibe el favor de Dios y participa en una obra de alabar el nombre de Jehová. (Sal. 117:1—Rom. 15:11; Sal. 68:18—Efe. 4:8-11; Sal. 95:7-11—Heb. 3:7, 8; 4:7.)
32 Nuestro estudio de los Salmos añade mucho a nuestro aprecio de la gobernación real de Jehová Dios, que Él ejerce mediante la Descendencia prometida y Heredero del Reino, para Su gloria y vindicación. Que siempre estemos entre los leales que se alborozan en ‘el glorioso esplendor de la dignidad de Jehová’ y de quienes se habla en el Salmo 145, al que se llama un salmo de “Alabanza, de David”: “Dirán de la gloria de tu gobernación real, y hablarán de tu poderío, para dar a conocer a los hijos de los hombres los actos poderosos de él y la gloria del esplendor de su gobernación real. Tu gobernación real es gobernación real para todos los tiempos indefinidos, y tu dominio dura por todas las generaciones sucesivas”. (Sal. 145:5, 11-13.) Conforme al salmo profético, el esplendor del Reino establecido de Dios mediante Cristo se está dando a conocer aun ahora a los hijos de los hombres de todas las naciones. ¡Cuán agradecidos debemos estar por ese Reino y su Rey! Ciertamente son apropiadas las últimas palabras de los Salmos: “Toda cosa que respira... alabe a Jah. ¡Alaben a Jah!” (150:6).